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Audrey corría a toda velocidad por los frondosos árboles que rodeaban la carretera, como si su vida dependiera de ello. De hecho, sí lo hacía. La rubia corría sin detenerse, esperando ver un auto pasar para pedir un aventón, pero
por alguna razón, en ese momento la carretera estaba vacía.

─¡Tenemos que detenerla! ─exclamó Rafe exaltado─ ¡Acelera!

Virginia suspiró, desquitando finalmente su enojo con él. El chico llevaba al menos cinco minutos descontrolado y quejándose. Ella ya estaba lo suficientemente enojada y preocupada como para seguir escuchándolo.

─¿Podrías callarte? ─espeta impaciente─ ¡Acabas de matar a alguien!

─Sé lo que hay que hacer, así que mantente callado y deja de dar órdenes ─declaró Virginia, generando un incómodo silencio

El kook observó a su hermana, quien lo miraba con terror y decepción al mismo tiempo.

─¿Porque me miras así? ─cuestiona Rafe─ Ella había quitado el seguro, iba a matar a papá

─No, ella lo estaba arrestando, Rafe ─corrigio Sarah

─Yo no podía quedarme sin hacer nada, iba a matarlo ─dice el claramente ansioso

─Sí-sí iba a matarlo ─repite él Cameron─ ¡Salve a papá!

Virginia lo miró con preocupación y asombro, ya que el chico trataba de convencerse a sí mismo de que lo que hizo estuvo bien.

Audrey corrió unos segundos más y decidió cruzar al otro extremo del bosque. Se asomó a la carretera rápidamente y se percató de que un auto venía justo hacia ella.

─¡Virginia! ─gritó Sarah al ver que iban a golpear a su amiga

La abogada miró hacia adelante, encontrándose con su hija; trató de frenar abruptamente el auto, pisando el freno fuertemente.

Y sí bien logró detener el vehículo, aun así golpeó a su hija, quien cayó rápidamente al suelo.

Audrey, tendida en el suelo de la carretera, sintió un agudo dolor en su brazo y su visión se distorsionó por unos segundos. Trató de levantarse, pero su cuerpo simplemente no reaccionaba.

─¡Vigila a tu hermana! ─ordenó Virginia, bajando rápidamente del auto y acercándose a su hija─ ¡Audrey!

─No, por favor, no ─se quejó la rubia al reconocer la voz de su madre

─Lo lamento, enserio lo lamento ─se disculpó Virginia, tratando de ayudarla a levantarse

─¡Aléjate de mí! ─espetó Audrey, pero su madre simplemente la agarró fuertemente mientras la ayudaba a ponerse de pie.

La rubia se quejó ante el agarre de su madre, llevando su mano al brazo que no dejaba de doler. Virginia, por su parte, no la soltó ni por un segundo y la llevó directamente hacia el auto.

─¡Sueltame! ─se queja Audrey, empujando a su madre y negándose a subir al vehículo.

─¡Ayuda! ─grita la Thornton mientras forcejea con su madre

─¡Basta de tus escándalos! ─exclamó su progenitora, empujándola dentro del auto y cerrando la puerta rápidamente.

Una vez su madre se alejó, Audrey tocó la manilla de la puerta, pero una fuerte mano agarró su brazo.

─Ni siquiera lo pienses ─niega Rafe sin quitarle su mano de encima

Audrey se volteó rápidamente para ver a Sarah, quien la miraba atentamente mientras lloraba silenciosamente. A su lado estaba Rafe, visiblemente agitado.

─No me toques ─espeta la rubia, empujando la mano de Rafe, una vez su madre sube al auto

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─¡Suéltame! ─grita Audrey mientras atraviesa la puerta de la mansión

─Quédate quieta por favor ─suplico Virginia estresada

─Déjame en paz ─insistió la rubia tratando de alejarse de ella

─No, hasta que hablemos de lo que ocurrió ─espeta su progenitora, provocando que ella negara con la cabeza en señal de rechazo

─¡Abigail! ─gritó Audrey, buscando la ayuda de su hermana

Virginia, sin embargo, la tomó del brazo y la obligó a subir las escaleras, llevándola directamente a su habitación.

─¿Qué está pasando, mamá? ¿Qué le pasa a Aud? ─preguntó la menor, apareciendo en el umbral

─Abigail ayúdame ─pide la rubia observando a su hermana

─No la escuches cariño, tú hermana tuvo un accidente y está algo confundida ─asegura la mayor, empujando a su hija dentro de la habitación y cerrando la puerta de un golpe

─Vé por las llaves están en el escritorio de tú padre ─ordenó Virginia

─¿Vas a encerrarla? ─preguntó Abigail, incrédula, mientras escuchaba a Audrey golpear la puerta─ Eso no está bien, mamá.

─Solo haz lo que te pido ─replicó su madre forzando una sonrisa que resultó ser más una mueca

La menor algo dudosa, obedeció y fue a buscar las llaves. Al regresar, Virginia aseguró la puerta con firmeza, impidiendo cualquier intento de escape.

─¿Ella estará bien? ─pregunta Abigail una vez su madre guardaba las llaves en su bolsillo

─Sí, solo necesita descansar ─asegura Virginia─ Ahora necesito que tú vayas a tú habitación y la dejes sola...

─Pero tal vez yo… ─dice la menor, negando

─Escúchame bien, hija ─dijo Virginia, colocando sus manos en los hombros de ella─ Tú hermana no está bien. No es seguro que hables con ella, ¿lo entiendes?

─¿Puedes prometerme que no hablarás con ella? ─insiste su progenitora con una expresión de preocupación en el rostro

Abigail, aunque con una sensación de que algo estaba muy mal, asintió y se dirigió a su habitación. Una vez allí, envió un mensaje rápido a su amiga, Whezzie.

─¡Déjame salir! ¡Mamá! ─continúa gritando Audrey mientras golpea la puerta

Virginia, estresada, se pasó las manos por el cabello y se dirigió rápidamente en busca de vendas y agua para su hija.

Los minutos pasaban y Audrey ya estaba algo cansada de forcejear con la puerta, por lo que se sienta un segundo un su cama y comienza a tocar su brazo el cuál duele cada vez más.

─Finalmente dejaste de gritar ─dijo Virginia algo aliviada entrando a la habitación

Audrey se niega a mirarla y sonríe falsamente mientras mira por su ventana.

─Tú brazo debe doler. Te traje agua, analgésicos y estas vendas ─dice su progenitora para sentarse frente a ella

─No me toques ─advierte la rubia al sentir la mano de su madre en su brazo

─Necesito que hablemos de lo que pasó ─comenta Virginia, alejando sus manos

─¿De qué? ¿De Rafe asesinando a Peterkin? ¿Tú robando el oro de John B junto a Ward? ¿O.... ─replicó la adolescente molesta

─Solo déjame explicarte cómo pasaron las cosas ─pide Virginia y su hija niega

─¿Que pasará con Rafe? ─cuestionó Audrey

─Eso no es asunto mío, él es hijo de Ward ─respondió la abogada

─Sí lo es, mató a alguien, frente a tus ojos ─le recuerda Audrey alterada─ ¿O acaso tú no viste lo mismo que yo?

─¡No le ocurrirá nada! ─espeta Virginia estresada, su hija la mira en shock─ Supongo que no le ocurrirá nada...

─¿Qué? Le disparó a alguien ─espetó la rubia incrédula─ Tienen que arrestarlo

─No hablemos de Rafe, él no es lo importante ahora, Audrey ─asegura su madre abrumada

─¡No lo entiendo, mamá! ¿Cómo puedes actuar como que ésto no importa después de lo que él hizo? ─cuestiona la Thornton sorprendida

─No lo hago, Audrey, pero por favor, tienes que entender… ─pide la abogada con una mueca

─¿Entender qué exactamente? ¿Que querías robar el oro? ─preguntó Audrey

─ ¿O que fuiste capaz de atropellarme para atraparme? ¿Eso es lo que debo entender? ─agregó, frunciendo el ceño

─Eso fue un accidente, Audrey ─aclaró Virginia señalandola─ Yo nunca te lastimaría.

─¿Un accidente? ¿De verdad crees que voy a creerte después de todas las mentiras? ─cuestionó la recién nombrada con una sonrisa falsa

─Escúchame, sé que piensas que lo que pasó esta mañana fue terrible, pero a veces hacemos cosas para proteger a los que amamos… ─empezó a decir  Virginia

─A la familia, eso es lo único que importa ─aseguró ella mientras su hija negaba─ Yo necesito saber que es lo que a ti te importa.

─¿De qué estás hablando? ─cuestionó la rubia confundida─ Todo lo que dices… es como si no te conociera

─Debes escoger un bando, cielo. ¿Tú amigo o tú familia? ─indica Virginia con un leve sonrisa

─No, no me puedes hacer esto ─negó la adolescente en shock por sus palabras

─Solo quiero que recuerdes que tú familia te ama, en especial yo y te prometo que nunca quise lastimarte ─agrega ella mirandola atentamente

─Y realmente te prometo que todo será diferente, nunca más te lastimaré cariño… ─

─Ya me lastimaste con todas tus mentiras, no puedo creer en nada de lo que dices ─espetó la adolescente dolida─ Además ¿Porque ahora sería diferente?

─Audrey, sé que he cometido errores, pero… ─comienza a decir la abogada tratando de tomar su mano

─Basta de excusas, esto es mucho más que errores ─aseguró la rubia, alejándose─ Sí realmente me amas y te importó, dirás la verdad de lo que pasó está mañana

─No puedo hacer eso ─niega Virginia

─¿Por qué? ─cuestionó la adolescente y su madre la mira sin saber qué decir

─Simplemente no puedo decir lo que pasó ─habló Virginia con una mueca

─¿Acaso tú amor por el oro es más grande que tú amor por mí? ─preguntó Audrey mirando fijamente a su madre─ ¿Lo es?

─No se trata de amor, Audrey ─aclaró la abogada estresada─ Se trata de ambición, aspiraciones...

─Creo que ya fuiste clara con tú elección ─interrumpe la rubia decepcionada

─Solo me pregunto que pensará papá cuando sepa todo esto ─espeta Audrey fingiendo duda para luego sonreír falsamente─ Porque yo se lo diré…

─No lo harás ─negó Virginia, mirándola fijamente

─¿No? ─desafía Audrey mientras observa fijamente a su madre

─No ─aseguró Virginia sujetando el rostro de la rubia, quien forcejeó rápidamente

─Y sí tengo que asegurarme de que no se lo digas, lo haré ─advirtió la mayor finalmente soltandola

─Estás loca ─gritó la Thornton para ver cómo su progenitora sale de la habitación

Audrey rápidamente se pone de pie, tratando de abrir la puerta de su habitación, nuevamente alterada.

─Dijiste que nunca me lastimarias ─le recuerda la rubia pateando la puerta─ ¡Eres una mentirosa!

─¡Vamos, dime algo! ─grita la rubia pasando su brazo a llevar por lo que se queja de dolor─ ¡Demonios!

Por otro lado de la Isla el grupo de pogues buscaba una posible solución, para que el Routledge no terminará en la cárcel.

─¡Yucatán! Es la única opción ─asegura JJ recostado en el auto─ ¿Qué otra opción tienes?

─JJ, basta con esa mierda de México ─espeta John B frustrado─ ¡Sarah les dirá la verdad!

─Fue testigo de todo ─comenta Kiara─ Al igual que Audrey

─¿Y Sarah enviará a su hermano a prisión? ─cuestiona Pope incrédulo

─Es imposible, tenemos que sacarte de la isla ─asegura el Maybank

─El ferri, es la única forma ─señala el moreno

─Sí, vete mientras aún puedas ─comenta el rubio─ Antes de que cierren la isla...

─Chicos abajo ─advierte Kiara al escuchar las sirenas de policía

─Sarah no es una pogue, John B ─le recuerda Pope

─Sí, no puedes confiar ciegamente en ella ni quedarte aquí ─apoya el ojiazul

─¿Y Audrey? Ella también es una kook ─señala el castaño para mirar a sus amigos─ ¿Deberíamos desconfiar de ella también?

─¿Sí? ─responde Pope con confusión y Kiara le da una mala mirada

─No compares a Audrey con Sarah. Audrey es diferente ─indica JJ─ A ella no le interesa la vida kook, ha demostrado ser leal y estar dispuesta a ayudarnos sin importar el riesgo

─Basta de esta mierda ─pide Kiara frustrada─ John B está es tu decisión…

─Y si me lo preguntan creo que ambas son confiables, solo debemos esperar a tener noticias de ellas ─indica la morena

El trío de pogues se miran los unos a los otros, asintiendo para guardar silencio dentro del auto.

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Audrey trata de vendar su brazo con fuerza, deseando que de esta forma el dolor logré desaparecer un poco, pero parece no tener ningún efecto por lo que suspira frustrada.

─Aud ─escucha la voz de su hermana

─¿Abby? ─pregunta la rubia algo confundida

─En el conducto ─dice la menor

Audrey rápidamente lleva su visita hasta el techo de su habitación donde hay un pequeño rejilla.

─¿Estás bien? ─pregunta ella

─Sí, ¿dónde está mamá? ─cuestionó la rubia

─Acaba de salir ¿Qué está pasando? ─dice Abigail desconcertada

─No tengo tiempo para explicártelo, necesito que me ayudes y confíes en mí ─comenta la rubia con urgencia en su voz

─¿Abby puedes confiar en mí? ─insiste ella ante el silencio de su hermana

─Sí ¿Qué necesitas? ─responde la menor

─¿Crees que puedas conseguir mi teléfono? ¿O las llaves para salir de aquí? ─pregunta Audrey esperanzada

─Trataré de encontrar algo, solo espérame ─dice la menor para salir de la habitación

Audrey mira por la ventana de su habitación y como ya está oscureciendo, lo único que pasa por su cabeza es como estará Sarah, qué ocurrirá con John B y si sus amigos tendrán alguna idea de lo que está pasando.

─Mamá se llevó tú teléfono y las llaves tampoco están ─informa Abigail, regresando con una mueca

─Demonios ─se queja Audrey abrumada─ ¿Que hay de tu teléfono?

─Lo tengo aquí conmigo ─dice la menor

─Escúchame Abby, necesito que llames a Topper y le digas que venga a casa, es una emergencia ─señala la rubia con desesperación.

Abigail marca el número de su hermano mayor, pero tras sonar cinco veces, no obtiene respuesta.

─No responde ─niega Abigail

─Por favor sigue intentándolo ─pide Audrey caminando de un lado a otro de la habitación

─Me manda a buzón ─informa la menor con una mueca

Topper no tenía idea de lo que estaba pasand, el se encontraba en casa de Kelce pasando el rato. La música era demasiado fuerte como para escuchar su teléfono y además las drogas ya estaban haciendo efecto en él.

Audrey pasa sus manos por su cabello estresada, definitivamente estaba jodida. No había forma de salir de su casa, estaba completamente atrapada y la única persona que podía ayudarle en ese momento, no respondía.

─¿Quieres que llamé a papá? ─sugiere Abigail

Audrey piensa en un momento en la sugerencia de su hermana, esa alternativa era efectiva pero bastante arriesgada. Su madre estaba actuando de una manera que nunca había visto antes y realmente le asustaba lo que podría hacer sí es que descubría que Abigail había llamado a su padre.

─No, solo envíale un mensaje a Topper ─pide la rubia para tirarse en su cama rendida

Abigail asiente y comienza a escribir el mensaje. Audrey cierra los ojos, llena de preocupación y con temor de lo que puede estar pasando en el exterior.

El tiempo ya comenzaba a pasar y ella no encontraba una forma de salir de ahí…

Voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

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