ocho
Jihoon mira dormido a Jun en el piso, la cabeza le zumba como si pequeños insectos rodearan ahí.
Durante toda la noche no pararon de besarse. Quedaron exhaustos que a Jihoon le dolían los labios.
Se levanta dispuesto a ir a la cocina por un vaso de agua, Jun sigue dormido y no sabe si es buena idea despertarlo o no, porque a diferencia de Jihoon debería estar en su clase de la semana; aun sigue yendo a la universidad, al último año, pero ayer y hoy se estaba dando el gusto de faltar. Porque de alguna manera quería ver a Jun, o algo así.
— Oye, despierta, ¿no tienes algo importante que hacer? —pregunta. Sabe que no lo va a escuchar, opta por acercarse y picarle la mejía o moverlo bruscamente. Y cuando cree que lo despertó termina siendo arrastrado al pecho de Jun, porque lo tomo sin previo aviso que la sorpresa llego a él escuchando los pequeños ronquidos. — Deja de fingir que estas dormido. —le dice en un intento de apartarse, de nuevo falla.
Jun finge estar dormido, solo quiere que Jihoon deje de hablar y disfrutar del momento.
— Se que duermes con los ojos abiertos, ahora los tienes cerrados, así que no estas durmiendo.
Ah. ¿fue descubierto tan rápido?
— Bien, ¿Qué dijiste? —responde al fin, y para su suerte no es liberado de los grandes brazos de Jun
— ¿trabajas o estudias?
— ¿Por qué me preguntas eso?
— Curiosidad. —y no estaba mintiendo. Si Jun resultaba ser empleado estaría más o menos bien porque podría mentir que tuvo un resfriado, y si fuera estudiante también estaría algo bien porque podría ayudarlo a firmar el justificante. Y no quería meter al chico en problemas.
— Ninguna de las dos.
¿ninguna?
Jihoon parece no entender.
— Vivo del dinero de mis padres.
No dice nada, prefiere quedarse en los brazos de Jun, si era un niño consentido entonces estaría bien, pero para su mala suerte Jihoon no es ninguno de dos porque el si tiene que ir a la universidad y ya ha faltado dos días. No le queda mas remedio que fingir que está bien para Jihoon.
— ¿tienes hambre? —la pregunta lo sorprende, porque Jihoon había comenzado a dormirse.
Asiente.
— Soy un desastre en la cocina, así que pediremos de comer.
No dijo nada, porque bien podía cocinarle algo, pero al recordar que el refrigerador guardaba mas latas de coca cola que insumos prefirió no decir nada. Vaya que ese chico era un problema. Vivir del dinero de sus padres era una ventaja muy grande, aunque Jun no lo aprovechaba.
Cuando la comida llego vio a un Jun totalmente somnoliento, no hicieron mucho, a decir verdad, porque Jihoon era un invitado y Jun no podía hacerlo limpiar como pago. Después de todo el castigo estaba hecho, sus labios dolían.
— Comamos.
Ambos se sientan a comer en la pequeña mesa, Jun se siente feliz porque esta con Jihoon disfrutando de una comida y eso le hace parecer un niño extremadamente contento. Usualmente solía comer solo o invitaba a sus amigos, pero sus amigos tienen parciales finales.
— Jihoon. —lo llama. — ¿estudias o trabajas?
— Estudio.
Jun parece sorprendido ¿Jihoon estudiaba? Curiosear acerca de la vida de Jihoon le era intrigante, tal vez porque nunca se presentaron formalmente, no era mala idea hacerlo tarde.
— Estoy en mi último año.
— ¿Qué estudias?
— Música.
— ¿música? ¿eres alguna clase de compositor o cantante?
— Ambos.
— Vaya, eres un chico talentoso.
Y Jihoon no lo niega, le gusta que le suban el ego.
Jun por su parte se siente sorprendido, creyó que Jihoon seria un estudiante de alguna licenciatura o ingeniería, pero fue todo lo contrario, hacia música.
— Si no estudias ni trabajas, ¿Qué haces? —esta vez fue el turno de Jihoon de preguntar, no quería ser el único que respondía ahí.
— Juego videojuegos.
Vaya vida, se dice inconscientemente Jihoon. Para ser hijo consentido su vida parecía aburrida. Decide no volver a preguntar, no le ve sentido a la vida o los pasatiempos de Jun.
Jun come en silencio junto a él, no sabe de qué más charlar. Para cuando se da cuenta está acabándose la comida, y ambos prefieren acabar de comer lo antes posible porque era tarde. Mira a Jihoon lavando los platos, no lo conocía del todo, en algún momento llegarían a esas conversaciones molestas que Jun siempre evitaba, pero con Jihoon seria todo lo contrario. Si lograba descubrir más de Jihoon entonces su persecución por él seguiría.
Jihoon mira el agua escurrir, comió fideos y carne, en su vida imagino volver a comer carne porque solo desayunaba o cenaba arroz. Voltea a ver a Jun y de pronto siente unas ganas de golpearlo, porque al darse cuenta de la hora recuerda que tiene un proyecto que terminar.
— Me llevare esta bolsa. —dijo sosteniendo la bolsa, era la bolsa repleta de latas del día anterior. — Vendré cuando pueda por las demás.
Y Jun sabe perfectamente a lo que se refiere, Jihoon volverá y eso le llena de emoción. Deja que Jun lo acompañe hasta la puerta, nadie de los dos sabe como despedirse, a lo que Jun solo le da un beso y dice:
— El código de mi departamento es 1006.
Jihoon lo anota mentalmente. Quizá algún día lo use, pero por pronto no decide regresarle el beso porque sus labios duelen.
— Por cierto, Jun, tu sofá olía a borracho. —le dice antes de cerrar la puerta.
Mierda, Jeonghan se las pagara.
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