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Desarmado

—¿Qué estás haciendo aquí? —lanzó aquella pregunta al viento, mirando directamente al chico que estaba sentado frente a su puerta.

Se miraron por segundos, mismos que parecieron eternos, se quitó los lentes dejando al descubierto sus ojos, unos que le miraron de manera tan profunda, cargando un mensaje que Yoongi no pudo descifrar, pudiera ser por la cantidad de alcohol que llevaba en la sangre o porque simplemente hace tiempo que había dejado de comprender a Jimin.

—Te estaba esperando—dijo al momento que se ponía de pie.

Ambos quedaron a una distancia considerable, Yoongi apretó la mandíbula, hasta que se acercó lentamente a la puerta, Jimin se hizo a un lado, puso la clave de su departamento, sin importarle si Jimin la veía o no, la puerta se abrió con el típico sonido de acceso, se quedó parado con la cabeza gacha.

—Pasa—le dijo con seriedad.

Jimin entró, escuchando como la puerta se cerraba tras de sí y las luces se prendía, el departamento era diferente al que antes había estado, no le sorprendía, habían pasado siete años, el acomodo era simple, la decoración sobria, justo como el estudio, el aroma que desprendía el lugar era agradable, una mezcla cítrica. Ambos se quitaron los zapatos, Yoongi le ofreció unas zapatillas de interiores, una vez con estas puestas, entró al vestíbulo, era elegante, podía comprobar que Yoongi no había perdido el gusto por la estética, siempre fue bueno sabiendo lo que quería y cómo lo quería.

La tensión estaba abrazándolos con fuerza, impidiéndoles respirar, desgarrando cada músculo de su pecho, la atmosfera era pesada, Jimin se quitó el abrigo que tenía, dejándolo en el perchero, llevaba una camisa blanca de manga larga ceñida a su cuerpo, sus pantalones de mezclilla negra rodeaban sus piernas como si fuese otra capa de piel.

—¿Por qué estás aquí Jimin? —preguntó cuando este se quitó la gorra, dejando al descubierto su brillante cabello rubio.

—Tengo una idea para la canción—dijo sin mirarlo realmente—. No podía esperar.

Yoongi entrecerró los ojos y comenzó a reír nasalmente. —¿Tú quieres que yo crea que estás aquí por la canción a la tres de la mañana? —chasqueo la lengua.

—Esta semana no podré reunirme contigo, tengo unos eventos que cubrir en Japón—suspiró caminando a través de departamento, hasta que se sentó en el sillón de cuero negro, Yoongi le siguió sentándose en uno individual justo frente a él.

—¿No pudiste llamarme? —levantó una ceja.

—Me gusta ser profesional—se encogió de hombros—. Quiero que trabajes en la melodía mientras no estoy, tengo parte de la letra.

—Sentí eso como una orden, espero que no haya sido de esa manera—dijo con seriedad sin despegar la mirada en su rostro, no llevaba ni una gota de maquillaje, pero aun así lucía hermoso—. No eres nadie para ordenarme.

—Estás muy sensible hoy ¿No lo crees? Así no es divertido Yoongi—rio ligeramente—. Quiero que veas lo que escribí, antes de que te burles, no soy bueno en esto, pero hago mi esfuerzo.

Sacó del bolsillo de su pantalón unas hojas dobladas, se levantó para acercarse a Yooongi, le tendió la hoja, haciendo que este le mirara sorprendido, cuando las tomó, en vez de regresar a su lugar se sentó en el sillón de al lado, que era más cercano. Yoongi desdobló las hojas y comenzó a leer con seriedad, su cabeza fue ladeándose ligeramente, sus ojos se entonaron y miró de reojo a Jimin, cuando terminó de leer con la mano en su boca, suspiró.

—¿Y en el video quieres que estemos cogiendo? —le preguntó con una ceja ligeramente levantada mientras sonreía con burla.

—No—dijo serio—. Puedes decirme qué te parece sin rodeos.

—Es una mierda—le dijo sin rodeos, riéndose de él en su cara—. ¿Quieres sacar una canción con contenido sexual? Ese no es tu estilo, mucho menos el mío.

—¿Y de qué quieres que hable? —preguntó molesto—. Escribí sobre algo que tenemos en común.

Yoongi le miró profundamente. —¿Entonces nos une la idea de hacerlo en el auto? Cuando escribías esto ¿Pensabas en mí?

Jimin se levantó de donde estaba, tomó las hojas de la mano de Yoongi, pero este no las soltó. —Sólo quería probar otra imagen, no vine a que te burlaras de mí.

—No, tu viniste a otra cosa—jaló su mano hasta hacerlo casi caer sobre él, Jimin se detuvo del respaldo del sillón a la par que miraba intensamente a Yoongi, una mirada cargada de fuego, Yoongi lo tomó de la cintura, haciendo que se sentara a horcajadas sobre su regazo—. Tú viniste por mí, porque es primero de octubre y porque aún lo recuerdas todo ¿Verdad?

—Si sabes la respuesta, ¿Por qué haces la pregunta? —susurró sobre sus labios, acomodando sus manos en sus hombros.

—Corta este martirio Jimin, por favor, si vas a hacerlo, sólo hazlo, bésame.

Jimin le miró con una sonrisa de suficiencia en el rostro, se acercó hasta que sus frentes se tocaron, con su nariz recorrió su mejilla, dejando que el aroma a alcohol y fresa se mezclara entre ellos, Yoongi afianzó su agarre en su cadera, haciendo que Jimin suspirara mientras cerraba los ojos, recordando que el mayor sabía bien aquellos lugares en donde le gustaba ser tocado. Acarició su mejilla, sus labios apenas se tocaban, un ligero toque que llevó una descarga a todo su cuerpo, Yoongi recorrí la mano desde su cadera, hasta su espalda, culminando en la nuca donde le acercó por completo, rompiendo con aquel tortuoso juego.

Cuando sus bocas se encontraron, con un suspiro lleno de satisfacción, fue como si colisionaran de nuevo, como si cada centimetró de su piel recordara aquellas manos, aquellos besos, aquella piel. El vello de sus cuerpos se erizo, mientras movían sus labios de manera sensual, haciendo bailar sus lenguas en una danza erótica, Jimin tomaba con fuerza el cabello de Yoongi, teniendo el control completo de sus cuerpos, se movió sobre él, llevando una descarga eléctrica directa a sus entrepiernas, Yoongi mordió  su labio inferior, no paró hasta que probo el ligero sabor de la sangre,

—Puedo cogerte aquí—susurró llevando una de sus pálidas y frías manos bajo la playera de Jimin, quien arqueo la espalda por la intromisión—. Quiero hacerlo, no sabes lo que te extrañé.

—Entonces demuéstralo—dijo mirando fijamente sus ojos, perdido en placer—. Demuestra lo mucho que me has extrañado.

Yoongi lo tomó con fuerza de los muslos, pegándolo a su cuerpo, con un poco de dificultad se paró llevándolo consigo, casi caen, cosa que les hizo reír. Jimin siguió repartiendo besos en su cuello, mientras Yoongi los llevaba a la habitación.

Estaba oscuro, estaba por prender la luz, pero Jimin detuvo su mano, ladeo la cabeza, él quería ver el cuerpo de Jimin de nuevo, pero acepto que este quisiera estar en la intimidad envuelto en la oscuridad, poca luz entraba de las puertas de cristal que daban al ventanal, lo dejó en la cama. Jimin le miró de forma feroz, relamiendo sus hinchados labios.

Yoongi se quitó la camisa, dejando al descubierto su pecho pálido y trabajado. Se acercó a Jimin, posicionando una pierna a un costado, besó sus labios, recorriendo su mandíbula, a su cuello, donde lamió y chupo, no le importaba dejar marcas, al contrario, lo deseaba. Sus manos acariciaron aquellas piernas de bailarín, fuertes, sobando aquella parte que hizo a Jimin gemir entre sus labios, sabía que estaba duro, justo como él.

Bajó lentamente, hasta el borde de su playera, la cual fue subiendo con una lentitud que torturaba el pobre cuerpo ajeno, descubriendo poco a poco aquella piel nívea y suave, Jimin ya no era un adolescente, su cuerpo había cambiado y Yoongi podía comprobar lo que sus fanáticos pensaban, aquel era un dios. En su costado derecho había un tatuaje, sin embargo, por la luz no pudo apreciarlo con claridad, beso aquellas líneas oscuras, dirigiendo sus húmedos besos a su pecho, lamió uno de sus botones, saboreando el sabor de su piel, salado y dulce, su lengua estaba salivando por aquel sabor perfecto, uno que aún recordaba, lo apodaba su droga.

Como un adicto en recaída, probo de su boca, el sabor que le había hecho perder la cabeza, sintiendo su pulso golpear con fuerza su piel, porque estaba probando aquellas endorfinas que obnubilaban sus sentidos. Cuando sus pechos estuvieron tocándose, en un abrazó cálido que les hacía temblar, se miraron a los ojos, reconociendo lo que por años habían negado, estaban en su hogar.

Jimin rompió con aquella intensidad, metiendo la mano entre ambos, acariciando el pecho duro y pálido, llegado a su vientre y descendiendo sin detenerse, observado cada uno de los gestos de Yoongi, adentró la mano a sus pantalones, directo a esa parte cálida, dura y suave, contrajo la piel, lentamente, muriendo de deseo por sentirlo de nuevo.

Yoongi gruñó excitado, bajo sus manos hasta el pantalón apretado, lo bajó con furia, dejándolo completamente desnudo y dispuesto, Jimin sacó desabrochó los pantalones y le ayudó a estar de la misma manera, entonces ambos se volvieron a mirar, esta vez relamiendo los labios. Hambrientos.

Yoongi recostó a Jimin nuevamente, esta vez besando su cuerpo necesitado, pellizcando aquellos lugares que llevaban una corriente eléctrica hasta su vientre, beso cada extensión de su ser, llegando a su vientre, donde mordió, Jimin gritó sorprendido, antes de llevar la mano al cabello oscuro, donde enredó sus dedos, Yoongi sonrió sombrío antes de que su boca tomara aquella parte delicada y húmeda, Jimin perdió la cabeza y Yoongi se embriagó con su sabor.

Sus dedos tentaron aquella apretada entrada, sin pedir invitación se adentró, Jimin jadeaba desesperado mientras le reparaba. Cuando ninguno de los dos pudo contenerse, Yoongi se enderezó sobre su cuerpo, llevando las largas piernas sobre sus hombros, besos la piel suave de sus tobillos, le miraba desde arriba con una sonrisa llena de lujuria.

Jimin lo acercó para besarlo, mientras se alineaba en su cuerpo, repartió besos, receloso, por su mandíbula hasta su cuello, donde mordió con fuerza su hombro, este hizo a Yoogni gruñir, quien se adentró de una sola estocada en su cuerpo, Jimin arqueo la espalda. Entonces la tortura comenzó, porque cuando sus cuerpos se reconocieron no hubo vuelta atrás.



















Yoongi despertó porque su teléfono no dejaba de sonar, abrió los ojos con un terrible dolor de cabeza, recordó entonces la otra noche, las bebidas y algo más, se levantó de inmediato, mirando alrededor, su cama era un desastre, estaba desnudo, se levantó rápidamente buscando en el bañó, el cual encontró vació, cuando estaba por salir de este, se miró en el espejo, era obvio que no lo había imaginado todo, las marcas en su pecho y cuello se lo decían, salió de su habitación y caminó a través de la sala y del vestíbulo, ya no estaba, ni sus zapatos, ni su abrigo. Jimin se había ido.

Comenzó a reír a carcajadas hasta que sus manos se empuñaron y sus ojos se cristalizaron. De nuevo se había ido, había escapado de sus brazos. Volvió a su habitación donde se encerró en el baño, ignorando el teléfono, sabía que era Hoseok y no quería que nadie lo molestara, se metió a la ducha fría, recargando la cabeza en los peldaños que poco a poco se iban mojando, gruñó hasta estampar su puño en la pared, estaba perdido, como drogadicto había recaído y su cuerpo le pedía de nuevo, a Park Jimin. 

¿Qué les pareció?

Iba a ser más descriptivo, pero me da miedo la plataforma jajajjaa

Gracias por leer, no olviden votar y comentar. Amores 💜

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