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|Just the two of us, I|

Hacía ya un par de noches en que Olivia andaba inquieta en la cama. De tal manera, que Marius, quien la mayoría de veces dormía pegado a ella, se apartaba para evitar alguna que otra patada nocturna.

Pero aquella noche no solo no podía estarse quieta, sino que algo, además de un sofocante calor, la obligó a salir corriendo al baño.

-¿Livs?- llamo al verla correr.

En cuestión de segundos se encontraba en el suelo con el rostro en el retrete vomitando la ingesta de todo un día. Y había comido demasiado.

Al oírla, Marius fue detrás de ella, y sostuvo en una coleta su corto cabello. Fue ahí que sintió que Olivia tenía fiebre, y que no estaba tan bien como está creía.

Con rapidez fueron a la guardia, y por suerte estaba la Dr. Lake de turno. Tras ser atendidos, y que le sacarán sangre, los hicieron esperar por los resultados en una sala.

-Me quiero morir.- murmuró Olivia.

Tenía la cabeza apoyada en el pecho de Marius, y cerraba con fuerza los ojos. Bajo sus párpados cansados se acumulaban pequeñas partículas de luz.

-Ahora nos dirán que tomar y volveremos a la cama.- dijo el mago pasando una mano por la despeinada cabellera de la bruja.

Mientras que Olivia sentía que en cualquier momento iba a derretirse en sus brazos. Él sentía que moriría junto a ella. No eran de enfermarse muy seguido, pero cuando ocurría sus mundos se daban vueltas. Pues en cortos períodos de tiempo caían en cama con síntomas muy agresivos.

—¿Por qué no estás mal? Hemos comido lo mismo.— sostuvo Olivia.

—Si, yo con cuidado.— respondió dando una leve sonrisa.

—No es justo.

La Dr. Lake se sentó frente a ellos, y les dio una sonrisa tranquilizadora. Le pasó una pastilla a Olivia con algo de agua, y está sin preguntar lo tomo.

-Tengo algunas noticias.- hablo sin presura.-Antes que nada Livi debes calmar tu ingesta de comida.

Guardó silencio al ver como Marius bostezaba sin cuidado.

-¿Problemas de sueños?

-No es eso, hace una semana que Livs no deja de patearme.

-Lo siento.- dijo con voz temblorosa.

-Esta bien. Es algo que no sucede desde ...- se freno y vio a la Dr. Lake.

-Bien porque hay algo más que deben saber, pero veo que tu ya lo sabes.

Ante el silencio de su esposo, Olivia se recompuso y lo vio. Era como si hubiese perdido todos los colores.

-¿Desde cuándo no sucede?- pregunto con cierta ingenuidad.

Este la vio, y fue ahí que comprendió de que estaban hablando. Luego, nerviosa, y con los ojos que brillaban mas que en otras ocasiones, observó a la Dr. Lake.

-Oh por todos los cielos ¿Qué más hay?- pregunto al borde del llanto.

Con lo próximo que dijo la doctora, el silencio reino por un instante. Aunque ella quería felicitarlos, que no se dijera ni una sola palabra le hizo guardar sus comentarios.

—Bien, saldré un momento.— les dijo con una sonrisa.

Iban de vuelta al departamento en silencio. Esta vez la noticia les cayó de manera distinta. Olivia parecía no sentirse mal, sino más bien preocupa. Aún mantenía algunos brillos bajo sus ojos, y el rostro pálido por los vómitos.

Dio un suspiro y frotó donde nacía una terrible acidez.

-¿Debemos decirle a alguien?- pregunto sin ver a su esposo.

—Por momentos deberíamos guardarlo ¿Qué dices?

Ella sabía que no era eso lo que él quería decir. Pero ante su lógica y miedo, prefería que así fuera.

—Por mí está bien.— dijo apenas audible.

Olivia giro para verlo, y este le sonreía con cierta emoción pese al rostro cansado. Quería estar como él, hacerlo sentir acompañado, pero su malestar se lo impedía. Era más la preocupación que tenía por guardar la reciente noticia que las ganas de festejar.

-¿Tu crees que alguien lo podría notar?

—¿Con menos de diez semanas?— pregunto.—

—Diez semanas.— repito ella.

Olivia vio al frente y guardo silencio todo el trayecto hasta llegar al departamento. Quería expresar felicidad por los nuevos acontecimientos, pero no podía dejar de sentirse preocupada.

Al llegar Marius la ayudo a bajar, y juntos de la mano caminaron hasta el edificio. Olivia se detuvo sin soltarlo, y ese volteó a verla.

-¿Tú estás seguro de esto?- pregunto.

Marius sonrió, y se acercó a ella.

-Ha pasado mucho tiempo.- dijo, y un leve brillo invadió su mirada.-Pero estaré seguro solo si tú lo estás.

-No se cómo sentirme.- murmuró.

-En ese caso, esperaremos, y veremos cómo sentirnos al respecto.

Olivia se abrazó a él, y dio un suspiro tembloroso. Estaba cansada, y solo era el principio de todo. Aún así, no podía dejar de pensar en lo ocurrido tiempo atrás, y eso la cansaba aún más.

El día aún no comenzaba y sentía que hacía más de veinticuatro horas que no pegaba un ojo.

Al llegar, se metió de inmediato en la cama y se quedó dormida. A los minutos fue Marius, y cuando estuvo a punto de cerrar los ojos, el perro salto a la cama, y se durmió antes que él.

-Buenas noches para ti también, amigo.- murmuró y se abrazo a Olivia.

En la mañana siguiente, Olivia parecía más animada. Despertó y no había nadie a su lado, podía oír a Marius cantar de fondo. Por su voz entonando sonatas en francés supuso que estaba más animado, y para ella no había nada mejor que oírlo cantar así.

Era algo que no había muy seguido. Recordaba que lo hizo tras la primer mañana después de la boda, o aquella vez en Italia cuando le pidió casamiento. Y antes del próximo recuerdo Olivia prefiero pensar en algo más.

Cristopher aún dormía a sus pies, hasta que ella lo llamo y el perro reacciono de inmediato.

A los minutos entro su esposo, y le dio un beso en la frente.

-Buenos días.- saludo el mago.-¿Cómo te encuentras?

Ella sonrió. Estaba brillante, y no eran muchas las mañanas que tras una larga noche lo podía ver tan alegre.

-Te vez muy feliz.— dijo.

Se acercó y le dio beso en la mejilla.

-Bueno, nadie me pateo de noche.- respondió.

Dejo una charola sobre sus piernas, y tomo su taza con café, mientras le pasaba la taza con té a ella.

-Lo siento por eso.- dijo Olivia tomando la taza.

Olió la bebida, y palideció de inmediato. La dejo a un lado, y puso cara de disgusto.

-¿De qué es? Huele horrible.

-Al fin, y solo tardaste dieciséis años en hacerme caso.- exclamó.-El té nunca tuvo sentido.

-No es gracioso, amo el té, y no puedo tomar mí mate, menos café.- se cruzó de brazos.-¿Qué voy a tomar?

-Bueno, agua. Bárbara dijo que mucha agua.- respondio, y dio un sorbo a su taza.

Noto que Olivia aún mantenía el ceño fruncido, y los brazos cruzados.

-Bien, tampoco tomaré café.- rodó los ojos.

-Gracias, pensé que ibas a tardar más en notarlo.- sonrió.

Hizo a un lado la charola, y estiro lo brazos al frente. Marius se resistío un momento, sabía lo que quería, pero recién le había hecho abandonar su bebida favorita a la par en que ella abandonaba la suya. 

No tardó en terminar entre sus brazos, imaginando la sonrisa de su esposa por haber perdido con tanta rapidez.

-¿Entonces será así los nueve meses?- pregunto.

-Puede ser.- respondió ella.

-¿Sabes algo? Me había olvidado lo mandona que te podías poner.- dijo dando una sonrisa.-Y creo que me hace amarte más.

Olivia paso una mano paso por sus risos oscuros, y no pudo evitar sonreír complacida. Aquello era como un flechazo en su corazón asustado.

-¿Sabes que lo me hace amarte aun más?- pregunto, y Marius asintió con un sonido.-Que dejes el café por mí.

-Puedo dejar lo que sea por ti ¿Recuerdas que rompería cualquier regla?

-¿Me seguirás queriendo aunque me ponga gruñona, y te mandé a comprar helado en la otra punta del mundo?- insistió en saber.

Marius se apartó de su abrazo, para tomarla de las mejillas y darle un corto beso en la frente. Se quedaron en silencio, con los ojos cerrados y respirando la calma que el otro le transmitía.

—Iría hasta el séptimo infierno de Dante por un helado para ti.— respondió.—Y al volver te diría lo mucho que te amo.

De pronto una lágrima brotó y Olivia la seco con rapidez, sin evitar reír por eso.

-Oh, estás hormonas.- murmuró.-Tambien te amo.

Tras unas semanas, debían ir al primer control. Y hasta que llegara ese día mantuvieron el secreto como si sus vidas dependieran de ellos.

Frente a cualquier dolor, síntoma inesperado hasta una náusea de más, hablaban con la Dr. Lake. A quien le hicieron prometer guardar el secreto. Si Jim o Clara se enteraban, lo haría todo el mundo.

Y el día de la fecha, llegaron a tiempo, y solo podían compartir nervios. Ninguno decía nada, y se notaban que eran pareja porque estaban unidos por las manos.

Los llamaron, y se pusieron de pie de inmediato. Con la misma energía con la que llegaron entraron a la sala, y siguieron los pasos que la doctora les indico.

Actuaban robóticos, con evidentes nervios y bastante miedo.

Solo se soltaron las manos para que Olivia acomodara su remera para que la Dr. Fisher le pusiera ese gel helado.

Frente al silencio de ambos, la mujer no dejaba de sonreír.

-Les sugiero que tomen este proceso con calma.- dijo la doctora.-Porque ...

Hizo una pausa y busco en el monitor. Sonrió frente a la pantalla, y la giro para que la vieran.

-Esto será largo, un poco tedioso si, pero una gran aventura.- concluyó.-Vean, ahí está su hijo.

Olivia alzó la cabeza para ver, y tomo con aún más fuerza la mano de Marius. Cubrió su boca, y luego llevo su vista hacia él. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, lo que le hizo sonreír aún mas.

  Con mucho cuidado se sentó, y acercó la mano libre a la fría pantalla del monitor.

-Mon amour, ça y est.- murmuró Olivia (Amor mío, ahí está)

-Oui, mon ciel, je le vois là.- dijo dando una amplia sonrisa (Si, mí cielo. Ahí lo veo)

Se dieron un beso, y tras unos segundos chillaron de la emoción. Rieron entre lágrimas, y se abrazaron.

Ya había desistido de la idea de tener un hijo. Habían pasado muchos años de aquella ocasión y de la infinidades de veces que lo intentaron otra vez. Sin embargo, ahí estaban de nuevo, un mundo desconocido y una nueva oportunidad.

-¿Todavía no podemos saber que será?- pregunto Olivia.

Sabía la respuesta, y que pecaba de emocionada. Sin embargo, la emoción del momento le hacía hablar de más, hasta fingir que no sabía como es que todo funcionaba.

-Aun no, pero en un par de meses si.- respondió sonriente.-Para el próximo chequeo ya podrán saber.

-Gracias Dr. Fisher.- dijeron al mismo tiempo.

-Hechizado.- exclamó Olivia.

-Eso es trampa.- se quejó él.

-Bueno, seré la madre de tu hijo. Debes hacerme caso.- sentenció.

Marius quedó mudó ante su afirmación. Tomo sus manos, y sus ojos brillaron.

-¿Cómo dijiste?- pregunto.

-¿Que soy la madre de tu hijo y me debes hacer caso?- repitió.-Oh, cariño.

Lo volvió abrazar, y ambos lloraron, sin importar que la doctora aún los veía. Ni ella se cansaría de decir esa frase, ni él de escucharla.

Por el momento había decidido guardar el secreto. No querían que más personas supieran hasta que pasara el tiempo que ellos creían necesario en comparación con la última vez.

-No se cómo se lo diré a papá.- dijo Olivia.

Estaba en la cama, tomando sopa, porque se le había antojado, pese al calor. Si algo esperaba del embarazo es que sus gustos por la comida no se volvieran tan particulares como le supo suceder a Circe.

-Como esa vez.- dijo Marius.-Lo va a tomar de la misma forma.

Olivia se encogió de hombros, y frunció el ceño.

-Le debería mandar una carta.- dijo Olivia.-Y no ver su cara de miedo cuando le diga que será abuelo.

-Bueno, le quiero decir a Peggy en la cara que será abuela y ver su cara.- Marius se acostó a su lado.-Creo que deberíamos hacer una barbacoa, decirles y huir.

Olivia rió por su sugerencia, pero no le parecía tan mala después de todo. Entre las risas, a la cama salto Cristopher, y comenzó a ladrar emocionado. La bruja dejo de lado el plato vacío, llamo al perro, y lo tomo de las peludas mejillas.

-Sabes que estaba pensado.- dijo ella.

Marius la vio, y solo algo se le cruzó por la mente.

-No.- respondió Marius.

-Aun me preocupa que algo malo pudiera pasar.— dijo, sin levantar la vista.—Él debería ser nuestro familiar. Se que se puede y ...

-Livs, espera ¿Lo dices en serio?— le interrumpió y ella asintió.

Cuando se sentó para verla, noto que su mirada estaba brillando por las lágrimas. Se acercó a ella, y la abrazó, haciéndo que se recostara en su pecho.

—Tengo miedo.— murmuró.

—Se que tienes miedo, yo también estoy asustado.— dijo, y acarició su cabello.—Pero esta vez todo será diferente.

Olivia sonrió mientras asentía, y secaba sus lágrimas en la playera de su esposo.

-Igual quiero que Cris hablé, y nos cuide.- murmuró.-Quiero que este con Benjamín cuando nosotros no lo podamos cuidar.

-¿Será niño?- Marius sonrió.

-Es una corazonada.- sonrió.-La primera vez no me equivoque.

-Mentira.- dijo con suavidad.—Se llama así porque antes que nada se llamaría Emma.

-Bueno, ahora tenemos dos nombres.- dijo Olivia.-Emma si es niña, Benjamín si es niño.

-Me gustan ambos.- dijo Marius.-Es más se de un buen segundo nombre para nuestra hija. Cécile ¿Te parece?

—¿Crees que será una niña?

—Creo que será la niña más hermosa de todas.— sonrío con cierta ilusión en su semblante.

Aunque no quería comenzar a planear nada, Olivia no pudo evitar ilusionarse. Si diferían en lo que quería pero estaba claro que ambos estaban alegres y seguros con la pronta llegada de un hijo.

-Me gusta Emma Cécile.- murmuró.-Sea lo que sea, con tal que sea, seré feliz.

Tras unas semanas, Olivia ya estaba agotada. Hacía un gran esfuerzo para no levantar sospechas de ninguna tipo. Controlaba hasta donde más podía el voraz apetito, que parecía crecer aún más, y se hacía notorio durante los almuerzos en la casa de su mamá.

Cómo si la hechicera realmente supiera algo.

-Creo que Baltimore lo sabe.- dijo Olivia.-Cada vez que voy, hace de comer él, y lo hace muy rico.

-Bueno, después de hoy podrás comer todo lo que quieras.

Marius se acercó y la abrazó por la espalda. Trataba de ver que era lo que ella veía en el espejo, pero le era difícil de descifrar.

-Estoy gorda.- dijo ella.-Lo que no es un problema sino fuera que aún es un secreto.

-No lo estás.- le contradijo.-Ponte lo que quieras si no querés levantar sospechas. Ya sabes, lo de siempre.

-Bien, dame una remera tuya.- ella sonrió.

-¿La que uso?

-Si quieres.- respondió.

Giro sobre sus talones, y paso sus brazos sobre sus hombros, y haciendo puntitas de pie le dio un beso. Y se detuvo cuando sintió que Marius le hacia cosquillas en la cintura.

-Ah, mejor pásame el vestido lila, ese que dice que no estoy embarazada.

Mientras ella se vestía, Marius la veía desde la cama. Olivia volteo a verlo, y le sonrió.

-Pensaste como es que pasó esto.- indagó Olivia.

-¿Qué? ¿Te saltaste la clase de biología?- pregunto con cierta gracia.

Olivia negó y rodó los ojos ante su pregunta.

-Como no, cuando en todo caso.- dijo tratando de no reír.

Marius se puso de pie y se acercó a ella. Puso sus manos en su cadera, y cara de pensativo. Olivia rodo los ojos y trato de no reír por toda la actuación.

-¿En donde estábamos hace un mes y algo?- pregunto.-¿En el cumpleaños de Clara? Recién volvía de ...

-No. Esa noche no.- le interrumpió.

-¿Cómo que no?- exclamó.—Mira hasta te sonrojarte. Llamando tarde a todos lados.

—Ay, Clara casi me mata.— dijo.

Olivia tomo sus mejillas acaloradas y negó ante el recuerdo.

-No, sabes cuándo.— dijo.

Se acercó a su odio y le comenzó a murmurar algo. El rostro de Marius había pasado por varias expresiones ante el relato, y la detuvo.

—Deja, ya lo recuerdo.— dijo y agitó una mano frente a su rostro.

—¿Y ahora quién se sonroja?— señaló.—Es que me pones loca cuando andas sin remera.

Guardó silencio por un instante, y dio un salto en el lugar que lo tomo por sorpresa.

—¿Recordaste algún detalle más?

Olivia abrió la boca en forma de o, y los ojos bien expresivos. Llegando a una conclusión.

-Nuestro alien es un accidente.- murmuró.

Marius subió la manos hasta la panza de Olivia, y negó con la cabeza.

-Primero nada de alien, y segundo no le puedes decir accidente.- susurró.-Es una maravillosa sorpresa.

Olivia cubrió su sonrisa con una mano, y luego se estiró para darle un beso rápido en los labios.

-Ya déjame tonto.- se apartó riendo.-Hermosa conversación, para tenerla con mí papá.

—Al menos podrás tenerla.— dijo haciendo aun lado.

—Ya deja esas bromas.— Olivia rió.

Cuando terminaron de enlistarse fueron a la casa de Circe. Al llegar hechicera los recibió con un fuerte abrazo. Lo que se le hizo un poco sospechoso a Olivia. Pero prefirió no hacerle caso a su sentido.

Al entrar, Ámbar se acercó a ellos. Y como la adolescente que era, no los saludo de la misma forma de siempre. Iba refunfuñando por alguna razón, y no quitaba la vista del celular.

-Oh no, nos vamos a tener que enfrentar a eso.- murmuró Marius.

Luego Lucero los saludo a los dos con suavidad, y abrazos.

-O podemos tener eso.- murmuró Olivia.

-Quizás ambos.- dijo Marius.

Olivia le dio un suave golpe en el pecho, haciéndole cosquillas al mago.

-Uno a la vez amor.- dijo.

—¿Cómo que uno a la vez?— susurró.

—Ya, si nos descubren antes de tiempo es tu culpa.— rió.

Fueron hasta el patio, donde estaba Arabella con Casey en brazos, y a su lado Hisirdoux. El niño al ver a su hermana estiro los brazos. Y Olivia más que encantada lo recibió.

-Hola Casy.- saludo, y le dio un beso en la frente.-Eres tan lindo.

Suspiro por completo enamorada de su hermanito. Era el primer varón de la familia, y por alguna razón que ignoraba, su vínculo era diferente. Sentía que su deber de cuidarlo era mucho mayor que con sus otras hermanas.

Casey era pequeño, e idéntico a su papá. En su mirada tan brillante, encontraba paz. Y de alguna manera llenaba ese pequeño hueco en su corazón que se le formó varios años atrás.

Noto como Marius la veía embelesado, y pronto sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Livi?- dijo Hisirdoux.

Ella llevo la vista a su papá, y este le sonrió un tanto confundido.

-¿Ocurre algo luciérnaga?- pregunto.

Sin estar muy segura de su futuro, o el de su próximo primer hijo, sabía que no podía sostener por más tiempo aquel secreto.

-Papá.- su voz tembló.-Voy a ser mamá.

Hisirdoux palideció al oírla. Arabella lo vio, luego a Olivia y otra vez a él. Sonrió, pues noto como sus ojos se ponían brillantes por las lágrimas, y le dio un leve empujon. Y como si le hubiese dado cuerda, el pelinegro se acercó a su hija y la abrazo con fuerza.

—Ven aquí.— le dijo a Marius.

Y juntos, lloraron por la nueva noticia. Circe se acercó festejando sin realmente haber escuchado nada, y se les unió en el abrazo grupal.

—¿Ella ya lo sabía, cierto?— le pregunto Arabella a Baltimore que se paró a su lado.

—No existen secretos que ella no sepa.— sonrió.

Pasaron la tarde en festejo, y Olivia pudo comer en paz, sin la presión de un secreto como lo es un embarazo. Ahora iba junto con Marius, este decía algo que no tenía nada que ver con su futuro hijo ni nada por el estilo. Estaban yendo a ver a Peggy quien se ausentó en la reunión.

Por alguna razón, sentía aquel día más cálido que en otra ocasiones. No podía dejar de sonreír tranquila oyendo las ocurrencias de su esposo.

Nunca se había imaginado así. Y eso le daba paz.

Al llegar al departamento, guardaron silencio y tocaron a la par. En unos minutos Margarita se hizo presente. Había pedido que no dijera nada, y la sonrisa que está los recibió les hizo creer que no cumplieron con su palabra.

—Que bien que llegaron, tengo una gran noticia.— dijo emocionada.

Ambos se vieron y sonrieron.

—Nosotros también.— dijo Olivia.—¿Quieres decirnos tu primero?

—No no, hablen.— dijo Peggy.

Marius se sentó a su lado, y tomo su mano. Fue en ese momento que la sonrisa abandonó la cara de la bruja. Se imaginó cientos de buenas noticias, entre estas que se iban a mudar lejos de la ciudad.

—Mamá.— dijo.

—Vamos hijo, las buenas noticias no deben matar al oyente.— murmuró.

—Vas a ser abuela.— dijo dando una medida sonrió.

Esta cubrió su boca con la mano libre, y llevo si vista a la otra bruja. Olivia asintió frente a la falta de una pregunta.

—¿Qué? ¿De verdad?— pregunto emocionada, con la voz que le temblaba.

Parpadeó un par de veces, y seco una lágrima, para luego reír por la emoción.

—Oh, esto es tan lindo.— sorbio su nariz.—Sere abuela, seras papá, seras mamá.

Marius la abrazó, y Olivia fue a su lado para hacer lo mismo.

—Entonces esos retoños de jazmín lunar eran una señal.— murmuró.

★★★

Hola mis soles ¿Cómo va todo? ¿Lindo capitulo no?

Ah, me encanta. O sea, perdón por esa cuota de drama. Pero es inevitable. Lo próximo no será tan dramático, sino más bien, comedia de embarazos 😂 *corre a ver Que esperar cuando estás esperando*

Soy muy feliz con esto 😭 porque ellos son felices 😭

El nombre no significa nada, me gustó y listo, esa es la realidad del asunto. Por otro lado el nombre de nena es porque me gusta Emma, y el otro es el nombre de la mamá de Marius fanfictioner67

Es que Circe, Douxie y Peggy abueles es otro nivel, gente linda.

Hay una referencia por ahí dando vuelta 👀 ah. Y saquen las conclusiones que quieran.

En fin, aún falta, y eso. Cómo dijo la Doc esto recién empieza *llora*

Sin más que decir ✨ besitos besitos, chau chau ✨

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