Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cuarta Parte

El sueño compartido luego de que Kohaku volviera a su mundo fue increíblemente insuficiente. La alarma de su celular lo despertó mientras aún seguían conversando sobre qué hicieron después de que se separaran.

Debería apagar esa cosa, aprovechando que Kohaku rompió el despertador, pero temía que si no la dejaba encendida se quedaría demasiado absorto en el sueño y no alcanzaría a ir a la escuela. Y no quería que sus amigos hicieran preguntas.

Sin embargo, ese día en la hora del almuerzo, sus amigos de inmediato se acercaron con muchas preguntas que realmente no quería contestar.

—¿Por qué dicen que se te ha visto con una chica bonita? ¿Acaso es tu novia? —le preguntó Yuzuriha con ojos brillantes.

—¿Por qué actúas tan extraño últimamente? Apenas se te ha visto en el club de ciencias —señaló Tsukasa.

—¡¿QUÉ?! ¡¿Estás bien, Senku?!

—No creas los rumores, Yuzuriha. Y no me pasa nada. —Rodó los ojos, pero luego algo se le pasó por la mente y sonrió ladinamente—. Excepto... que me iré de viaje pronto.

—¡¿TE IRÁS, SENKU?!

—Sí, grandulón, baja la voz. —Hurgó en su oído con fastidio—. Me iré a las islas Ryūkyū a hacer un estudio sobre su cultura, flora y fauna, solo porque un artículo reciente despertó mi interés.

—Eso es extraño. —Tsukasa entrecerró los ojos—. Has ido a diferentes sitios del mundo y ¿ahora quieres ir a unas simples islas famosas de nuestro país?

—¿Quieres los detalles de mi investigación? —Sonrió secamente—. Hay un tipo de planta perteneciente a la familia de...

—Muy bien, te creo. —Tsukasa negó con la cabeza, divertido.

—¿Y cuándo te irás de viaje, Senku-kun? —preguntó Yuzuriha con curiosidad.

—Aún no sé la fecha exacta... pero será pronto. —Sonrió.

Esa noche, volvió a reunirse en su sueño con Kohaku, otra vez en su habitación.

Ella se lanzó a besarlo apenas lo vio, pero Senku se abrumó un poco y se apartó, aunque riendo.

—Tranquila, leona. Necesitamos hablar.

—¿Hablar? —Ladeó la cabeza.

—Tengo una idea sobre cómo ayudar a tu hermana, y a Chrome y todos en la aldea en general.

—¿Cuál?

—Pues... requerirá arrastrar a Chrome a nuestra maraña de mentiras, pero conociéndolo estoy diez billones por ciento seguro de que lo logrará.

—¿A qué te refieres con...?... ¡Oh, creo que entiendo! —Sonrió emocionada—. ¡Ja, en realidad él es un pésimo mentiroso! Pero estoy segura de que entenderá y hará lo necesario por el bien de Ruri-nee. ¿Quieres que hable con él?

—De hecho preferiría enfrentarlo en persona, así podré aclarar sus dudas más fácilmente. Aunque no es como que sepa bien qué demonios está pasando con nuestra situación.

—¿Aún no has encontrado respuestas?

—Por supuesto que no. Incluso tomando en cuenta investigaciones de fuentes poco fiables, nada parece encajar. —Frunció el ceño—. Seguiré investigando al despertar.

—¿Ya falta poco para que despiertes?

—El sueño suele durar un par de horas, descuida. Tenemos tiempo suficiente. Te contaré a detalle lo que planeó hacer...

A media explicación de su plan, su alarma lo despertó y Senku la observó con odio en la pantalla de su celular.

Realmente detestaba no poder deshacerse de esa cosa...

Ni siquiera prestó atención en clases, se la pasó escribiendo en su carpeta, puliendo detalles para lo que planeaba hacer. Sus amigos volvieron a hacer preguntas, pero Senku no les hizo mucho caso, invento excusas y se fue a casa a seguir investigando hasta que recibió una llamada de su padre y aprovechó para decirle que se iría de viaje unas dos semanas.

—¡¿Ni siquiera estarás allí cuando vaya a casa?! —Empezó a lloriquear de inmediato.

—Vienes el próximo mes y yo me voy pronto, no hagas tanto drama. Si estaré aquí.

—¡Excelente, ya quiero conocer a tu novia, por cierto!

Senku estaba a punto de negar tener novia, pero entonces comenzó a pensar que, de hecho, besarse no era muy de amigos que se diga.

¿Kohaku podría considerarse su novia?

Era extraño pensarlo, pero no quería negarlo...

—Tengo que colgar, viejo.

—¡Espe...!... —Senku colgó y arrojó el celular despectivamente a un lado.

Ya había bajado toda la información de los videos y fotografías a su computadora, pero aún no llegaba a conclusiones de los datos analizados. Habían patrones, pero nada le decía que fueran absolutos. No tenía ninguna regla en la cual confiar. Era desesperante, era acientífico, era desconcertante, era...

¿Era magia, a caso?

No creía en ese tipo de cosas, así que siguió investigando.

Si lo que pasaba no tenía reglas ya establecidas, solo tenía que hacerlas él mismo.

Si esto era fantasía, de todos modos buscaría la forma de vencerla o más bien entenderla y controlarla con la ciencia.

Se desplomó en su cama luego de horas de trabajar y despertó en medio del bosque del mundo de piedra, viendo a Kohaku sentada junto a una fogata, mirándolo con una sonrisa.

—Hola —lo saludó alegremente, como si nada raro pasara.

—¿Por qué no estás en la Aldea?...

—Ah, eso. —Encogió los hombros—. Ya se acabaron la carne, y todos quedaron tan satisfechos que me pidieron cazar más. Querían acompañarme así que me escapé para que no me arruinarán mi oportunidad de traerte aquí.

—Diez billones de puntos para ti. —Rió entre dientes, sentándose a su lado—. Entonces supongo que iré a tomar mis "vacaciones" mañana mismo para venir aquí.

—¿Ah?

Suspirando, Senku le explicó la excusa que daría para justificar su ausencia y de paso siguió contándole el resto de su plan.

—¿Entiendes lo más importante, ahora? —La miró con cansancio, puesto que perdía más tiempo explicando qué significaban ciertas cosas antes que diciendo el plan en sí.

—¡Ja, eso creo! Deberíamos estar bien, estoy segura de que Chrome entenderá todo perfectamente.

—Más le vale...

—¿Seguro que no quieres que hable con él antes?

—Nah, estaré bien.

—Muy bien. —Suspiró—. Qué bien que pudiste decirme todo, ¿ya vas a despertar?

—Supongo que el despertador sonará dentro de un rato.

—En ese caso... —Ella sonrió traviesamente, antes de lanzarse a besarlo.

Senku esta vez no puso queja. Se abrazó a su cintura inmediatamente y correspondió con entusiasmo, mientras ella se movía para sentarse en su regazo, envolviendo sus brazos alrededor de su nuca.

Esto de besar era algo nuevo para ellos, y Senku, aunque tenía una idea de cómo era la técnica, estaba un poco perdido, mientras que Kohaku no tenía idea de qué hacer y solo seguía su instinto, que de alguna forma resultaba una mejor estrategia que la de él y ella acabó guiándolo.

Guiarse por el instinto no era algo que Senku hiciera a menudo, pero resultó increíblemente placentero. Tal vez un poco demasiado placentero...

Cuando ella comenzó a usar su lengua, él sintió un calor alarmante invadir todo su cuerpo, pero con su mayor punto de intensidad en cierta parte de su anatomía... y sus manos comenzaron a moverse prácticamente solas por el cuerpo femenino, delineando sus caderas hasta llegar a sus tersos muslos.

Ok, eso no ayudó a bajar su creciente libido.

No quería parar, pero... Estaban en un sueño, técnicamente. Si fueran más lejos ¿perderían la "virginidad mental"?

Ella posó su mano en su nuca, arañando suavemente su piel y ahogando un gemido contra su boca. Y Senku empezó a subir más sus manos, diciéndose que podían ir solo un poco más lejos... solo por un poco más de tiempo.

Hablando de tiempo, su alarma eligió ese maravilloso momento para sonar con su pitido infernal, despertándolo de golpe.

Su ceja comenzó a temblar frenéticamente y una parte de él quiso arrojar su celular por la ventana, pero por supuesto, eso no sería racional, así que se contuvo y se levantó desganado a darse una ducha helada.

Ese día en la hora del almuerzo, les dijo a sus amigos que se iría a las islas Ryūkyū mañana mismo. Claro que tuvo que decirle eso al director y no estuvo para nada contento de que lo dijera con tan poco aviso, pero ya estaban acostumbrados a sus excentricidades así que pudo lograr que le diera el permiso. También habló con su padre, que lloriqueo por media hora antes de desearle buen viaje y que se cuidara muy bien, pero también dijo muchas estupideces...

—¿Vas a ir con tu novia?

—Eso no te...

—Si vas con tu novia —Casi podía escucharlo sonreír burlonamente—, deberías llevar protección~.

—Viejo. —Su ceja comenzó a temblar.

—No quiero ser abuelo tan pronto~. Cuando tengas dieciocho sí, o hasta diecisiete puedo aceptar, pero quince es demasiado joven para... —Senku le colgó sin contemplaciones.

Bufó, sabiendo que ese maldito viejo debía estar rodando de la risa ahora mismo.

Después de la escuela fue al centro comercial a comprar todo lo que iba a llevar al mundo de piedra, y luego volvió a su invernadero sobre las realidades alternas.

Kohaku probablemente ya había llegado al árbol, pero prefería verla mañana por la mañana para no tener que pasar dos noches en un bosque con depredadores.

Desgraciadamente tuvo que poner su alarma más temprano aún, pero se prometió a sí mismo que no iba a dejarse llevar por Kohaku. Iba a controlarse y no dejar que las cosas se fueran por donde no tenían que irse.

Muy bien, su determinación le duró mientras le explicaba lo que harían mañana cuando él fuera a su mundo, pero entonces ella lo miró de forma que lo hizo tragar saliva y prácticamente inmovilizarse en su sitio mientras ella se acercaba, como una leona hambrienta hacia su presa.

Ni siquiera se le pasó por la mente detenerla mientras le besaba el cuello, haciendo a un lado el cuello de su camisa y mordiendo su piel de tanto en tanto, y pronto sus manos se movieron casi solas a meterse debajo de su vestido que de por sí era muy corto y revelador, tocándola de forma mucho más íntima.

Esta vez odio y agradeció en partes iguales a su alarma, y después de una buena ducha helada se abofeteó a sí mismo y se recordó que debía controlarse, maldita sea.

No desayunó, rápidamente tomó su mochila y bolsas y a abordó el autobús hasta la escuela.

Era tan temprano que apenas habían abierto y solo había un par de personas dentro. Mejor para él.

Intentó que nadie lo viera y se metió al patio trasero, hasta llegar al árbol de alcanfor. No perdió tiempo y posó su mano allí, viendo a Kohaku ya esperándolo con la espalda apoyada en el árbol.

Sonrió al verlo y lo jaló a su lado.

—¿Quieres que lleve eso? —Señaló las numerosas bolsas que estaba cargando.

—Sí, lo apreciaría —dijo jadeando—. Son diez kilogramos de carne. Y otras cosas.

Kohaku se cargó todo al hombro sin problema.

—¿Desayunaste? —Él, todavía luchando por recuperar el aliento, negó con la cabeza—. Puedo cazar algo por ti.

—Me conformó con una fruta. —Sonrió un tanto nervioso, ya que con su dieta actual comer un animal salvaje le vendría fatal a su estómago.

Después de conseguirle algunas frutas, comenzaron su camino a la aldea Ishigami.

Kohaku podía ir y venir en solo medio día caminando tranquilamente o menos con un trote ligero, pero como Senku no resistiría ni un paseo en el monte claro que tendrían que tomarse un día entero en llegar a su destino.

Fue un viaje agradable, donde se la pasaron hablando de sus cosas en sus respectivos mundos y del plan que ejecutarían para ayudar a Chrome y Ruri, aparte de todos en la aldea.

Cuando cayó la noche, caminaron un poco más ya que Senku se había tomado la molestia de traer una linterna y solo horas después decidieron encender una fogata y acampar, también usando una tienda que él había traído.

Honestamente estaba un poco nervioso de compartir tienda con Kohaku, sobre todo porque las cosas en sus sueños compartidos se habían puesto bastante intensas últimamente.

Ella no parecía preocupada, sin embargo. Hablaron de lo que harían al llegar a la aldea y luego se le acercó a darle un beso, pero él se sintió al borde de un ataque de pánico y detuvo las cosas, diciéndole que sería mejor dormir temprano.

Ella hizo una mueca, no obstante volvió a sonreír cuando él le permitió abrazarlo, acurrucándose a su lado para finalmente dormirse.

.

A la mañana siguiente, Kohaku fue la primera en despertar, y no pudo evitar quedarse mirando a Senku un buen rato. Tenerlo en su mundo y saber que se quedaría y la ayudaría a curar a su hermana y además a mejorar la vida en la aldea le daba una sensación de increíble paz y seguridad.

Confiaba totalmente en que él lograría todo lo que se había propuesto.

Decidió ir a darse un baño rápido en un lago cercano y cuando regresó Senku ya estaba despierto, desarmando la tienda.

Consiguió más fruta para el desayuno y continuaron su camino, tardando solo un par de horas en llegar a las cercanías de la Aldea.

—Muy bien... —Encontraron un claro de bosque cercano y Senku armó su tienda allí—. Actuemos según el plan. Ve a llevar la carne a la Aldea y luego trae a Chrome aquí.

Kohaku no perdió tiempo y rápidamente tomó la carne y la sacó de su bolsa, poniéndola en palos y colgando estos sobre sus hombros.

Todos se sorprendieron al verla regresar tan pronto con tanto botín, a lo que Kohaku puso la excusa de que esta vez no fue tan lejos y encontró un animal bastante grande.

La carne estaba tan deliciosa como la última vez y Kohaku pudo ver en los ojos de su padre un poco de orgullo.

Sabía que él estaba a un pelo de desheredarla y por su sueño eso probablemente pasaría cuando llegara la Gran Batalla, pero al menos por el momento le gustó sentir que estaba en buenos términos con él.

Después de comer un trozo de carne Ruri le dio comida a escondidas para que le lleve a Chrome (tal como la última vez) y Kohaku se escapó a su choza con la excusa perfecta para comenzar su plan.

Chrome le agradeció por la carne, pero mientras comía la miró mal, preguntándole por qué seguía allí.

Kohaku se cruzó de brazos, mirándolo con mucha seriedad.

—Chrome, ya sé cómo salvar a Ruri-nee.

La carne casi se le cae de la boca y de las manos a su futuro cuñado.

—¿Qué? ¿Cómo? —Dejó la comida de lado y se le acercó ansiosamente.

—Sígueme.

Lo guió hasta la tienda de Senku, que sonrió suavemente al ver a su aprendiz que por un momento también creyó un mero sueño.

—Hola, Chrome.

—¡¿C-cómo sabes mi nombre?! ¡¿Por qué tienes ropas tan raras?! ¡¿Y de dónde demonios saliste?!

—Siéntate, Chrome. Esto será largo de explicar.

Efectivamente fue muy largo de explicar. Senku primero le habló sobre la tecnología del viejo mundo, la petrificación y todo lo que el mundo perdió, haciendo que Chrome acabará con ojos llorosos, lamentando todo lo que el mundo perdió.

Kohaku pudo ver a Senku extremadamente contrariado al escuchar las palabras de Chrome. Sabía que él quería descubrir ese misterio tanto como ellos, pero...

Ese ya no era su problema. Este no era su mundo.

Luego de explicar eso a Chrome, Senku continuó hablando con gesto serio.

—En realidad, no todo está perdido... Y no solo porque la voluntad científica de la humanidad sigue en mí y en ti también, sino porque literalmente hay una entrada que conecta ese mundo moderno con este mundo de piedra. —Chrome se congeló en su sitio, con una expresión sumamente confundida—. Verás, Chrome... Yo nunca fui una estatua. Yo vengo de un mundo donde la petrificación nunca ocurrió. Y aún puedo y tengo que regresar a ese mundo. Pero por mientras te tengo la solución para un pequeño problema suyo... Tengo la cura para Ruri.

Chrome, que había mantenido su mueca de confusión, volvió a tener una expresión solemne y seria al escuchar eso último.

—No entiendo del todo de qué hablas, pero si de verdad puedes salvar a Ruri... ¡entonces cuenta conmigo!

Senku y Kohaku intercambiaron sonrisas.

Su plan parecía marchar bien hasta el momento.

Pasaron el resto de la noche explicando lo más importante a Chrome, aunque no mucho porque por cada palabra desconocida él hacía veinte preguntas, pero por suerte al día siguiente pudieron empezar con el plan.

Era un plan descabellado... pero los tres apostarían todo a él.

Aunque en un principio pareció una locura...

—¡¿Comprar a Kokuyo con regalos científicos?! —Chrome reaccionó tan sorprendido como Kohaku en su momento luego de escuchar el plan del científico—. ¡Nunca funcionara!

—Vamos, Chrome, es nuestra única posibilidad para que te cases con Ruri-nee.

—Yo me conformó con solo curarla. —Apartó la mirada—. Además no hay forma de que tu padre me acepte si no gano la gran batalla, y eso nunca pasaría. Jamás.

Senku y Kohaku se miraron a sabiendas. Habían acordado no decirle de sus sueños compartidos, aunque sí que les habría gustado darle ánimos diciéndole que realmente derrotó a Magma en una realidad alterna y estuvo muy cerca de ganar.

—Que ganes tú es la mejor opción para todos. Aparte de comprar a Kokuyo para que te deje casarte con quien amas, ser el jefe de la aldea te dará la oportunidad de implementar cosas que ayudarán a la Aldea. Si Magma se convierte en jefe arruinara todos mis planes a largo plazo diez billones por ciento seguro.

Chrome suspiró al escuchar eso último.

—Supongo que al menos puedo intentarlo...

El primer paso en su plan era uno especialmente doloroso para Senku, pero aunque Kohaku le dijo que no era necesario él insistió en que ayudaría a mejorar la imagen de Chrome, que hasta el momento solo era visto como el extraño hechicero de la Aldea: conseguir el disco que los astronautas habían dejado para ellos.

Kohaku lo sacó fácilmente de la tumba, tal como en el sueño, y por mientras prepararon el aparato que lo haría funcionar.

—¡QUÉ MALOTE! ¡Esto es lo más genial que he visto! —Chrome observó con ojos brillantes una caja extraña que Senku había traído en sus bolsas.

—Es solo un tocadiscos. —Rió divertido—. Te voy a explicar su funcionamiento por las dudas que los aldeanos te pregunten cómo funciona o cómo lo hiciste. Eso iría con la historia de que encontraste el disco hace meses y estuviste...

—Investigando qué era y cómo funciona, sí, sí, ya sé. ¡Dime cómo funciona! —pidió inmensamente emocionado.

Kohaku se mantuvo a raya mientras hablaban, hasta que después de un tiempo escuchó a Senku decir que iban a omitir el mensaje de su padre para él y solo dejar la canción de Lillian.

—¡Pero Senku...!...

—Eso es algo que ellos no necesitan escuchar. —Sonrió tristemente—. La canción de Lillian será suficiente. El resto es solo un mensaje inútil. —Hurgó en su oído con indiferencia.

Una vez más, Kohaku pensó en las tumbas junto a la cueva de los milagros.

Ese mensaje era para el Senku que ahora mismo se encontraba roto y enterrado, mientras que este Senku ya lo había escuchado y, por más que obviamente era doloroso para él, tenía sus motivos para decir que era innecesario que otros lo escucharan sin saber de qué estaba hablando.

Aún así, Senku grabó en su celular el mensaje y la canción, y esa noche cenaron en la choza de Chrome mientras discutían los planes para el día saliente.

Senku había traído ramen instantáneo, como esa comida de astronauta que los hizo hacer una vez pero mucho más deliciosa, a lo que Kohaku y Chrome casi se desmayan después de que les diera uno a ambos también.

Al día siguiente, Kohaku acompañó a Chrome hasta la torre de la sacerdotisa, pidiéndoles a todos los que encontraban a su paso que se dirigieran al lugar llamando a los más posibles.

Su padre no los recibió con buena cara, tal como había estado esperando, mientras que Ruri detrás de él los miró con preocupación.

—¿Cuál es el significado de esto? ¿Qué hacen aquí juntos? —Frunció el ceño profundamente—. ¿Acaso planeas pretender a mi otra hija, Chrome? ¡¿O vas a admitir que la deshonraste?!

Chrome rodó los ojos, mientras que Kohaku casi no se aguanta la risa al pensar que el chico que casi la deshonra ahora estaba viendo todo a lo lejos, y en realidad la casi-deshonra fue solo en sueños así que no contaba. O al menos eso creía...

—No es nada de eso, Kokuyo. —Chrome tomó aire—. Encontré algo que nos dejaron los fundadores de la aldea Ishigami.

Eso hizo que su padre y Ruri lo miraran sorprendidos, mientras que el resto de aldeanos comenzó a murmurar.

Chrome decidió no perder más tiempo en explicaciones y decidió poner unas breves palabras de Byakuya que no involucraban a Senku y luego la canción.

Apenas la dulce voz de Lillian comenzó a sonar, todos se quedaron con las bocas abiertas.

Varios se conmovieron hasta las lágrimas por tan bella voz, y luego de que terminara le preguntaron a Chrome cómo había encontrado eso, cómo funcionaba y por qué podían escuchar ese canto desde un trozo de piedra rara. Le preguntaron si era brujería.

Chrome sonrió, declarándose a sí mismo un científico, antes de ponerse a explicar lo que Senku ya le había instruido decir.

Volvió a hacer sonar la canción y todos se sentaron para volver a escucharla con rostros maravillados, incluso Kokuyo estaba muy impresionado. Incluso el idiota de Magma parecía sin palabras.

Después de escuchar la canción varias veces, decidieron hacer otro banquete en honor a Chrome con el resto de carne que había quedado y aparte platillos especiales de pescado.

Kokuyo le estaba haciendo muchas preguntas, intentando entender qué era eso de "ciencia" y por qué debería confiar en que no era más de su brujería engañosa. Chrome le aseguró que había aprendido más cosas y pronto le mostraría más, tal como Senku le había pedido que hiciera.

Su padre no estaba completamente convencido, pero al menos parecía dispuesto a dar el beneficio de la duda.

Kohaku se fue del banquete antes, encontrando a Senku terminando de comer su ramen instantáneo sentado dentro de su tienda con la fogata a un costado.

Él sonrió al verla, preguntando cómo fue todo.

Kohaku aseguró que fue un gran éxito, aunque su padre sin duda sería un hueso duro de roer, pero la inmensa mayoría de la Aldea parecía tener en alta estima a Chrome ahora.

—Un paso a la vez. —Guardó el envase de ramen instantáneo en una bolsa—. Mañana empezaremos la fase dos de nuestro plan. Y pronto llegará el momento de darle la cura a Ruri. Estoy seguro de que al verla sana tu padre no le negará su mano a Chrome incluso sin necesidad de la Gran Batalla.

—Esperó que tengas razón. —Suspiró—. Sino no sé qué podríamos hacer para que Magma no gane...

—Tranquila, sé que lo que más quieres es que ellos dos estén juntos, no tienes que disimular conmigo. —Sonrió burlonamente.

—¡Y-yo no...!... —se interrumpió a media frase porque después de todo él tenía toda la razón del mundo—. Ja, solo cállate. —Apartó la mirada.

Senku solo se rió de ella y, a modo de venganza, Kohaku se inclinó disimuladamente hacia él, hasta clavarle un beso en el cuello que lo hizo helarse en su sitio. Sonrió traviesamente contra su piel y luego pasó su lengua en ese punto, subiendo hasta su barbilla y mordiendo levemente la línea de su mandíbula. Eso lo hizo estremecerse y de pronto la tomó de la nuca y la besó en los labios casi con desesperación.

Ella gimió y gateó para sentarse en su regazo, agarrando sus manos para ponerlas en su cintura, porque le gustaba que la tocara cada vez de forma más atrevida a medida que se besaban.

Nunca fue apegada a las tradiciones de la aldea, pero no quería ser deshonrada a tan corta edad... sin embargo, teniéndolo con sus manos en sus muslos, pasando sus dedos en movimientos circulares por su piel tan sensible, su mente comenzó a querer mandar al diablo las tradiciones, las dimensiones diferentes y las posibles terribles consecuencias de algo tan irresponsables.

Llevó su mano a los botones de la camisa de Senku y abrió uno muy lentamente y entonces...

Y entonces...

—¡¿PERO QUÉ MIER...?!... —Chrome llegó gritando a los cuatro vientos, con una expresión sumamente horrorizada.

Ellos se separaron con rapidez, ella con el rostro en llamas y Senku mirando muy mal a su amigo científico.

—¡¿Q-qué demonios haces aquí, Chrome?! —chilló ella, completamente abochornada.

—¡La pregunta aquí es qué demonios hacen ustedes! —Los miró con la boca abierta—. ¿Desde hace cuánto se conocen, de todos modos? —Los miró con una mueca.

—Eso...

—Eso realmente no te incumbe. —Senku le frunció el ceño—. Hay cosas que no te hemos dicho porque no son asunto tuyo. Vive con eso y cierra la boca.

—Wow. —Chrome solo pudo cruzar los brazos, profundamente asqueado—. Se notaba que eran cercanos ya que ella confiaba tanto en ti, pero no pensé que serían TAN cercanos.

—Te dije que te calles, Chrome...

—Aunque estoy más sorprendido de que a alguien pueda gustarle un gorila, a decir verdad... —Después de decir eso, Chrome fue silenciado a punta de golpes.

Kohaku se marchó a su choza con el rostro ardiendo, negándose a mirar a ninguno de ellos.

Al día siguiente, empezaron a preparar la máquina para hacer algodón de azúcar (Senku había traído una bolsa de dulce para ello), su segundo gran invento para chantajear a Kokuyo y que dejará a Chrome casarse con Ruri y ser el jefe sin la gran batalla.

El primer día decidieron dejarlo pasar sin ir a la aldea con el invento. La mayoría de los aldeanos seguían abrumados, escuchando el disco una y otra vez, incluida Ruri.

En la noche Kohaku le dio un pequeño beso de despedida a Senku antes de irse a su choza, aún avergonzada por lo que había pasado la noche anterior.

Fue al día siguiente que Chrome llevó la máquina a la aldea y le pidió a Kinro y Ginro su cooperación para darles "algo delicioso" a todos ellos. Kinro al principio estuvo receloso de participar en su brujería extraña pero acabó cediendo por el pedido de todos que ya le tenían mucha más confianza a Chrome.

El algodón de azúcar tuvo a todos muriendo de gusto, incluso a su padre y Magma les cambió la cara. Una vez más la popularidad de Chrome subió muchísimo.

Al día siguiente Senku ya estaba planeando su siguiente movimiento: conseguir trigo y enseñarle a la aldea a cosechar, o al menos presentar la idea y lo que se podía conseguir con ella, pero mientras hablaba de eso con Chrome, de repente notaron una sandía rodando hacia ellos.

Los ojos de Senku se iluminaron.

—¿Suika?

La niña se puso en pie de inmediato, pareciendo sorprendida.

—¿Conoces a Suika? —preguntó inocentemente.

Senku sonrió suavemente.

—Cambio de planes, Chrome. Nuestro siguiente proyecto será el vidrio.

—¿Vi-qué-cosa?

Senku claramente tenía una debilidad por Suika. De inmediato le ofreció de comer el ramen instantáneo y luego le dio un refresco que también trajo, dejando a la niña más que satisfecha y con mucha simpatía por él.

Como ya sabía que Suika quería ser útil, le ofreció ayudarlos a recolectar arena de cuarzo para que pudieran hacer más de "la ciencia de Chrome".

Les tomó hasta el día siguiente terminar de hacer los anteojos, aunque Suika se vio avergonzada cuando le quitaron su casco-sandía, Kohaku le aseguró que era hermosa y que la ciencia de Chrome y Senku ayudaría a sus ojos borrosos.

Una vez más la llevaron al campo de girasoles, aunque esta vez Suika iba tomada de las manos de Senku y Kohaku, mientras que Chrome los seguía con el casco nuevo en sus manos, y el perrito Chalk iba cerca de ellos también.

Suika pudo mirar el mundo sin los ojos borrosos por primera vez en toda su vida, y lágrimas se deslizaron por sus lindas mejillas regordetas, a lo que Kohaku no pudo resistirse a abrazarla.

Verdaderamente Senku y su ciencia eran indispensables para sus vidas. Al menos Kohaku así lo sentía, después de conocerlo no podía imaginar vivir sin él.

Hicieron un pequeño picnic antes de seguir trabajando, esta vez en unas gafas para Kinro, aunque sería difícil que las aceptara, así que las guardaron por el momento.

Después de pasar la tarde con Suika, Senku y Kohaku anunciaron que se irían en busca del trigo.

Chrome y Suika quisieron acompañarlos, pero ambos insistieron en que podrían solos.

No lo sabía por parte de Senku, pero ella solo quería pasar un poco de tiempo a solas con él.

El viaje sería largo, ya que por supuesto que esta vez no tenían el globo aerostático, así que tuvieron que acampar otra vez.

Otra vez en la tienda, con una fogata cercana fuera, ambos estaban frente a frente en ese lugar tan reducido.

Kohaku realmente quería besarlo, pero temía que las cosas fueran demasiado lejos, así que se acurrucó y simplemente se durmió sin más.

Pudo escuchar a Senku suspirar profundamente antes de caer en la inconsciencia.

Siguieron su viaje al día siguiente, y encontraron el trigo ya cuando estaba atardeciendo, por lo que no tuvieron más opción que acampar en espera de la mañana.

Mientras cenaban más ramen instantáneo (nunca se cansaba de eso), Kohaku notó a Senku muy concentrado mirando al cielo nocturno.

—¿Extrañas tu observatorio? —preguntó curiosa—. Yo a veces lo extraño. Solías mostrarme cosas realmente hermosas allí.

Él rió entre dientes, comiendo lo último de su cena.

—No realmente, tengo telescopios más poderosos en casa... Pero sí, supongo que extraño un poco mostrarles ese tipo de cosas a ti y los aldeanos. De hecho, cuando vuelvas a mi mundo deberías acompañarme al observatorio. Con un telescopio de esa magnitud verás mucho más de lo que podrías siquiera soñar. —Sonrió emocionado.

—¡Eso me encantaría! —Sonrió alegremente—. ¿Cuánto más vas a quedarte aquí, por cierto?

—Solo unos cuantos días más. —Hurgó en su oído—. Estuve hablando con Chrome para que supiera qué hacer en cuanto me vaya. Y a largo plazo, por las dudas de que no pueda regresar.

Kohaku se quedó en silencio, comiendo lo último de su cena antes de darle el envase y abrazarse a sus rodillas.

—¿Realmente crees... que lo que nos conecta podría desaparecer en cualquier momento?

Él se puso muy serio de repente.

—No lo sé. Sigo investigando, pero no encuentro nada útil. Ni siquiera sé si esto es ciencia o alguna clase de fantasía ridícula. Pero no pienso rendirme, incluso si es fantasía tiene que tener alguna clase de regla o patrón...

—No entiendo del todo a qué te refieres... —Se acercó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro—. Solo espero que no vuelvas a ser solo un sueño. —O solo una tumba llena de meros trozos de piedra.

—Podría decir lo mismo... —La miró de reojo—. Realmente no sabemos qué va a pasar después, no puedo prometer que todo estará bien. Solo me queda esperar a que esto tenga algún tipo de explicación y entonces buscar alguna solución beneficiosa para ambos.

—Ya veo. —Suspiró—. No quiero que te vayas, para ser sincera. Pero de verdad me gustaría que logres tener éxito en tu investigación. No entiendo cómo eso podría ayudarnos pero confío en ti. —Sonrió suavemente—. Siempre he confiado en ti.

Senku rió por lo bajo, apoyando su mejilla contra su cabeza.

—No dejaré de intentarlo, eso es diez billones por ciento seguro.

Después de un rato se acostaron lado a lado, mientras ella le acariciaba el rostro casi inconscientemente y él se mantenía en silencio, inmóvil, solo mirándola.

Poco a poco fueron acercando sus rostros, hasta que sus labios se encontraron y pronto todo el espacio entre ellos desapareció en lo que se abrazaban, pegando sus cuerpos y enredando sus brazos alrededor del otro.

Fue un beso intenso, pero lento y casi inocente en un principio. Estuvieron así un largo rato antes de aumentar la intensidad, comenzando a pasar sus manos por debajo de la ropa del otro, poco a poco dejando que sus lenguas jugaran juntas, dejando a sus manos explorar a sus anchas, contribuyendo a que un calor abrasador comenzara a inundarlos con fuerza.

Y entonces Senku se apartó de ella, dejándola con el rostro muy confundido y muy sonrojado.

—Lo siento. —Sonrió casi con dulzura, besando su hombro expuesto gracias a que le había bajado un poco los tirantes de su vestido entre tantas caricias—. Es una mala idea seguir. No quisiera arriesgar un embarazo —dijo tan directa y sinceramente como siempre.

—Oh... —Sonrió un tanto incómoda—. Tienes razón. —Suspiró, aunque aún sonriendo—. Pero... ¿puedo besarte un poco más? —Le dio la sonrisa más inocente de la que era capaz.

Él sonrió traviesamente, antes de lanzarse a besarla otra vez.

A la mañana siguiente Kohaku se encargó de recolectar trigo mientras Senku armaba una carreta para llevar lo más posible. También armó un mapa para que la aldea pudiera venir a buscar más una vez comprobaran lo útil que era.

Estuvieron medio día trabajando allí antes de decidirse a volver a la aldea, cosa que les tomó un poco más de tiempo debido a que cargaban un gran peso con ellos. Para ese entonces ya había pasado una semana desde que Senku se quedaba allí y le quedaba pocos días para regresar así que, luego de que Chrome preparara ramen con fideos hechos de trigo (mucho mejor que el mijo pero no tan bueno como el ramen instantáneo) y eso les probará su utilidad a la aldea, además de que la idea de la cosecha fue muy bien aceptada por los ancianos y en especial Kokuyo, Senku decidió que era hora de darle la medicina a Ruri.

Kohaku fue en compañía de Chrome mientras Suika se quedaba a hacerle compañía a Senku.

Este era el momento de la verdad.

Cuando Chrome le presentó la píldora de antibiótico a Kokuyo, este la miró con suma desconfianza.

—Por favor, papá. —Kohaku lo miró suplicante—. Chrome ya te ha demostrado que la ciencia es mejor que la brujería.

—No entiendo qué es esa ciencia, aún me parece sospechoso todo lo que ha logrado en tan poco tiempo. —Cruzó los brazos con una mirada solemne—. Para mí sigue siendo hechicería poco fiable. ¿Vendiste tu alma o algo así? No quiero que Ruri le confíe su vida a alguien como tú.

—Agh, papá. —Kohaku rodó los ojos—. ¡Chrome ha dedicado su vida entera a Ruri-nee! ¡Y tú solo te resignaste a dejarla morir!

—¡Kohaku! —Su padre la miró furiosamente y Chrome y Ruri la miraron con pánico de que lo hiciera enojar tanto que ya no los escucharía.

—¡Es verdad! ¡Tú no puedes hacer nada por ella! Pero Chrome y yo jamás nos rendimos. —La miró con lágrimas en los ojos—. He sido una mala hija, lo sé... Y lo siento, pero ahora te necesito, papá. —Juntó sus manos—. Necesito que confíes en mí y en Chrome... Por favor. —Lo miró suplicante.

Su padre se quedó en silencio, apretando los puños y la mandíbula. Miró a Ruri, que también tenía una mirada suplicante. Aunque ella no sabía qué estaba pasando o si el plan de Kohaku y Chrome funcionaría, aún así confiaba en ellos con todo su corazón.

Finalmente, los hombros de Kokuyo se desplomaron y asintió con lentitud.

—Muy bien... Confiaré en ti, hija. —Kohaku sonrió y corrió a darle un corto abrazo.

—Gracias.

Chrome le dio la medicina a Ruri, y les advirtió que era posible que tuviera un ataque fuerte antes de comenzar a curarse, tal como Senku le había dicho, para no arriesgarse a que Kokuyo quisiera matarlo.

Aún así, cuando Ruri se puso tan mal, todos miraron con desconfianza a Chrome.

—Tranquilo, te advertí que esto pasaría. Ella estará bien —aseguró Chrome nerviosamente, preocupado por Ruri que realmente se veía como si su vida pudiera peligrar.

Tanto su padre como Jasper y Turquoise lo miraron con desconfianza, pero Kohaku les recalcó que debían confiar.

Después de un tiempo, Ruri empezó a calmarse y Chrome le dio más medicina, prometiendo que ahora todo estaría bien. Ruri le sonrió con dulzura, y ambos se quedaron mirándose por un buen tiempo hasta que Turquoise intervino, diciendo que ya había sido suficiente y debían dejarla descansar.

Después de un par de días de seguir dándole la medicina, Senku anunció que ya era su hora de volver a su mundo.

—¡No puedes irte! —Chrome se espantó, mientras Suika se abrazaba a la pierna de Senku con tristeza—. Aún hay mucho que no me has dicho, ¡todavía hay mucho que quiero aprender!

—Es posible que vuelva. Aunque no puedo estar diez billones por ciento seguro. —Sonrió ladinamente—. Ya te he dicho todo lo que debes hacer a partir de ahora, la cosecha y la fabricación de vidrio, y seguiré dándole indicaciones a Kohaku para ti. Pero ya no puedo quedarme aquí.

—Entiendo. —El ex hechicero apretó los puños, pero acabó asintiendo—. Aunque... ¿cómo le darás indicaciones a Kohaku? ¿Tienes alguna ciencia malota para comunicarse?

—Eh...

—Mejor no preguntes. —Senku decidió ignorarlo y se inclinó hacia Suika, acariciando su cabeza—. Cuento contigo para ayudar a Chrome.

—¡Suika lo promete! —La niña asintió una y otra vez, con lagrimitas en sus ojos—. Pero volverás pronto... ¿verdad?

—Lo intentaré. —Le sonrió casi con dulzura, antes de cargar sus cosas y comenzar a retirarse en compañía de Kohaku, que de nuevo había puesto la excusa de que iría a cazar.

Mientras viajaban en dirección al árbol, siguieron hablando de lo que pasaría en la Aldea de ahora en adelante.

—La Gran Batalla será en unos meses... Tengo hasta ese entonces para convencer a mi padre de que deje a Chrome casarse con Ruri... Ja, aunque no es como que piense dejar que Magma sea el jefe. Lo derrotaré antes de eso.

—No tengo ni un milímetro de duda de que lo harás. —Sonrió confiado—. Por ahora creo que mi plan de la cosecha le resultará. Y también le dije cómo conservar comida, solo tiene que convencer a Kaseki de ayudarlo en la fabricación de vidrio.

—Estoy segura de que Suika también ayudará en eso. —Sonrió alegremente al pensar en la pequeña.

—Se me ocurren otras cosas que podrían convencer a tu padre, pero llevará tiempo.

—Muy bien... —Frunció el ceño, de nuevo preguntándose cuánto duraría esto.

Aunque Senku no lo dijera, podía ver que estaba nervioso sobre si podría regresar o no a su mundo. Notaba cierta tensión en su postura y habían hablado de eso antes, así que estaba segura de que aquello le preocupaba.

Acamparon esa noche y Kohaku casi no lo dejó respirar de tanto besarlo. Pasaría solo dos días en su mundo antes de volver así que ya estaba anticipando lo mucho que lo extrañaría incluso si los sueños compartidos continuaban.

Llegaron al árbol la mañana del día siguiente y pasaron al mundo moderno sin problema, a lo que Senku suspiró aliviado.

Abandonaron la escuela lo más sigilosa y rápidamente posible, tomando el autobús. Kohaku se había cambiado luego de que Senku comprobara que podía pasar a su mundo, así que estaba usando el vestido rojo otra vez.

Llegaron al departamento de Senku y él se sorprendió mucho al encontrar la puerta abierta.

—¿Qué pasa?...

—Espera aquí un momento, voy a...

—¡HIJOOOOO! —Su padre salió del departamento de golpe, lanzándose a abrazar a su hijo—. ¡Llegué antes para darte una sorpresa cuando volvieras, aunque no pensé que llegarías antes también! —Lo abrazó llorando cascaditas de alegría mientras Senku luchaba por librarse, hasta que Byakuya notó la presencia de Kohaku mirándolo sorprendida—. ¡Oh, eres la novia de Senku! ¡Eres aún más bonita en persona! —La miró con una gran sonrisa y ojos brillantes.

Kohaku se quedó con la boca abierta, sin poder creer que realmente estaba conociendo al padre de Senku, el fundador de la Aldea Ishigami, el hombre que creó las cien historias y les dejó tanto para sobrevivir y ayudar a Senku, el hombre que solo había escuchado a través del CD y que había deseado tanto conocer.

—B-Byakuya-sama... —Agitó una mano hacia él, con un tenue sonrojo de timidez.

¡De verdad estaba hablando con el padre de Senku!

—¡Oh, vamos! No necesitas ser tan formal. ¡Tú puedes decirme suegro! —Le guiñó un ojo, pasando una mano por su hombro e invitándola a pasar—. ¡Vamos, entra! ¡Quiero saber todo sobre ti!

Senku los siguió arrastrando los pies. Nada de esto había salido como estaba planeado...

Dentro se encontraron con una gran sorpresa en la sala. Una hermosa mujer rubia de ojos azules que rápidamente los saludó con alegría.

¡Oh, Byakuya! ¿Is this your son? ¡He's such a handsome boy! ¡Nice to meet you, sweetheart! —Ella le sonrió dulcemente a Senku después de hablar en ese idioma extraño, antes de voltear a Kohaku y sorprenderse—. Oh, dear... ¡She's a really pretty young lady! ¿Is she your girlfriend, sweetheart? ¡Nice to meet you too, honey!

—¿Qué está diciendo? —Kohaku miró a Senku, completamente perdida.

—Oh, lo siento. No pensé que no sabrías inglés, mi error. —La mujer finalmente habló de forma entendible para Kohaku—. Por algo Byakuya me estuvo enseñando a hablar japonés antes de venir aquí. ¡Estaba diciendo que es un placer conocerte! ¿Eres la novia de Senku, verdad? ¡Byakuya ha estado hablando de ustedes sin parar!

—Eh... —Kohaku no supo qué responder y simplemente miró a Senku, que estaba hurgando en su oído con expresión de sumo fastidio.

—Sí, sí. —Bufó, llevando sus manos a su cintura—. Sí es mi novia —declaró, dejando a Byakuya y Kohaku con las bocas abiertas, mientras que Lillian sonrió alegremente.

—¡Lo sabía! ¡Sí tengo nuera! ¡Nunca creí que vería el día! —Byakuya abrazó a Kohaku, volviendo a llorar de felicidad.

—¡Ni que estuviéramos casados, viejo ridículo! ¡Y ya deja de atosigarla! —Senku se le acercó para apartarlo de ella.

—Mi nombre es Lillian Weinberg, por cierto. ¿Tú cómo te llamas, querida? —Una vez Byakuya la soltó solo para volver a abrazar a Senku, la hermosa mujer se le acercó sonriente.

Kohaku se quedó boquiabierta al saber que ella era la cantante del disco, y también su antepasado. ¡Ya decía que ella se parecía un poco a su madre y a Ruri!

—S-soy Kohaku.

—¡Es un bello nombre! ¡Apuesto que les darás nombres tan bellos como ese a mis nietos! —Byakuya seguía intentando abrazar a Senku, que tenía su pie en su cara para apartarlo y al escucharlo decir eso último finalmente lo pateó al otro lado de la sala.

—¡Mejor cierra la boca, anciano! —Jadeó, acercándose a ellas—. También es un placer conocerte, Lillian, lamento todo eso.

—No te preocupes, ya estoy bastante acostumbrada a las excentricidades de tu padre. —Rió despreocupadamente.

—¡Lillian! ¡¿De qué lado estás?! —Byakuya se arrastró gateando hacia ellos, lloriqueando como un niño.

Senku lo miraba mal, pero para Kohaku él era muy divertido y agradable, tal como Taiju y Yuzuriha lo describieron.

Luego de que las cosas se calmaran, se sentaron en la sala y Lillian les dijo el motivo de su visita.

—¿Quieres cantar para mí? —Senku alzó una ceja con sequedad, a lo que Kohaku le encajó un suave codazo en el estómago que de todos modos le quitó el aliento.

Byakuya se rió a carcajadas por eso, mientras que Lillian solo soltó una risita antes de asentir alegremente.

—¡Así es! ¡Se lo prometí a Byakuya! Vine a hacer turismo a Japón ahora que estoy de descanso de mis giras, y pensé que lo primero que debería hacer es cantar para ti, Senku. —Sonrió inmensamente.

—Bueno... Apreció la consideración. —Senku solo pudo sonreír un tanto incómodo, frotando su nuca.

—¡Oh, you're adorable! —Lillian rió cantarinamente, antes de sacar su celular y colocarlo en la mesilla junto al sofá.

El celular comenzó a emitir una dulce melodía al mismo tiempo que Lillian empezaba a cantar esa canción tan familiar para Kohaku, la canción que escuchó tantas veces en el disco.

Era incluso más hermoso escuchar a la misma Lillian en persona. Su voz era fuerte, entusiasta y dulce. Un verdadero ángel que logró conmoverla inmensamente.

Desearía que Ruri, Suika y los otros aldeanos pudieran escucharla de esta forma...

Cuando la canción terminó, Byakuya aplaudió con entusiasmo y Senku se le unió con una sonrisa suave, a lo que Kohaku decidió aplaudir también con mucha emoción.

Entonces, sorprendentemente, empezó otra melodía mucho más rápida y alegre. Lillian, aparte de cantar algo nuevo e igual de hermoso, empezó a bailar. Kohaku nunca había escuchado algo así y su cuerpo de repente pareció moverse solo, al ritmo de esa increíble canción.

Senku se rió divertido y ella lo miró avergonzada, pero entonces Lillian tomó sus manos y la hizo levantarse del sofá y bailar con ella, dándole a Kohaku uno de los momentos más divertidos de su vida.

Por un momento... realmente sintió que encajaba allí.

.

Luego del baile y el canto Lillian se ofreció a prepararles comidas típicas de su ciudad en Estados Unidos y Byakuya fue a ayudarla, dejando a Senku y Kohaku solos no sin antes guiñarles un ojo.

Kohaku estaba sin aliento y con una gran sonrisa estampada en la cara, haciendo que Senku no pudiera dejar de mirarla.

Le alegraba que se estuviera divirtiendo tanto.

Aunque no esperaba que el viejo entrometido estuviera allí, ahora lo agradecía. Le gustaba verla tan feliz... era una pena que ella no planeara quedarse mucho.

Después de cenar, Lillian siguió cantando y bailando con Kohaku, incluso cantó una canción japonesa para que pudieran cantar juntas, dejando a Byakuya con cara de idiota al ver a la bella artista cantando en su idioma... Y Senku claro que no se había quedado idiota también al escuchar que Kohaku tenía una voz absurdamente angelical... Pff, claro que no...

Su padre se rió unos buenos diez minutos de él después de pescarlo mirando a Kohaku, pero luego Lillian lo arrastró a bailar y Senku decidió escapar antes de que lo arrastraran también.

Se encerró en su habitación y decidió seguir con su investigación un tiempo antes de que fuera hora de dormir. Sabía que Kohaku se estaba divirtiendo y no diría nada incriminador, así que se concentró en su búsqueda.

Revisó unos siete sitios web que parecían prometedores antes de toparse con uno que le llamó la atención.

"Recopilación de datos sobre el fenómeno de choque de universos similares con encuentro entre sujetos interconectados".

Era prometedor. Diría que era el título más prometedor que había visto entre todos.

¿Acaso finalmente encontraría algo útil y científico para explicar este extraño fenómeno?

Leyó atentamente el primer artículo del sitio web:

Mi amada... Oh, mi querida...

Cada día te extrañó más que el anterior.

¿Cómo se supone que debo seguir adelante después de soñar toda una vida a tu lado?

¿Cómo podría vivir conmigo mismo luego de perder la oportunidad de estar contigo?

Oh, mi amor... ¿por qué te dejé ir? ¿Por qué fui tan idiota?

Si algún día te encontrará ¿podrías perdonarme?

Ok... suficiente. Senku ya no pudo con el asco de seguir leyendo esa cosa completamente ajena a la ciencia.

¡¿Qué mierda era eso?!

¡Estaba buscando ciencia, no poesía o una novela romántica!

Con rabia, salió del sitio web y siguió buscando.

Estuvo media hora sin encontrar nada útil hasta que Kohaku llegó a su habitación, diciendo que Byakuya se había ido a acompañar a Lillian a su hotel.

—Él me preguntó si me quedaría aquí y le dije que sí y me dio esta cosa extraña. —Levantó un paquetito cuadrado con algo redondo dentro que hizo a Senku palidecer—. Le pregunté qué era y se rió y me dijo que soy muy divertida. —Pareció muy confundida mientras miraba el paquete en su mano.

Senku se levantó de golpe de su escritorio y le arrebató el maldito condón, guardándolo en su bolsillo con el rostro enrojecido pero de la rabia.

¡Ese viejo se las pagaría por esto!

—No te preocupes por esto, es una tontería. Solo... vamos a dormir.

—¡Muy bien! —Trotó entusiasmada hasta su cama.

Senku suspiró profundamente y sacó su futon, aún maldiciendo por lo bajo.

A la mañana siguiente Lillian volvió a visitarlos y desayunaron los cuatro juntos, y Senku planeaba seguir investigando pero su padre lo arrastró a acompañar a Lillian a hacer turismo, y Senku se convenció solo porque quería que Kohaku viera más cosas maravillosas de Tokio.

Invento que ella era de una isla japonesa lejana a Tokio y que se conocieron por internet cuando su padre quiso indagar más. Y para las preguntas que eran demasiado complicadas de responder sin haber armado una historia antes simplemente busco una excusa para cambiar el tema.

Visitaron muchos sitios interesantes que dejaron a Lillian y Kohaku con las bocas abiertas y a Byakuya y Senku mirándolas idiotizados... Eh, más bien solo a Byakuya, a Senku jamás, obviamente. Nunca.

Cuando comenzó a atardecer Byakuya dijo que iría a cenar con Lillian a solas y esta vez le dio a Senku un maldito condón, guiñando un ojo y deseándole suerte.

Senku rodó los ojos y decidió que su última noche con Kohaku allí verían más películas, con un toque científico y técnicas de supervivencia modernas por las dudas de que pudiera servirle.

Ella quedó muy impresionada por todo, pero cuando llegó una parte romántica en la última película que puso ambos se aburrieron y ella pronto se durmió sobre su hombro.

Senku rió divertido y la cargó con mucha (muchísima) dificultad para llevarla hasta su cama.

La dejó suavemente sobre el colchón y cuando iba a apartarse ella le echó los brazos al cuello y él no pudo zafarse porque, primero: no tenía la fuerza suficiente; y segundo: tampoco quería despertarla.

Bufando, se decidió por acostarse a su lado.

Fue una de las noches más cómodas para él, y su alarma esta vez no logró despertarlo, sino que su padre tuvo que venir a decirle que llegaría tarde a la escuela y no dejó de sonreírle con picardía al encontrarlos abrazados en la cama.

Senku le arrojó una almohada a la cara mientras Kohaku bostezaba, estirando los músculos.

Kohaku se duchó y se puso el vestido azul que él le compró, y luego de que Senku también se duchara y se pusiera el uniforme escolar salieron apresuradamente de la casa, esquivando a Byakuya que no dejaba de llorarle a la chica para que no se fuera y se quedara a alegrarle la vida a su hijo amargado.

Antes de ir a la escuela fueron a comprar carne para que Kohaku pudiera llevarle a la Aldea y entraron a hurtadillas en la escuela, ya que las clases ya habían comenzado y si los veían llegar seguro que los cuestionarían, más porque ella no era una estudiante.

Afortunadamente pudieron llegar al árbol con rapidez y Kohaku lo jaló a su lado de inmediato para que no tuviera problemas.

—Bueno... supongo que aquí nos despedimos. —Sonrió tristemente, sin dejar de mirarlo ni por un instante.

Senku tampoco podía dejar de mirarla.

¿Si se separaban ahora... alguna vez volverían a verse?

No les quedaba más opción que esperar para ver qué pasaría, ya que este fenómeno no parecía tener ningún tipo de base o explicación científica.

Y, con eso en mente, Senku se acercó a besarla como si fuera la última vez, temiendo que lo fuera, y deseando poder volver a verla pronto y quizás no tener que volver a separarse.

Kohaku le correspondió con el mismo entusiasmo y quizás más, y estuvieron así un buen rato hasta que él pudo volver a recuperar el raciocinio y fue bajando la intensidad de sus besos para luego separarse con mucha lentitud, sin realmente querer separarse pero obligados a hacerlo.

—Te veré pronto...

—Sí... sé que sí.

Se dieron un último y corto beso antes de que Senku posara su mano en el árbol y volviera a su mundo, desapareciendo por completo a Kohaku de su vista.

Como ya era hora del inicio de su tercera clase suspiró con cansancio y se encaminó hasta el aula, como si nada pasara.

Pero su mente no dejó de pensar en Kohaku, preguntándose cuántas despedidas más tendrían que pasar antes de que... Mierda, ni siquiera estaba seguro de qué sería de ellos a corto o largo plazo.

Lo único que tenía diez billones por ciento seguro era que esta situación no podría durar para siempre. Y no sabría qué hacer si algún día en verdad llegara el momento de lo que sea que los unía desapareciera.

Tendría que encontrar una solución antes, se dijo con determinación. Porque no pensaba simplemente cruzar los brazos y dejar a Kohaku desaparecer de su vida como si nunca hubiera estado allí.

No dejaría que ella volviera a ser simplemente un sueño.

Continuará...

Holaaa :D

Subo esto tan pronto porq es un regalo de cumpleaños para mi beta uwu

De no ser por ella me habría esperado otros seis meses para actualizar XD OknoxP

Ahora si, el siguiente capítulo es muy seguro que sea el último :P

Ojalá que esto les haya gustado! Muchas gracias por su apoyo! Se les ama!~ ❤

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro