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Dubai

El viaje había sido largo, horas de vuelo, agradecia haber viajado en buenos asientos, miraba alrededor, estaba bien cubierto, con una gorra negra y un cubrebocas, Namjoon iba a su lado de la misma manera, los seguían sus guardias y mánagers, aquello era más un viaje de negocios, no había preguntado mucho acerca de la razón por la cual estaban ahí, pero confiaba en que no era nada malo.

Caminaron un gran tramo, lo cual agradecía porque sus piernas necesitaban circulación, se acercaron a un hombre que les esperaba, bien vestido, este les sonrió.

—Bienvenido señor Kim—dijo con respeto, en su idioma—. Soy Halim Alcalá, estaré a su disposición en toda su estadía.

—Gracias—asintió.

—Por favor acompañenme, los llevaré al hotel en el que se hospedaran.

Namjoon no lo miró, estaba serio, sabía sobre esa faceta suya, la que mostraba cuando estaba en medio de un negocio, siempre admiro la dualidad de este, las dos caras de la moneda, lo que mostraba en el trabajo y lo que demostraba con sus allegados, lo conocía desde hace años, aunque a veces, parecía que era un completo extraño.

Llegaron al estacionamiento, estaba caluroso, entraron a un auto negro en silencio, Namjoon estaba tenso y Jin no comprendía la razón.

—Mi teléfono se ha quedado sin batería—suspiró SeokJin cerrando los ojos, quería descansar después del viaje.

Namjoon le miró de reojo y suspiró relajando su postura, cuando Jin estaba dormido en el avión había recibido un mensaje diciendo que Taehyung estaba en el hospital, tenía que averiguar lo que sucedía antes de que todo se volviera un desastre, porque estaba seguro de que Jin iría corriendo detrás de su amigo sin pensarlo.

—Llegando podríamos descansar, antes de todo lo que se tiene qué hacer.

—¿Qué hacemos exactamente aquí? ¿Negocios turbios?

—Nada de eso—rio por lo bajo—. Luego te explicaré. Se ve lindo—dijo mirando por la ventana—. Jamás había estado aquí.

—Yo tampoco, dicen que hay playa—suspiró—. Pero, necesito dormir, los vuelos siempre son pesados.

Namjoon asintió, alargó la mano para tomar la de Jin que descansaba en su regazo, este no se negó, sintió la calidez y le gustó, habían quedado en que le daría el beneficio de la duda, sin embargo, aún no confiaba al cien por ciento en él, y estar juntos en ese viaje sólo agrandaban sus dudas, las cosas podían salir bien o extremadamente mal.

No supo en qué momento se quedó dormido, sólo sintió la mano amable de Namjoon tratando de despertarlo moviendo su hombro, abrió los ojos de forma perezosa y miró alrededor.

—Llegamos al hotel—dijo acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

—Bien—se separó para abrir y salir primero.

Sus ojos se abrieron al ver el hotel que tenía frente a él, parecía un castillo, estaba cerca del mar, no sabía el camino que habían recorrido para llegar ahí, sin embargo, estaba seguro que no se encontraban cerca de la ciudad. Era enorme, con decenas de habitaciones, se quedó sin habla.

—Bienvenidos al hotel Atlantis—dijo Halim, con una sonrisa espléndida.

Namjoon sonrió de lado. —Mi amigo es generoso en complacer a sus invitados. ¿Te gusta?

—¿Bromeas? Es increíble.

—Bueno, es todo lo que necesito saber, vamos a instalarnos—asintió hacia Halim quien les guio dentro.

—¿De verdad no estás en algo turbio? —elevó la ceja pensativo—. Puedes decirlo ahora.

—Ya te dije que no—rio por lo bajo—. Te contaré de ello más tarde, me interesa llegar a la habitación, dormir y tomar un baño.

Caminaron al interior del hotel, cerca de las personas que iban con ellos, pero si pensaba que estaba impresionado con el exterior, cuando observó dentro la decoración, su boca casi cae al piso, era la definición de elegancia y riqueza, limpio, brillante y con decoraciones en las columnas marítimas. Halim se acercó a la recepción junto al mánager de Namjoon, ambos se quedaron mirando un cuadro que se encontraba en una de las paredes.

—Me encanta, mirar el arte es un deleite para el alma.

—Tus gustos son demasiado excéntricos.

—Los tuyos también, aunque siento que hay mucho que no conozco de ti a pesar de tener doce años a tu lado.

—Nadie conoce nada de nadie, nunca llegamos a conocernos, ni siquiera a nosotros mismos, también hay cosas que siento que no sé de ti, mucho menos de tus intensiones.

—Mis intensiones son más claras de lo que piensas Jin, porque he sido muy vocal a la hora de extender mis deseos y pensamientos, ya te dije lo que quiero.

No dijo nada, se quedó observando el cuadro sin prestar atención a la forma esperanzadora en la que Namjoon le miraba, una que le ponía nervioso, estaba iniciando a arrepentirse del viaje.

—¿Señor Kim? —Namjoon se acercó a su mánager y compartió algunas palabras que Jin no pudo escuchar.

Namjoon bufó antes de acercarse a él. —Vamos.

—¿Algún problema?

—Yo no lo definiría como problema.

Caminaron al ascensor, el mánager puso el piso que era casi en la última planta, SeokJin se quedó en silencio, había personal de la empresa, tenía miedo de que estos pensaran mal acerca de su compañía con Namjoon, no deseaba chismes de trabajo, sobre todo, porque él siempre había sido muy cuidadoso en ese aspecto, su imagen era importante, al igual que su reputación.

—Este es el piso—dijo Namjoon un tanto nervioso.

SeokJin le observaba confundido,  había visto como algunos miembros del equipo se quedaban un piso abajo y entraban en las habitaciones cercanas, ellos bajaron en aquel piso, anduvieron por el pasillo hasta la habitación del fondo, el mánager dejó la llave en las manos de Namjoon.

—Estoy en la habitación de al lado, y los guardias en la del otro lado.

—Perfecto—dijo abriendo—. Entra Jin.

Hizo una mueca antes de entrar, pensaba que Namjoon le estaba mostrando su habitación, la cual era mucho más bonita de lo que imagino. Tenía colores claros que contrastaban y jugaban de manera armoniosa con las diferentes tonalidades de azul, había una cama king con un candelabro de cristal sobre esta, una sala frente a esta que se encontraba muy cerca del recibidor, cuatro puertas en un costado, un balcón que daba a la playa y por último, pero sin duda menos importante una pecera que era casi del tamaño de la pared, de agua azul oscura y brillante, con peces nadando por ahí. Se acercó para ver si eran reales. Eran pecisitos de colores.

—¿Es real?

—Sí, en esto hotel hay habitaciones acuáticas, puedes ver  el mar y las animales marinos, lastima que no nos dieron una de esas.

—¿Nos dieron? —se volvió de inmediato.

—Verás, hubo una confusión, ellos pensaron que vendría con mi pareja y sólo arreglaron una habitación principal, además de las del equipo, así que, tenemos que compartir.

—Ni lo pienses, por nada del mundo voy a compartirla—dijo con una mueca.

—Yo lo sé, por eso mandé a que arreglaran el conflicto, pero, no hay buenas habitaciones disponibles, las que quedas son más simples y en pasillos inferiores, estarías muy alejado del equipo, podríamos mandar a alguno abajo, pero eso dificultaría su trabajo, además, no quisiera que eso pasara, mereces estar en esta habitación, es temporada vacacional, y este hotel es famoso,  me dijeron que unos huéspedes de una buena habitación de este piso se Irán, la desocupan por la noche, esperaré hasta que pase y te dejaré esta.

SeokJin cruzó los brazos. —¿Planeaste esto? Es una forma de estar conmigo ¿No?

—No, no lo planee, es cosa del destino y de las casualidades—se encogió de hombros—. Seré un buen compañero, anda.

—Ya te dije que no quiero acostarme contigo.

—Yo tampoco quiero—sonrió—. Por una vez en mi vida no quiero acostarme contigo, no quiero tocarte, y eso es porque dije que haría las cosas bien, no haré nada que me aleje de ti, te quiero Jin, en verdad lo hago, así que no me acercare, no hasta que tú me lo pidas.

Bufó negándose a verlo. —Bueno, eso no va a pasar.

—Veremos. Subirán las maletas, iré al baño.

—Bueno—suspiró resignado.

Se sentó en el sillón, era un lugar amplio y lindo, pero no ayudaba que estuviera cerca de Namjoon, ni siquiera por una noche ¿Cómo se supone que haría eso? Estaba indeciso y molesto, cada minuto que pasaba se convencía a sí mismo que haber accedido a ir al viaje había sido un grave error.

La puerta sonó, se acercó para abrir, ahí se encontraban dos personas que llevaban sus pertenencia.

—Good afternoon, Mr. Kim, we bring your luggage.

—Oh yeah—asintió comprendiendo la mitad de lo que dijo—. Come in.

Ellos entraron dejando el equipaje a un lado de la puerta, SeokJin revisó con la mirada que todas sus cosas estaban ahí, los dos hombres hicieron una reverencia y le sonrieron.

—Welcome to Atlantis, we hope you and your husband have a good night.

Jin asintió. —Thanks.

Los acompaño a la salida y cerró la puerta, se volvió viendo a Namjoon de brazos cruzados, y con una sonrisa socarrona.

—¿Qué? —preguntó elevando la ceja, mientras tomaba una de sus maletas.

—Acabas de aceptar ante ellos que eres mi esposo—dijo antes de soltar una carcajada.

Seokjin abrió los ojos en demasía. —¡¿Qué?! ¡No! Tienes que volver a decirles que no somos esposos.

—¿A sí? Pues no quiero—bufó yendo a su propia maleta—. Me gusta. Mucho más de lo que piensas.

—Eres un idiota ¡Un gran idiota!

—¿Soy un idiota por quererte? Bien, pues ¿Sabes qué? Soy el mayor idiota del mundo y me gusta serlo.

Namjoon se acercó riendo, estaba muy divertido del ceño fruncido de Jin, este golpeo ligeramente su pecho molesto, pero no pudo seguir, porque su mano fue tomada por Namjoon, quien terminó por acercarlo hasta que chocó con su pecho, lo abrazó poniendo una mano en su cintura.

—Me estás dejando muy difícil la tarea de mantener mi distancia, me pone mucho cuando te enojas así—sus rostros estaban muy cerca, tanto, que sus narices se juntaban—. En este viaje eres mi esposo. ¿Divertido?

—Didruta la mentira, porque es algo que jamás pasará en la vida real.

—Auch, bebé, me lastimas.

—Sí claro—chaqueo la lengua.

—Te voy a besar, no me vayas a golpear.

—Idiota.

Pero, no se movió, ni siquiera cuando sus labios chocaron con los ajenos y se fundieron en un beso placentero, porque él podía negarse el tiempo que fuera, pero su cuerpo no podía mentir, y dejar de sentirse atraído por Namjoon, por aquel aroma varonil y la fuerza de sus brazos, los cuales no dudo en tomar, se hallaban tan cómodos besándose, que por un momento olvidó todas las defensas que había levantado para protegerse de esas circunstancias. Ya no importaban.

Cuando se separaron, Namjoon sonrió ya no de forma divertida o sarcástica, sino manteniendo un semblante relajado y dulce. Sus ojos brillaban, SeokJin se preguntaba por qué.

—Bueno esposo, tengo que irme a una reunión, tú descansa, vendré para la cena—besó rápidamente sus labios antes de tomar su saco y salie. Jin no se había dado cuenta en qué momento se había cambiado.

—¡No soy tu esposo! —dijo lanzándose una almohada, la cual esquivó con destreza.

Namjoon se volvió por última vez antes de sonreírle y salir de la habitación, SeokJin se quedó observándolo con una mueca, podía mentirse todo lo que quería, pero jamás podría mentir a su corazón el cual latía con mucha fuerza.

Para distraerse, tomó camino al baño, necesitaba una ducha, pero al ver la bañera, se quedó enamorado, la preparó y se metió dentro disfrutando del agua caliente, jugando con las burbujas y riendo, estaba tranquilo y feliz, sin embargo, alargó la mano para tomar su celular. Grave error.















Namjoon miraba a los dos hombres de negocios que estaban frente a él, estos le sonreían, la propuesta era buena, demasiado para ser verdad.

—It's a good proposal Mr. Kim, you should think about it. (Es una buena propuesta, señor Kim, debería pensarlo).

—I will—asintió mirando de reojo a su abogado—. I will discuss with my lawyer and of course with my father. However, you know that I'm very interested in collaborating with you. (Lo haré, lo discutere con mi abogado y por supuesto con mi padre. Sin embargo, usted sabe que estoy muy interesado en colaborar con ustedes).

Se miraron con una sonrisa de complicidad, Namjoon tenía una gran visión, y ese viaje sólo había ampliado sus horizontes, no quería simplemente dedicarse al entretenimiento, sino deseaba más.

Terminando el café, prometieron verse al siguiente día, estaba seguro de que ese viaje sería más interesante que ningún otro, asi que con el mismo entusiasmo, regresó a la habitación, uso la llave y al entrar, la sonrisa que tenía se esfumó por completo. Jin estaba en bata blanca, mirando su teléfono, con los ojos preocupados.

—¿Sucede algo?

—¿Tú lo sabías? Que Taehyung estaba en el hospital ¿Verdad?

—Lo sabía—suspiró—. Y no dije nada porque acabamos de llegar y primero quería averiguar qué pasaba.

—Esto...lo que dicen, sobre un problema de estrés, no lo creo, trato de comunicarme con ellos y no puedo, se honesto conmigo, ¿Por qué esta ahí?

Namjoon peinó sus cabellos hacia atrás, estaba molesto por la forma en la que Jin se enteró, pero tampoco era como si hubiese hecho algo para evitarlo.

—Un aborto.

Los ojos de Jin se agrandaron, supo que él sabía algo referente a Taehyung, su ceño se frunció.

—Eso es...él me dijo que no lo estaba, me mintió. Tengo que regresar.

—No Jin, espera...

—Tú no entiendes, tengo que estar a su lado y apoyarlo.

—Jin, no, él no te dijo nada, ya está bien y fuera de peligro, no servirá de nada si vas.

—Es mi amigo, tengo que estar a su lado.

—Siempre estás para ellos, si Taehyung te hubiese querido ahí, te habría dicho, él está bien, podrás verlo en tres días.

—Tú no lo entiendes Namjoon—gruñó—. Debo estar con él, me necesita, no es algo sencillo, es difícil. Más teniendo en cuenta quién era el padre.

—Si te hace sentir mejor Hoseok y Yoongi están cuidando de él, Jungkook también estaba ahí, fue quien me llamó, SeoKjin, por una vez en tu vida se más egoísta y ve por ti, si te quedas disfrutas un momento, llegando allá estarás mejor para apoyarlo.

—¿Taehyung tendrá algún castigo debido a esto? —cuestionó fríamente.

—No, no lo haré y no por ellos, sino por ti, porque sé que te importan, pero quédate.

SeokJin estaba por negarse, pero su teléfono comenzó a sonar, contestó, sin dejar de mirar a Namjoon.

—¿Tae?

Antes de que me grites es algo que tenía que hacer, no quiero reclamos.

—¿Por qué no me dijiste? No me habría ido.

—Porque no quería que estuvieras aquí, Jin, te amo, pero, de verdad tenía que hacerlo por mi cuenta, lo siento. Debí decirte, pero tenía miedo, eres mi peor espejo.

¿Cómo te sientes?

Bastante bien, hablé con Jungkook, peleé, lloré y ahora estoy recuperándome, Jin creo que por fin puedo decir que se acabó, lo que tenía con Jungkook terminó para siempre.

Oh, Tae, regresaré está noche.

Acabas de llegar no seas estúpido, estoy bien, en verdad no necesitas venir.

Pero quiero hacerlo, ¿Quién te cuidará?

—Yoongi está aquí, también mi madre, anda, no me hagas sentir culpable, disfruta tu viaje.

—No lo sé...

Te amo Jin, pero no quiero que vengas antes, hazlo cuando acabe el viaje, por favor.

—¿Si sucede algo me llamarás?

—Lo prometo.

Tae, hablaremos cuando llegue.

—No estoy listo, pero está bien. Te amo.

—Yo también. Nos vemos y estamos en contacto.

Adiós usa condón, no seas como yo.

Rio por lo bajo. —Adiós.

Cuando colgó Namjoon le observaba con una ceja alzada.

—¿Y bien?

—Promete que nadie se va a enterar de lo que sucedió.

—Nadie se enterará, lo prometo.

—Bien.

—Vístete, iremos a cenar.

—Realmente no tengo ganas.

—Anda, te vas a divertir. Vamos, ponte más lindo.

—Idiota—bufó regresando al baño.












El hotel tenía un restaurante cuyo techo y paredes eran en realidad cristal, estaban bajo el agua, veía los peces ir y venir, era hermoso y daba una atmósfera especial, Namjoon le sonreía, mientras se tomaba algunas fotos.

—Deja de verme así.

—Ver es gratis, veo lo que me gusta—se encogió de hombros—. Te ves lindo.

—Llevas diciendo eso demasiado, para ya.

—Está bien.

—¿Me dirás el por qué del viaje?

—Quiero hacer negocios con un jeque—sonrió—. Aún no es nada concreto, pero, planeo abrir una empresa aquí, y ser socio en la construcción de un estadio, pienso traerlos aquí, hacerlos famoso, estamos en pláticas para un concierto especial. Esto ayudará mucho a nuestra empresa, quiero un lugar donde hagamos grupos y artistas como lo hacemos en Corea ¿Qué te parece?

—¿Estás seguro de que todo saldrá bien? No quisiera que cometieras un error con algo tan arriesgado.

—La vida es un riesgo Jinnie querido—sonrío divertido—. ¿Te preocupas por mí?

—Tal vez, supongo que el primer concierto será de tu niño de oro.

—Te equivocas, será tuyo, te haré un gran artista, más de lo que ya eres, todos te conocerán, te daré la gloria Jin.

—¿A cambio de qué? —susurró elevando la ceja.

Namjoon alargó la mano y acarició la suya. Trayendo una descarga completa en todo su cuerpo.

—De tu amor—suspiró—. Jamás dejaré que caigas, no tú. Todos se pueden ir a la mierda, menos tú.

—Eres un idiota.

—Soy un idiota que te ama.

¿Cómo sobreviviría a ese viaje? Jin no lo sabía, pero a cada momento se aseguraba de una cosa, estaba enamorado y jodido.

Lamento la espera 🖤

🖤🖤🖤🖤














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