3. Secuelas
— ¡Rinto! ¡Apurate gringo, deja de arreglarte tanto solo para ir a la cancha, nadie te va a ver! —pateó el balón contra la pared una vez más— ¡Te vas a ir solo!
— ¡Cállate, imbécil! —gritó enojado desde la ventana de su cuarto— ¡Vas a llamar la atención de la vecina chismosa!
— ¡Igual se van a dar cuenta de que te has escapado!
Entre gruñidos terminó de vestirse con la camiseta de su equipo. Tomó un poco de sus yenes ahorrados y salió en puntillas de su habitación. Al bajar por la escalera notó que su hermana aún se encontraba en la cocina al escuchar el sonido de las ollas y la hornilla, su visita de hoy resultó beneficiosa para él, sonrió con malicia. Rinto Matsuoka siempre se salía con la suya. Se acercó al pequeño cajón con seguro de la sala y tomó su celular aunque su mamá pensara que nunca podría encontrar la llave, procuraria dejar ambas cosas en su lugar antes de que se diera cuenta. Siguió con cautela rumbo a la puerta principal, hasta que unos pequeños balbuceos lo detuvieron, provenientes del pequeño moisés acomodado cuidadosamente en el sofá. Sonrió para luego retroceder unos pasos y acercarse.
— Hola pequeña, Lenka, ¿como estás, mi hermosa princesa? —tomó la manito que estaba libre del mordedor que la niña con tanto entusiasmo apretaba con sus encías— Tu tío va a salir a jugar antes de que la gruñona de tu abuela regrese de hacer las compras, ¿sí? —sonrió con ternura moviendo su pequeña manita que apretaba fuertemente su dedo índice— Le dices a tu mami gracias de mi parte por encubrirme. —la verdad tampoco le había avisado a Rin, pero sabía que lo ayudaría de todos modos, por eso amaba a su hermana.
Dejó a la niña y tomó sus rodilleras que descuidadamente dejó en el perchero desde la vez anterior, pero antes de que pudiera salir escuchó el sonido de la llave entrando por la cerradura. Sintió su piel erizarse, sin embargo, pudo reaccionar rápido para esconderse detrás de una pared cercana a la puerta.
Su madre entró con notado cansancio en su rostro, alejándose rápido de la puerta antes de que le ganara el peso de las bolsas en sus manos, en ese momento el chico aprovechó para escabullirse, y sonriendo triunfante se alejó corriendo lo más rápido que pudo, sin darse cuenta que había cerrado la puerta por inercia.
— Ah no, ¡no otra vez! —encuchando el portazo detras de sí, la señora Lily se olvidó por completo de lo agotada que estaba. Agarró el palo de escoba que era lo que tenía más cerca a ella y salió hecha una furia, azotando la puerta— ¡¡¡Rinto Kojiro Matsuoka, vuelve acá desgraciado!!!
El amigo del muchacho se puso azul al escuchar el grito, deteniendo sus pases improvisados contra la pared, ¿esa era la señora que tan amablemente le ofreció galletitas la otra vez?
— ¡Corre, Kaito! — con un empujón despertó a su amigo del shock, tomó la pelota y ambos salieron disparados de ahí, corriendo en menos de un minuto más de dos cuadras.
— ¡Te dije que no podías salir, @#%$&! ¡Estás castigado, chamaco del demonio! ¡Vas a ver cuando vuelvas, te voy a sacar la @#$&$#@!
— Mamá... —escuchó la voz de su hija, mirándola avergonzada desde la puerta, salió en cuanto empezaron los gritos. Su madre al instante reaccionó, parándose derecha de nuevo junto con la escoba, soltó un suspiro para guardar la compostura, aunque quizás medio vecindario ya la haya escuchado gritando groserías.
— L-lo lamento, hija; pero es que... Ahg... —apretó fuerte el palo de escoba con ambas manos, gruñendo de nuevo con rabia— Se suponía que tu hermano me iba a ayudar con los encargos de hoy. Ese holgazán, despreocupado. —refunfuñó entre dientes. Rin rió divertida, ya eran costumbre las travesuras de Rinto, incluso antes de que se mudara.
— Tranquila mamá... Yo te puedo ayudar, no te preocupes.
— Pero hija, tú estás con la bebé, no puedes hacer tanto esfuerzo. Además se supone que vienes de visita, no a trabajar. —entró a la casa, preparándose de nuevo para seguir con su trabajo. La experiencia le ha enseñado que casi nunca se pierde vendiendo ropa para niños.
— Toda mi vida he trabajado, tranquila. Solo será envolver paquetes, no me hago problemas con eso —Lily la miró resignada, a veces su hija era tan buena. Eso le podría traer problemas.
— No puedes estar siempre encubriéndolo, Rin. ¡Tiene que aprender a ser responsable! Sino, ¿que hará en la vida? lo van a despedir de cualquier trabajo que tenga.
— Él es buen estudiante, mamá. Déjalo divertirse, solo tiene 16 años. —sin darle mayor importancia se acercó al moisés y le dio la mamadera a su bebé de a penas 3 meses, sonriendo al notar como la pequeña trataba de tomar el biberón ella sola. Su madre continuaba rabiando.
— Al paso que va, un día se meterá en problemas.
— No exageres, ¿qué es lo peor que podría pasar?
🍂🍃🍂🍃🍂🍃
— Perdóname... —repetía una y otra vez cada que podía. Ya no estaba seguro de a quién se lo decía exactamente, pero siempre sentía la necesidad de decirlo. Ha repetido esa palabra tanto y de diferentes maneras: enojado, feliz, burlezco, ataviado, desesperado, entre llantos, entre golpes. Casi como si fuera su mantra para la buena suerte. Irónicamente era lo que menos tenía.
Ahora pronunció la palabra estando pegado a la ventana de su cuarto, el mismo lugar donde tantas veces le gritaban sus amigos desde afuera, o le tiraban piedras para que bajase. Amigos que ya casi no tenía, pues dejó de hablar con varios de ellos, y los pocos que iban a verlo a pesar de todo, él los ignoraba y apartaba, con miedo de verlos, con miedo de tal vez también hacerles daño a ellos. Cada vez su mente se creía más eso, de que estar con él era peligroso, de que él era malo, de que fue su culpa lo que pasó, de que él fue el irresponsable de haberse ido y dejar en su descuido el seguro abierto...
Tan solo recordarlo lo hacía temblar.
— Perdóname, por favor... N-no fue mi culpa. —trataba de convencerse, esta vez dirigiéndose a una persona en especial. Pero la verdad era que por más que tratara y sus padres lo apoyaran, seguiría sintiéndose como lo que capaz era y le gritaron varias veces en su momento, un asqueroso asesino.
Pequeñas gotas empezaron a chocar una a una contra su ventana, miró como una de ellas se deslizaba lentamente hasta el umbral de madera, dejándose llevar por su mente mientras meditaba. Tratando de pensar por unos segundos en otra cosa. Pero como siempre, tal vez el karma, tal vez Dios, lo castigaban, y su padre entró a su habitación, trayéndolo de nuevo en contra suya a la realidad.
— Rinto... Tu madre llamó —eso fue suficiente como para ponerlo más intranquilo. Voltió de golpe, mirando hacia dónde estaba su padre a penas cerrando la puerta del cuarto.
— Y... ¿Qué dice? ¿Cómo está Rin? —preguntó ya de costumbre, como siempre hacia cada vez que su madre llamaba. Sus manos empezaron a sudar y tragó en seco, ansioso.
— Un poco mejor —admitió regalandole una pequeña sonrisa a su hijo para calmar su angustia. Se acercó más a él para lo que iba a decir— De hecho... Regresará la próxima semana.
— ¡¿Q-qué?! P-pero... ¡No! ¿Y si le hace daño verme? ¿Y si le hago daño a ella? No, no. Si ella viene entonces, y-yo... me tengo que ir —se levantó tembloroso, queriendo en un impulso empacar sus cosas para irse. No volvería a hacerle daño a su hermana. No otra vez.
No otra vez...
— Hijo, por favor cálmate. Ella decidió regresar por sí sola, es lógico que debe estar consciente de lo que hace. No va a pasar nada si te ve.
— P-pero... La última vez... Ella se puso muy mal... No paraba de llorar. —hablaba desesperado— No quiero que vuelva a llorar, no quiero hacerla llorar, por favor papá, tengo que irme... ¡Me quiero ir! —su respiración se agitaba cada vez más y León tuvo que agarrarlo de los hombros para controlarlo.
— ¡Hazme el favor hijo! ¿A dónde piensas irte? Tienes 19 años.
— ¡Calla! calla... —se soltó bruscamente— Yo... puedo cuidarme solo, debo aprender a vivir solo.
— Rinto, ya casi no cuidas de ti mismo estando aquí.
— ¡Pero puedo cambiar! Por favor... Solo quiero ayudar... —León lo miraba con dolor, solo se ponía así cuando se trataba de su hermana. El muchacho se dirigió de nuevo a su armario, pero su padre lo detuvo antes de que pudiera abrirlo.
— ¡No has comido en días, ¿y así dices que te vas a cuidar solo?! —con fuerza lo volvió a sentar en su cama— Si quieres realmente ayudar en algo y cambiar, ¡continúa tus terapias y pon más de tu parte! —Rinto se encogió sobre la cama y envolvió sus rodillas con sus brazos, reaccionando de su ataque de ansiedad poco a poco. Estaba pasando más seguido de lo normal y a León le preocupaba. Casi podía jurar que no volvería a ver a ese chico tan orgulloso y risueño. Todos los sucesos lo habían hecho muy nervioso e inseguro, teniendo temor de hasta tomar decisiones propias.
— Yo no la maté... —ese pequeño susurro lo hizo acercarse más a su hijo, quien miraba un punto fijo de la cama absorto, notó al instante como empezaba a llorar mientras susurraba varias veces la misma frase.
— Rinto... —acarició suavemente su cabeza con la intención de abrazarlo, pero al instante el muchacho lo tomó de sus prendas, acercándose a su pecho como si fuera un refugio.
— Yo no... ¡Yo no la maté papá, yo no maté a su hija! —exclamaba desesperadamente, agachando más su cabeza y suplicando una vez más por comprensión, lleno de arrepentimiento por lo que ocasionó su descuido. Creyendo que con su llanto podría regresar el tiempo atrás.
Le falló a su hermana por un simple relajo, pero la culpa lo estaba matando. Era increíble como una decisión tan tonta puede destruir toda tu vida. Estaba cansado de sufrir, estaba cansado de vivir.
— ¡Yo no soy un asesino! No lo soy... Yo quería a Lenka, papá. La quería mucho...
Su padre lo apretó contra sí, queriendo apaciguar el dolor de su hijo entre los dos, sentía que era lo único que podía hacer ante el enorme conflicto interno que sentía en estos momentos.
— Ella ya te ha perdonado, Rinto. Tu hermana nunca podría odiarte.
🍂🍃🍂🍃🍂🍃
Hola de nuevo! \:v/
Regresé más rápido de lo que pensé jajaja xD
Me he dado cuenta que a veces me agobio pensando mucho en un capítulo, como si quisiera hacerlo perfecto o algo así, ¿no les ha pasado?x"D
En este me relajé un poco más y solo dejé que las ideas fluyan °>• creo que me fue mejor, y más rápido de lo normal :v
De paso quería avisarles que estaré ausente hasta octubre, aunque capaz no sea nada comparado a las veces que no aparecía y ni avisaba °>• pero por esta vez quería avisar x"D
Si todo me sale bien capaz pueda actualizar más rápido después de ese tiempo, o desde el próximo año a más tardar, deseenme éxitos :3
Me despido y les doy muchos besos y abrazos, los quiero mucho.
Bye bye.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro