tres
¿Por qué no vendían coca cola?
Jihoon bufo, cierto, era un bar, y solo vendían vinos y otros tipos de alcohol. Termino viniendo pensando que recibiría coca cola, pero resulto todo lo contrario le trajeron una copa de vino, porque era miércoles y los miércoles eran tan especiales que regalaban vino.
Termino por regalárselo a Mingyu en cuanto llegaron, su amigo era sin duda cliente habitual de aquel lugar. Para Jihoon era su primer día en que venia a este tipo de lugares, luces coloridas que adonaban las paredes y gente por todos lados. Nunca fue sociable durante sus 27 años, de no haber conocido a Mingyu nunca tendría amigos, él era su único amigo de casi toda su vida porque eran familia, o casi familia, algo así como cuñados o hermanos.
Ignoro a Mingyu quien seguía tomando vino hasta casi apestar a uno. Detestaba sin duda el alcohol, escucho la resonante música, era tan escandalosa que le dolían los oídos. Su habitación parecía un bar, solo que sin personas y el mismo creaba sus canciones.
Que aburrido lugar, lleno de personas.
Decidió escabullirse hasta buscar un buen lugar donde hiciera menos eco y mayor espacio, el lugar que aparto Mingyu no era de su agrado así que prefirió dejarlo solo sabiendo que pronto acabara borracho y vendría a recogerlo. Tendría tiempo de sobra intentando conseguir una coca cola.
Cuando encontró el lugar perfecto vio a un chico sentado ahí, seria incomodo, pero prefería solo sentarse y esperar que ese chico se moviera o lo ignorara.
No dijo nada, porque el chico parecía analizarlo incluso a través de la mesa.
— ¿Como te llamas? —lo miro unos segundos y después respondió.
— Jihoon.
— Que lindo. —ignoro sabiendo lo que estaba tratando de hacer. — Me llamo Jun.
Oh, Jun.
— ¿Te gusta el vino? —negó. Nunca le gusto y era gracioso porque vino a bar. — Entonces ¿Qué te gusta?
— La coca cola.
— Viniste a un bar y te gusta la coca cola, que loco. —sí que lo era.
— Acompaño a un amigo. —respondió. La conversación no era tan incomoda como creyó, pero estaba bien, no era importante, encontró a alguien con quien distraerse.
— Oh —fue lo único que soltó Jun.
— Aquí no venden coca cola.
— Lo se.
Solo bastaron unos minutos para encontrarse, sus ojos mirando los contrarios. No sonrió, pero Jun si lo hizo. Él se levanto y dedujo que lo aburrió, a ese tipo de chicos solía verlos en la preparatoria y universidad donde intentaban conversar y después una vez hayan caído con sus encantos entonces pasaban al siguiente paso. Y Jihoon nunca cayo en esos rollos, nunca tuvo novia, novio sí, pero era un recuerdo donde en su antigua relación duro unos cuantos días hasta que Seungcheol encontró el indicado o eso imagino cuando lo vio aferrado a un chico en una de las mesas.
Toco los tallos cubiertos de tierra de la planta, la maceta no era linda, sin duda se la robaría y la cuidaría mucho mejor que aquel empleado del bar.
Cuando estuvo a punto de irse algo frio llego a su mejía.
Era Jun de nuevo.
Lo miro tan cautelosamente que no supo que quería.
Estaba frio y Jun se lo estaba casi restregando contra su rostro.
— Te traje una coca cola.
Oh.
— ¿Dónde rayos la conseguiste?
No le respondió, abrió la lata y junto a medio bote de tomárselo Jun hablo.
— Ahora me debes un beso.
Y Jihoon casi le tira la lata.
Estaba loco.
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