La debilidad del amor
Arrastraba los pies cansado después de un largo día de trabajo, era tarde, al menos la una de la mañana, pero no podía comprobar la hora debido a que mantenía su teléfono apagado desde el día anterior, no quería encenderlo y volver a escucharlo sonar de manera insistente, estaba cansado de las llamas y mensajes constantes, bloqueaba un número cuando otro estaba comunicándose, era cansado, sabía que en algún miembro debería de enfrentarse a lo que estaba sucediendo, pero no en ese momento, quería pensar en qué diría, estaba furioso, nuevamente había tenido que escuchar los lamentos de su hijo al ser plantado de último momento, quería golpear a Jungkook con fuerza, aunque dudaba que sólo fuera por haber lastimado a Jungwon, sino también por haberse ido a solas con Jimin. Estaba muriendo de celos y ese atroz e irracional sentimiento era lo que lo tenía tan molesto, no podía dejar que Jungkook siguiera influyendo en sus emociones, pero, ahí estaba, huyendo como siempre, temiendo prender su teléfono, porque no estaba listo para enfrentarse a él.
Al salir del elevador se encaminó a su departamento, a esa hora Jin ya debería estar durmiendo, agradecía que su primo se haya llevado a Jungwon por el fin de semana para distraerlo de todo lo que estaba pasando, no quería enfrentar sus preguntas sobre aquellos rumores de citas. Otra razón más para estar molesto con Jungkook.
Se acercaba a su puerta de manera sigilosa, el corazón le latía con fuerza, se paró frente a esta para abrir rápidamente, pero tal vez no fue lo suficientemente rápido. Escuchó la puerta de en frente ser abierta, estaba dándole la espalda, por lo que pudo cerrar los ojos y maldecir en silencio.
—Taehyung—aquella voz le llenó de ansiedad. Sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral deteniéndose en la nuca—. No puedes ignorarme para siempre, sabes bien que tenemos qué hablar.
Odiaba el hecho de saber que él tenía la razón, porque por más que quisiera, no podía simplemente ignorarlo, era imposible para ambos, tomó una bocanada de aire, la cual fue sacando lentamente antes de darse la vuelta y mirarlo, llevaba unos pantaloncillos grises de pijama y una camisa negra de manga larga, su cabello estaba mñas largo, caía en su mentón con delicadeza, Jungkook siempre había tenido un rostro angelical, bufó antes de acercarse, este se hizo a un lado permitiendo que entrara al departamento, cerrando la puerta no sin antes echar un vistazo por el pasillo, vigilando que no haya ojos curiosos alrededor.
—¿Quieres algo de tomar? —preguntó al ver como se adentraba sosteniendo con fuerza su maletín, miraba curioso alrededor.
El departamento era amplio, muy grande para una sola persona, decorado con colores neutros, no había gran decoración, sabía que realmente Jungkook al igual que él, nunca estaba en el departamento. Relamió sus labios, nervioso, no acostumbraba estar a solas con Jungkook, eso era algo que aún le incomodaba.
—No, de igual manera esto será rápido, te escucho—dijo con voz gruesa.
Jungkook apareció con dos copas de vino tinto, se acercó y le tendió una sonriendo. —Vamos, relájate, tendríamos que empezar a hacer esto, hablar nos sienta bien.
—Sólo quiero descansar, no estoy de humor—respondió, pero tomó la copa.
—Siéntate—dijo indicando con la mirada el sillón de tres plazas de cuero negro, caminó hasta él sentándose, esperando que Taehyung hiciera lo mismo.
—Di lo que tengas que decir—dijo sentándose a su lado, estaba cansado como para continuar con aquella barrera que había construido a su alrededor. Miró a Jungkook esperando.
—Tuve que ayudar a Jimin, no estaba bien—explicó con una mueca—. Yo....
—¿Siempre será así? Jungkook te lo dije hace días, no me importa lo que hagas conmigo, no me interesa, hace mucho tiempo dejo de hacerlo, pero lo que hagas con mi hijo...
—Nuestro hijo—bufó.
—Lo que hagas con nuestro hijo—rectificó con una ceja alzada—. Eso siempre me va a importar, es por eso que quiero que dejes de hacerle promesas, no quiero escuchar que le dices que pasarás un día con él y no llegues, él siente, y le duele.
—Lo siento—mordió su labio inferior—. Yo jamás haría algo intencionalmente para lastimarlo, es mi hijo, lo amo y quisiera ser mejor padre, pero, sólo he demostrado ser un desastre. No haré promesas, sólo realizaré acciones.
—No es a mí a quien tienes que pedirle disculpas—se encogió de hombros—. Pero, realmente no quiero que lo veas, si por mi fuera no permitiría que lo vieras y nos iríamos lejos, muy lejos—le miró con molestia—. ¿Qué clase de padre sería si hiciera eso? Sólo estoy dejando que él se dé cuenta de las cosas por sí solo.
—No puedes huir de mí—le miró con seriedad—. No quiero que huyas de mí, haré las cosas mejor, aún está en pie lo de cuidarlo mientras estás en ese programa.
—Mis padres lo harán—respondió cruzándose de brazos—. Lo hablé con ellos y estuvieron de acuerdo.
—No, lo haré yo, sé que no quieres que esté cerca de él, pero es mi hijo, también quiero estar a su lado, además, deberías dejar descansar a tus padres un poco, ellos lo cuidan todo el día, mira ponme a prueba.
Taehyung le miró con desconfianza, los ojos de Jungkook eran sinceros, podía ver ese brillo que ponía cada que hacía una promesa que estaba decidido a cumplir.
—Yo le preguntaré a Jungwon si quiere—respondió desviando la mirada—. Pero sí él no lo quiere entonces tienes que aceptarlo.
—Está bien—respondió a regañadientes—. Sobre lo de Jimin...
—No me interesa—dijo con desdén.
—Claro que lo hace, de no ser así hubieses respondido mis llamadas, entre nosotros no hay nada, eso lo sabes.
Comenzó a reír de forma burlesca. —No me importa con quien te acuestes.
—Mi relación con Jimin nunca ha sido así.
—Es extraño que lo digas cuando fui yo quien los descubrió cogiendo—levantó una ceja. Su corazón aún se sentía rencoroso por lo que había sucedido, a pesar de que habían pasado años.
—Habíamos terminado—soltó como defensa, cansado de la misma pelea—. No puedes molestarte cuando fuiste tú quien lo terminó todo.
—¡Te pedí un tiempo! Eso no es terminar—gruñó molesto.
—Yo no estuve de acuerdo—negó—. Además, no te hagas el santo, porque en estos últimos años has estado con otras personas ¿Olvidas a BoGum o a Hoseok?
—Lo hice porque tú lo hiciste primero—se levantó indignado—. Además, te pedí que termináramos todo, pedí el divorcio en más de una ocasión, pero jamás has querido dejarme libre ¡¿Por qué me tratas como si fuera yo quien falló?!
—Jamás te lo daré, porque los dos terminaremos juntos.
—Eres un imbécil—dijo dándose la vuelta, dispuesto a irse para no volver, estaba cansado de la misma pelea.
Pero su huida dramática fue detenida, Jungkook lo tomó del brazo e hizo que se diera la vuelta, lo pegó a su pecho y sin darle tiempo de reaccionar tomó su mentón mientras que lo apresaba de la cadera y lo besó, fue un beso desesperado, después de siete años sus labios se volvieron a encontrar. Taehyung se resistió, intentó empujarlo, pero sus fuerzas fueron disminuyendo, de un momento a otro se encontró tomando su camisa con los puños para acercarlo, moviendo sus bocas con desesperación, los jadeos de satisfacción no se hicieron esperar. Era como si la respiración haya vuelto después de un largo tiempo.
Jungkook se agachó ligeramente sin soltar sus labios para tomarlo de los muslos y subirlo a su cadera, Taehyung rodeó con sus piernas la dura cintura y dejó que lo llevara en brazos a través del pasillo, sabía bien a dónde se dirigían y lo que sucedería dentro, pero no lo paró, no deseaba separarse de aquellos labios que mucho había extrañado, que eran su perdición. Llegaron a la habitación, la cual estaba bien iluminada, Jungkook lo colocó en la cama de sábanas negras, posicionándose sobre él.
Los sonidos obscenos de sus besos era lo único que se escuchaba, eso y su batalla por arrancar la ropa del otro. Era la desesperación de volver a aquel lugar que guardaba los recuerdos de una vida completa, que les hizo sentir una opresión en el pecho, Jungkook paró de besarlo para mirarlo, Taehyung era la belleza encarnada, se había acostumbrado a verlo de lejos, a admirar sus fotografías las cuales guardaba para aquellas noches de insomnio, donde la culpa atacaba su mente, donde deseaba con fuerzas volverse y abrazar ese cuerpo cálido que llenaba el vació que existía en su corazón. Los labios de Taehyung eran dulces, sus ojos intensos cargados de deseo puro, estaba loco por él, nadie, ni en un millón de años podía comparársele.
Taehyung estaba perdido en aquellas caricias firmes que le hacían temblar, la lengua que recorría su ombligo y los ojos que le miraban desde abajo, mientras aquella boca cálida tomaba toda su extensión, recorriendo con la lengua la punta que bombeaba una sensación de satisfacción a todo su cuerpo, arqueó la espalda, soltando un jadeo con la boca abierta, su lengua recorrió su propio labio inferior, cada músculo de su cuerpo se tensó, llevó la mano temblorosa al cabello azabache y enredó sus dedos, jalando con fuerza, Jungkook gruñó, lo que le dio una sensación que se extendió por toda su columna. Sentía que en esos momentos podía derretirse entre sus manos, fundirse en su cuerpo, para quedarse ahí, donde el calor lo abrazaba, las palabras no eran necesarias, no cuando sus bocas estaban ocupadas.
Jungkook subió sobre su cuerpo, los músculos de su pecho se marcaban por la presión que ejercía en sus brazos para no aplastarlo con su peso, lo miró a los ojos, desbordándose. Se acercó lentamente, Taehyung contuvo el aliento, esperando su próximo movimiento, besó su frente, bajando ligeramente a la punta de la nariz y terminando en sus labios, aquella acción lo remontó al día donde habían hecho el amor por primera vez, sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales se desbordaron cuando sitió como entraba en su interior, la sensación era abrumadora, sólo con él, había estado sin nada que se interpusiera, su piel cálida le llenaba por completo, nadie lo había tocado como él lo hacía, no dejaba que nadie lo tomara de la misma forma. Porque, aunque le costara admitirlo, su cuerpo seguía perteneciéndole a Jungkook, a pesar de los años y el daño que se habían hecho.
Las cosas entre ellos nunca habían quedado claras, siempre eran verdades a medias, platicas incomodas y sentimientos inconclusos, evitaban verse, porque sabían bien que tarde o temprano algo como lo que estaba sucediendo en ese momento pasaría, y entonces, ellos no tendrían forma de recuperarse.
—Te amo—susurró Jungkook en su cuello mientras daba embestidas lentas, intentando propagar todo lo que podía aquel momento.
—No...no—negó sin poder abrir los ojos.
Jungkook lo tomó de las mejillas y beso sus parpados, probando el sabor de sus lágrimas, así hasta que sus ojos se abrieron, lo miró de forma intensa, casi como si quisiera adentrarse en su cuerpo.
—Te amo, eso no ha cambiado en siete años y no va a cambiar ahora, te amo—sabía que no podía caer, y creer sus palabras, pero en esos momentos estaba tan vulnerable, que quería olvidarse de todo y creerle, necesitaba de esos brazos que le tomaban con fuerza y esos labios que le besaban con profundidad, como si de verdad le amara.
Besó su cuello, teniendo cuidado de no dejar marcas, afianzó el agarre en su cadera pequeña y comenzó a aumentar el ritmo, sus rodillas estaban clavadas en la cama, la cadera de Taehyung ligeramente elevada, era movido a su antojo, tomándolo como muchas veces lo imaginó, su cuerpo había cambiado mucho, era incluso más hermoso y perfecto. Sus dientes estaban apretados, el sudor recorría su frente y sus manos se marcaban en su cadera al tiempo que empujaba con fuerza, lo vio derretirse en jadeos y gemidos de placer, lo que hizo que el mismo comenzara a lanzar sonidos roncos. Así hasta que la sensación creció en su vientre, con la diestra tomó el miembro de Taehyung, masturbando con fuerza, estaba extasiado de ver como su desarmaba entre sus brazos, como sus caricias le hacían reaccionar de forma placentera e irracional, las muecas que lanzaba, sus gemidos sordos y los jadeos que eran la mejor melodía para sus oídos. Todo eso fue lo que hizo que este llegara al éxtasis total en su mano, llenándolo de aquel líquido caliente. Él siguió embistiendo con fuerza hasta que sintió que no podía más, fue entonces que salió de su cuerpo y lo volteo, se posicionó detrás de él, pegando su espalda a su pecho y abrazó su cadera, embistiendo mientras sus labios besaban su cuello, el placer era abrumador, cálido y húmedo, Taehyung volvió el rostro para besarlo, en un abrazo Jungkook sintió que se venía, por lo que salió de su cuerpo, llenando con su esencia su muslo interior.
Ambos se quedaron muy quietos, tratando de recobrar la respiración, Taehyung miró al techo con el corazón golpeando su piel, su estómago estaba experimentando una serie de sensaciones extrañas, se sentía satisfecho, pero al mismo tiempo, con unas terribles ganas de llorar.
—Tae—susurró Jungkook en su oreja, abrazándolo a su cuerpo—. ¿Por qué será que, pese a los años, no puedo sacarte de mi mente? ¿Neruda tenía razón? Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.
—Esto... ¿Qué se supone que significa? —habló por fin, con voz queda.
—Que pueden pasar mil años, pero mi corazón siempre te va a permanecer y nuestros cuerpos se van a reconocer, como parte de uno solo, porque, aunque no queramos, estamos unidos por el mimo destino.
Su corazón latió con fuerza, se volvió ligeramente para abrazarlo, acomodando la cabeza en su pecho, había tanto que quería decir, pero no encontraba las palabras para hacerlo, sólo se permitió permanecer entre sus brazos, cerrando los ojos y disfrutando de su aroma, Jungkook suspiró besando su cabeza antes de acomodar su rostro en sus cabellos, estaba seguro que este esperaba que contestara a aquellas palabras, pero no podía, nuevamente el miedo le había silenciado.
La inseguridad no le dejó dormir, en cambio sentía la respiración pesada de Jungkook sobre su cuello, el agarre de este se había aligerado, era el momento perfecto para levantarse de la cama y salir corriendo de ahí, para encerrarse en su habitación y llorar o maldecirse por ser tan débil y estúpido. Se removió intentando salir de sus brazos, pero un simple movimiento fue necesario, para que Jungkook afianzara el agarre en su cintura, gruño por lo bajo, pegándolo a su pecho, se quedó quieto, con los ojos abiertos y la respiración detenida, espero para poder moverse nuevamente, pero está vez Jungkook lo volteó para que le mirara de frente.
—Deja de intentar huir—susurró con los ojos cerrados—. Vamos a dormir, sólo cierra los ojos y duerme, deja de pensar.
—Esto está mal—bufó, pero se acurrucó en su pecho—. Muy mal.
—Pero se siente tan bien—suspiró antes de besar su frente y volver a dormir.
Mentiría si dijera que no durmió como nunca antes lo había hecho, sintiéndose protegido y cálido, había olvidado lo que era dormir con alguien, nunca lo hacía, cuando se encontraba con alguna pareja, normalmente se iba, alegando una larga agenda a la mañana siguiente, porque le incomodaba la idea de dormir abrazado a alguien. Nunca admitió que con el único que quería dormir de esa manera era con Jungkook, se creía un demente total, ¿Por qué no lograba olvidar aquel amor infantil e inmaduro? ¿Qué era lo que le hacía querer más? Todo le confundía de una manera abrumadora, pero se dejó llevar, por una noche dejó que la corriente lo arrastrara, aunque terminara ahogándolo, se permitió imaginar, que su mente lo llevara a esos escenarios que había dejado atrás, a los recuerdos recurrentes de un deseo que no podía hacerse realidad, donde por fin podría tener la familia que quería, convivir con el amor de su vida, jugando con su hijo, llevándolo a la escuela o cocinando para él, en un mundo alterno, donde no tenía qué preocuparse de cómo lucía, de la ropa que usaba y de lo que comía, algo diferente, pero más completo, donde su corazón no estuviera dividido entre la realidad y la ficción que había creado para los demás.
Así durmió profundamente, hasta que el sonido de un teléfono le despertó, sin embargo, no abrió los ojos. Escuchó la voz adormilada de Jungkook a su lado, y prestó atención.
—Sí...lo sé Namjoon, pero no hay mucho qué hacer, ya lo decidí...quiero hacerlo, sacaré un comunicado afirmando todo, Jimin ya lo hizo...no importa, entiendo...desde ahora Jimin y yo estamos saliendo. Lo tendré en cuenta, pero por favor, no le digas nada a Taehyung, hablaré con él y...
Pero Jungkook fue interrumpido por el movimiento de Taehyung, quien se levantó de la cama rápidamente, buscó alrededor intentando encontrar su ropa, maldijo internamente, colgando la llamada, se levantó intentando atraparlo mientras se vestía, pero le era imposible, Taehyung huía.
—Déjame explicarte.
—¡¿Qué mierda me vas a explicar?! —se separó de su agarré terminando por colocarse la playera—. ¡Eres un jodido imbécil Jungkook!
—¡No es lo que piensas! —soltó desesperado, colocándose los boxers, para seguir a Taehyung por el pasillo—. ¡Tuve que hacerlo!
Taehyung se dio la vuelta, completamente furioso, lo encaró sintiendo todo su cuerpo temblar debido al enojo. —¡¿No tenías opción?! Esa es tu maldita excusa para todo lo jodido que haces ¿No te da vergüenza? No tienes los cojones para decir la verdad.
—¡Jimin me necesitaba y...! —intentó acercarse, pero Taehyung dio manotazos para que no se acercara.
—¡¿Jimin?! ¿Haces esto por Jimin? ¡Maldita sea! ¿Tanto te gusta? —cuestionó con los ojos inyectados de dolor.
—Sabes que no es así, Jimin es mi amigo y tengo que ayudarlo.
—No Jungkook, no tienes qué ayudarlo cada vez que hace una estupidez. Siempre lo has elegido a él, cada que sucede algo, estas para él, pero ¿Y yo? ¿Y tú hijo? ¡¿Cuándo será el día que nos elijas a nosotros?!
Jungkook le miró con desesperó, comenzó a negar. —Tú sabes bien por qué he hecho todo esto, les quise dar una mejor vida, que tuvieran todo lo que alguna vez soñamos, me sacrifiqué por ti y por él. ¿No crees que no quisiera ser un maldito padre normal?
—¡No lo parece! Nunca lo has demostrado y no digas que lo hiciste por nosotros, porque la realidad es que sólo querías cumplir tu maldito sueño, uno donde no venimos incluidos—retrocedió al sentir que sus lágrimas estaban por salir.
—¡Eso es mentira y lo sabes! Me conoces bien.
—No Jungkook, yo dejé de conocerte hace años—entrecerró los ojos y salió de ahí.
Jungkook no se detuvo, debía hacerlo, porque los dos estaban demasiado molestos, pero no lo hizo, lo tomó de la mano tal vez con más fuerza de lo pensado e hizo que se volviera, Taehyung le miró con despreció, intentó alejarse dándole golpes en la mano.
—¡Suéltame! —gruñó molesto—. ¡Pediré el divorcio! No quiero estar con un hijo de puta como tú, eres igual de mal padre que tu padre—le soltó en la cara.
—¡Y tú eres tan mal padre, ni siquiera puedes cuidar solo de Jungwon! —escupió cada palabra en su rostro—. Yo te lo dije ¡Si hubieras hecho caso nada de esto estaría pasando!
—Eres una mierda—siseo entre dientes—. ¡Estás hablando de tú hijo!
—¡Uno que yo no quería! —le gritó haciendo que dejara de pelear—. Tú arruinaste mi maldita vida y ahora vienes a joder, cuando has jugado conmigo a tu maldito antojo. Sin mí no serías nada Taehyung, ¿Quieres el divorcio? Te lo daré, no me importa, estaré feliz cuando me deshaga de ti.
—¡Maldigo el día en el que te conocí! —soltó intentando golpearlo, estaba furioso, y esa furia iba a descargarse agresivamente sobre Jungkook, quien intentó detener sus golpes, pero a ese paso estaba demasiado molesto, por lo que él mismo levantó la mano derecha y le dio una bofetada que sonó sordamente por todo el pasillo.
Al darse cuenta de lo que había hecho se detuvo por completo, Taehyung calló sus lamentos, estaba perplejo, tomó su mejilla la cual escocía, algo húmedo estaba en ella, al mirar sus dedos se dio cuenta de que era sangre, con los ojos abiertos miró a Jungkook. Este al observar su mano derecha se dio cuenta de que llevaba el anillo de oro blanco, el mismo que años atrás había estado en su dedo corazón en la mano izquierda, demostración de su unión con Taehyung, lo había lastimado, haciendo una pequeña cortada en su pómulo, con su anillo de bodas.
—Taehyung—susurró intentando acercarse.
—Jamás volverás a tocarme—dijo tosco—. Desde hoy te odio Jeon Jungkook.
Se dio la vuelta para salir a máxima velocidad de aquel departamento, Jungkook cerró los ojos y tomó sus cabellos desesperado, esa vez lo había jodido y creía que cruzó una línea y ya no había vuelta atrás, no podría regresar jamás.
Gracias por leer 🖤🖤🖤
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