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🔸Cherry🔸

Nota de la autora: este capítulo y los siguientes son 🔸 alternativos🔸 nada de lo suceda acá tiene que ver con el canon.

Y se toca el tema prohibido. En fin, disfruten la lectura.

•••

-Gracias por hacerme compañía hoy.- Olivia sonrió.-Iba a ser el peor día si hacía todo eso sola.

-Para eso estamos los amigos mademoiselle.- dijo dando una leve sonrisa.

Olivia le pasó un toallón al muchacho, y este le sonrió agradecido. El agua escurría de sus rizos como si aún estuviese corriendo bajo el agua. Y su estado no estaba mejor que el de él. La única diferencia es que le había dado su buzo para cubrirse del agua.

-¿Quieres algo caliente? Dios, esa tormenta me sorprendió.

-A mí me sorprende que no lo hayas visto.- dijo Marius.-Acepto eso caliente.

-Sabes que mis visiones no funcionan así.— dijo tengo a la cocina.

Él dejó a un lado el toallón extendido en una silla, y fue detrás de ella sin que está lo notara. Hasta que volteó, y lo vio con sorpresa. Tenía esa costumbre de ser silencio cuando menos se lo esperaba y hacer que sus nervios florecieran al instante.

-Cierto que aún no te dominas del todo.- dijo.

La mirada de Olivia brillo al oírlo. Aclaro su garganta y se hizo hacía atrás para después darle la espalda.

-Entonces ¿Té, café, agua caliente?- pregunto, volteó, y lo vio.

Aún no entendía como es que llegó a ese punto, donde veía algo más en él. Y que estuviera ahí en la sala de su departamento, atacado por la lluvia, y fingiendo que no era atractivo así, no le ayudaba mucho. Tenía novio, se reprochaba estar viendo de esa manera a su amigo.

-¿Té? ¿Lo dices en serio?- cuestionó.

-Lo se, solo te probaba.- dijo.-Digo, que te pongo a prueba. Debo tener algo de café.- corrigió nerviosa.

-¿Al menos sabes hacer café?- pregunto con cierta intriga.

Y le dio aquella sonrisa. Una que no podía olvidar. La que la remontada a cuando era una adolescente y recién lo conocía. Una que brillaba entre tanto caos y le daba calma. Se había olvidado lo que un pequeño gesto como ese podía hacer en ella.

Y no sabía que tan débil era hasta esa noche. Repudiaba esos actos, y ahora estaba a punto de cometer la mayor infracción y estupidez de su vida.

O al menos así sucedía en su mente.

Del otro lado, estaba preparando el café más perfecto hecho hasta el momento, para demostrar que no solo era una bruja del té. Mientras reía por las ocurrencias que Marius soltaba, en su mente surgía las mil manera de besarlo sin quedar como la peor infiel de todas.

-Y listo.- sonrió mientras servía la taza.-Soy una genio, hago todo bien. Desde organiza una boda hasta hacer un simple café.

Marius tomo la taza, y le dio un sorbo. Abrió los ojos sorprendido, no lo iba admitir pero estaba seguro de que se había delatado a si mismo con su cara.

-Esta bien, eres buena con esto.- dijo.-Maldición ¿Cómo lo haces? Esta riquísimo.

-Te dije, soy buena en todo lo que me propongo.- sonrió victoriosa.

-Si, me preguntó en que más serás buena.- dijo.

Aquello la tomo desprevenida. Se ahogó con el café, mientras el calor invadía gran parte del cuerpo. Quizás era algo que sonaba, ciertamente, inocente. Pero para Olivia, quien se había perdido en su imaginación, eso fue una cachetada.

Marius se acercó a ella, y le dio algunas suaves palmadas en la espalda para que volviera a respirar con normalidad. Pero estaba lejos de ayudarla. Olivia se enderezó y midió con exactitud la cercanía de su cuerpos.

-¿Te encuentras bien?- pregunto por lo bajo.

Ella estaba segura que alguna deidad la estaba poniendo a prueba. O era ella quien lo hacía. E iba perdiendo.

-Si, esto está caliente.- murmuró.-El café, digo.

Marius sonrió frente a sus nervios, y se apartó. Abriendo un gran espacio entre ellos, y fue ahí que Olivia pudo respirar con tranquilidad.

-Creo que la lluvia paro.- dijo.-Me iré, mañana es un día largo.

-Claro.- dijo Olivia.

Aclaro su garganta para evitar sonar decepcionada. De verdad no podía creer que sonara de esa manera. Debía estar festejando por qué se fuera.

-¿Necesitas un paraguas? Tengo varios.

-No, está bien así.- dijo.-¿Nos vemos pronto?

-Si, para tomar café.- dijo.-Al aire libre, claro.- añadió.

Lo acompaño hasta la salida, y como una costumbre que venía arrastrando por años, lo despidió con un beso en la mejilla. Y se quedó allí, de puntas de pie, viendo a su ojos grises, perdida por completo en su mirada.

Y solo se basaron. Ella lo hizo, y él no le cuestionó.

Como si fuera algo que esperaban hacer desde el primer momento. Marius la había tomado con cuidado del rostro y posado sus labios en su boca sin importar lo mal que eso estaba y Olivia se dejó arrastrar. Abrazó su cintura, y apresuró el beso hasta que sus labios cobraron ritmo. Se había escapado de su imaginación, y ahora lo vivía, sin medir consecuencias.

Era, por muy lejos en su vida, el beso francés mejor dado.

—Marius.— musitó cuando se apartó un poco.

Debía tomar aire, o se desvaneceria en sus brazos con una tonta sonrió en sus labios.

—¿Por qué dices tan lindo mí nombre?— dijo dando una leve sonrisa.

Olivia sintió que en ese momento iba a estallar en llamas, o colapsar y así ver al menos tres vidas futuras. Se contuvo para evitar seguir con eso, y lo apartó.

—Esto ...— dijo con la boca temblorosa.

—Esta mal.— murmuró él.

—Esta terrible.— exclamó ella.

Aclaro su garganta, y tiró su cabello hacía atrás. Trato de sonreír, ignorando aquel beso y lo mucho que lo deseaba. No era una buena sonrisa, llegaba a dar escalofríos en aquellos que la vieran. Y por desgracia solo estaba Marius.

—No paso.— dijo con una extraña calma.

—Pero ...

—Nada de nada.— insistió.

—No te voy a dejar en esto sola.— dijo preocupado Marius.

—No te preocupes, es mí problema.— insistió Olivia con su sonrisa extraña.—Yo lo busque.

—No es cierto. Digo, un beso es algo de a dos, como mínimo.

Lejos de enojarse, Olivia se sintió enternecida. Le sonreía con una inocencia digna de un niño, pese a estar lejos de serlo. Niño e inocente.

—Por favor Mari, detente.— suplicó.

Su corazón se iba desplomar si la seguía viendo con aquella mirada de cachorro.

—Esto fue una equivocación, y yo lo permití ¿Qué pasa conmigo?

Marius la tomo de los hombros, y Olivia lo vio. Era cierto que en su mirada encontraba calma pese a que está fue la causante de su locura.

—No hay nada de malo contigo.— sonrió.—Fue una equivocación, y no volverá a suceder.

—Mí psicólogo me va a matar.— murmuró.—Zoe lo va hacer, o no.

—Nadie te va hacer nada. No podría permitirlo.

Ella rodó lo ojos, y trato de no sonreír.

—Vete, o esto se va a poner aún más extraño.

Marius le dio un beso en la mejilla y se fue en silencio. Mientras que Olivia se tumbaba contra la pared, y se fue deslizando lento hasta quedar sentada en el suelo. Cubrió su mirada y dio un grito entre dientes.

—Esto me va a matar.— murmuró.

Habían pasado una semana de aquel momento. Y no sé vieron como realmente dijeron. Hasta la noche de la fiesta de compromiso de su papá con Arabella.

Olivia había logrado enterrar aquel beso en alguna parte. Esquivó hasta donde más puedo a Marius, y cada vez que se daba alguna clase de conversación lograba cambiar el tema de inmediato.

—¿Qué piensas?— le pregunto a John.

Ahora se preparaba para ir a la fiesta. Y más que en otra ocasión, le costaba elegir que llevar puesto.

—¿Qué intentas?— pregunto Jonh desde la cama.

—¿Verme bien? No entiendo.— dijo ella.

—Hace tres vestidos que te digo que ese te queda bien.— respondió.—¿Por qué hago esto? No tienes un novio que te ayude a elegir, o no se, elegir por tu cuenta.

Olivia volteo, y se cruzó de brazos.

—Krel no vuelve hasta la noche, y yo te pido ayuda. No sé que usar.— respondió.

Dejo su lugar y fue hasta el ropero, y pudo oír un leve murmullo de parte de su amigo. Al verlo, este parecía querer decirle algo, y Olivia no llegaba a entender.

—¿Qué?

—Nada.

—Vamos Jonathan.— insistió.

—Es que ayer pregunté por tu novio y me dijiste lo mismo que ahora.— respondió.—¿No te molesta que se vaya tanto tiempo?

Esa fue una pregunta que no se esperaba y no hizo más que ponerla nerviosa. Pronto sus ojos brillaron, y el largo silencio parecía levantar aún más sospechas de algo en Jonh.

—No, claro que no.— rió.—Él tiene su trabajo, yo el mío. Tenemos vidas ocupadas. A veces sucede.

—Si pero te vez tan tranquila.

Se acerco a ella, y si esperarlo le dio un fuerte abrazo. Olivia no supo como reaccionar de inmediato, y solo le correspondió. Quería llorar en sus brazos pero eso haría cambiar por completo el tema, y conocía a Jonathan lo suficiente como para saber que si Krel le hacia algo se las vería con él.

—Estamos bien.— murmuró.—Solo un poco ocupados, es la temporada.

Quería gritarle lo que había hecho pero estaba segura de como lo tomaría. A ella ya la habían engañado antes, y eso Jonh lo sabía. Tanto para saber que no sería capaz de algo así.

Ocultarle eso a su amigo, asumir todo el tiempo el que dirá alguien más, y el engañó, le iban consumiendo las energías y alborotando su pobre estabilidad mágica y mental.

—El vestido rojo te queda lindo.— murmuró.

Se apartó y la vio de arriba a abajo.

—Además resalta tus ...

—Jonathan.— exclamó aguantado la risa.

—¿Qué? Iba a decir tu ojos. Eres una mal pensada Olivia Julia.

En la fiesta no presto tanta atención a los invitados. Se oponía a ver con detalles quienes asistirían. Bebió un poco junto con sus amigas, aunque no pudo controlar la ingesta de alcohol de Clara. Para la joven bruja era una noche sin niños y eso era motivo suficiente para beber sin preocupación.

Podía sentir la mirada de alguien más sobre ella cada tanto. En su momento solo  lo saludo y escapó de inmediato para evitar hablar.

Cuando Clara se fue junto con Zoe a tomar aire, Olivia se quedó con su novio.

—¿La pasas bien?— le pregunto.

Este le sonrió, había estado muy concentrado en un mensaje que le habían dejado hacía un rato, y no hacia más que murmurar enojado. Guardó el celular, y se dedicó a estar con ella sin estar pendiente del resto.

—Estas muy linda.— murmuró cerca de su oído.

Olivia sonrió.

—Si supieras todo lo que tarde en el elegirlo.— dijo.

—Bien, lo que hayas tardado lo valió.— sonrió.

La atención que recibí de su novio, no hacia más que preocuparla. Sentía que él daba lo mejor mientras que ella solo podía arruinar aún más todo.

Por un rato fueron ellos dos. Hasta que una llamada rompió aquella burbuja. Krel se apartó y Olivia lo vio con pena. Hasta que haciéndo un sondeo del lugar dejo su vista en Marius que hablaba con Clara y Jim, mientras le echaba una sonrisa a ella. Y por inercia le dio un saludo con la mano acompañada con una pequeña sonrisa.

—Ay.— suspiro sin dejar de sonreír.

Aunque no era una fiesta formal, el usaba camisa y pantalón de vestir, y no se podía ver más agradable.

—Ey.— la llamo Krel.—Malas noticias.

Con esa sola frase Olivia sintió que nada era fácil en ese momento.

—¿Te debes ir, no?— él asintió.

No era la primer fiesta que dejaba, y sabía que tampoco iba a ser la última. Quería oponerse a eso, y que se quedará con ella, pero no sé sentía en el lugar de exigirle algo. Ni tampoco quería hacer una escena. No sé consideraba así. Aunque a esa altura tampoco se terminaba de entender.

—Lo siento, juro que lo compensaré.— sonrió.

Le dio un beso, que la tomo por sorpresa. Casi nunca lo hacía por su cuenta, y menos por algo de culpa. Cuando se apartó noto el rostro enrojecido de su novia, lo que le hizo besarla de nuevo.

—Bien, debo irme.— dijo en cuanto se apartó.—No me esperes despierta. Lo siento, siempre lo quise decirte.

—Ya vete, tonto.— dijo sonriente.

Y simplemente se marchó.

Suspiro apenada, y fue hasta la barra. Quería estar sola, alejada del bullicio. Lo más cercano a eso era irse a su casa, ponerse la pijama y dormir después de llorar. Quería llorar.

—Hola luciérnaga.

—Hola papá ¿Cómo la están pasando?— trato de sonreír.

—Ay niña pero ¿Qué es eso?— exclamó Arabella.—Esa es la peor sonrisa de todas ¿Te encuentras bien?

Olivia rodo los ojos, y oculto su rostro entre sus brazos.

—Arabella.— dijo entre dientes Hisirdoux.

—Lo siento, pero se nota que estás mal. Algo te ocurre.— insistió.

Olivia alzó la vista, dando una cara larga, y no dijo nada.

—A está chica le falta diversión.— dijo Arabella.

—No es cierto cariño. Estas hermosa así.— dijo Hisirdoux.

—No, me sobra diversión.— murmuró.

—Bien, así me gusta.— exclamó la rubia.

Llevo la vista a su prometido, y solo pudo ver espantó.

—Douxie, vamos a bailar.— tomo su mano.—Dios hombre, madura un poco, tu hija ya es adulta. Se puede divertir todo lo que quiera.— se oyó decir.

Olivia rió por ello. Aunque ella y Arabella hablaban de lo mismo, decidido que no iba a permitir que se le aguara la fiesta. Se fue con sus amigas, bailo y rió sin preocupaciones lo que restó de la noche.

Aún no entendía la ocurrencia de Clara por acompañarla hasta la puerta de su departamento. Después de todo, de las dos era ella quien estaba más ebria. Olivia no había tomando casi nada, como hacia en cada fiesta a la que iba.

Clara iba riendo, mientras que Olivia trataba de que guardara silencio y aguantaba la risa.

—Listo, llegue sana y salva gracias a ti.— dijo.—¿Podrás llegar hasta abajo?

—Si, James me espera.— dijo arrastrado las palabras.

—Lo se, pero aún debes bajar ¿Vas a poder sola?

—Obvio que si mamá.— insisto.—Soy buena bajando escaleras.

—Hay ascensor por si necesitas.

—Y eso también.

Hizo una pausa, y de repente, como si se le hubiese prendido un foco que ilumino su rostro, recordó algo.

—Marius.— exclamó.

Y solo basto eso para que los nervios de Olivia se encendieran.

—Jim lo invitó a cenar, y él pregunto si tú también podías ir.— contó.—Claro, eres mí amiga, y también puedes llevar a Krel. Será una linda cena.

Olivia quería ocultarse, y rogaba para que tanto ella como Jim olvidarán ese asunto. Pues aquello era lo último que quería.

—Él es tan lindo, hay que conseguirle novia, o no se, novio.— continuó Clara.—Alguien como él no puede estar solo.

—¿Qué? ¿Por qué?

Clara alzó una ceja, y dio una leve sonrisa.

—Ay, es broma.— dijo.—Puede estar solo. Pero tú, amiga mía.

—Clara María, ya es tarde.— le interrumpió.

—No, espera.— puso un dedo sobre su boca.—Tambien puedes estar sola y con él, pero no con él y un novio.— largo aire como si hubiese corrido manzanas.—Lo quiero a Krel, pero es un tonto por haberse ido.

—Yo ...

—Piensa en tu corazoncito. Es tan lindo, tu eres tan linda. Ay, si tú estás mal yo me pongo triste.— exclamó y le dio un abrazo.

—Pero estoy bien, Clara.— murmuró.

—Y quiero que estés mejor amiga.

—¿Te he dicho que eres la mejor?— se apartó y Clara negó.—Bueno, lo eres. Eres la mejor Clara María.

Clara se fue luego de un vaso de agua, y Olivia se quedó pensado en lo que le dijo. Pero su meditación se vio bruscamente interrumpida por alguien que tocaba la puerta. Por un momento pensó que su amiga se había olvidado algo, y fue eso lo que hizo que abriera sin preguntar.

Ay, que se te ...— guardo silencio.

Por un momento, al verlo, sintió que se caería de sus zapatos. Eran altos, y no estaba muy segura de como llegó a usarlos toda la noche.

—Marius.—murmuró.

Él entró de golpe, agitado. Sus ojos brillaban, y su ceño delataba preocupación o algo más. Olivia dio un paso atrás, pero él fue un poco más ágil y rápido para acercarse. La capturo con cuidado de sus mejillas, y ella quedó inmóvil.

Y Marius dio aquella sonrisa.

Esa que hacía que su mundo colapsara en cuestión de segundos ¿Cómo era posible que, aún después de tanto tiempo sin verse, en tan solo un mes fuera capaz de tanto?

—Se que está mal, pero cuando dices mí nombre haces que suene especial.— murmuró a centímetros de su boca.—Me iré solo si me lo dice.

—Marius.— volvió a repetir.

Fue el suave sonido de la lluvia que la hizo salir del sueño. Eso, y el leve dolor del brazo contracturada. Tenía claro que dormir boca abajo podía ser un problema si tenía parte del cuerpo en desnivel.

Giro boca arriba, y estiro el brazo lanzado algunos quejidos por eso. Mientras seguía recuperando la sensibilidad de su extremidad, se sentó.

Por un instante era ella sola con sus pensamientos, hasta que alguien más se sentó, quedando un poco detrás de su espalda. La abrazo por la cintura y dejo algunos besos en el hombro desnudo.

Sonrió por ese acto tan dulce, aunque sabía que no debía hacerlo ¿Por qué lo hacía? Se cuestionó.

—¿No te duele el brazo?— pregunto ella.—Me quedé dormida sobre el.

Vio por encima del hombro, y sonrió frente a aquella mirada que tanto la volvía loca. Lo suficiente para llegar hacer lo que hizo. No estaba ebria, ni se sentía despechada. Y era claro que había más que un deseo que la había arrojado a sus brazos en la noche.

—Si a ti te fue cómodo a mí no me molesta.— respondió, dando una pequeña sonrisa.

Era una locura.

—Marius.— dijo.—Vamos a salir todos lastimados de acá.

✨Bonus✨

Una semana después.


Aprovechando que su hija pasaria unos días con sus abuelos, Jim y Clara habían decidido dar una pequeña fiesta en la piscina. Los únicos invitados fueron sus amigos. Era algo tranquilo para despedir el fin de semana.


Olivia estaba bebiendo una pequeña cerveza junto con Krel y Mary. De algo hablaban y cada vez que Krel decía algo fuera de lugar las dos muchachas reían por la ocurrencia.

—Aun te falta tiempo en la tierra.— dijo Mary.

Olivia sonrió, hasta que dejó de hacerlo por un pequeño instante. A ellos se les había unido Marius y la atención se dirigió hacia él.

—Oh ¿Qué veo aquí?— dijo Mary.

Vio más de cerca al muchacho, y dio un grito de sorpresa.

—¿Qué hay?— pregunto Clara acercandose a ellos.

—Oh, Marius.— sonrió la otra muchacha.—Dinos quien es.

Este largo una pequeña risa, y la vio un poco más serio.

—¿De que hablas?— pregunto.

Mary agitó la cabeza a los lado, y dejo la botella que tenía en mano. Paso uno de sus dedos sobre el cuello de Marius, y este se cubrió de inmediato con la mano.

—¿Qué quien te hizo eso?— pregunto sin dejar de sonreír.—Parece ser una persona especial, que le gusta marcar territorio.

Al oír eso, Olivia trato de mantener la calma, pues no había notado aquel beso en su cuello hasta que Mary se lo señaló. Sin embargo le estaba dando un trago a la cerveza para disimular, y se termino por ahogar al oírla decir eso último.

—¿Estas bien Livi?— pregunto Mary.—Ay, tu debes saber, seguro le presentaste alguna de tus amigas brujas.

—Ah ¿Qué yo que?— dijo Olivia con voz temblorosa.

Y Marius noto sus nervios. Estaba seguro que si la seguían viendo de esa manera, terminaría por decir lo que estuvieron haciendo.

—Ah, esto.— dijo nervioso.—Me pico algo, no es la gran cosa.

Mary rodó los ojos.

—Si, claro.— dijo insatisfecha.

—Bien, tu ganas.— dijo Marius.—Si, fue otra persona ¿Contenta?

Mary lo vio a los ojos por un instante, como queriendo buscar algo más. Pero al notar que este estaba tan tranquilo, se apartó, y volvió a tomar la botella.

—Lo estoy.— sonrió.—Ahora se que te gusta rudo.

Olivia, que ya esperaba un golpe como ese, lo tomo un poco más calmada. La risa de Marius ante el comentario, y la falta de una respuesta le ayudo a dejar pasar ese descuido.

—¿Vamos al agua? El sol me está calcinando.— pidió y le tomo la mano a Krel.

—Si, tu rostro está rojo.— dijo este al verla mejor.

★★★

Hola ¿Cómo les va?

Ah, que complicado que es todo a veces.

Le voy a ser sincera, este es un tema que me gusta explorar. Ya lo hice con rosa oscuro (si es canon) y ahora con este.

Y casi que no pasa porque tuve mí crisis. Porque me dio miedo perjudicar la imagen de los impíos. Después recordé que no es canon.

Y este drama con esa voz que me decia que en realidad estaba haciendo algo mal, surgió por una tontería que leí investigando como escribir bien una infidelidad.

La verdad, nada me sirvió 😂 así que lo hice a mí modo. Y si ya me conocen saben que esto luego tiene su dosis de ¿Viste lo que pasó? 

Perdón si son lectores puritanos, pero ya deben saber a lo que se enfrentan conmigo 👀

Esta de mas decir que lo que escribo no refleja mí realidad. O sea lo que pienso con respecto el tema en la vida real 😗

fanfictioner67 te hablo a ti. Esto no pasó. Me agarró a eso, de que se aman en todos los universos y algunas cosas son inevitables 😂 lo de ellos es mucho muy fuerte.

Spoiler esto no va a mejorar hasta el final jajajaja es que después viene Hurt People, y allí también hay traición, pero de otro tipo.

En fin, ya no hay más que decir así que ✨ besitos besitos, chau chau ✨

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