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─¿Entonces vamos a las Bahamas o qué? ─preguntó JJ, sentándose en el muelle.

─No hay forma de que vayamos a las Bahamas ─negó Pope.

─A John B lo van a atrapar tarde o temprano. Si queremos limpiar su nombre, tenemos que hacerlo ya ─aseguró Kiara.

─Les diré cómo lo haremos ─intervino JJ con una sonrisa confiada.

─¿Lo tienes todo planeado? ─preguntó Pope, arqueando una ceja.

─La verdad, sí. Secuestramos a Rafe ─soltó el rubio como si fuera lo más lógico del mundo.

─¿Perdón… qué? ─replicó Pope, incrédulo.

─Lo atamos, le ponemos un arma en la boca y esperamos a que hable ─explicó JJ, con simpleza.

─¿No sabes que la tortura es un crimen? ─cuestiona Kiara con obviedad.

─A mí me parece una gran idea ─defendió JJ, encogiéndose de hombros.

─Claro… ¿y cómo planeas limpiar el nombre de John B desde la cárcel? ─cuestionó el moreno─ Porque lo que estás sugiriendo es un delito.

─De acuerdo, ¿qué tienes tú en mente, Pope? ─preguntó JJ, rodando los ojos─ Yo solo pensé en algo sencillo, una parada rápida y…

─Necesitamos un testigo clave ─interrumpió el recién nombrado con seriedad─ Vimos el avión de Ward volar sobre nuestras cabezas con el oro, pero él no iba a bordo.

─El piloto estaba en la pista y debe haber visto quién mató a Peterkin ─añadió─ Hay que descubrir quién es y hacerlo hablar.

─¿Y cómo planeas lograr eso? ─preguntó JJ.

─Bueno, conocemos a alguien que estuvo en la pista y sabe mucho sobre los Cameron ─respondió Kiara, sonriendo ladina.

─Audrey ─dijeron JJ y Pope al unísono, con una leve sonrisa.

Minutos después, Audrey salía sigilosamente de su casa para reunirse con sus amigos y compartirles la información que necesitaban.

─Gavin lleva años pilotando los aviones de Ward. Sus labios están completamente sellados ─les informó la rubia con seriedad.

─Un enfoque directo me gusta más ─dijo JJ, moviendo el seguro de su pistola.

─¡JJ, no! ─exclamaron los demás al unísono, alarmados.

─¿Por qué no? ─se quejó el rubio.

─Baja el arma, por favor ─pidió Audrey, colocando suavemente su mano sobre la de él.

─Esto tiene que ser simple o no podremos limpiar el nombre de John B ─se queja JJ.

─¿Y de qué nos sirve limpiar el nombre de John B si luego tenemos que sacarte a ti de la cárcel? ─respondió la rubia, esbozando una sonrisa ladina.

─Buen punto, princesa ─reconoció el Maybank mientras guardaba el arma.

Pope miró a JJ, ofendido, recordando que él había dicho lo mismo minutos antes, pero claramente su amigo no le prestó atención.

─Haremos espionaje ─declaró Pope.

─¿Cómo? ─preguntó Kiara, confundida.

─Dejo mi teléfono en su auto y escuchamos con tus auriculares ─explicó el moreno, mostrándoles su plan─ Di algo para probar.

─Algo ─repitió Kiara, divertida.

─Perfecto, funciona. Tenemos audio ─aseguró Pope, satisfecho.

─Detente, ya llegamos ─indicó Audrey, señalando la casa desde el auto.

─Si ven algo sospechoso, hagan ruido o griten ─pidió Pope antes de bajar.

─No hagas nada que llame la atención ─advirtió la Thornton.

─Creo que me confundes con JJ ─respondió Pope, sonriendo, y salió del auto silenciosamente.

─Qué gracioso ─bufó el rubio, cruzando los brazos.

En ese momento, el teléfono de Audrey comenzó a vibrar. Ella lo revisó rápidamente y vio que era su madre, quien ya había notado que se había escapado de casa.

JJ se asomó por encima de su hombro para mirar los mensajes. Viendo su expresión, tomó el teléfono con una sonrisa traviesa.

─¿Qué haces? ─preguntó Audrey, curiosa.

Sin responder, JJ abrió la cámara, tomó una foto de los dos juntos y se la mostró.

─Deberías enviársela a tu mamá ─sugirió con una sonrisa burlona─ Seguro le gusta.

Audrey lo miró divertida, negó con la cabeza y JJ le guiñó un ojo con complicidad.

─Y oficialmente soy el tercero en discordia ─se quejó Kiara al ver la interacción entre los rubios.

─Estamos estudiando en el local de tus padres ─respondió Audrey, mientras enviaba un mensaje a su madre.

─¿A quién le estás mintiendo? ¿A tú mamá? ─preguntó Kiara, viendo a su amiga asentir.

─De acuerdo, fase uno completada ─anunció Pope al regresar rápidamente al auto.

─Que comience el espionaje ─declaró Audrey con una sonrisa emocionada.

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─¿Entonces Kie le sacará la verdad? ─preguntó JJ.

─Es la mejor en eso ─afirmó Pope con seguridad. 

─¿Debería poner algún acento? ─cuestionó Kiara, inclinando la cabeza. 

─Sí, tienes que disfrazar la voz ─dijo Pope con seriedad. 

─¿Disfrazar la voz? ¿Así? ─preguntó Kiara, cambiando ligeramente su tono. 

─No, no así ─negaron al unísono los chicos. 

─Eso suena demasiado kook ─señaló Audrey, cruzando los brazos. 

─¿Entonces cómo? ─insistió la morena, algo frustrada. 

─Batman ─sugirió Pope, divertido. 

─¿Batman? ─repitió Audrey, confundida, mientras Kiara aclaraba la garganta y hablaba con una voz grave. 

─Exacto, así está bien ─aseguró JJ, Kiara tomó aire y marcó el número. 

─Hola ─contestó Gavin al otro lado de la línea. 

─Hola… No, no puedo ─dijo Kiara, nerviosa, haciendo un gesto hacia sus amigos.

─Tú puedes ─la animó Audrey en voz baja.

─¿Está Gavin? ─preguntó Kiara, recuperando algo de seguridad.

─Soy Gavin. ¿Quién habla? ─respondió él, desconfiado─ ¿Hola? 

─Sé lo que pasó en la pista de aterrizaje ─dijo Kiara con voz firme.

─¿Quién eres? ─preguntó Gavin, con un tono que mezclaba nerviosismo y risa. 

─Fue Rafe Cameron, pero tú ya lo sabías. Y mentiste al respecto ─continuó Kiara, sin darle tiempo a responder─ Vamos a demostrarlo. 

─Pudiste haberla salvado y no lo hiciste. No te vas a salir con la tuya ─aseguró la morena.

─¡Escúchenme! ¿Quién es usted? ─dijo Gavin, casi gritando, pero Kiara colgó antes de que pudiera decir más. 

─¿Qué tal estuve? ─preguntó ella, girándose hacia el grupo. 

─Definitivamente le sacaste la verdad ─dijo Audrey con una leve sonrisa. 

─Fase dos completada. Ahora, a esperar y escuchar ─anunció Pope. 

─No puedo creer que esto vaya a funcionar ─negó JJ aún sorprendido.

─Mejor que amarrar a Rafe y meterle una pistola en la boca, ¿no crees? ─soltó el moreno, mirándolo.

─¿Qué? ─dijo Audrey, incrédula─ ¿Amarrar a Rafe? 

─No fue idea nuestra ─se excusó rápidamente Kiara, apuntando a JJ. 

─¿Ponerle una pistola en la boca? ¿En serio? ─lo reprendió Audrey, mirando a su novio sin creerlo.

─En mi defensa… ─comenzó a decir JJ, pero fue interrumpido. 

─¡Chicos! Ahí viene un auto ─avisó Kiara al escuchar el motor acercándose─ ¡Escóndanse! 

El grupo se recostó en los asientos, mientras un auto pasaba lentamente cerca de ellos. 

─Rápido, vámonos ─ordenó Pope, mientras Kiara enciende el motor.

─Necesito ponerme el cinturón ─dijo nervioso, forcejeando con el mecanismo. 

─¿En serio? ¿Lo necesito ahora? ─preguntó Audrey, confundida.

─Ya es tarde ─afirmó Kiara, arrancando el auto. 

─¡Es Ward! Está hablando con Ward ─anunció Pope, ajustándose los audífonos. 

─¿Es en serio? ─preguntó Kiara, mirando de reojo. 

─¡Acércate más, no escucho! ─exigió el moreno, ajustando el volumen─ Dice de negociar algo.

─De renegociar algo ─murmuró Pope, tratando de entender las palabras. 

─¡Pope! ¿Qué pasa? ─preguntó Audrey al ver su expresión. 

─Gavin tiene el arma que Rafe usó para matar a Peterkin ─respondió él.

─¡Mierda! ─exclamaron todos al unísono. 

─Está tratando de usarla como ventaja, como extorsión. Y está hablando de ti, Audrey. Tiene miedo de que hables ─añadió Pope, mirando a la rubia. 

─¡Está frenando! ─avisó Kiara visiblemente nerviosa─ ¿Frenó detrás de él? ¿Qué hago? 

─Gira en la esquina, sigue recto ─dijeron los chicos al unísono. 

─Vamos a perderlo ─se quejó Audrey. 

─¡Perdimos la señal! ─gritó Pope, frustrado─ No puedo oír nada. 

─¿Qué demonios es esto? ─preguntó JJ, señalando el camino bloqueado frente a ellos. 

─Detente aquí ─ordenó el moreno con rapidez. 

─¡Retrocede rápido! ─pidió el rubio. 

─¿Es una broma? ─se quejó Audrey, viendo una excavadora cerrarles el paso por detrás. 

─¡Oigan! ¡Íbamos a salir! ¡No pueden hacer esto! ─reclamó JJ al bajar del auto, mientras Pope salió corriendo. 

─¡Pope, espera! ─le llamó el Maybank, viéndolo. 

─¡Pope! ─gritó Kiara, desesperada. 

─¿Y ahora qué hacemos? ─preguntó Audrey.

─Vamos tras él ─indica JJ, y Kiara comenzó a correr detrás de Pope. 

Audrey se quedó momentáneamente estática, pero reaccionó cuando JJ tomó su mano y comenzó a correr. 

─¡Oigan! ¡No pueden dejar el auto aquí! ─se quejó uno de los trabajadores al verlos desaparecer. 

─Volveremos por él ─exclamó Audrey mientras corría sin mirar atrás.

El grupo atravesó jardines y saltó cercas, encendiendo luces de movimiento mientras gritaban el nombre de Pope. Audrey se detuvo al ver a algunos chicos de su escuela en una piscina. 

─¡Hola, Audrey! ─saludaron con sorpresa. 

─¡Hola! ─respondió ella apresurada, retomando la carrera. 

Finalmente, Kiara alcanzó a Pope. 

─¿Qué pasa? ─preguntó Audrey al llegar junto a ellos, viendo la expresión ansiosa de Pope. 

─Se va a encontrar con Ward ahora. Tenemos que irnos ─dijo él, apresurado. 

─Bien, volvamos al auto ─decidió Kiara, y los tres comenzaron a correr de vuelta. 

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La lluvia golpeaba con fuerza las calles de la isla. Sin embargo, eso no era un obstáculo para el grupo de adolescentes, quienes, empapados, espiaban a Ward Cameron desde un edificio cercano.

─¿De dónde sacaste esa reliquia? ─preguntó JJ, mirando con escepticismo la vieja cámara en las manos de Pope─ ¿Por qué no usas tu teléfono como alguien normal? 

─Para empezar, me encanta mi electrónica antigua. Y segundo, esto es un teleobjetivo ─respondió el moreno, ajustando el foco─ Me permite ver de cerca desde lejos. 

─El señor de los nerds ─bromeó Kiara, provocando la risa leve de Audrey. 

─Si queremos pruebas definitivas, necesitamos una lente de calidad ─añadió Pope con seriedad, aunque su expresión cambió rápidamente─ ¡Ahí está él! 

Audrey giró rápidamente para visualizar a Ward Cameron, quien, bajo la lluvia, cargaba un bolso mientras entraba a un edificio en construcción. 

─¡Agáchense! ─ordenó JJ en un susurro.

─¡No, no, no! ─se quejó Pope─ Lo estoy perdiendo… Mierda, ¿a dónde va? 

─Espera ─dijo JJ, inspeccionando el lugar con la mirada. Luego, silbó suavemente para llamar la atención de los demás─ Encontré algo, síganme. 

Los condujo hacia una escalera metálica oxidada que se alzaba junto al edificio. 

─Tenemos que subir ─indicó el rubio, comenzando a ascender por la escalera.

─¡Rápido! No quiero perderme nada ─dijo Kiara, siguiendo de cerca a Audrey. 

─¿Estás grabando? ─preguntó la rubia, ansiosa, mientras subía. 

─Sí, estoy grabando. Y sí, los veo ─respondió Pope, sin apartar la cámara de su ojo. 

─Ward le dio algo a Gavin. Creo que es un bolso ─informó, ajustando el lente. 

─Eso tiene que ser dinero ─aseguró JJ.

Audrey, ansiosa, sacó su teléfono del bolsillo y abrió la cámara para intentar grabar algo desde su perspectiva. 

─Maldita lluvia… ─murmuró, apartando gotas de agua de la pantalla. 

Sin decir nada, JJ se quitó su jockey y lo colocó sobre la cabeza de su novia para protegerla del agua. Audrey lo miró brevemente, agradecida, antes de volver al teléfono. 

─Gavin no parece contento. Creo que le está gritando por algo ─dijo Pope, concentrado en lo que veía. 

─Definitivamente está gritando ─corroboró Audrey, enfocando al piloto desde la pantalla de su celular. 

─Y se ve muy molesto ─añadió JJ, observando junto a ella. 

─¿Pero por qué? ─preguntó Kiara, cuando el sonido de otro auto llamó su atención. 

─Chicos, alguien más llegó ─advirtió la morena. 

Audrey enfocó el vehículo y, al reconocer a la persona que bajaba, sintió gran preocupación.

─Es… mi mamá ─susurró sorprendida─ ¿Qué está haciendo aquí? 

─Está con ellos ─informó Pope, que no apartaba su cámara. 

La abogada, Virginia Thornton, avanzó con paso decidido y les brindó una sonrisa falsa a Ward y Gavin. 

─¿Qué hace ella aquí? ─preguntó Gavin, desconfiado. 

─¿En serio creíste que Ward vendría solo? ─respondió Virginia con sarcasmo, señalando al hombre. 

─Solo denme mi dinero y entregaré el arma. Guardaré silencio ─insistió Gavin, claramente irritado. 

─Creo que no estás entendiendo, Gavin ─dijo Virginia con una sonrisa falsa─ Ya te dimos suficiente dinero. No obtendrás más. 

─¡No lo entienden! ¡Me están amenazando! ─gritó Gavin─ Alguien sabe lo que pasó en la pista de aterrizaje y no pienso seguir cubriéndolos. 

─Adelante, dilo ─lo desafió Virginia, sin inmutarse. 

─Virginia… ─intervino Ward, visiblemente preocupado por su actitud.

─Déjalo, Ward. Después de todo, es cómplice. Pasará tanto tiempo en prisión como nosotros ─dijo ella con una tranquila sonrisa.

─¿Qué demonios está pasando? ─susurró Kiara, confundida por la situación.

─Virginia está hablando con él ─informó Pope, ajustando su cámara para captar mejor la escena. 

─Hablaré, pero tu hijo, Ward, pasará el resto de su vida en la cárcel ─amenazó Gavin─ Y tu hija, Virginia, también es cómplice. Sabe la verdad y no ha dicho nada. 

La sonrisa de Virginia desapareció. Su rostro se tensó al acercarse a Gavin. 

─No vuelvas a mencionar a mi hija ─advirtió ella frente a él─ ¿Dónde está el arma? 

─¡Dame el dinero! ─espetó Gavin, retrocediendo. 

─¡Enséñame qué tienes el arma! ─gritó Virginia, intentando revisarlo. Aunque el piloto la empujó, tirándola al suelo. 

─¡Empujó a tú mamá! ─exclamó Pope, sorprendido, para mirar rápidamente a la rubia.

─¡Ya me cansé! ¡Dame la maldita arma! ─espeta Ward, sujetando a Gavin por la camisa. 

Ambos hombres comenzaron a forcejear violentamente, sus gritos apenas se escuchaban entre la lluvia. 

─Qué está pasando ─dice JJ sorprendido al verlos pelear físicamente.

─¿Qué pasa? ─pregunta Kiara sin entender la situación.

─Están peleando ─respondió Pope.

─Se están dando una paliza ─agrega JJ.

─Ward le está dando una paliza a Gavin ─corrige el moreno.

─¿Por qué pelean? ¿Y por qué mi madre no está haciendo nada? ─cuestiona Audrey ansiosa al ver que su madre apenas se está levantando.

La pelea terminó abruptamente cuando Gavin se golpeó contra una madera en la frente.

─Demonios ─dice Audrey al ver que Gavin apenas se levanta y su madre señala algo.

─Mierda, Ward tiene un arma ─anunció Pope sorprendido.

─¡Es el arma homicida! ─dijo Kiara, alarmada. 

─No iré a prisión, Ward ─niega Gavin mientras toca la herida en su frente.

─¡Cállate! ¡Cállate, Gavin! ─espeta el señor Cameron mientras le entrega el arma a la abogada.

─Solo toma el dinero y lárgate ─dice Virginia tirando la bolsa de dinero frente a él.

─Rafe mató a un policía, no iré a prisión por tú hijo psicópata, Ward ─aclara Gavin poniéndose de pie.

─No iré a prisión por ningún de ustedes dos ─agrega él, molesto, corriendo furioso hacía el señor Cameron.

─¡Gavin, no! ─gritó Virginia al ver las intenciones del piloto y decide dispararle.

Audrey contuvo un grito y se agachó instintivamente, guardando su teléfono. 

─Dios mío… ─murmuró Pope, ocultándose.

─No puede estar pasando esto… ─susurró Kiara, horrorizada. 

─Pope, dime que lo grabaste ─pidió JJ, visiblemente sorprendido por lo que acaba de ver.

─Lo suficiente para encerrarlos de por vida ─respondió el moreno, con la cámara aún en mano. 

Ward se acercó al cuerpo de Gavin y se giró hacia Virginia con frustración. 

─¿Está muerto? ─cuestiona Virginia y él asiente.

─Demonios ─se queja la abogada frustrada.

─¿Qué hiciste, Virginia? ¿Acaso recuerdas lo que me dijiste? ─cuestionó él, alarmado

─¡Sin cadáveres! ¿Entiendes el problema en el que ahora estamos? ─continúa diciendo Ward.

─Solo cállate, te salvé la vida ─replicó ella, buscando frenéticamente a su alrededor─ ¿Dónde está el arma? 

─¿Qué? ─preguntó Ward, incrédulo. 

─Creo que la dejé caer… Maldición ─dijo Virginia, pálida. 

─Ve a buscarla. Yo me encargo aquí ─ordenó él y sin dudar Virginia salió de la construcción, mientras Ward se quedaba con el cuerpo. 

─Virginia está saliendo, parece que busca el arma ─dijo Pope mientras seguía grabando. 

─¡Diablos! ─exclamó Virginia, frustrada, al ver cómo el arma desaparecía en un desagüe arrastrada por la corriente de la lluvia. 

─Creo que se fue por el sumidero… está intentando recuperarla ─agregó Pope, ajustando el lente de su cámara.

Desde su posición, Audrey observó a su madre en medio de la calle, arrodillada bajo la lluvia, metiendo la mano en el sumidero como si intentara salvar lo que quedaba de su plan. La rubia negó, abrumada, decepcionada por lo que estaba presenciando. 

Sacó su teléfono para grabar, pero este no respondió. La pantalla seguía en negro.

─No, no, no… ─murmuró, presionando los botones frenéticamente. 

─¿Qué pasa? ─preguntó JJ, alarmado por su reacción. 

─Creo que mi teléfono murió ─respondió Audrey con frustración.

─Pope, ¿qué tan seguro estás de que estás grabando? ─preguntó la rubia con desesperación. 

─Demasiado seguro. Sé cómo funciona mi cámara ─aseguró el moreno, sin dejar de filmar.  

─No voy a soportar esto ─niega la morena asomando su cuerpo.

─¿Qué haces, Kiara? ─preguntó Audrey, preocupada y molesta. 

─¿Qué pasa con ustedes? ─gritó Kiara, perdiendo el control─ ¡Asesi…!

Antes de que pudiera terminar la palabra, Audrey reaccionó rápidamente. Se lanzó hacia ella, la obligó a agacharse y le cubrió la boca con firmeza.

─¿Estás loca, Kiara? ─preguntó Pope, mirándola con incredulidad. 

─No me importa si nos oyen. ¡Son unos malditos asesinos! ─insistió Kiara, liberándose de la mano de Audrey. 

─Y si no te callas, nos van a matar a nosotros también ─replicó JJ, con obviedad.

─¿Qué te pasa, Kie? ─preguntó Audrey, sim entender su estúpido actuar─ ¿Quieres que nos asesinen también? 

─¿Qué me pasa a mí? ─replicó Kiara, molesta─ ¿Qué te pasa a ti, Audrey? ¡Acaban de asesinar a alguien frente a nosotros y tú ni siquiera reaccionas! 

─Kiara… ─intervino JJ, intentando calmarla con un movimiento de la mano, pero fue inútil. 

─¿Por qué no dices nada, Audrey? ─continuó la Carrera, mirándola sin entender─ ¡Es tu madre! 

Audrey la miró sintiendo impotencia, para luego negar ante sus palabras.

─¿Qué demonios quieres que diga? ─respondió la rubia, visiblemente molesta─ ¿Que acabo de ver cómo mi madre asesinó a un hombre? 

─¿Eso quieres que diga? ¿Quieres saber cómo me siento? ─su voz finalmente se quebró y Kiara guardó silencio. 

─Chicos… ─dijo Pope de repente, alarmado─ ¡Ellos pueden vernos! 

Todos miraron instintivamente hacia el edificio en construcción. Virginia y Ward estaban de pie, mirando hacia donde estaban escondidos. 

─¡Vámonos! ¡Salgamos de aquí ahora! ─ordenó JJ, levantándose rápidamente y sujetando a su novia.

Para Audrey, la noche se había transformado en una pesadilla. Su madre había disparado a sangre fría, había matado a un hombre. Las imágenes seguían repitiéndose en su mente, y el dolor en su pecho empezaba a crecer. Apenas estaba procesando lo que había ocurrido, pero sabía que nada volvería a ser igual. 

Estuve como 5 días tratando de terminar este capítulo y finalmente logré sentirme satisfecha con el resultado...

Bueno, voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

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