𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚🐾
Respira, calmadamente. Intenta que no se escuchen los latidos de tu corazón. Mueve tus piernas. No dejes de correr. Sigue hacia adelante sin detenerte.
Te va a atrapar Jimin. Corre, corre más rápido.
La gotas de lluvia impactaron contra su rostro, causando espasmos en su cuerpo a medida que avanzaba por aquel callejón, buscando una salida. Algún lugar, alguna persona a quien acudir.
El frío calando sus huesos logrando el castañear de sus dientes. Posó una mano en su boca intentando acallarlo. No debía hacer sonidos. El más mínimo ruido podría delatar su paradero.
Entre las penumbras de la noche y con el miedo ferviente en su cuerpo, Jimin fue capaz de divisar un pequeño local. Se arrojó hacia él como un ancla. Rezando en su interior porque hubiese alguien.
Alguien que lo salvara. Que impidiera que fuera comida para esa bestia.
ㅡPor favor, por favor... ㅡRecitó como un mantra acercándose a las puertas, aferrando sus manos al cristal y tocando. ㅡAlguien... Alguien que me ayude...
El silencio se mantuvo impregnado en el aire. El lugar estaba cerrado, la etiqueta fuera de la puerta lo indicaba. Pero Jimin realmente deseaba que hubiese alguien allí. Tan solo...
ㅡVen gatito, gatito, gatito... ㅡSu corazón se paralizó, seguido de su cuerpo.
Su respiración quedó estancada en su garganta, el miedo acentuándose como un pedazo de acero en su estómago. Jimin evitó pasar saliva. Ni siquiera eso, ni el más mínimo ruido.
Llevó una mano a su corazón, como si aquella acción fuera capaz de acallar el latido constante y apresurado de este. Todo causado por el miedo que lo consumía como la llama a una vela.
ㅡMe has dado mucho trabajo niñato del demonio. Si sales ahora, me encargaré de que tu muerte sea lo menos dolorosa posible.
Presionó con más fuerza la mano contra sus labios intentando silenciar el sollozo que casi escapa de ellos. De pronto, todo su cuerpo se encontraba en temblores descompasados y, no se creía capaz de controlarlos.
ㅡVamos estúpido. De todas maneras, voy a devorarte.
Se escuchaba tan cerca, cada vez más. En ese instante, evitando el sonido constante de su corazón latiendo en su oído, Jimin fue consciente de que sus pasos resonaban sobre el asfalto de la calle.
Y ahora no había nadie, ni policías, ni fuerzas de la ley que pudieran acudir a una llamada de socorro. No después de descubrir que era el causante de tantas muertes. De los cuerpos mutilados que habían empezado a aparecer tiempos atrás.
Las personas temían demasiado por sus vidas como para atreverse a arriesgarse por alguien más ante el inminente peligro de esas bestias salvajes.
Híbridos, hombres lobo. Habían dicho en las noticias cuando una persona fue testigo de como un hombre se transformaba en un enorme animal parado sobre sus cuatro patas. Devorando a otra persona.
Un único sobreviviente que lo había grabado todo. Desatando el caos en la ciudad al ser todos conscientes del verdadero y horrorífico peligro que se encontraba en Seúl.
ㅡVas a ser el número cien. ¡Mhm... Me muero por arrancar cada parte de tu cuerpo y masticarla!.
Jimin quiso gritar, quiso pellizcarse y despertar, anhelando todo fuese una maldita pesadilla. Que nada fuera real, que estuviera en su casa, cobijado bajo sus calientes y suaves sábanas y, sobre todo, envuelto en los brazos y caricias de su madre.
Su madre.
Su madre estaba muerta. Incluso el tiempo que había transcurrido desde aquel incidente en el hospital, causante de la pérdida de la mujer que le dió la vida se veía tan lejano en ese momento. Pero al menos, su muerte no había sido tan dolorosa como lo sería la suya.
Pensó que al menos así se volverían a encontrar.
Como era posible que la realidad se hubiera vuelto así, tan drásticamente de un día para otro. Tan fácil como abrir los ojos una mañana y encontrar la ciudad hecha un caos.
Un infierno.
Lamentaba el hecho de dejar a Seokjin, pero su amigo no estaba solo, tenía a Namjoon, quien antes fue su profesor, ahora era su pareja. Y sabía que lo protegería con su vida ante cualquier peligro.
Hoseok también estaba a salvo en casa de su novio Yoongi. Pero él, no tenía a nadie a quien acudir en ese momento. Nadie llegaría a ayudarlo y evitar la dolorosa muerte que le esperaba.
Sin embargo no le daría el gusto a ese maldito animal de llevarse su vida tan fácilmente. Pelearía hasta el final. Con todas las fuerzas que tuviera.
ㅡTodos ustedes, humanos desagradables, son tan estúpidos. Se molestan en correr creyendo que podrán librarse de nuestras garras.
Los pasos se detuvieron. Jimin se tensó, giró su rostro hacia el lado izquierdo de la calle, de donde antes provenía la voz. El silencio abismal en el que se sumergieron solamente logró hacerlo sentir más espantado.
Le dolían los párpados, tal vez pasaban las tres de la madrugada y él se encontraba allí. Bajo la lluvia constante, con las gotas frías y castigadoras golpeando su rostro sin piedad.
Sus piernas estaban doloridas, todo su cuerpo cansado de correr, tal vez durante horas. Sin rumbo por las calles intentando escapar.
Pero él no desistiría hasta cazarlo. Tal como había prometido desde el primer instante en que chocaron en las oscuras penumbras de la noche en medio de la calle.
Sintiendo su final cerca. Jimin decidió que si de todas maneras iba a terminar muerto esa noche, lo haría siendo valiente. Aunque no ganara nada. era preferible a estar allí arrinconado contra la pared temblando de miedo.
Sus pasos hicieron eco en todo el espacio que lo rodeaba cuando corrió hasta el medio de la carretera y se detuvo allí. Enfocando su vista a su alrededor. Gritó.
ㅡ¡Ven jodido animal asqueroso!. ¡Si tanto quieres matarme ven, pero no pienses que te la dejaré fácil!.
Una risa burlesca provino de atrás de su cuerpo. Jimin se giró en un borrón y ahí estaba.
Era un hombre alto, con facciones duras y fuertes músculos. Su cabello negro atado en una coleta, con algunas hebras sobresaliendo regadas por todos lados.
Sus ojos destellaban en un intenso color dorado, como oro puro. Pero lo que más llamaba su atención eran las enormes garras que sustituían sus uñas y los colmillos atemorizantes que mostraba mientras le sonreía.
ㅡBien hecho chiquillo baboso. Sólo me facilitas las cosas. Aunque me gusta jugar al gato y al ratón, me aburro fácilmente, lo has hecho bien, eres un buen ratoncito.
Jimin sintió su garganta secarse, esta ves no era causa del miedo. No. Esas palabras, alguien las había pronunciado una vez. Hace mucho tiempo.
Esa persona que detestaba más que nada en el mundo, incluso más que a esas bestias asquerosas. Ese hombre, ese de cabello azabache y ojos oscuros y penetrantes que se había aprovechado de su cuerpo una noche.
Aquel en él cual había pensado durante tanto tiempo y, en lo más hondo de su alma esperó volver a ver algún día. Al menos, deseando poder pegarle un puñetazo por ser tan hijo de puta. Pero ese encuentro jamás había sucedido.
ㅡ¿Qué pasa cosita?. ㅡSus pies se movieron con suma calma aproximándose en su dirección. Pero Jimin no se movió, enfrascado en una memoria del pasado. ㅡ¿Te ha comido la lengua el lobo...?
La saliva bajó por su garganta sintiéndose fría como la lluvia. La risa del "hombre" frente a él causándole escalofríos. Un mal sentir en su estómago que lo hacía querer llorar.
ㅡVamos a acabar con esto de una vez por todas. ㅡEl tono de su voz se escuchó lo suficientemente ronca como para crispar cada bello de su piel. ㅡ¡Me muero de hambre!.
Sus pies se negaron a moverse, demasiado congelado por el miedo cuando quien antes había estado frente a él en forma de una persona pasó a ser un abominable animal peludo parado a cuatro patas.
Su pelaje gris oscuro, sus ojos dorados, sus colmillos empapados en baba y su horrible nariz dilatada. Por un momento, Jimin pudo jurar que el animal estaba sonriendo, una sonrisa macabra y llena de maladad.
Entonces supo que todo estaba perdido. Cerró los ojos y apretó sus labios, las lágrimas se filtraron entre el agua y rodaron por sus mejillas hasta impactar contra el suelo.
Todo ocurrió en un segundo, el animal saltó sobre él tumbándolo de culo sobre la fría y dura superficie, abrió su enorme hocico y prosiguió a enterrar sus colmillos en su piel. Pero eso nunca sucedió.
Jimin sólo presenció como el animal encima de él salía volando y se quejaba en un chillido desgarrador al impactar contra una pared.
Y luego, el lugar donde antes había estado él, un enorme lobo de pelaje azabache y ojos azules como zafiros lo miraba agitado desde arriba.
Jodida mierda, no había sido devorado por aquel, solo para que otro lo matara en su lugar. Qué más daba. ¡Quería morirse de una puta vez si iba a pasar!.
Pero el animal ronroneó y pasó su lengua por su rostro. Su corazón se detuvo en ese momento. ¿Qué mierda...?
Enfocó sus ojos y se perdió en ellos, el lobo restregó su cabeza contra su pecho y se alejó de su cuerpo. Situándose frente a él, Jimin fue testigo de como se inclinaba mirándole.
¿Acaso quería que subiera?.
Sin asimilar lo que estaba sucediendo logró levantar su dolorido y tembloroso cuerpo y a pasos tambaleantes se apoyó sobre él. No sabía lo que estaba pasando, pero el lobo bajo su cuerpo no parecía querer hacerle daño. Y el animal de pelaje gris aún se encontraba gimoteando de dolor en el suelo.
A estas alturas, le daba lo mismo cual de los dos terminaba con él. Aún si internamente deseaba que no sucediera. Porque no quería morir...
"Estarás bien... he venido por tí bonito...
Su cuerpo se desplomó sobre él enorme animal de pelaje oscuro y sus párpados se cerraron instantáneamente. Nunca había pasado tanto miedo, jamás tantas emociones malas lo habían acechado en tan poco tiempo. Pero ahora, con esa suave voz en su cabeza, Jimin sólo era capaz de dejarse llevar.
A donde fuera, porque sentía que conocía a quien sea que estuviese detrás de ese enorme cuerpo. Porque le brindaba seguridad.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
El sonido del agua correr lo hizo revolotear sus párpados y abrirlos con pesadez. De lo primero que fue consciente, fue del horrible dolor de cabeza que lo azotaba, de cada parte de su cuerpo encogida y de sus huesos reacios bajo su piel.
Sus piernas crujieron cuando las estiró. Fue una sensación desagradable, como si se hubiera roto algo al estirarse pero la hizo a un lado despejando su mente e intentando centrarse en saber donde estaba.
En su mente danzaban vagos recuerdos de lo que había sucedido la noche anterior. Ese híbrido desquiciado había querido comérselo. Ugh, asqueroso. Reprimió las náuseas que le causó imaginar ser masticado por esos enormes colmillos filosos.
Sólo pensarlo le congelaba hasta el alma.
Pero no, estaba vivo, sano y salvo recostado al tronco de un árbol al lado de un pequeño riachuelo. Jimin miró las hojas caer al agua y ser arrastradas por la corriente.
Se preguntó donde estaba. Jamás había visto un lugar así, incluso en sus locas exploraciones del bosque con Seokjin. El nudo en su estómago creció al recordar a su mejor amigo. ¿Estaría bien?. Como deseaba abrazarlo en ese momento.
Rememorando en sus recuerdos, Jimin recordó algo, muy importante. Él no había logrado escapar, no, alguien lo había salvado. O más bien, algo. Otro híbrido.
ㅡMierda. ㅡSe puso de pie torpemente. Sujetándose de la áspera madera detrás de él para no caerse y recorrió todo a su alrededor con sus ojos. Pero estaba solo. Completamente solo.
¿Acaso se habría marchando?. Realmente sólo le había salvado la vida y se había ido o... ¿O sólo lo había llevado allí para que fuera su cena?.
Pasando saliva Jimin razonó. Claro que no, si lo hubiese querido comer lo más posible es que lo hiciera mientras dormía, a menos que le gustara causar dolor y escuchar gritos.
Puta madre.
Su mente no era de mucha ayuda.
Trastabillando un poco al caminar, Jimin se impulsó sobre sus pies y se arrastró suavemente por el camino, recostándose de árbol en árbol, empezó a recuperar la flexibilidad en su cuerpo hasta que pudo caminar bien. Hasta que pudo correr.
El sonido de sus pies impactar con el suelo, aplastar hojas y quebrar ramas era lo único que podía escuchar, además de su respiración agitada y el latir de su corazón en su oído constantemente.
No tenía idea de adonde iba, pero en definitiva, no se iba a quedar recostado en una esquina esperando que ese monstruo volviera a devorarlo. Jodidame que no lo haría.
Un ruido llamó su atención mientras corría, pero lo ignoró y continuó avanzando, cada vez más rápido, cada vez más cerca de irse, casa vez...
Un pesado cuerpo impactó contra él, una mano se apretó contra sus boca silenciando el sonido del grito que dejó escapar por el susto y ojos oscuros como la noche lo fulminaron.
Jimin se quedó estático, no por el golpe, tampoco por el susto. No, él se quedó sin poder siquiera pestañear al reconocer a la persona encima de él. Nunca en su vida olvidaría ese rostro.
ㅡQuédate quieto y no hagas ruido. ㅡSusurró él, la persona que más detestaba en todo el mundo, incluso más que a esas malditas bestias repugnantes. Y solo por llevarle la contraria Jimin hizo lo que le dijo que no hiciera.
Empezó a removerse con brusquedad debajo del enorme cuerpo que lo aplastaba y a patearlo. Él gruñó y lo apretó aún más. Exprimiendo el aire de sus pulmones y presionándolo contra el duro suelo bajo él.
Jadeó, y palpó sus manos buscando aire. Se estaba asfixiando. Él pareció entenderlo, porque se separó, solo un poco. Volvió a susurrarle que se mantuviera quieto, pero Jimin solo quería levantarse y darle un puñetazo en su malditamente atractiva cara.
¿Por qué mierda le pedía que se callara?. ¿Quién se creía que era este hijo de puta?.
Entonces escuchó un grito desgarrador y sus ojos se salieron de sus órbitas. Él asintió y retiró la mano de su boca con cautela.
ㅡSilencio... ㅡMurmuró, paseando su vista por los alrededores. Jimin no se perdió el brillo azul de sus írises. Se quedó pasmado, en ese momento era un cuerpo sin alma. Paralizado por el miedo. Aún así, no pudo ignorar que el cuerpo arriba de él estaba desnudo. Sentía su piel pegarse a la suya. Era demasiado obvio como para ignorarlo.
Otro grito rompió el aire y su corazón se disparó de nuevo. Él bajó sus ojos, movió sus labios diciendo algo y luego se levantó. Jimin lo recorrió con velocidad se pies a cabeza y se atragantó. Luego fue levantado como un saco de papas y perdió la estabilidad, cayendo hacia adelante.
Nunca tocó el suelo, una suave mata de pelo fue lo que lo recibió. Entonces se dió cuenta de que ese hombre ya no era lo que estaba delante de él, sino el híbrido que lo había salvado antes.
Jodidos demonios.
Él también era un...
La peluda cola se movió hasta tocar su pierna, él animal lo miró y hizo un movimiento con su cabeza. Jimin lo entendió, quería que subiera, pero el shock no lo dejaba moverse.
Cuando escuchó a alguien más gritar pidiendo ayuda, finalmente se espabiló y trepó encima de él. Agarró un puñado de pelo entre sus manos y lo haló. Él gruñó bajo.
ㅡTe lo mereces, eres un hijo de puta y te odio. ㅡFarfulló. Podía haberlo salvado, pero eso no cambiaba el hecho de que era un maldito monstruo.
Algo como un bufido escapó del hocico del animal y luego estaba corriendo. Jimin jadeó por el susto y se agarró más fuerte.
ㅡ¡Maldito!. ㅡChilló bajo agarrándose casi frenéticamente al espeso pelaje.
Jimin juraría que él se estaba riendo.
Se mantuvieron corriendo por mucho tiempo, tal vez horas, las enormes patas causaban estruendosos ruidos con cada pisada que daba. Las ramas se enganchaban en su ropa y tenía algunos rasguños en su cuerpo, pero los sonidos fueron desapareciendo mientras más se alejaban del lugar.
Jimin no debería estar confiando en él, era posible que se lo llevara para hacerle quien sabe que demonios, pero aunque fuera un ser humano... No, un híbrido, detestable, al menos lo conocía.
Cuando finalmente se detuvieron, saltó apresuradamente de su lomo, desorientado mirando a todos lados, Jimin observó una pequeña cabaña situada encima de una... colina.
Se giró y su boca se abrió en una "o" por la impresión. Desde allí arriba se podía observar toda la ciudad. Oh. No le tenía miedo a las alturas, pero carajos, eso no se veía como una agradable caída.
Retrocedió unos pasos, hasta que chocó con... Él.
Entonces se volteó, miró al hombre detrás de él y sin pensarlo dos veces le atinó una patada en su entrepierna.
ㅡ¡Hijo de...!
Se cayó de rodillas y se retorció en él suelo, estaba desnudo, así que el golpe había sido, efectivamente directo a sus bolas. Jimin se rió, le causó demasiada satisfacción verlo así. Arrodillado frente a él quejándose de dolor entre gemidos vergonzosos.
ㅡTe lo mereces. ㅡSe encogió de hombros. ㅡMucho más que eso. ㅡProsiguió. ㅡIncluso estaba pensando en lanzarte desde aquí arriba. Maldito. ㅡFarfulló mirándolo con resentimiento.
Lo odiaba.
ㅡAh sí. ㅡMurmuró, aún tapando sus partes íntimas con sus manos y con el rostro rojo de dolor. ㅡTe acabo de salvar la vida y así es como me pagas. No sabía que eras tan ingrato bonito.
Un escalofrío lo recorrió. Jimin pasó sus manos por sus brazos y lo fulminó con la mirada. Odiaba ese apodo.
ㅡNo me digas así. Me llamo Jimin, aunque una bestia como tú, me asombra que puedas hablar.
Jungkook se levantó lentamente riendo, el dolor disipándose de su cuerpo y caminó, acercándose con pasos relativamente lentos a él. Como un depredador acorralando a su presa.
Un recuerdo fugaz pasó por su mente. Jimin sacudió su cabeza. No, no y no. Eso no pasaría de nuevo, no le tenía miedo y no dejaría que se acercara a él.
ㅡN-no te acerques. ㅡSe detestó por tartamudear.
ㅡ¿Por qué?. Acaso no eres lo suficientemente valiente. ¿Me tienes miedo?. ㅡSus labios se crisparon. Jimin jadeó.
ㅡSi te acercas te voy a...
ㅡ¿A qué?. ㅡLo interrumpió. ㅡVolverás a pegarme. ¿O crees que tienes la suficiente fuerza para lanzarme hasta allá abajo. ㅡSeñaló el vacío con su mentón.
El silencio permaneció en el aire. Jungkook se lamió los labios. Jimin no se perdió el gesto y tembló.
ㅡNo te atrevas. ㅡDijo, atropellando las palabras. ㅡNo te vas a acercar a mí y no me vas a poner tus sucias manos arriba.
Jungkook se carcajeó.
ㅡNo es mi intención.
Aún.
Enarcando una ceja Jimin lo miró incrédulo. Enserio decía eso el mismo hombre que se había colado dentro de él hace más de un año como si fuera de su propiedad. Los recuerdos de su toque se mantenían vividos en su piel.
ㅡ¿Entonces para que me trajiste aquí?.
ㅡ¿No querías que te salvara?. ㅡPreguntó él evadiendo su pregunta. Jimin lo fulminó con la mirada.
ㅡNunca pedí tu ayuda.
ㅡ¿Enserio?. Entonces debería llevarte de nuevo a Seúl. Supongo que estarás más a salvo allí que conmigo cierto. ㅡDijo, la burla claramente sobresaliendo en su voz.
ㅡTe odio.
Fue lo único que pudo decir. Claro que no quería regresar. No tenía nada allí.
ㅡLo sé. ㅡSe encogió de hombros y caminó alejándose de él. Jimin lo observó abrir la pequeña puerta de madera y quedarse de pie bajo el pórtico. Se giró en su dirección. ㅡVas a entrar o no.
ㅡ¿Quieres que confíe en tí?. Estás delirando.
ㅡNo creo que tengas una mejor opción, a decir verdad.
Ignorando las ganas de pegarle un puñetazo Jimin viró los ojos y caminó cauteloso hasta el pequeño lugar. No era nada del otro mundo, un pequeño refugio que serviría para vivir a cualquier persona. La casa no se estaba cayendo a pedazos, todo lo contrario, parecía recién construida y la madera estaba fuerte.
Jimin se quedó de pie mirando el interior, más bien, observando la cama en una esquina. Tragó grueso. Jungkook rió y se acercó a una pequeña mesita donde tenía varias mudas de ropas dobladas. Tomó una camisa, un bóxer y pantalones. Luego miró a Jimin.
ㅡPuedes entrar, no te voy a comer.
ㅡMuy gracioso. ㅡChistó el rubio. Pero caminó hacia adentro.
ㅡCierra la puerta. ㅡLe indicó el contrario.
ㅡ¿Qué?. ㅡMusitó, su voz demasiado pequeñita. Jimin observó esos penetrantes ojos oscuros por un determinado momento, luego asintió y la cerró. El ambiente era demasiado tenso, sin embargo, no tenía miedo. Sólo nervios...
ㅡYa te dije que no te voy a hacer nada bonito. Si fuese mi intención no te hubiera salvado.
Tenía razón, pero no era Jimin quien no lo entendía, si no su cuerpo que se negaba a cooperar correctamente alrededor de ese hombre. Híbrido, se corrigió.
ㅡNo pretendas que confíe en tí, solo porque me ayudaste. No lo haré. Te detesto.
ㅡ¿En verdad lo haces?. ㅡPasando su camisa por su cabeza, Jungkook lo observó con una mirada intensa y se acercó. Jimin se pegó a la puerta, buscando el cerrojo que nunca debió cerrar.
El calor del cuerpo ajeno lo envolvió al tenerlo tan cerca. Jimin cerró los ojos, esperando cualquier cosa, lo que sea, menos su mano acariciar su cabello.
ㅡSigues igual de hermoso que antes. ㅡMurmuró y su corazón revoloteó en su pecho.
ㅡCállate...
ㅡ¿Por qué?. ¿Te pongo nervioso Jimin?.
Jimin. Su nombre jamás se había sentido tan extraño como cuando salió de esos labios.
ㅡNo quiero que ensucies mi nombre como lo hiciste con... ㅡSe detuvo en seco. Que mierda iba a decir.
ㅡ¿Como lo hice contigo?. Ibas a decir. ㅡSusurró cerca, muy cerca de su rostro.
Jimin encontró sus ojos y se quedó allí, hipnotizado por el hermoso azul que portaban ahora. Era de alguna manera fascinante, debería ser espeluznante. Pero no, ahí estaba el encantado con esos raros írises azules. Los mismos que pertenecían a la persona que él odiaba.
ㅡQuítate de arriba. Me estás ahogando. Dijiste que no me harías daño Jungkook.
Sus ojos se abrieron y sus labios se curvaron en una sonrisa.
ㅡ¿Qué?.
ㅡPensé que no recordarías el nombre de la persona que tanto odias. ㅡDijo, burlón, tomando su mentón y haciendo que lo mirara muy, fijo. Jimin evitó la mirada abochornado.
Sí, no debería recordarlo, pero como le explicaba que no había dejado de pensar en ese nombre ni una sola vez en todo el tiempo que había transcurrido. Sonaría loco, y podría darle ideas equivocadas a él.
Sus ojos se desviaron a sus labios, se veían suaves y eran delgados, no como los suyos, el lunar bajo el labio inferior era malditamente atractivo. Jimin se encontró a sí mismo imaginando pasar su lengua por él.
Qué mierda.
Se estaba volviendo loco. Podría esto ser como esas personas que tienen el llamado Síndrome de Estocolmo. Porque estaba seguro de que no debería encontrar jodidamente atractivo a la persona que, había, abusado de él, que lo había dejado solo luego de eso como si fuera un trapo inservible y que...
Y que también te salvó, evitó que te mataran y te trajo a un lugar seguro.
Susurró la traicionera voz en su cabeza. Bien, tenia unos puntos por ahí, pero eso no quitaba el hecho de que lo odiaba aún. Aunque fuera atractivo y estuviera malditamente bueno.
ㅡTe dices a tí mismo que me detestas Jimin. ㅡProsiguió él, captando su atención a sus ojos de nuevo. ㅡPero estás aferrado a mi camisa como si tu vida dependiera de ello. ㅡSolo entonces Jimin notó que, tal y como él decía, sus manos apretaban su ropa. Mierda. ㅡY no has hecho nada para alejarme. ㅡContinuó. ㅡ¿Sabes por que es eso?.
No, no lo sabía, pero fuese lo que fuese lo detestaba, tanto como a él. Sí, lo odiaba, él no le atraía para nada, nunca, imposible. Jimin lo... ¿Él lo odiaba cierto?.
ㅡNo me odias por lo que te hice.
ㅡCalla. ㅡSe escuchó decir.
ㅡMe odias porque te gustó y estás resentido porque te dejé sólo después de eso.
ㅡMentira. Te odio porque...
ㅡMe odias porque me deseas también. ㅡSus manos se apretaron en su cintura, Jimin tembló, pero no las apartó. ㅡ¿No quieres que te toque?. ㅡDeslizó una de sus manos hasta su espalda baja, acercó sus cuerpos. Jimin jadeó. Sentía eso, duro contra su muslo.
Estaba excitado. No debería, debería estar temblando de miedo. No de excitación, maldita sea.
ㅡLo quieres. ㅡTomó su mentón y levantó su cabeza de nuevo, lo forzó a mirarlo y acercó sus labios a los suyos. Demasiado, demasiado cerca.
ㅡNo.
ㅡLo haces. Pero sigues resentido conmigo. ㅡQuería que se callara, no iba a escuchar más. No era cierto, no era... ㅡEres hermoso Jimin. El ser más precioso que he visto en mi vida, desde esa noche en el bosque. Me hipnotizaste. Deseé que fueras mío, desde el instante en que mis ojos se posaron en ti, estabas tan asustado, pero te veías tan encantador así... Y yo sólo quería comerte completo, así que lo hice...
ㅡY luego te fuiste. ㅡNo quiso que sonara como un reclamo. Pero lo hizo.
Jungkook deslizó su mano hasta apretar uno de sus glúteos, Jimin jadeó y él ronroneó.
ㅡNo me fui porque quise. Lo hice porque debía irme.
ㅡ¿Y se supone que debo creerte eso?. ㅡInquirió, intentando concentrarse en la conversación y no en la mano apretando sus nalgas.
ㅡEs tu elección si quieres hacerlo. ¿Pero, entonces porque habría regresado?. No tengo nada que llame mi atención aquí, excepto tú. Con esos labios malditamente deliciosos y ese cuerpo tan... Apetitoso.
ㅡDeja de decir eso. Tú, sólo quieres...
ㅡTenerte, joderte, poseerte, follarte, todo eso, sí, es lo que quiero. ¿Pero sabes lo que más quiero...?
Jimin negó, su cuerpo demasiado receptivo a las suaves caricias de las manos contrarias. Sí, esto tenía que ser algo parecido al Síndrome de Estocolmo.
ㅡHacerte mío, de mi propiedad. Porque me encantas, me atraes como ningún ser lo había hecho antes y no tengo idea de porqué. Sólo se que quiero que seas, completa y totalmente mío.
Ni siquiera tuvo tiempo de responder algo a eso. Aunque no tenía idea de que decir, los labios de Jungkook sobre los suyos impidieron el paso a cualquier palabra. Dejándolo colgándolo de un hilo. Olvidando las razones por las cuales no debería estar respondiendo a ese beso. Ni a las caricias que le proporcionaban sus manos a su cuerpo.
ㅡEres tan receptivo a mi toque porque lo anhelas, lo has anhelando todo este tiempo, ¿cierto?. ㅡInquirió él, separándose en un jadeo y pasando a besar su cuello. Jimin enterró las manos en su cabello. No respondió. ㅡNo me odias Jimin, me deseas.
ㅡN-no, t-te o... Te odio. ㅡLas palabras se convirtieron en un gemido cuando sus manos acariciaron su entrepierna por arriba del pantalón. Jungkook chupó su cuello a su antojo, y Jimin no se opuso. Tampoco lo hizo cuando lo desprendió de su camisa y atrapó un pezón en su boca.
Solo pudo agarrarse con más fuerza al cuerpo contra el suyo. Jungkook lo levantó en el aire y sus piernas se envolvieron a su alrededor.
Su razón se fue al carajo, tendría tiempo para arrepentirse de lo que iba a hacer después, o tal vez no. Tal vez no se arrepentiría. Porque no podía negar que todas sus palabras habían sido verdad. Jimin lo reprochaba por haberse ido.
Aún si era un desconocido para él, su cuerpo lo había recibido gustoso, su toque lo había encendido tanto como lo estaba haciendo ahora mientras Jungkook lo recostaba en su cama y se metía entre sus piernas, deshaciéndose de sus ropas recién colocadas y alcanzando sus labios posesivamente.
ㅡNo te volveré a dejar Jimin. ㅡJadeó contra su boca. Arrastrando sus manos hasta sus pantalones y lanzándolos lejos de la cama. ㅡPrometí que volvería por tí, y lo hice.
Vagamente, él escuchó sus palabras, no tenía suficiente fuerza para pensar o captar algo razonablemente. La razón se escapaba de su cabeza con cada lamida que Jungkook proporcionaba a su cuerpo, a su abdomen, a la uve entre sus muslos, a su polla.
No evitó el sonido vergonzoso que salió de sus labios cuando esa boca engulló su miembro y se deleitó torturándolo, lamiendo toda la extensión como una paleta, como un helado, realizando círculos con la lengua sobre la punta y ejerciendo fuerza sobre la raja.
Se sujetó a las sábanas bajo su cuerpo. Temblando en espasmos, sintió que le estaban exprimiendo el cerebro a través de las succiones a su polla.
Y como si no fuese suficiente. Jungkook arrastró su lengua más abajo, dejando su hinchada erección y tomando sus testículos en su boca, las chupó con ímpetu, cada uno y luego lamió su agujero con suavidad.
Jimin se retorció sobre la cama intentando safarse, sentía que podía morirse en cualquier momento si no lo apartaba. Pero Jungkook lo ignoró, afianzó el agarre en sus piernas y lo folló con su lengua casi agresivamente.
Lo penetró con ella, tantas veces que Jimin se sentía drogado. Se sentía como un cuerpo sin alma. El calor se propagó por su vientre, estaba a punto de correrse, y como si él lo supiera se separó, agitado.
Jimin intentó encontrar su boca, con su vista desenfocada no podía ver bien. Pero no hizo falta, Jungkook sujetó su rostro y metió su lengua en su boca, follándolo con la misma con la que había jodido su agujero hace un segundo.
Era demasiado sucio. Pero le gustaba.
La necesidad de sentir la sensación que le había casuado tenerlo dentro de él aquella vez lo estaba abrumando. Él quería, quería...
Y Jungkook le dió lo que quería, colocó la cabeza de su polla en su agujero, tentándolo y desbaratando su cordura. Jimin se negó a quejarse, él se negó a humillarse más. Pero se empujó hacia abajo y se penetró por si mismo.
Una risa ronca salió desde lo más profundo de la garganta de Jungkook, abrazó su cintura y todo lo demás fue un borrón.
Lo folló con la misma intensidad con que folló su boca, destrozó su agujero como si lo hubiera necesitado por años. Y Jimin no podía mentir, diciendo que él no lo había querido cuando lo único que podía hacer en ese momento era sujetarse de su ancha espalda y gemir en su boca desesperado. Por más, más fuerte, más hondo.
Sólo más, más, más, más.
Y Jungkook no era quien para negárselo. Empujó en él hasta que su interior convulsionó y lo asfixió mientras Jimin se corría. Continuó follándolo, embistiendo intentando alcanzar su propio orgasmo. Amando el sonido de sus cuerpos con cada choque y lo sensible que se encontraba su precioso chico bajo él.
Con sus labios abiertos, sus ojos llorosos y su vista nublada. El sudor escurriendo su frente y sus quejidos escapando de su pecaminosa boca.
Jungkook quería meter su polla entre esos gruesos labios, pero tendría tiempo para ello. Todo el tiempo del mundo, porque Jimin sería suyo, nadie más que él lo tocaría. Jamás.
Se corrió, vaciándose con una fuerza descomunal dentro del apretado interior. Un gemido ronco, más como un gruñido animal escapando de su garganta. Disminuyó la fuerza de sus golpes hasta quedarse quieto sobre Jimin.
Jimin, Jimin era un desastre total. Ahora si estaba, literalmente, jodido.
No había excusa posible para decir que no había querido esto, que Jungkook lo había forzado. Tampoco hubo una la primera vez. Así que no se molestó en buscarla. Bien, podría ser que en verdad estuviera resentido porque este estúpido tan guapo le había dejado tirado aquella vez. Pero había, había regresado no. Eso tenía que significar algo.
Gimió cuando Jungkook los volteó en la cama, aún con su polla dentro de él y lo puso encima, su cabeza apoyada en su pecho mientras escuchaba el constante latido de su corazón.
Jimin suspiró sintiendo sus ojos cerrarse.
ㅡSi vuelves a dejarme, te juro que voy a buscarte y te cortaré las bolas Jungkook. ㅡMurmuró adormilado. Pudo escuchar su suave risa.
ㅡNo tendrás que hacerlo. Vine a buscar lo que me pertenecía. No lo voy a dejar nunca más.
ㅡBien. ㅡJimin esbozó una pequeña sonrisa y se permitió relajarse sobre su cuerpo. Las manos de Jungkook se envolvieron en su cintura. ㅡMás te vale.
Cerró los ojos y hubiera caído dormido al instante, si alguien no hubiera embestido dentro de él de nuevo. La dura polla enterrándose y golpeando su próstata, haciéndolo retorcerse.
ㅡ¿Q- qué estás...? ㅡJadeó, encontrando la mirada de Jungkook.
Él sonrió con los ojos titilando en azul.
ㅡSólo reclamo lo mío. ㅡLo alzó, lo besó, lo volteó en la cama y embistió en su interior.
ㅡTe odio... ㅡJimin chilló y sus ojos cayeron a la parte posterior de su cabeza. ㅡHijo de...
Pero Jungkook hundió su lengua hasta su garganta y su polla apuñaló su interior sin dejarlo respirar.
Jodido hombre.
Se quejó, pero enterró las manos en su cabello y se dejó ir. Era demasiado bueno.
Y ahora sí :)
Fin♡
Dedicado a todos quienes esperaron el extra con ansias ♡
Omaigosh se leyó tan sucio como creo que quedó😳 leer tanto la saga Nuevas Especies me está jodiendo la cabeza. Por dios. Voy a ir al infierno😩
Bueno amores, perdón la demora, pero, no podía publicar el extra hasta terminar con unos concursos en los que había escrito el TS ╥﹏╥ que por cierto, gané el tercer lugar para el que hice la historia. Y primer lugar en otro! No me lo creo.
Pero buenoooo, ahora sí se acabó. Aquí hay Kookmin juntos porque sí, y porque soy muy débil como para dejarlo así en el aire😩😂
Entonces, espero que les haya gustado. Aquí entre nos, me encantó el sepso como quedó xd 🤭 cochina que soy🤣.
Nos leemos en otra historia linduras ;)
Lele✨💙
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro