dos
Las luces no eran lo suyo, y pese a eso termino siguiendo a sus amigos a ese bar.
Algunas personas disfrutaban de las bebidas y otras simplemente existían como el, Jun estaba jugando desde el rincón. Todo era demasiado colorido que tuvo que subir el brillo del aparato para no quedar mas ciego con las luces neón.
Jeonghan era torpe cuando tomaba, porque una vez estaba hasta el culo comenzaba a desconocerle, lo vio subirse a la mesa y este bailo al compás de la música.
Desconocía cuando fue que sus amigos se separaron de él, suponiendo que fue una salida de consolación termino siendo una salida con amigos borrachos y para el colmo tendría que cargar y cuidar de sus amigos antes de que cometieran alguna estupidez.
Tomo el primer sorbo del vino que pidió, la cerveza no era su favorita por la cual opto por vino, miro a los demás clientes, de algún modo se sentía inseguro estar ahí solo mientras que los demás disfrutaban conversando, jugando o solo tomando. Jun nunca fue de salidas entre bares, y si iba era con sus amigos alcohólicos. Ah, realmente se arrepentía de no haberse quedado en su casa. Se levanto intentando buscar algo en que concentrarse, un chico o chica que estuviese solo y tal vez hacerle platica. Cuando era joven solía coquetear con quien le llamara la atención. Entre escondites encontró a Chan y Seokmin, donde el menor acorralaba al mayor de manera sutil y feroz tanto que Jun tuvo miedo de interrumpir. Esos menores eran tan inexpertos, los toques y miradas que daban los delataban desde hace tiempo, pero debido al efecto del alcohol parecían mas confiados, en efecto Chan quien, pese a ser menor era de mayor carácter y tomaba la ventaja, Seokmin por el contrario era mayor y sin duda se quedaba atrás viéndose tan indefenso. Era lindo.
Chan y Seokmin eran sus mejores amigos, sin contar al borracho Jeonghan quien sujetaba el cuello de un extraño. Vaya vista. Prefirió no prestar atención.
Su cabeza comenzó a darle leves punzadas debido a la fuerte música, sumándole a las cegadoras luces que iluminaban a cosas y no los rostros de las personas, Jun nunca miro por completo los rostros de las personas porque con facilidad las olvidaba, solo recordaba las de sus amigos, pero fuera de eso le parecía aburrido solo mirarlas e intentar aparentar que eran atractivos.
Sin duda reconocía a las mujeres porque estas usaban vestidos cortos o faldas ajustadas de la cintura suavizándose la tela a través de los muslos, así reconocía a las chicas, por el contrario, cuando estuvo con Eunyeong siempre la veía vestida con pantalones holgados y camisetas, era linda sin duda así que nunca influyo en las decisiones de la vestimenta, supo que no le gustaba usar vestidos ni faldas poco después de que le pregunto. Su exnovia era preciosa, cuando descubrió que no usaba maquillaje se sorprendió bastante. Ah, parecía un novio arrepentido por recordar a su novia, supuso que era normal, ahora ya no la vería más y tendría que buscar rápido una pareja para intentar cubrir el hueco de su cama.
— Fue bueno mientras duro. —susurro.
No tenia arrepentimiento sobre su novia, pero si tenia para si mismo. Evadió los recuerdos que comenzaron a atormentarlo y sonrió para sí mismo.
Siguió caminando hasta que sus pies se detuvieron frente a un lindo chico, un lindo chico que estaba sentado en la mesa solo y tomando vino. Tal vez era su oportunidad de coquetear.
Wen fingió inocencia al llegar a la mesa del chico. Ese chico no le presto atención, miraba su telefono mientras con la mano libre sostenía una copa.
— Ah —fingió un suspiro. — las luces neón me están cegando.
Y tal como lo predijo, el chico lo miro curioso, después de lanzar un comentario aburrido este lo miraría y podría charlar con él.
— ¿Entonces porque estás aquí? —y el chico rio, fue como música para sus oídos.
Jun quería gritar de la emoción, le había respondido.
— ¿Vienes seguido? —evadió la pregunta del chico, aunque no importaba, quería intentar olvidar a sus amigos un rato.
— Solo cuando hay vino. —el chico meneo la copa.
— Si me dices tu nombre puedo invitarte todas las copas que quieras.
Sea el momento o no, esperaba que el chico aceptara, si charlaban y llegaban a algo más entonces estaría bien.
Pero al escuchar la severa carcajada supo que algo no estaba del todo bien.
— Aun si te dijera mi nombre, dudo en aceptarte una copa.
¿acaso lo estaba rechazando?
— ¿Por qué? —se atrevió a preguntar.
— No intentes ligar a personas que ya tienen dueño. —sonrió descaradamente frente a Jun.
¿Qué clase de respuesta era esa? El chico lindo bebió del vino y fingió inocencia. Por primera vez había sido rechazado. Jun quien era aclamado por ser extremadamente atractivo y tener casi a todos a sus pies logro ser rechazado por un chico lindo, sin duda era difícil de creer incluso para si mismo. Rió, el método que siempre usaba para coquetear fue un completo fracaso, acaso ¿la vida lo estaba poniendo a prueba?
— Me llamo Jun. —ignoro aquello. — Vengo a conocer gente y pasar el rato hasta olvidarlos al día siguiente.
— Que mal pasatiempo para venir a un bar. —el chico parecía querer ofenderlo en todo su esplendor.
— Es lo típico que se hace al venir a bares —dijo sin mostrarle interés. Si había sido rechazado entonces no era un problema hablarle como una persona normal.
— Que exagerado —Jun se molesto al escucharlo. — Para ser muy joven, debió ser tu primer rechazo ¿o me equivoco?
Ah, el chico lindo ya no era lindo, era un chico molesto. Jun fingió demencia, no le respondería.
Se recargo en el asiento y busco a sus amigos hasta que los encontró. Planeo despejarse entre alguna persona, pero en vez de eso termino siendo molestado por un chico. Qué problema.
— Minghao. —Jun lo miro.
Así que ese el nombre del chico, demasiado tarde, ya no le interesaba. Minghao le sonreía como si hubiese ganado algo y Jun solo aparto la mirada, no le daría el gusto.
— ¡Minghao! —alguien grito.
Minghao se levantó, un tercero llego a la mesa, un chico mas bajo, un poco mas regordete y vestía formal. Era un tercero después de todo, tal vez también seria rechazado por Minghao.
Pero al ver como lo besa y sonríe sabe que no era solo un tercero. Jun desvía la mirada hacia la pared donde ve una planta casi seca. Cuando los ve alejarse se da cuenta de que van tomados de la mano. Entonces comprende.
A eso se refería con tener dueño. Nunca fue fan de proclamar personas como suyas, era poco sano y obsesivo. Con sus antiguas parejas solo esperaba que alguien lo quisiera, formalizaban una relación y cuando estas se aburrían Jun las dejaba ir. Que aburrido era retenerse para una sola persona. O al menos eso siempre quiso creer hasta que un chico termina por ocupar el asiento del chico molesto, ese también era lindo.
Miro la copa que aun contenía vino, no se lo termino.
Que desperdicio.
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