Confesión
Espero que les guste~
Miko se había levantado ese mismo día con una sola idea en la cabeza: se confesara. Después de tantos días juntos, de tantos toques casuales y miradas, estaba algo cansada de tanto nerviosismo y se dispuso a simplemente saltar de cabeza, como siempre lo hacía. Así que se despertó de buen ánimo, se preparo, logro robar algo de comida de la cocina y subió al auto de su madre para ir al trabajo. Bajo y respiro profundo, arañándose de valor, para después entrar. Había mucha más gente de lo normal en la tienda, algunos de sus compañeros de trabaja luciendo algo atareados.
-¡Hey Miko!- alzo la vista y todo su valor se fue volando por la puerta. Allí estaba él, acercándose con sus ojos brillante de alegría al verla y una gran sonrisa en su rostro. Se tenso, ya sintiendo como sus mejillas se calentaban rápidamente. -¿Estas lista, compañera?-
-¡SI!- salió más chillón de lo que quería porque Five la miro con curiosidad y algo de preocupación. -¡A trabajas!- chillo un poco y paso por su lado a paso rápido, sintiendo como él la miraba fijamente ¡¿Donde estaba su valor?!
El día paso relativamente lento, con muchos ataques de Glitch y con la pobre de Miko tropezando de vez en cuando, nerviosa, y Five mirándola con curiosidad pero luciendo preocupado. En el camino de vuelta a la tienda, ella se dedico a mirar hacia afuera, se había despertado tan decidida y no quería volver a casa sin haber cumplido su objetivo. Cuando estacionaron y bajaron, camino a paso lento con él a su lado. Estaba algo distraída, así que se sobresalto un poco cuando sintió una mano en su hombro y la detenía.
-¿Estás bien?- Five la miraba con genuina preocupación brillando en sus ojos y algo en su interior se removió. Se enderezo y se decidió. Alzo la mano y agarro el cuello de la ropa ajena, tironeando din siquiera pensarlo y dándole un firme beso en los labios a quien era su primer enamoramiento en la vida. No duro mucho, fue un simple rose, y ella se separo, soltándolo. Él se veía en shock, con los ojos bien abiertos y un fuerte color rojo en sus mejillas. Miko lo miro unos segundos antes de darse cuenta de lo que había echo y chillo con pánico, tocando con dedos torpes la pantalla de su pulsera y haciendo aparecer a a su fiel mascota Ally, subiéndose a su espalda y alejándose rápidamente, ignorando como él la llamaba ¡Por todos los videojuegos del mundo, lo hizo! ¡¿Como lo miraría a la cara?!
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