Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Primera Parte

La batalla contra Tsukasa había sido difícil, pero el enfrentamiento contra Hyoga había sido más complicado, y es que todo había pasado tan rápido que para como salió todo era demasiado bueno, y aun así les había costado la vida de Tsukasa, pero Senku no pensaba dejarlo morir, y ya estaba haciendo un plan para lograr ese objetivo después de criogenizar al hombre que una vez fue la mayor amenaza para sus planes de salvar a toda la humanidad.

—¿Entonces planeas construir un barco gigante? —preguntó Chrome mirándolo con curiosidad mientras les mostraba los planos que había hecho luego de ese estúpido concurso organizado por Gen.

—Sí, pero primero necesitamos un capitán. —Sonrió emocionado ante la idea—. Aunque nos encargaremos de eso mañana. Ya es bastante tarde, y estoy cansado.

Estiró sus brazos antes de recostarse en su saco de dormir.

—Es increíble... —Chrome se recostó en su propio saco de dormir junto al suyo, y dirigió su mirada llena de emoción al techo de su choza—. Pensar que veré lo grande que realmente es el mundo... cruzar un océano infinito... llegar a tierras totalmente diferentes. —Sonrió entusiasmado—. ¡No puedo esperar!

Senku lo miró por un momento, antes de reír entre dientes con sequedad.

—¿Océano infinito? El océano solo cubre el 71% de la superficie terrestre, y te aseguro que la Tierra no es más que una pequeña partícula de polvo en la bastedad del universo. Lo único posiblemente infinito es el universo mismo, ya que se ha demostrado que está en expansión, pero por lo que sabemos nuestro universo bien podría ser solo otra pequeña partícula de polvo flotando entre una infinidad de otros universos. Es tan poco lo que tenemos seguro sobre nuestra propia realidad que es ridículo —dijo, divertido.

Y es que era verdad, en realidad no sabían nada de todo los que les faltaba por descubrir. Pero lo entendía, y se sentía exactamente de la misma manera, él mismo no era más que otro idiota que deseaba conocer absolutamente todos y cada uno de los secretos en el universo.

Aun así no pudo evitar agrandar su sonrisa al ver la cara en shock de Chrome, tenía los ojos abiertos de par en par y la quijada por los suelos ante la idea de que todo aquello que pensaba era demasiado grande quizás no fuera nada más que una partícula de polvo en el montón.

—¿Eh? —soltó finalmente Chrome, después salió rápidamente de la sorpresa y empezó a emocionarse, comenzando a acribillarlo de preguntas que respondió de mala gana hasta que el cansancio lo venció y lo mandó a callar para finalmente poder dormir.

Ya mañana les esperaba un largo día. Tendrían que buscar a esa reportera para que les consiguiera a alguien capaz de llevarlos al otro lado del mundo en un barco primitivo en medio de este mundo de piedra en el que se había despertado hace poco más de un año y medio.

Tenía muchas cosas que hacer, muchas realmente... y aunque al comienzo le había parecido difícil, nada lo frenó, y ahora todo parecía diez billones de veces más posible gracias a que no estaba solo. Una vez más contaba con la ayuda de su mejor amigo Taiju, la talentosa Yuzuriha, la gente que Tsukasa revivió ahora dispuesta a trabajar para el reino de la ciencia, el mentalista Asagiri Gen y sus invaluables amigos de la aldea Ishigami, en especial Kaseki, Suika, Chrome y Kohaku, la leona.

A pesar de la culpa todavía flotando en el fondo de su mente por lo sucedido con Tsukasa, no pudo evitar sonreír al pensar en las muchas aventuras que les esperaban a partir del siguiente día.

Así que le dirigió una ultima mirada al cielo estrellado que se podía apreciar por la entrada de la choca de su amigo, antes de acurrucarse con las mantas y quedarse dormido.

La luz del sol colándose y dándole directamente en la cara lo despertó para un nuevo día, cosa sorprendente, ya que solían ser las patadas de Chrome o los ronquidos de Gen lo que lo despertaban cerca del amanecer, ya sea minutos antes o minutos después.

Dio un bostezo y estiró sus brazos, con su visión todavía borrosa por el sueño. Pateó sus sábanas y se frotó los ojos, para luego girarse hacia su derecha.

—¡Oye, Chrome, ya amaneció! ¡Despierta de una buena...!

Se congeló a media frase.

Chrome no estaba en ninguna parte. Tampoco Gen ni la choza misma. Nada de lo que había estado rodeándolo cuando se durmió seguía allí. Pero aun así Senku sabía perfectamente dónde estaba.

Estaba en su habitación.

La habitación que le perteneció por tantos años en el departamento en el cual vivía con Byakuya antes de que la petrificación ocurriera. Pero...

¿Por qué?

¿Por qué se sentía más como si acabara de despertar de un largo sueño en vez de sentirse como si estuviera soñando?

Porque estaba soñando, ¿verdad?

Volver a su casa en la época moderna no podía ser más que un sueño. No había forma de que fuera algo más, simplemente no había forma de que...

Todo el evento de la petrificación, los tres mil setecientos años que pasaron, perder a su padre y la aldea Ishigami...

No había forma de que todo eso fuera un sueño ¿verdad?

Casi brincó en su lugar al sentir un movimiento extraño en su pierna, hasta que se dio cuenta de que era simplemente la vibración de su celular. Había recibido un mensaje de texto del vicepresidente del club de ciencias, preguntándole por los materiales debía llevar para el experimento que tenían pensado hacer ese día.

Y al ver la fecha en su celular, Senku se congeló una vez más.

Era el mismo día en el que el mundo se había petrificado y, ahora que lo pensaba, recordaba haber recibido ese mismo mensaje de su vicepresidente apenas levantarse ese día, también recordaba haber estado usando la misma ropa que tenía puesta.

Eso era prueba de que esto era solo un sueño ¿no? Su cerebro solo estaba reproduciendo sus recuerdos de su último día en el mundo moderno antes de que esa extraña luz convirtiera a toda la humanidad en piedra ¿cierto? No obstante... ¿por qué se sentía tan absurdamente real?

Normalmente cuando se daba cuenta que estaba soñando podía controlar lo que pasaba, pero aunque estaba casi seguro de que seguía dormido no se sentía como un sueño para nada. Se sentía tan real que estaba comenzando a confundirse. A menos que... ¿Podría ser que en realidad... todo respecto a la petrificación había sido un sueño?

Pero... ¿cómo podía un sueño ser tan largo y tan realista? ¿Cómo podía sentirse real incluso después de despertar?

Se sentó en la cama y se frotó el rostro, pensando frenéticamente en qué era real y qué era un sueño.

Mientras más tiempo pasaba, más parecía indicar que esa era la realidad, y todo lo que vivió en el mundo de piedra había sido solo un sueño. Eso era lo que tenía sentido, era lo que la lógica señalaba constantemente.

Pero... no quería creerlo.

¿De verdad nada de lo que había pasado realmente sucedió? ¿Nada había sido real?

¿Los largos tres mil setecientos años contando cada segundo fueron una mera ilusión? ¿Todas las cosas que tuvo que hacer para sobrevivir solo por seis meses en un mundo reiniciado? ¿Trabajar codo a codo con Taiju para hacer la formula de despetrificación? ¿Revivir a Tsukasa y su conflicto con él? ¿Morir? ¿Encontrar a la aldea y a todos sus amigos? ¿Todo lo que vivió y lo mucho que llegó a apreciar a sus compañeros de aventuras?

¿Perder a su padre no fue real? En ese caso... eso era... eso era bueno... pero... eso significaba... significaba que todos los demás aldeanos jamás existieron.

Pero eso no podía ser... ¿entonces los aldeanos habían sido parte de su imaginación? ¿Magma, Jasper y Turquoise, Ruri y Kokuyo no existían? ¿Los hermanos Kinro y Ginro? ¿Kaseki y sus increíbles habilidades no eran reales? ¿La pequeña Suika y sus útiles ansias de ayudar? ¿Chrome y su entusiasmo asquerosamente sentimental por la ciencia no existían?

Y... ¿Kohaku no era real?

El pensamiento lo estremeció, pero rápidamente negó con la cabeza y apretó los labios, y entonces hizo algo que nunca se creyó capaz de hacerse a sí mismo y menos por una razón tan absurdamente ilógica.

Se abofeteó.

Con fuerza.

Gruñó de dolor, pero siguió en el mismo lugar, completamente consciente en el mundo moderno.

Dolor físico no siempre te sacaba de un sueño profundo, pero era una fuerte indicación de que esto probablemente no era un sueño.

Y eso significaba que lo más seguro era que estuviera despierto y que todo lo demás haya sido un sueño.

Un sueño muy largo y realista.

Rio entre dientes sin creerse que su mente estuviera pasando por tantos pensamientos contradictorios por algo tan ilógico como eso, se sentía un poco estúpido por preocuparse tanto por algo así. Pero...

Había sido tan real.

Fue tan real. ¿Cómo se suponía que debía olvidarlo y ya? ¿Cómo olvidar algo así? Era toda una vida en una sola noche de descanso. Recordaba claramente cada segundo de ese sueño, mucho más de lo que recordaba el día de ayer.

Recordaba todo lo que vivió, las cosas malas y las cosas buenas, sus aventuras y sus creaciones, las emociones, el miedo y la diversión, pero sobre todo recordaba a las personas. A Kinro y Ginro, Kaseki, Ruri, Suika... Chrome...

Y a Kohaku.

Lanzó un largo suspiro, poniéndose en pie y mirando a su celular una vez más.

Sí seguía perdiendo el tiempo con estos pensamientos irrelevantes iba a llegar tarde a la escuela, y siempre le gustaba llegar temprano para preparar todo en su club. Y se suponía que hoy empezarían un importante proyecto que les tomaría toda la semana, probablemente. Tenía que contactar con el vicepresidente y confirmar los materiales que debía llevar, tenía que hacer sus propias compras también. Y debía ducharse y desayunar.

Apretó los labios, intentando no pensar en las olas y olas de sentimiento queriendo inundar su mente por la idea de que esas personas que tanto llegó a apreciar eran simple y meramente un producto de su imaginación. Era ridículo pensar en eso, lamentar eso. No tenía sentido.

Todo fue simplemente un muy largo y muy vivido sueño.

Frotó sus sienes y escribió un rápido mensaje a su vicepresidente para recordarle que materiales debía llevar, entonces tomó una toalla y se encaminó a su baño, listo para seguir con su día como ya lo tenía planeado.

Se colocó su uniforme escolar, se preparó un rápido desayuno y salió cargando todo lo que necesitaba llevar para ese día... y todo lo que podía soportar cargar, lo cual fue menos de lo que pensó. También llevó dinero y compró en una tienda cercana ciertas cosas antes de encaminarse directamente a la escuela.

No fue capaz de concentrarse ni un milímetro en su clase, no escucho una sola palabra de lo que sea que su profesor balbuceaba. Normalmente eran cosas que ya sabía pero le gustaba escuchar diferentes perspectivas de ciertos temas, sobre todo en una materia como historia, pero ni así pudo sacar de su cabeza ese sueño tan extraño, tan largo y tan real.

A pesar de lo ridículo que se sentía por darle tanta importancia a un sueño, realmente no podía evitar pensar en eso.

Cuando llegó la hora de ir a su club, su vicepresidente y él empezaron a preparar todo para comenzar el experimento, pero entonces se detuvieron y lo miró extrañado.

—Oye, Senku... ¿estás bien? —Ajustó sus lentes mientras lo miraba con extrañeza—. Nunca antes te había visto tan distraído... mucho menos cuando estamos en medio de un proyecto. ¿Estás enfermo o algo así? —preguntó genuinamente confundido.

Senku lo miró en silencio por un momento, antes de reír entre dientes.

—Claro que no. —Negó con la cabeza—. Simplemente no dormí bien. ¿Continuamos?

Suspiró e hizo todo lo posible por no volver a dejar que esas tonterías lo distrajeran, y lo estaba logrando cuando se centró en su proyecto, pero entonces Taiju entró al laboratorio.

—¡Escúchame, Senku! ¡Ya lo he decidido! ¡Voy a confesarle a Yuzuriha lo que he sentido por cinco años!

Volteó a verlo con los ojos muy abiertos, sin ser capaz de pronunciar una sola palabra. Eso... lo recordaba, era exactamente lo mismo había dicho ese mismo día antes de que la humanidad se convirtiera en piedra en su sueño...

—¿Eh... estás bien, Senku? —Lo miró confundido y preocupado—. ¿Crees que es mala idea declararme hoy?

—No... —pronunció lentamente, parpadeando varias veces para alejar esos pensamientos estúpidos de su mente. Solo era una extraña coincidencia, podía ser una coincidencia—. ¿Esperar cinco años para declararte? Qué ineficiente, grandulón. —Rio entre dientes, revolviendo entre sus cosas hasta encontrar la gasolina refinada de tapas de botellas que hizo no hace mucho—. Te daré un método extremadamente eficiente. —Le enseñó la gasolina—. Esto activara tu segregación de hormonas al máximo. Es como una poción de amor. Las posibilidades de que funcionen son de diez billones por ciento.

No pudo resistir hacer esa broma, aunque fuera una copia exacta de lo que recordaba decir, en parte porque le resultaba divertido pero mayormente porque quería comprobar sí su reacción y la reacción de los demás a su alrededor serían las mismas.

Luchó por mantener su expresión impasible cuando vio Taiju tirar toda la gasolina.

—Gracias, Senku, pero lo siento. No dependeré de trucos —dijo.

Y la determinación en su mirada era exactamente como la recordaba. Cuando su amigo se dio la vuelta y salió del laboratorio, los comentarios no se hicieron esperar, y también fueron exactamente los mismos de su sueño, pero esta vez solo se limito a decir que era gasolina.

Esto... comenzaba a darle mala espina.

Terminó rápidamente la primera parte de su experimento y al ver a varios miembros de su club salir para ir a presenciar la declaración de su mejor amigo, tal como la vez anterior, salió también, casi tropezándose con sus propios pies.

No se molestó en comprar una de sus bebidas energéticas de la máquina expendedora, simplemente corrió a la ventana y observó a Taiju llegar a donde Yuzuriha lo esperaba expectante.

—Cien yenes a que lo rechaza.

—Cien yenes a que lo rechaza en serio.

—Quinientos a que lo rechaza con todo su poder.

Sus compañeros comenzaron a apostar, pero a pesar de que sería dinero fácil no pudo abrir la boca, simplemente miró ansiosamente a sus amigos, y luego al claro cielo azul, alternando la mirada entre ambos puntos. El recuerdo de la luz verde opacando los cielos pasó por su mente, y es que eso fue lo último que vieron sus ojos en tres mil setecientos dieciocho años... en ese sueño.

Pero... ¿realmente era solo un sueño?

—¡Escúchame, Yuzuriha! —El familiar grito de su amigo lo hizo estremecerse mientras volvía sus ojos hacia los rostros sonrojados de ambos protagonistas de la confesión de amor más ruidosa en los dos millones de años de historia humana—. ¡Estos últimos cinco años yo...! —Al escuchar la pausa en su voz, Senku inmediatamente miró al cielo.

Y... Nada.

No había nada.

No había pasado nada...

Ninguna luz verde acercándose a gran velocidad, ninguna horrible sensación de temor e impotencia. Solo Taiju congelado como un idiota, completamente sonrojado.

—¿T-Taiju-kun?— Aunque estaba muy lejos para escuchar la suave voz de su amiga, Senku imaginó que eso fue lo que dijo por el movimiento de su boca.

—¡Durante estos últimos cinco años...! —volvió a repetir ferozmente Taiju, cerrando los ojos y apretando los puños—. ¡Yuzuriha, durante estos últimos cinco años he estado enamorado de ti! ¡Por favor acepta mis sentimientos! —exclamó e hizo una profunda reverencia.

Hubo unos segundos de silencio en los que todos estuvieron esperando, pero a diferencia del resto que solo esperaban por la respuesta de Yuzuriha, Senku solo tenía ojos para el horizonte, aguardando por aquella luz verde.

Pero no llego.

Y eso fue todo.

La petrificación no existía, todo fue solo un sueño extraño con algunas raras coincidencias, pero solo eso. Senku suspiró aliviado, intentando ignorar ese extraño vacío que se instaló en su pecho al pensar en sus amigos aldeanos.

Hizo una mueca y apartó esos pensamientos.

Sonrió suavemente al ver a Yuzuriha tartamudear completamente sonrojada que ella correspondía a sus sentimientos y le gustaría mucho ser su novia.

Rio un poco al ver a sus compañeros del club casi desmayándose por la sorpresa de ver a una chica como ella aceptando al ruidoso grandulón, y se lamentó un poco de no haber hecho esa apuesta, pero bueno... lo importante es que ellos eran felices.

Estaba genuinamente feliz por sus amigos.

Decidió que ya no tenía nada más que ver y caminó hasta la máquina expendedora, compró su bebida energética favorita y se encamino de regreso al laboratorio.

Todo lo que creía haber vivido no era más que un sueño estúpido. Por más realista que se hubiera sentido, solo había sido un sueño, solo trucos de su mente.

No tenía ni un milímetro de lógica lamentarse por la no existencia de productos de su imaginación.

No tenía sentido tener sentimientos por simples personajes inventados en su subconsciente.

Apretó los dientes mientras tomaba sus cosas para retirarse apenas terminaron las clases, cosa que nunca hacía ya que siempre se quedaba más tiempo en su club, pero no tenía ganas de nada por hoy... así que se fue sin dar más explicaciones.

Recibió un mensaje auditivo de Taiju diciéndole a gritos que él y Yuzuriha ya eran novios, a lo que solo sonrió y le envió sus felicitaciones para ambos vía texto.

Una vez llegó a su casa, lo primero que hizo fue buscar información en redes sociales acerca de los astronautas en el espacio.

La cantante Lillian iba a organizar otro pequeño concierto dentro de unas horas, eso era todo lo que se tenía. Pero era suficiente.

Su padre estaba bien allá en la órbita terrestre.

Volvería a verlo pronto.

Estaba vivo y bien, cumpliendo su sueño.

Todo estaba bien...

Se sintió completamente estúpido cuando un pequeño nudo se instaló en su garganta. ¿Por qué dejaba que un sueño lo afectara tanto? Era ridículo.

Aunque se suponía que debía administrar sabiamente el dinero que su padre le dejó, no pudo evitar tomar su chaqueta y una buena cantidad de dinero y montarse a su bicicleta para pedalear hacia su tienda de ramen favorita.

Comió como un cerdo, ignorando la mirada confundida del encargado.

Volvió a su casa cansado y listo para dormir temprano. Se sentía agotado física, mental... y emocionalmente también. No quería pensar en ciertas cosas y eso solo lo hacía estresarse, así que estaba ansioso por dormir para dejar de pensar en esas tonterías completamente ilógicas.

Mañana sería un nuevo día y se concentraría en otras cosas para sacar ese ridículo sueño fantasioso de su mente.

¿Toda la humanidad convertida en estatuas de piedra? Pff... que idea tan absurda.

¿Cómo pudo creerse algo así? Solo lo más profundo del subconsciente humano sería capaz de inventar una tontería así.

Se recostó en su cama y cerró los ojos.

Mañana sería un nuevo día.

Una patada en su rodilla lo despertó sobresaltado.

—¡Maldición, Chrome! —se quejó, pero Chrome seguía durmiendo.

Sonrió con maldad antes de lanzarle su almohada a la cara para despertarlo. La venganza sí era dulce.

Se levantaron y se pusieron manos a la obra, tenían mucho trabajo que hacer. Iban a empezar la construcción del barco ese mismo día y luego buscaría a esa reportera para que le consiguiera a un capitán.

Y así lo hizo. Luego de avanzar un poco en la construcción del barco, buscó a la reportera y reunió a un pequeño equipo formado por ella, Magma, Nikki, Taiju, Kohaku y por supuesto él mismo.

Encontraron la estatua de Ryusui y en cuanto revivió, el capitalismo regreso con él... vaya.

Además exigió que le consiguieran petróleo, cosa difícil de conseguir por los cambios en el terreno, por lo cual Senku llegó a la conclusión de que necesitaban globos aerostáticos, y aunque les tomo tiempo, encontraron otras cosas útiles como cabras y trigo, también revivieron a la mayordomo de Ryusui, Francois, pero finalmente Kohaku logró encontrar el área general en la que estaba ubicado el petróleo gracias a que también inventaron las cámaras fotográficas y su excelente vista de 11.0.

—Mañana empezaremos la búsqueda oficial, pero por ahora descansen bien, y quiero que se despierten a primera hora para hacer este importante viaje —les avisó mientras se paseaba delante de sus amigos. Ellos asintieron y de inmediato comenzaron a marcharse, pero entonces él sintió el impulso de decir algo a cierto alguien—. Kohaku —la llamó antes de que se fuera, provocando que volteara a verlo con curiosos ojos azules.

—¿Si, Senku? —Se acercó a él con una sonrisa—. ¿Tienes otro trabajo para mí? —preguntó curiosa, haciéndolo reír.

Típico de ella emocionarse por más trabajo cuando cualquier otra persona se quejaría.

—No, no es eso. —Frotó su oído, odiándose por no haber podido mantener la boca cerrada—. Solo quería agradecerte por encontrar el petróleo, y por esa vista absurdamente buena tuya. Nos ahorraste muchísimo tiempo muy valioso.

—Sabes que lo hago con gusto. —Sonrió sinceramente, aunque siempre sonreía de esa forma. Ella no podía ser deshonesta, siempre era transparente y mucho más a ojos de Senku—. Me alegra ser útil. —Apartó la mirada por un momento, antes de voltear a verlo, fijando sus ojos en él un poco más de lo necesario, haciéndolo sentir un poco incomodo—. Bueno... me iré ahora.

Bajó la cabeza y se marchó sin decir nada más.

Siempre hacía eso. Lo ponía incomodo y luego se marchaba, como si no quisiera que estuvieran solos más de la cuenta.

Y Senku creía saber el porqué de este comportamiento... pero no le gustaba a dónde iba eso, así que descartó el pensamiento y simplemente se fue a dormirse.

Y entonces se despertó en su habitación con los ojos muy abiertos.

¿Por qué... por qué había vuelto a tener ese sueño? Y en continuación. ¡Como si fuera una maldita serie de Netflix!

Eso... ¿fue un sueño, verdad? ¿O esto era un sueño?

Tomó su celular y observó la fecha, comprobando que era el día siguiente al último día en el que se durmió en el mundo moderno.

La lógica señalaba que ese mundo de piedra era producto de su imaginación pero... ¿por qué sentía que había algo que no cuadraba? Era tan extraño... Algo no encajaba.

¿Por qué había vuelto a soñar con eso? ¿Y por qué sentía tanta nostalgia por un simple sueño estúpido?

Habían pasado semanas en ese sueño, a diferencia de los tres mil setecientos años que su cerebro creyó soportar en el primer sueño. Y se sintió igual de real, pero de alguna forma sabía que eso era un sueño.

Lo raro era que mientras estaba en el sueño se sentía como si nunca de los nunca hubiera despertado, como si siguiera sumergido en ese mundo sin poder controlar su mente, pero no había ninguna sensación de incomodidad o impotencia, solo era extraño pensar en eso una vez ya despierto.

Ya estaba diez billones por ciento seguro de que esta era la realidad y el mundo de piedra un sueño, pero no podía entender por qué demonios seguía soñando con eso y de esa forma tan extraña.

Por más que intentaba razonarlo, su cerebro no lograba encontrar una explicación lógica.

Decidió simplemente ir a la escuela y dejar de pensar en eso. Tal vez solo era una extraña coincidencia y ya.

Al llegar a la escuela se topó con Taiju y Yuzuriha en medio del pasillo, los dos con las caras rojas y sus manos a centímetros de tocarse pero sin llegar a hacerlo. Los dos temblaban de nerviosismo y Senku rodó los ojos al darse cuenta de que esos dos idiotas enamorados estaban haciendo un completo drama simplemente por tomarse de las manos.

Sonrió y decidió que era preferible interrumpirlos a que siguieran haciendo el ridículo y terminaran llegando tarde a sus clases.

—Buen día, feliz pareja. —Sonrió divertido cuando los dos brincaron en su sitio—. ¿Piensan ir a clases o qué?

—¡C-claro! —chillaron, sonrojados, apartaron la mirada y empezaron a caminar juntos por los pasillos de la escuela.

Nuevamente el tiempo pasó rápido para él y antes de darse cuenta ya fue hora de regresar a casa.

Era increíble lo mucho que un sueño, por más extraño y complejo que sea, podía desequilibrar su estado mental. De nuevo no prestó atención en clases y de nuevo no tuvo ánimos de quedarse más tiempo en su club, cosa de verdad muy, muy rara en él.

Esta vez compró comida para llevar y comió sin ganas, buscando más información sobre los astronautas en redes sociales.

Sonrió al encontrar un par de clips del mini concierto de Lillian. Byakuya y tres de sus compañeros aparecieron al final del video para aplaudir su interpretación.

Fue bueno ver más de su padre... aunque debía admitir que tal vez se había quedado mirando un poco más de lo necesario el pequeño álbum familiar que tenían el día anterior.

Cuando llegó la hora de dormir, miró con desconfianza a su cama, preguntándose si era posible que volviera a tener ese sueño tan extraño otra vez.

Esperaba no tener que pasar de nuevo por esa experiencia tan carente de raciocinio pero... dormir era importante. Y no es como que fuera a evitar dormir solo por la posibilidad de tener un ridículo sueño. No era tan infantil como para caer en eso.

Suspiró y se recostó en su cama, intentando no pensar en los extraños sentimientos que le provocaba ese mundo ficticio.

Intentó dormir para no pensar en eso, esperando no volver a soñar con aquel mundo de piedra y los personajes que su subconsciente inventó. Pero... lo cierto es que una parte de él tampoco podía tolerar la idea de no volver a verlos.

Apretó los ojos y enterró el rostro en la almohada, gruñendo.

Estaba siendo absurdamente ridículo.

Deseaba que ese sueño no volviera a repetirse y punto. Sin peros.

Cuando despertó, de inmediato se puso manos a la obra para buscar el petróleo. Y apenas lo consiguió recibió un mensaje siniestro de un posible enemigo al que llamaron el hombre del WHY, una amenaza latente que le dio otro motivo para apresurarse en la construcción del barco. Y un año pasó hasta que lo terminaron.

Y despertó de nuevo en el mundo moderno completamente confundido.

Esto ya era demasiado raro. Demasiado complejo y elaborado, hasta podría ser la trama de un libro o manga shonen.

No perdió tiempo cuestionando qué era real y qué era fantasía esta vez, simplemente se levantó y se enlistó rápidamente para ir a la escuela más temprano de lo normal, saltándose incluso el desayuno, solo llevándose una manzana para el camino.

Apenas llegó a la escuela se internó en la biblioteca de esta. A pesar de que ya había leído literalmente todos los libros de allí, quería rememorar ciertas cosas, y ver sí llegaron nuevos libros psicológicos con nuevas teorías respecto a sueños y sus significados.

Desgraciadamente no encontró nada nuevo, al menos nada que no sean estúpidas pseudo-ciencias diciendo disparates sin ningún tipo de base científica.

Volvió a ignorar sus clases para buscar información con su celular en internet, buscando nuevos estudios tanto en revistas de alto prestigio como en estudios de aficionados, a pesar de lo cuestionables que fueran, para que vean lo desesperado que estaba de encontrar algún tipo de respuesta a esta rareza que estaba experimentando.

No se sintió satisfecho con lo que encontró y decidió que esta vez se quedaría de más en el club de ciencias para distraerse un poco de esos ilógicos pensamientos que tanto lo estaban estresando.

Llegó tarde a casa, pero aun así se preparó una pequeña cena rápida mientras buscaba información de los astronautas en redes sociales, sorprendiéndose cuando de repente le llegó un mensaje de Tsukasa a su celular.

Ah... claro. Tsukasa realmente era su amigo. ¿Por qué demonios en ese mundo ficticio soñó que lo conocía solo por la televisión y no desde niños? Y hasta soñó que él lo mataba... aunque luego le devolvió el favor matándolo también. También recordaba que en el sueño su hermana nunca se había despertado del coma. Vaya, el sueño de repente se volvió diez billones de veces más raro.

Tsukasa le avisó que el campeonato ya había terminado y regresaría a la escuela mañana, a lo que Senku solo le envió una felicitación por ganar. No se había molestado en ver el campeonato, pero sabía que Tsukasa no perdería ante nadie en su liga, así que no necesitaba ni siquiera comprobar el resultado en internet.

El sueño de esa noche esta vez fue más corto, muchísimo más corto.

Pasaron solo unas horas desde que partieron, llegaron a una isla en busca de platino y toda su tripulación se volvió piedra por culpa de unos isleños que parecían tener en su poder una forma de petrificar a las personas.

Conocieron a una aldeana que les pidió su colaboración y decidieron que infiltrarían a Kohaku en el harem, pero para eso necesitaban el laboratorio que estaba en el barco, que estaba en manos de sus enemigos. Y al intentar acercarse casi son descubiertos pero gracias a Gen y su habilidad para inventar excusas pudieron salvarse... pero fingiendo que él y Kohaku eran novios, lo que casi provoca que ella lo besé.

Aunque el beso fue en la mejilla, casi en la comisura de los labios, y fue con una actuación tan pésima de parte de esa leona que ni siquiera se molestó en fingir que no le molestó que hiciera eso. Sí el enemigo les creía bien, sino entonces pues mala suerte y tendrían que inventar otra cosa.

Sorprendentemente eso fue suficiente para que los dejaran ir y gracias a una colaboración de Suika y Ginro recuperaron el laboratorio. Maquillaron a Kohaku y a Ginro también y los enviaron al harem junto a la isleña.

No hubo tiempo de dormir esa noche, pero luego de enviarle el arete para que pudieran comunicarse decidió tomar una siesta.

Y volvió a despertar en el mundo moderno, no tan sorprendido esta vez por haber vuelto a soñar con eso, pero si con la mezcla de emociones que sintió al enterarse de perder a sus amigos. Ver a su tripulación convertida en piedra realmente lo golpeó con fuerza en el sueño. Y tampoco le gustó mucho enviar chicas... y a Ginro, a un harem lleno de depravados sexuales.

Sacudió la cabeza para despejarse y rápidamente salió de la cama, reprendiéndose por preocuparse por cosas que pasaban en un mundo que solo existía únicamente en su imaginación.

Debería estar más preocupado por el hecho de que se suponía que su padre regresaría de la estación espacial internacional mañana, aunque no volvería a Japón hasta dentro de otro par de semanas pero seguramente sí que empezaría a atosigarlo con llamadas constantes como antes de que se marchara. Ese viejo pesado...

A pesar de tener eso en mente y que hoy también Tsukasa regresaría a la escuela, su mente todavía siguió regresando al sueño de vez en cuando, tanto que casi no nota a su amigo boxeador llamándolo hasta que le colocó una mano en el hombro.

—Me voy unas semanas y te encuentro totalmente diferente. ¿Acaso que Taiju finalmente se le declarara a Yuzuriha te dio ansias de conseguirte una novia también? —le preguntó, sonriendo divertido—. Casi pareciera que piensas en una chica.

—Sí, claro —rodó los ojos, caminando a su lado en los pasillos—. Mi padre regresa mañana, ya sabes.-

—Es realmente increíble que haya cumplido su sueño, y todo gracias a ti. —Parecía genuinamente feliz por él y su padre.

—Tú y Taiju también me ayudaron con ese inservible proyecto que solo sirvió para inspirarlo. —rio entre dientes—.Y ese viejo también se esforzó mucho.

—Normalmente Taiju y yo venimos juntos ya que vivimos cerca, pero hoy se desvió por completo para acompañar a Yuzuriha —cambió el tema—. Estoy feliz de que finalmente se hayan decidido a estar juntos. Se merecen el uno al otro. Mirai también está muy feliz por ellos.

—El idiota se declaró bajo el alcanfor, donde se declaran todos los cabezas huecas como él. Estoy diez billones por ciento seguro que Yuzuriha lo vio venir a diez billones de años luz de distancia —comentó al pasar por el pasillo que daba justo a ese árbol.

Se detuvieron frente a la misma ventana por la cual Senku los había observado hace un par de días y él se sorprendió al recordar de nuevo ese mundo de piedra. Recordó el haber mirado a sus amigos por un breve milisegundo antes de que se quedara hipnotizado contemplando esa luz verde. Luego recordó el haber encontrado a Yuzuriha y anotar ese mensaje para que su amigo lo encontrara una vez se despetrificara. Recordaba su fe inquebrantable en que iba a despertar debido a esa enorme fuerza de voluntad e incorregible terquedad.

—¡Senku, Tsukasa, hola! —Taiju llegó acompañado de Yuzuriha, esta vez tomados tímidamente de las manos, con caras rojas pero grandes sonrisas.

Él sonrió suavemente, caminando a su lado mientras Taiju hablaba sin parar, comentando algunas cosas de vez en cuando, ya sin pensar tanto en sus amigos inventados petrificados en un mundo ficticio.

No obstante, mientras se iba en compañía de sus amigos, no pudo evitar mirar por encima de su hombro al árbol en el que Taiju se había confesado, teniendo más y más destellos de ese mundo inventado por su subconsciente hasta que casi se tropieza con sus propios pies y finalmente miró hacia adelante, sacudiendo la cabeza para deshacerse definitivamente de esos pensamientos.

Pasaron las horas y esta vez se esforzó en prestar atención a sus clases para no pensar en lo pesimista que se había tornado su extraño sueño de repente, pero a la hora de almuerzo no pudo evitar pedirle a sus amigos que se adelanten sin él.

Y una vez más hizo algo completamente ilógico.

Fue hacia ese árbol, el alcanfor.

A medida que se acercaba, más destellos de lo que creyó vivir en ese mundo de piedra inundaron su mente, y no entendía por qué. No tenía sentido, simplemente mientras más se acercaba y más miraba ese árbol podía recordar con más claridad ese sueño tan raro, casi como si estuviera soñando despierto por más extraño que pudiera sonar.

¿Por qué sentía que había algo inusual en ese árbol? No tenía ni un milímetro de sentido, de verdad que no, pero aun así... aun así tenía un extraño presentimiento. Algo que lo hacía no poder dejar de acercarse a ese árbol.

Extendió una mano para tocar el tronco del árbol, pero entonces se detuvo.

¿Qué demonios estaba haciendo?

¿Finalmente había perdido la razón por completo? Esto no tenía lógica por ningún lado lo viera por donde lo viera.

Hizo una mueca y apretó su mano extendida en un puño, antes de bajar el brazo y dar media vuelta, regresando por donde había llegado mientras se reprendía por las ridiculeces que un simple sueño estúpido lo obligaban a hacer.

Volvió con sus amigos para almorzar con ellos y las siguientes horas se pasaron rápido hasta que regresó a su casa ya un poco resignado a tener que volver a lidiar con esos sueños.

¿Tal vez era solo una fase? ¿Solo tenía que esperar unos días o incluso unas semanas y finalmente se acabaría?

Cenó sin ganas y se dedicó una hora a terminar tareas atrasadas antes de finalmente desplomarse en su cama, preguntándose de qué diablos se trataría el siguiente sueño estúpido ahora.

Kohaku encontró el platino y Senku descubrió lo mucho que su padre había hecho mientras aún vivía, cosa que instaló un pequeño nudo en su garganta antes de que simplemente lo utilizara como motivación para ser más eficiente en su misión. Entonces empezó a preparar su plan para despetrificar a sus amigos, comenzando con Ryusui de nuevo gracias a los esfuerzos de Kohaku, después se hizo obvio que necesitaban la ayuda de Kaseki para que sus planes pudieran tener posibilidades reales de funcionar.

Terminaron despetrificando a Taiju y Kaseki, y Taiju los ayudo a traer muchas de las estatuas que sus enemigos habían arrojado al mar y así sus planes parecían ir viento en popa.

Pero entonces la isleña que se volvió a su aliada llegó dándoles la noticia de que Kohaku había sido petrificada por salvar la vida de Ginro. Y sus estatuas estaban en el medio de la base enemiga.

Y Senku se sorprendió a si mismo cuando una sensación de rabia e impotencia nunca antes experimentada lo invadió de pies a cabeza. Y también...

Miedo.

Y, aunque estaba preocupado por Ginro, la verdad es que la mayor parte de sus pensamientos corrieron frenéticamente al pensar solo en Kohaku. En todo lo que ella hizo por él y como había acabado arrastrada a esta situación porque él era completamente incapaz de protegerla o de hacer cualquier cosa sin ella. Y lo peor es que tuvo que guardar la compostura. Solo apretó los dientes y sonrió, decidido a seguir con el plan y simplemente confiar que podría salvarla una vez se apoderara del arma petrificadora.

Fue entonces que el guerrero enemigo Mozu salió de la nada con amenazas de muerte y dependieron de Gen para volverlo su aliado en lugar de que los asesinara.

Prepararon un elaborado plan para apoderarse de la llamada Medusa que convertía en piedra a las personas y en medio de eso Senku decidió tomar una siesta para estar bien descansado para el gran evento. Y fue entonces que sus pensamientos volvieron a Kohaku.

Todo tenía que salir bien para que pudiera ir por ella. Ella que había confiado en que él sería capaz de ganar y salvarla y salvar a Ginro de la muerte. Ella que hizo tanto por él.

Le debía esta victoria.

Despertó una vez más en el mundo moderno, pero su mente ya no se sorprendió... ni tampoco le importó una mierda, para ser honesto. Solo podía pensar en Kohaku.

¿Para qué negarlo? Odiaba la idea de que ella no fuera real, y al sentir que la perdió—con la esperanza de que podría recuperarla—, fue un gran shock y el miedo lo dejó sin aliento por un segundo.

Sin aliento y desesperado por volverla a ver.

O al menos por comprobar que ella era más que un producto de su imaginación.

Tenía que hacer algo al respecto.

No estaba pensando racionalmente, si estuviera pensando con lógica se daría cuenta de que una vez más se estaba dejando llevar por ese sueño extraño. Sí estuviera pensando con lógica se diría que tenía mejores cosas de las cuales preocuparse. Sí su mente pudiera ser capaz de racionar como normalmente lo haría no se habría levantado casi corriendo de la cama, no se habría alistado para la escuela a tan alta velocidad y al menos habría desayunado, pero solo salió de su casa casi como si alguien lo persiguiera.

Corrió hacia la escuela que apenas había abierto y corrió hasta el patio de la misma, hacia el árbol de alcanfor. Y allí se detuvo.

Miró fijamente al árbol, sintiendo los sentimientos que había experimentado en ese sueño volver con toda su fuerza.

Extendió su mano hacia el tronco del árbol una vez más en lo que avanzaba los últimos pasos que antes lo habían mantenido fuera de su alcance.

Sus dedos rozaron la superficie áspera y sintió un extraño estremecimiento recorrer todo su cuerpo.

Terminó de apoyar la palma de su mano en el árbol y parpadeó por solo un segundo, y al abrir los ojos nuevamente se encontró con unos brillantes ojos azules devolviéndole la mirada.

Su mandíbula se aflojó y sus ojos se ampliaron a su máxima capacidad mientras contemplaba esos familiares orbes azules.

Era Kohaku.

Parada en una posición muy parecida a la suya, con su brazo derecho también extendido y la palma de su mano aplanada sobre la superficie del otro lado de aquel árbol, exactamente en el lado opuesto. Traía su vestido favorito puesto y su cabello atado en la misma coleta desordenada de siempre.

Y ella también lo miraba como si no pudiera creer lo que veía.

Y... se sentía tan real.

—¿Senku...? —susurró ella en voz tan baja y llena de tanto sentimiento que él no pudo siquiera considerar la posibilidad de que no fuera la chica que tanto le importaba, la chica con la que vivió y compartió tantas cosas, la chica a la que no quería perder.

Kohaku. Realmente era Kohaku. Nadie podría convencerlo de lo contrario, al menos no en ese segundo en el que su cerebro mandó toda lógica a la mierda, no en ese segundo en el que creyó que el sueño podía volverse realidad.

—¿Eres... real...? —preguntó en un susurro tan bajo como el suyo, intentando y fallando en disimular la cantidad absurda de esperanza en su voz. Esperanza de que la respuesta a esa pregunta fuera un sí.

Pareció quedarse muda, simplemente lo miró con la boca abierta, incapaz de responder.

Senku intentó acercarse a ella, dio un paso en su dirección y apartó su mano del árbol para lograr tocarla y tal vez así comprobar si era real o no.

Pero apenas sus dedos dejaron de rozar la áspera corteza del tronco de árbol, Kohaku desapareció de su vista.

Volvió a estar solo junto al alcanfor. Pero su mente estaba más llena de dudas que nunca antes.

¿Fue real? ¿Todo fue real? ¿Kohaku... era real?

Por más que intentara pensarlo y repensarlo, las cosas parecían cada vez más y más ilógicas. Pero... ya encontraría una explicación que lo satisficiera. Incluso si le llevaba toda la vida hacerlo.

Continuará...

Holaaaaaaaaaaaaaaaaa! :D

Nuevo fic! Este será probablemente un Two-shot o Three-shot!

Y sé que está bien loco xD

Lo hice en colaboración con mi beta y no solo que yo escribí y ella corrigió, la mayor parte de esta trama es su idea uwu

Esperamos de todo corazón que les guste! :3

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro