Tercera parte
Quizás elegir ir a su casa en autobús no fue la mejor idea.
Todo el mundo estaba mirando a Kohaku, que estaba muy nerviosa y no se acostumbrada al movimiento del autobús. Tenían que ir de pie, así que estaba abrazada él y digamos que estaba apretándolo un poco demasiado fuerte.
—Admito que esta cosa se mueve mejor que el gorila de vapor, pero... aún así es muy rara —susurró ella, mirando a todas partes con desconfianza y abrazándolo un poco más fuerte.
—Kohaku, sé que estás confundida —habló con dificultad—, pero como sigas así acabarás matándome...
—Lo siento. —Aflojó su agarre y Senku finalmente pudo respirar.
—Yo lo siento. Esto no fue buena idea, pero no te preocupes, llegaremos a mi casa en unos minutos.
Ella asintió, enterrando el rostro en su pecho para no tener que lidiar con las miradas de literalmente todos en el autobús.
Senku hizo una mueca al ver lo nerviosa que estaba por la situación. ¿Realmente fue buena idea traerla a su mundo así como así? ¿Tal vez debería regresarla antes de que pasara algo peor?
—Wow, qué buen cosplay. —En la siguiente parada un chico que acababa de subir miró sorprendido a Kohaku—. El cabello rubio parece muy real. ¡Y los cuchillos se ven afilados y todo! ¿De qué anime es? ¿Tienes Twitter para seguirte?
Kohaku miró al chico con los ojos muy abiertos y los labios torcidos con confusión, claramente sin entender nada de lo que decía, mientras que Senku se tomó un momento para tragarse su enojo por notar cómo le miraba las piernas antes de pensar en una excusa para librarse del tipejo.
—No es de un anime, es de un manga. Y ella está cansada ahora, ¿podrías no atosigarla?
—Solo le estaba haciendo un cumplido, qué celoso eres. —El chico rodó los ojos, pero se alejó.
—¿De qué hablaba? —preguntó confundida.
—Solo ignóralo.
Luego de unos minutos llegaron a su parada y Senku la tomó de la mano para asegurarse de que lo siguiera.
Al salir del transporte quiso llevarla directamente a su departamento, pero ella no se movió y claro que él no tenía la fuerza suficiente para arrastrarla.
—Increíble... Esto está lleno de construcciones gigantescas... Cuando nos hablabas sobre las grandes ciudades, ¡nunca creí que serían tan... tan... wow! —Miró boquiabierta a todas partes, dando vueltas sobre su sitio y caminando de un lado a otro, con una expresión completamente maravillada.
Senku la miró en silencio por un segundo, antes de sonreír de forma muy suave y casi enternecida.
—Es extraño, pero en el sueño... en los años que compartimos juntos, siempre había estado anhelando mostrarles esto, y mucho más que esto, a todos los aldeanos. —Se acercó a ella, aún sosteniendo su mano—. Todo esto es lo que han logrado milenios y milenios de investigación científica. Es el mundo que ha creado la ciencia.
Kohaku lo miró de reojo con sus ojos sumamente brillantes y asombrados, antes de seguir mirando a su alrededor con la boca abierta.
—Es hermoso... —Sonrió levemente, antes de bajar la cabeza—. Pensar que yo nací en un mundo donde todo esto fue destruido... En realidad, si uno de los dos no fuera real, preferiría no serlo yo. —Su gesto se ensombreció.
—No digas esas cosas absurdas... Ya casi estoy diez billones por ciento convencido de que eres real, y aunque temo estarme volviendo loco... aún así me alegra que esa vida no sea solo un sueño. Me alegra que tú... no seas solo un sueño. —Apretó su agarre en su mano de forma casi imperceptible.
Kohaku volteó a verlo con los ojos muy abiertos, antes de sonreír con sus mejillas levemente sonrosadas.
—Senku... —Lo miró largamente, haciéndolo revolverse incómodo en su sitio y apartar la mirada.
—Vamos, mi departamento está en frente.
La llevó hasta su casa, tironeando de su mano todo el tiempo para que dejara de distraerse con todo y lo siguiera. Llegaron a su habitación que ya había visto en sus sueños compartidos y la hizo sentarse mientras iba a buscar su computadora y algunos de sus instrumentos científicos.
—¿Qué es... todo esto?... —preguntó ella con múltiples gotitas cayendo por su frente al verse conectada a varios aparatos que no tenía idea de qué eran.
—Estoy comprobando tus signos vitales, entre otras cosas —masculló él sin dejar de teclear en su portátil—. Mayormente me interesa saber si tienes algún tipo de radiación o cómo está la estabilidad de tus células luego de cambiarte a lo que parece ser una supuesta realidad alterna. Todo parece normal hasta el momento...
—No entiendo casi nada de lo que dices...
—Solo mantente tranquila. Esto tomará un tiempo...
Kohaku bufó, pero decidió dedicarse a observar todo a su alrededor mientras él trabajaba en sus cosas científicas.
Todo era tan extraño... Reconocía algunas cosas como los focos, algunos muebles, Senku ya le había explicado más o menos qué era esa llamada "computadora portátil" cuando estaban compartiendo su sueño. Reconocía la ropa moderna como la que solía hacer Yuzuriha, también el ventilador en el techo y las fotografías en las paredes, pero aparte de eso todo lo demás era sumamente extraño para ella.
De verdad que se sentía como si la hubieran transportado a un mundo completamente diferente.
Y de alguna forma sentía que no encajaba allí...
—Oye. —La mano de Senku de repente estuvo sobre la suya, y al mirarlo a los ojos todo sentimiento de incomodidad desapareció. Era como si él fuera lo único en ese mundo que la hiciera sentir... como si estuviera en casa—. ¿Estás bien? De repente tu respiración se aceleró.
—Estoy bien. —Frunció el ceño—. ¿Ya terminaste con tus pruebas?
—Honestamente hay mucho más que quisiera comprobar, pero con mi presupuesto actual tampoco hay mucho que pueda hacer...
—Ja, sigo sin entenderte, pero ¿al menos ya estás seguro de que no estás loco?
—A este punto supongo que ya tengo pruebas suficientes... Quiero decir, a menos que esté en coma y alucinando, realmente no tengo otra opción más que asumir que eres real.
—Supongo que eso es suficiente. —Sonrió divertida, antes de mirar nerviosa a su alrededor—. ¿Ahora qué? ¿Voy a volver a mi mundo?
—Supongo que lo correcto sería que vuelvas... —Hizo una mueca. La verdad es que no quería que ella se vaya...
—Tampoco es que tenga mucha prisa... Quiero decir, les dije a todos en casa que iría a un viaje de cacería y supongo que tengo alrededor de una semana libre antes de que empiecen a preocuparse. Aunque de todos modos tengo que dedicarme al menos uno o dos días a cazar para que no sospechen. —Rió nerviosamente.
—Eso podría arreglarse... Podríamos solo ir a una carnicería y allí conseguirás toda la carne que quieras.
Kohaku se quedó con la boca abierta.
—¡¿De verdad existe un lugar así?! —Se impresionó—. Vaya... y pensar que he visto a varios morir en busca de carne... —Cruzó los brazos, entristeciendo ante esos recuerdos de las épocas difíciles de la Aldea.
Senku la miró con pena, antes de suspirar.
—Sabes, siempre hubo un lugar que quería mostrarles del mundo moderno a ti, Chrome y Suika especialmente desde hace mucho tiempo... Bueno, al menos desde hace mucho tiempo en el sueño. —Rió entre dientes.
—¿Eh? ¿Qué lugar?
—Podemos ir ahora, pero... primero debo conseguirte ropa decente para esta época. —Bufó, preguntándose de dónde diablos sacaría ropa para chica.
Bueno... había una tienda de ropa a dos calles de su departamento... Vería qué podía conseguir allí, aunque tendría que gastar buena parte de sus ahorros probablemente.
—Supongo que puedes quedarte viendo la televisión mientras voy a comprarte algo. —Bufó, tomando el control remoto y encendiendo la TV—. Aunque sé que debe ser impresionante para ti, pero ya te explique que son imágenes en movimiento. Mira, esta es una película de...
—¡¿Hay personas ahí dentro?! —Ella lo interrumpió, jadeando ruidosamente y sacando sus cuchillos—. ¡¿Cómo es posible que estén encerradas en esa caja tan pequeña?! ¡¿Existen personas tan pequeñitas en tu mundo?! ¡Tenemos que salvarlas! —Corrió hacia su televisión y empezó a usar sus cuchillos como si fueran abrelatas.
—¡¿Qué crees que haces, idiota!? ¡Espera! ¡No hagas eso! —Corrió a intentar detenerla.
Su televisión acabó con un pedazo de pantalla arrancado, pero al menos aún funcionaba.
Senku le explicó de la forma más sencilla posible a Kohaku el funcionamiento de la televisión y qué eran las películas, cosa que le llevó casi una hora antes de que finalmente entendiera que no, no habían personitas encerradas.
—Entonces es como personas actuando cuentos, pero actuándolos muy en serio, y mientras lo hacen los "graban" que es como que les toman muchísimas fotografías por segundo ¿y eso hace que parezca que están atrapados pero en realidad no lo están?
—Eh... sí, más o menos. —Sonrió divertido—. Mira, ¿recuerdas que hicieron una pequeña obra de teatro para los niños de la aldea mientras construíamos el barco? En el sueño.
—¡Oh! ¿Entonces es una obra de teatro a la que le sacan muchas fotografías?
—¡Sí, finalmente lo tienes! Y es con sonido, y siempre tratan de hacerlo lo más realista posible. Es entretenido, la mayor parte del tiempo. Ahora mismo pondré una película grabada y tú quédate tranquila y no toques nada hasta que vuelva, ¿de acuerdo?
—O-ok...
Senku puso una película ambientada en la época medieval porque pensó que eso sería más fácil de entender para ella y finalmente se marchó a la tienda a comprarle ropa, esperando que aún estuviera abierta.
Afortunadamente, lo estaba.
—¿Buscas algo para tu novia, cariño? —preguntó dulcemente una mujer mayor.
—Sí, vestidos. —No se molestó en aclarar qué hacía allí, sería más fácil seguir diciendo que era su novia—. No sé cómo son las tallas de las mujeres para ropa pero tengo sus medidas, ¿eso sirve?
—Eh... supongo que puedo arreglármelas. —Senku le dijo las medidas de Kohaku que había calculado de camino a la tienda y la mujer lo dirigió a una sección al fondo de la tienda—. Muy delgadita pero voluptuosa, ¿eh? Déjame ver... Sí, sí, en esta fila encontrarás vestidos de su talla. Escoge tus favoritos.
La mujer se retiró y Senku se quedó viendo vestidos con una mueca.
Esto era un fastidio... pero tenía que hacerlo, desgraciadamente.
Probablemente a Kohaku no le gustarían los vestidos ajustados en los que no pudiera moverse con toda libertad, y él no quería llevarle algunos de escote exagerado o faldas excesivamente muy cortas, así que eso redujo las posibilidades. Al final encontró uno que era casi igual a su vestido de siempre pero con una falda de tul, un moño blanco en la cintura y tela de seda. Era muy caro... pero pensó que le gustaría y antes de que pudiera arrepentirse tomó uno rojo y uno azul y los llevó hasta la mujer mayor, sacando su tarjeta de crédito.
—Son muy bonitos, seguro que a tu novia le encantarán, cariño —le dijo alegremente luego de cobrarle.
—Sí, sí, gracias.
Salió de allí ya lamentando haber gastado tanto dinero. Esperaba que al menos a Kohaku le gustaran los malditos vestidos.
Llegó al departamento, viéndola con sus ojos pegados en la pantalla, muy abiertos y maravillados.
—Esto es increíble, Senku. —Volteó a verlo con los ojos muy abiertos—. ¡De verdad se siente como si todas esas cosas fueran reales! ¡Es como una ventana a otro mundo!
Él rió entre dientes, dejando las bolsas de su compra en la mesilla junto al sofá.
—Es una forma de decirlo... —Sonrió ladinamente.
—¡Es maravilloso! Y creo que estoy enamorada del príncipe, ¡es muy talentoso con la espada! —La sonrisa de Senku se deshizo ante sus palabras.
—No es real. Y el actor está casado. Es diez billones por ciento ilógico que te fijes en una persona solo por...
—¡No me refería a eso! ¡Quiero decir que me interesa como persona y estoy de acuerdo con sus ideales! Al menos por lo que he visto en la película.
—Ah... Claro... —De repente sufrió un déjà vu. De forma desagradable—. Bueno, puedes terminar de ver la película y luego saldremos. —Se sentó a su lado perezosamente.
—¿Salir? ¿A dónde?
—Paciencia. —Sonrió traviesamente, rascando su oído.
Terminaron de ver la película que más que nada le gustaba a Senku porque había un personaje que representaba a un inventor de tecnología realista en aquella época y que le gustó a Kohaku solo por las técnicas de espada y la convicción del protagonista por superar todos los retos para salvar a su padre. Luego Senku le dijo a Kohaku que se pusiera uno de los vestidos que le compró.
—Vaya... esto es de lo más suave y bonito que he usado —murmuró impresionada, llegando a la sala con el vestido rojo—. Y eso que recuerdo muy bien cómo se sentía la ropa de Yuzuriha y la que me prestó Amaryllis. ¡Solo que esto también es muy cómodo!
Senku sonrió complacido, mirándola en silencio por un momento antes de hacer una seña hacia la puerta.
—Vamos.
Ella dejó sus cuchillos y su escudo, Senku tomó su billetera y la guardó en su bolsillo antes de tomar la mano de Kohaku y arrastrarla lejos del edificio y por las calles. Estaba atardeciendo cuando salieron, y en medio de su caminata la noche cayó más sobre ellos y las farolas comenzaron a encenderse en todas partes. Y al ver eso, Kohaku se quedó con la boca abiertísima y frenó en su sitio.
—Wow... Esto es de lo que hablabas ¿no es así?...
—¿Ah?...
—La primera vez que iluminaste la noche con ciencia en mi mundo... —Sonrió con nostalgia, mirando a los faroles como si fueran la octava maravilla del mundo—. Tú lo dijiste. Dijiste que la humanidad venció a la noche. No lo entendí en ese momento... Tal vez no lograba imaginarlo, pero ahora entiendo. La ciencia realmente logró vencer al mayor peligro que existía en nuestra vida diaria... Qué hermoso.
Senku la miró con la boca abierta, sorprendiéndose por la forma en la que sus ojos parecían brillar incluso más que los faroles.
—Sí... Hermosa...
—¿Qué? —De pronto sacada de sus pensamientos, Kohaku volteó a verlo confundida.
—Que la noche es agradable. Vamos. —Volvió a jalonearla para seguir su camino.
Esta vez caminaron más lento para darle la oportunidad de ver mejor todo a su alrededor. Tokio estaba lleno de carteles brillantes, luces fosforescentes y pantallas interactivas. Y Kohaku no dejaba de mirar todo con la boca abierta.
Finalmente llegaron a su destino, y sorprendentemente Kohaku logró adivinar a qué venían antes de que se lo dijera.
—Este aroma... se parece al ramen... —La boca se les hizo agua a ambos.
—¡Diez billones de puntos para ti, leona! Prepárate, este ramen es aún mejor que el que hacía Francois.
—¡¿Qué?! ¡¿Eso es posible?!
Era el puesto de ramen favorito de Senku y Byakuya. Y aunque era bastante caro, valía la pena llevar a Kohaku allí.
Cuando Kohaku lo probó, atrajo la atención de todos allí y varios miraron con desconfianza a Senku, que alzó los brazos como prueba de que él no tenía las manos debajo de su falda como de seguro muchos pensaban y esos sonidos tan comprometedores no eran su culpa. Ella no hizo caso a nada y empezó a casi atragantarse con el ramen.
También ignorando las miradas, Senku comió con entusiasmo de su propio plato, feliz de que Kohaku tuviera oportunidad de probar su comida favorita preparada de la forma que más le gustaba y que pareciera gustarle tanto.
Estaba tan feliz por ella que le pagó tres platos más de ramen. Tendría que cuidar un poco más su presupuesto luego de esto...
Salieron del restaurante más que satisfechos, con grandes sonrisas en el rostro.
Para ese entonces ya había oscurecido por completo y Kohaku volvió a mirar todo maravillada, aunque manteniendo una conversación con él sobre lo maravilloso que era el ramen y que de verdad lo sentía por Francois pero eso fue lo mejor que había probado en toda su vida.
—Hablando de Francois... ¿Qué pasó con ella y Ryusui? Y Gen, Ukyo, Tsukasa, Minami, Nikki... todos los de la era moderna. —Lo miró curiosa—. Existen aquí, ¿verdad?
—Sí... De hecho, allí mismo hay un anuncio del programa de Gen. —Señaló divertido un gran cartel a lo lejos con la cara de Gen impresa—. Y supongo que Ryusui sigue siendo el malcriado de la familia y Francois está con él, como siempre, aunque no es como que tenga contacto con ellos. Ukyo debe estar concentrado en su trabajo, aunque tampoco tengo contacto con él. De hecho si he tenido contacto con Nikki. Tsukasa es amigo mío y ha competido contra ella en una ocasión. También sé de Minami, va a todas las competiciones de Tsukasa. En cuanto a los demás... realmente no lo sé, supongo que siguen con sus vidas normalmente.
—Ya veo... —Kohaku hizo una mueca pensativa, aún contemplando todo a su alrededor—. ¿Y no vas a hablarles? Es genial que Tsukasa sea tu amigo aquí pero ¿qué hay de Gen, Ukyo y Ryusui? Ellos también eran muy cercanos a ti...
—No... no creo hablarles. —Su gesto se ensombreció—. Ryusui vive en un mundo completamente distinto, es asquerosamente rico y mimado, no tengo motivos para hablarle. Supe que Gen invitó a Tsukasa a su programa pero él no aceptó, supongo que porque Mirai aquí está sana y él no está tan desesperado por dinero, tampoco tengo motivos para hablarle. Ukyo seguramente esté en servicio militar, hablarle es menos posible aún.
—Eso es triste. —Lo miró con ojos decepcionados—. Eran grandes amigos...
—Porque pasamos por situaciones difíciles juntos. Esas situaciones no podrían darse en este mundo. Sin embargo al menos me reconforta saber que sí existen y están bien. Lo realmente deprimente fue que por un tiempo pensé que tú y todos en la Aldea no eran más que un sueño. —Sus manos seguían juntas, y esta vez ambos afianzaron su agarre.
—Sí... también fue espantoso para mí creer que solo eras un sueño. —Suspiró, antes de mirarlo de reojo—. Senku... si yo pude venir aquí... ¿Crees que tú podrás venir a mi mundo? Es que... Ruri-nee sigue enferma allí. —Lo miró con profunda preocupación—. Realmente me preocupa.
—Tendremos que comprobarlo mañana. —Se puso serio—. El edificio de la escuela está cerrado, y al menos aquí no hay animales salvajes. Pasaremos la noche en mi departamento y luego volveremos al árbol.
—Muy bien.
Regresaron al departamento y Senku preparó un futon para él luego de ofrecerle su cama a Kohaku, que se puso a brincar en el colchón como si fuera una niña de cinco años.
—¡Vas a romper mi cama! —reclamó con falso tono de enfado.
—¡No puedo parar! ¡Esto es genial!
Un golpe se escuchó desde el piso de abajo de pronto, sonando como si estuvieran golpeando con el palo de una escoba.
—¡Que bueno que por fin hayas encontrado novia, Senku-chan! ¡Pero sean más silenciosos y dejen dormir a la gente mayor! —gritó su vecina del piso de abajo.
Él estrelló una mano contra su frente, mientras que Kohaku solo se quedó confundida.
—Solo vamos a dormir.
Kohaku se quedó dormida en cuestión de segundos luego de que apagara la luz, pero Senku tardó varios minutos en hacerlo.
Se preguntó si volvería a soñar con ella o con el mundo en el que ambos se conocieron.
El sueño finalmente lo venció y se quedó dormido, pero extrañamente no soñó con nada. Tuvo una noche muy tranquila, donde durmió perfectamente bien.
Su alarma los despertó a ambos y Kohaku, sobresaltada, le clavó uno de sus cuchillos.
—¡¿Qué clase de animal agonizante era este?!
—Eso era mi despertador...
—¿Qué cosa?
—Servía para asegurarme de despertar temprano para ir a mi escuela y eso...
—¡¿Quieres decir que es un aparato científico diseñado para producir ese ruido infernal?! ¡Esto es el peor invento científico!
Senku rió divertido. Aparentemente tendría que usar su celular de alarma de ahora en más.
—Hay que ir a la escuela. Te prepararé el desayuno.
Prepararon todo y partieron a la escuela en silencio, volviendo a tomarse de las manos.
Habían salido más temprano para que no tuvieran que encontrarse con otros alumnos, con sus amigos o bien con el personal docente.
Honestamente, Senku estaba preocupado.
¿Existía la posibilidad de que Kohaku no pudiera regresar? Si eso pasaba no estaba seguro de cómo se sentiría, pero ella sin duda estaría molesta.
Llegaron a la escuela y de inmediato fueron al patio, hasta el árbol de alcanfor.
Extrañamente ahora ya no tenían visiones ni destellos al ver el árbol, y Senku comenzó a preocuparse.
¿Podría volver?...
Antes de que pudiera compartirle su duda a Kohaku, ella avanzó sin dudar hacia el árbol y posó su mano en este. Entonces, desapareció.
Senku se quedó con la mandíbula desencajada.
Eso fue... un poco inesperado.
De inmediato caminó hasta el árbol y posó su mano en este.
No vio absolutamente nada...
Palideció.
¿Acaso su conexión o lo que sea ya se había roto? ¿Lo que sea que los hubiera unido solo esperaba a que Kohaku regresará para cerrar la conexión o algo así?
¿Acaso ya no la vería otra vez?
Diez billones de cosas se le pasaron por la mente, pero entonces la mano de Kohaku apareció justo a su lado.
Alzó la mirada, viéndola sonreír inocentemente.
Estaba vestida con su ropa de siempre ahora y tenía el vestido que le compró colgado en el hombro.
—¿Me regresas mi escudo y mis cuchillos? —pidió como si nada hubiera pasado.
—Tú... ¿Estabas lejos del árbol, no? —Se sintió un poco tonto mientras le pasaba sus armas.
—Ja, por supuesto. Quería cambiarme. ¿Por qué?
—Nada... —Suspiró.
—Bueno, ¡¿finalmente intentarás cruzar a mi lado?!
—Sí, sí. —Bufó—. Acabemos con esto.
—¿Qué tengo que hacer para que vengas?
—Solo haz lo mismo que yo hice. Toma mi mano y jalame a tu lado, soltando el árbol pero sin soltarme a mí.
—¡Muy bien, intentémoslo!
Él le tendió su mano y ella entrelazo sus dedos por alguna extraña razón. Entonces lo jaló hacia su lado, quizás un poco demasiado fuerte...
Ella se mantuvo firme en sus dos pies, pero él cayó con el rostro enterrado en su escote. Y entonces...
—¡P-pervertido! —De un manotazo lo mandó al suelo, hacia las raíces del árbol más bien, y rodando directo hacia el césped que rodeaba el sitio—. ¡Ah, lo siento! —Se lanzó a ayudarlo luego de ser la culpable de absolutamente todo.
—Vaya bienvenida al mundo de piedra... —Frotó su nariz rencorosamente, aceptando su mano para levantarse pero luego apartándose bruscamente para demostrar su molestia. Entonces comenzó a mirar a su alrededor.
Sí... definitivamente este era el sitio donde había estado la estatua de Yuzuriha.
¿Por qué estaban conectados a este sitio? Era más especial para sus amigos que para ellos...
Qué extraño...
—¿Senku? ¿Estás bien? De verdad lo siento.
—Olvídalo. —Hurgó en su oído con fastidio, mirando a su alrededor—. Lo importante ahora es que logre cruzar. —Sacó su celular, comenzando a tomar fotografías y video para futuras pruebas cuando volviera.
Ya que Kohaku había regresado a su mundo tan fácilmente, asumía que él tendría la misma facilidad para volver al suyo.
—Senku... ¿Puedo mostrarte algo?...
—¿Eh?
—Sígueme...
Al ver la seriedad y la tristeza en su rostro, no dijo nada y simplemente la siguió.
Caminaron un par de minutos hasta que llegaron a la cueva de los milagros, la que alguna vez fue su fuente de ácido nítrico en el mundo compartido de sus sueños. Pero Senku se olvidó completamente de la cueva al ver dos tumbas frente a ella.
—¿Es...?...
—Es tu tumba.... Y la de Taiju. —Lo miró con ojos inundados de lágrimas—. Te lo dije, vine aquí a buscarte y solo me encontré con tu estatua rota. También la de Taiju... busque la de Yuzuriha pero no vi ni rastros de ella. Al menos al acercarme al árbol pude sentir algo especial... y entonces te vi. —Sonrió tristemente.
Senku se quedó en silencio, observando pasmado su propia tumba.
Bien que no era la primera vez que le hacían una tumba (al menos teniendo en cuenta el sueño) pero esto no era un truco para engañar a un Tsukasa cegado por sus ideales. Esto era real... su cadáver realmente estaba allí...
Se imaginó estar contando en esa inmensa oscuridad, con la esperanza de despertar y luego, de un momento a otro... ¿simplemente murió?
Era aterrador... Honestamente no quería pensar mucho en eso.
Cerró los ojos dolorosamente, tomando profundas bocanadas se aire.
—Entonces en este mundo... Yo nunca desperté, me rompí junto a Taiju, mientras que al alcanfor no pudo cuidar de la estatua de Yuzuriha. Y en mi mundo...
—La petrificación nunca ocurrió... Y por lo tanto yo jamás habría nacido. —Lo miró tristemente—. Jamás nos habríamos conocido...
—Y ambos soñamos con un mundo en el que las condiciones para conocernos si se dieron. —Se llevó dos dedos a la barbilla—. Realmente no tiene sentido... aunque si tiene conexión, pero eso no lo vuelve lógico. De hecho esto aún podría ser yo en coma delirando.
—¿Es en serio? ¿Aún tienes dudas? —Lo miró mal.
—No, la verdad no. Solo estoy abierto a todas las posibilidades. De todos modos la mayoría de las veces el escenario con más posibilidades es el real. Y en este caso es más probable que seas real a que no, así que asumiré que lo eres.
—Ajá... ¿Y ahora qué sigue? Finalmente estás convencido así que ¿qué haremos ahora?
—Pues... ¿quieres que ayude a tu hermana, o no?
—¡Es cierto! —Jadeó—. ¡Tendremos que pasar por todo el infierno de antes para hacer su medicina otra vez! ¡Tendremos que buscar a Chrome! Recoger arena de hierro, cazar un rayo, convencer a Kaseki, hacer vidrio, ir por ese ácido sulfúrico súper peligroso...
—Eh, Kohaku...
—¿Qué?
—Verás, en mi mundo existe un lugar maravilloso llamado "farmacia".
—¿Ah?
—Ya sabemos lo que tiene Ruri y cómo se cura. —Hurgó en su oído—. Solo necesita antibióticos. En mi mundo puedo conseguirlos en la tienda de la esquina...
—¡¿Ah?!
—Pero sería extraño que simplemente te aparezcas de la nada con la medicina para tu hermana —reflexionó, pensativo—. Además, Magma sigue siendo un idiota aquí ¿no?
—Un gran idiota. —Se cruzó de brazos con una mueca de repulsión.
—Debemos jugar bien nuestras cartas. —Sonrió ladinamente—. Tengo un plan, pero necesitaré tiempo para llevarlo a cabo. ¿Podrías darme un tiempo?
—Creo que sí... Ruri-nee está mal pero no ha empeorado tanto a como la veía más adelante en mis sueños de cuando te conocí con dieciséis años.
—Ah, sí. —Hizo una mueca, recordando que ambos tenían quince años...
Si todo hubiera transcurrido como en su sueño, con petrificación y despetrificación, entonces ahora mismo Senku quizás estuviera luchando solo por sobrevivir esperando a que Taiju se despertara.
—¿Quieres ir a la aldea? —preguntó ella de pronto—. Aunque el viaje tomará más de un día a tu ritmo ¡pero podríamos contarle todo a Chrome! Probablemente no me creería si yo le dijera todo sola, ¡pero si vamos ambos seguro que lo haría!
—Yo no puedo desaparecerme tan fácilmente de mi mundo. —Hizo una mueca—. Las clases empezaran dentro de poco y si no me ven mis amigos se preocuparan, y si no me encuentran en todo el día y tampoco respondo sus llamadas podrían llamar a la policía y hacer un escándalo. Y si mi viejo se entera el escándalo será aún peor...
—¡Es cierto! —Lo miró con una gran sonrisa—. ¡Tienes a tu padre contigo! ¡Eso me hace muy feliz por ti, Senku!
—Sí... —Sonrió suavemente—. No te preocupes, tu hermana también estará bien.
—Lo sé. —Sonrió suavemente—. Confió en que, ahora que estás aquí, podrás salvarla otra vez.
Una vez más lo estaba mirando con ojos tan brillantes que Senku tuvo problemas para concentrarse en otra cosa.
—Kohaku, dijiste que podrías estar más tiempo lejos de casa antes de que se preocupen, ¿no?
—Sí...
—Entonces volvamos a mi mundo. Aún tengo muchas cosas que mostrarte. —Le tendió su mano.
Kohaku dudó un poco, pero volvió a tomar su mano.
Ambos miraron una última vez hacia las tumbas, antes de alejarse de regreso al árbol.
Afortunadamente volvieron a pasar sin problemas hacia su mundo. Para Senku fue tan fácil como poner la mano en el árbol y luego alejarse para volver a su mundo, entonces volvió a apoyarse en el árbol y, después de que Kohaku volviera a cambiarse aunque a regañadientes, la jaló hacia su mundo una vez más.
Las clases comenzarían en unos minutos, pero no quería dejarla sola así que se escabulleron por los pasillos para salir de la escuela y simplemente le mandó un mensaje a sus amigos de que faltaría ese día.
Volvieron a su casa para que pudiera quitarse el uniforme escolar y entonces salieron otra vez.
—¿Qué haremos ahora?
—Voy a mostrarte más de la ciudad. —Sonrió ladinamente—. De paso compraremos carne para que puedas llevar a la aldea y decir que estuviste cazando y que además te tomaste la molestia de ya preparar la carne para comerla. Hagan un festín o algo así antes de que se pudra.
—¿No podemos usar tus métodos de conservación? Ese envasado o cómo se llame...
—No tienen vidrio, y sería muy sospechoso que aparecieras con una idea así de la nada. —Frunció el ceño—. Tengo algunas ideas... pero necesito más tiempo para pensar en ello.
—Muy bien...
Antes de que Senku alcanzara a tomar su billetera para finalmente irse, recibió una llamada de su padre.
—¡Hijo mío! ¡No volviste a llamarme ni enviar nada luego de mostrarme la foto de tu novia! Aunque bueno, si me dices que estás pasando tiempo con ella no me quejaré~.
Senku rodó los ojos, alejándose un par de pasos de una muy confundida Kohaku para hablar.
—¿Qué sucede, viejo? ¿Qué no sabes que este es horario de clases?
—¡Lo sé, pero realmente no estaba esperando que me contestes! —exclamó alegremente—. Aunque si tengo que contarte algo ¡una gran noticia! ¡Papá podrá volver a casa el próximo mes! De ahí me dedicaré a trabajar en JAXA ¡pero al menos estaré en casa!
—Ah, que buena noticia. —Sonrió genuinamente feliz por saber que volvería a tenerlo en casa—. Es un gran momento para que regreses.
—¡¿Tanto me extrañas, hijito?! —Sollozó de felicidad.
—Nah, se me está acabando el dinero.
—¡¿Qué no quieres a tu padre?! —Sus lloriqueos pasaron a ser de exagerado dramatismo.
Mientras hablaba, Kohaku lo observó impresionada. Dedujo que eso debía ser una versión más refinada del teléfono, aunque no podría ni siquiera imaginar cómo habían logrado hacerlo tan pequeño, ¡pero sí que era maravilloso!
Y ese aparato también podía sacar fotografías, ahora que recordaba.
—Vaya... ¿Cómo lograron meter un teléfono y una cámara aquí? —preguntó acercándose a Senku y señalando su celular.
—Eh...
—¡¿Esa es la voz de una chica?! ¡¿Es tu novia?!
—Tengo que colgar, viejo.
—¡Espera, déjame al menos presentarme con ella! —Senku no le hizo el menor caso y colgó la llamada.
—Te explicaré más del funcionamiento del celular durante el paseo. Te voy a llevar a ver la torre de Tokio, aunque solo por los alrededores porque subir a la torre cuesta dinero que no estoy dispuesto a pagar.
—¿Torre de Tokio?
Cuando le señaló la torre a la lejanía, Kohaku se quedó con la mandíbula por los suelos, sorprendida de que algo tan alto pudiera existir.
Senku la llevó cerca de la torre y le compró algunos dulces que nunca antes había probado, sonriendo porque casi todo la tenía babeando y derritiéndose del gusto.
También todo la tenía muy impresionada. Tenía las reacciones más adorables y divertidas a cosas tan insignificantes como las sandías cuadradas, las revistas de manga en los escaparates, la gran variedad de autos que pasaban, toda la gente que había caminando por allí y miles de cosas. Y solo podía mirarlo aún más boquiabierta cuando le decía que eso no era casi nada.
La llevó a un restaurante de comida mexicana a la hora del almuerzo, ya que Francois nunca preparó nada de eso y a Senku le gustaba bastante.
Ambos acabaron teniendo que beber mucha agua luego, pero la comida estuvo deliciosa y a Kohaku le encantó de todos modos, de hecho hasta pareció aguantar el picante mejor que él.
Siguió mostrándole la ciudad, explicándole el funcionamiento de varias cosas en palabras simples, hasta que empezó a atardecer y la llevó a un mirador para que pudiera ver bien el puente y la torre de Tokio iluminarse a medida que llegaba la noche.
—Wow... —Se abrazó a sí misma, sin poder despegar su vista del paisaje—. Se siente como si estuviera en un sueño...
Senku rió divertido ante sus palabras.
—¿Ahora eres tú la que quiere probar que soy real?
—Ja, sé muy bien que eres real. —Sonrió levemente—. Solo me siento... abrumada. De verdad que parece que estoy en un mundo completamente distinto...
" Un mundo al que no pertenezco" quiso agregar, pero decidió callarse eso último.
—Como dije, esto realmente no es nada. —Rió entre dientes, emocionado—. ¡Aún quedan diez billones de cosas y aún más por enseñarte!
—De hecho... Creo que ya es hora de que regrese...
—¿Qué? —Volteó a verla con ojos desorbitados.
—Yo... Estoy muy feliz de verte y de ver todo esto, pero... Pero... —Se interrumpió, sin saber muy bien qué decir.
Senku la observó en silencio, analizando sus expresiones y lenguaje corporal hasta que se dio cuenta de lo que pasaba.
—Ah... claro. ¿Te sientes abrumada, verdad? —Se sintió un poco estúpido de querer ir tan rápido.
Para él era cosa de todos los días, pero ella era una chica que había crecido cazando para sobrevivir en una Aldea primitiva.
—Ja... supongo que un poco. —Frotó sus brazos nerviosamente—. Es extraño... Me encanta todo esto, pero...
"Pero tengo miedo de que me guste demasiado... Y ni siquiera sé porqué".
—Entiendo perfectamente. —Suspiró con una sonrisa—. Regresemos, mañana te llevaré al árbol otra vez.
Ambos volvieron a tomarse de las manos casi inconscientemente, volviendo sobre sus pasos para tomar el autobús y regresar al departamento.
Como ahora estaba vestida normal no atrajó tantas miradas, solo las normales que recibía una chica tan hermosa como ella. A Senku tampoco le gustaba eso pero ni modo, los idiotas pervertidos existían tanto en el mundo de piedra como en el moderno.
Al llegar dejó la carne en el congelador y ordenó una pizza para comer, proponiéndole a Kohaku ver una de sus películas favoritas de ciencia ficción ahora que él estaba allí para explicarle un poco y que al menos pudiera entender la trama. Aunque tampoco eligió algo tan descabellado para no abrumarla mucho más, quería que se divirtiera en sus últimas horas allí.
La pizza le gustó tanto a Kohaku que a pesar de que ya habían comido bastante en el día lo hizo pedir otra. Él aprovechó y pidió un refresco de cola real para que lo probara.
—Es muy dulce. —Después de darle un sorbo, apartó la botella con disgusto—. Prefiero la que tú hacías —se quejó, pero igual se bebió todo el refresco.
Él solo se rió.
La película le gustó bastante a Kohaku, aunque no la entendió del todo, pero dijo que el protagonista era incluso mejor que el príncipe de la película anterior. Senku hizo una mueca, prefiriendo no decir que esa película le gustaba tanto porque se sentía muy identificado con el personaje principal.
Cuando llegaron los créditos, Kohaku bostezó y Senku le dijo que era hora de dormir.
Ella volvió a dormir en su cama y él en el futon. Y a la mañana siguiente prepararon todo para su partida.
De camino a la escuela, Senku estuvo muy pensativo. En un momento se metió a una tienda dejándola esperando afuera y luego retomaron su camino, volviendo a agarrar sus manos más por costumbre que por su temor a que ella se perdiera por distraída.
De nuevo llegaron muy temprano para no tener que lidiar con nadie.
Kohaku tocó el árbol y desapareció para cambiarse. Luego volvió a aparecer y le dio el vestido que le compró, mientras que Senku le dio sus armas y las carnes.
—Bueno... ¿Aquí nos despedimos? —Sonrió un poco tensa.
—Sí... Dijiste que podrías volver al árbol en dos semanas ¿no?
—Sí, ya que creerán que la caza fue exitosa no creo que pongan peros si quiero volver en dos semanas—. ¿Ese tiempo será suficiente para que pienses en cómo salvar a Ruri-nee?
—Sobre eso... —Suspiró—. Escucha, realmente no hay garantía de que podamos volver a cruzar hacia el mundo del otro, ya sabes.
—¿Qué? —Palideció.
—Solo digo que es una posibilidad, tal vez no haya problema, no lo sabemos. —Se llevó la mano a la boca, pensativo—. Sí vuelves y ya no podemos vernos ni cruzar al otro lado, entonces toma esto. —Le tendió un rectángulo plateado con pequeñas ¿semillas de colores adentro?
—¿Qué es? —Tomó el rectángulo con curiosidad.
—Estos son antibióticos. —Sacó otro rectángulo igual al que ella tenía ahora—. Pero no quiero que se los des a Ruri aún. Es solo en caso de que ya no volvamos a vernos. Si no volvemos a vernos, dale dos pastillas a Ruri todos los días hasta que se acaben. Dale una al mediodía y otra a medianoche, puntualmente. Y entonces sanará diez billones por ciento seguro. —Le dio la otra tableta.
—D-de acuerdo. No lo olvidaré por nada en el mundo. —Asintió solemnemente, guardando las tabletas en una de las bolsitas colgadas de su cintura—. Pero... ¿realmente es posible que no vuelva a verte? —Lo miró claramente asustada.
Él sonrió con tristeza.
—No sé qué es lo que está pasando aquí, Kohaku. Voy a seguir investigando, intentando encontrar una razón lógica, pero lo cierto es que esto no pasaba antes y no hay garantía de que vuelva a pasar, sobre todo si dejamos pasar el tiempo... Solo quiero decir que no debemos sorprendernos si no volvemos a vernos. No sabemos las reglas detrás de este fenómeno, sea magia o alguna especie de broma cósmica... no lo sabemos.
—Ya veo... —Bajó la mirada, con los puños apretados, uno a un costado de su cuerpo y el otro presionado contra el árbol para que pudieran verse, por supuesto—. Entonces... adiós, Senku.
Él suspiró profundamente.
—Adiós... —dijo, aunque esperando con toda su alma que esto no fuera realmente una despedida definitiva.
Cuando estaba a punto de despegar su mano del árbol, decidió darle una última mirada a Kohaku, sorprendiéndose al ver que también lo estaba mirando.
Y entonces ella dio un paso en su dirección, luego otro, solo para repentinamente alzar el rostro y juntar sus labios con los suyos.
Él abrió mucho los ojos.
¡¿Qué demonios estaba haciendo?!
Se quedó congelado en su sitio, sintiendo sus labios cálidos y suaves besarlo con torpeza e inocencia.
Vio sus ojos cerrados y sus mejillas enrojecidas mientras lo besaba, y su corazón se desbocó por completo.
Qué absurdo... y pensar que un beso lo haría querer romper las leyes de la física y desear que todo se detuviera en ese momento, aunque no era posible que existiera algo inmóvil en el universo, él por ese instante deseo que todo pudiera quedarse así por un largo, largo tiempo...
Y estaba tan ocupado disfrutando de la sensación que no correspondió al beso y Kohaku se apartó con lentitud, con su rostro absurda y adorablemente enrojecido.
—Lo siento —susurró, antes de apartar su mano del árbol y desaparecer de su vista.
Senku siguió con su mano en el árbol largo tiempo, esperando a que ella regresara, pero no lo hizo y finalmente un profesor le llamó la atención, diciéndole que vaya a clase.
Suspiró profundamente, decidiendo asistir a sus clases solo para no preocupar a sus amigos.
Se notaba a diez billones de kilómetros que estaba pensando en algo que no era ciencia, y eso se lo señalaron Tsukasa y Yuzuriha en el almuerzo, pero él se negó a contestarles. Estuvo muy callado y no fue al club de ciencias.
Se dedicó a investigar un poco más ahora sobre la posibilidad de encuentros entre realidades alternativas en vez de problemas de sueños raros.
En eso sí encontró algo de información interesante... aunque nada confiable. Tendría que seguir investigando y hacer sus propias pruebas.
Se lanzó agotado a su cama luego de horas investigando, solo para gruñir de frustración al sentir el aroma de Kohaku en toda su maldita cama.
Tal vez sería mejor una ducha fría antes de dormir...
Luego de una ducha corta, regresó a su cama y ahora con su mente más calmada el dulce aroma femenino fue más bien reconfortante. Un recordatorio de que ella estuvo allí...
Se durmió luego de pocos minutos, y se despertó con Kohaku mirándolo con los ojos muy abiertos sentada en su cama.
Casi brinca en su sitio.
—¿Qué demonios?...
—Creo que los sueños volvieron. —Ella estiró una mano hacia su lámpara, atravesándola.
Oh.
—Es cierto. —Se levantó para ponerse pantalones, y esta vez el rostro sonrojado de Kohaku lo hizo sentir más incómodo que divertido—. Casi lo había olvidado...
—Yo igual. —Frotó sus brazos, con su mirada fija en la pared—. Entonces ¿seguiremos con estos sueños cuando no esté en tu mundo?
—Eso parece por el momento, realmente no puedo asegurarlo. —Subió el cierre de su pantalón y luego la miró de reojo—. Leona...
—¡No soy una leona!
—Kohaku. —La miró seriamente y ella bajó la mirada—. Sobre el beso...
—¡Lo siento, ¿de acuerdo?! —Se puso de pie con una mirada frustrada, cruzando sus brazos bajo su pecho—. No sé en qué estaba pensando...
—Bueno, yo sé exactamente en lo que yo estaba pensando.
—¿Eh? —Volteó a verlo, solo para quedarse con la boca abierta cuando de pronto lo tuvo a un paso de ella.
Y entonces él la besó, de forma tan torpe como ella lo hizo antes, pero menos inocente.
Kohaku se quedó sin aliento, pero correspondió al beso casi de inmediato, desbordando felicidad en cada movimiento, abrazándose a su cuello con cuidado pero firmeza.
Él se apartó luego de unos minutos, jadeando y sonriendo traviesamente.
—Si te hubieras quedado diez segundos más en el árbol, definitivamente habría hecho eso. —Le dio otro corto beso que los dejó a ambos sonriendo como idiotas.
—Cállate.
Volvieron a besarse. Aunque esta vez fuera en un sueño, se sintió tan real como cuando estaban frente a frente.
Y eso les bastaba, al menos por ahora.
Pero luego... ¿quién sabe qué les esperaría a futuro?
Continuará...
Holaaaaaaaaaaaa :D
Sé que dije que este tal vez sería el último cap pero al final no pudo ser o me habría salido una monstruosidad increíblemente larga y mis dedos no dan para tanto x'D
Así que tendrán un capitulo más! O dos, ya veremos xD
Muchas, muchas gracias por todo su apoyo al fic! Ojalá que este nuevo cap les haya gustado también!
Y lamento la tardanza pero también les agradezco su paciencia y el seguir esperando por este fanfic TTwTT
Los amo!~
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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