Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭𝐞𝐞𝐧: 𝐭𝐡𝐞 𝐠𝐮𝐧

━━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━━

Instantes después todos se encuentran nuevamente en el auto de Kiara, todos aún siguen algo shockeados por lo que acaba de ocurrir, en especial Audrey. Qué no logra asimilar la idea de que su madre ahora es cómplice del homicidio de Gavin.

¿Qué se supone que debe hacer después de lo que vio esta noche? 

Pero eso no es lo peor: la cámara de Pope cayó cuando bajaban por la escalera, perdiendo el único registro que podía servirles como evidencia. 

─Mierda no puedo creerlo, ¿porque peleaban? ─cuestionó JJ confundido.

─Era un arma. La que uso Rafe, él debió tenerla ─dice Pope.

─Claro, el arma homicida ─asegura el rubio entendiendo todo.

─Responde ─suplicó la morena, mirando su teléfono.

─¿A quién llamas? ─cuestiona el Maybank frunciendo el ceño.

─¿A quién llamó? ─replicó ella, incrédula.

─¿A la policía? ─intervino Pope, con evidente preocupación. 

─¿A quién más creen que debería llamar? ─dijo la morena, nerviosa.

Audrey niega abrumada apenas oyendo lo que ocurre a su alrededor y lleva sus manos a sus oídos, sintiendo que en cualquier momento colapsara debido a la estresante situación que presenció.

─¿Por qué llamas a la policía? ─cuestiona Pope, negando.

─¡Es ward! ─le recuerda JJ una vez atienden la llamada.

Audrey se pasó las manos por el cabello, respirando pesadamente mientras un nudo en su garganta y un gran dolor en su estómago crecía.  La imagen de su madre discutiendo con Gavin la atormentaba.

─¡Silencio! ─gritó la morena, mientras comienza a dar la información al teléfono.

─Tenemos que salir de aquí, corremos peligro ─advirtió JJ, para mirar a su novia y preocuparse.

─No podemos irnos ─negó Kiara una vez finaliza la llamada.

─Princesa, ¿estás bien? ─pregunta el rubio intentando buscar su mirada. Pero ella seguía fija en un punto mientras su respiración se aceleraba. 

─Audrey ─llamó él, sosteniéndole el rostro, notando cómo sus ojos se cristalizaban─ ¿Qué ocurre? 

─JJ tiene razón, tenemos que irnos de aquí ─apoya Pope, al ver a la kook, que claramente estaba muy afectada.

─Princesa, habla conmigo ─pidió JJ preocupado, al ver como su novia respira agitadamente.

─¿Qué quieren que haga? ─soltó la morena nerviosa.

─¡Audrey no está bien, solo maneja, Kie! ─dice el Maybank visiblemente preocupado.

─¡Vámonos! ─exclamó Pope alterado y Kiara rápidamente reacciona y conduce.

JJ envolvió a Audrey en un abrazo, lo que poco a poco le permitió calmar su respiración. Sin embargo, la imagen de su madre alejándose del cuerpo de Gavin y buscando el arma homicida no dejaba de rondar en su mente. 

Al menos media hora después, los adolescentes regresaron a la escena, esta vez acompañados por un grupo de policías. El trío de pogues trataba de explicarle a Shoupe lo sucedido, mientras Audrey permanecía en silencio, aún intentando asimilar lo que había ocurrido.

─No sé qué esperan que haga con todo esto, ¿de acuerdo? ─comenzó el oficial, claramente frustrado─ Me sacan de la cama a mitad de la noche para no encontrar nada, excepto escuchar historias absurdas sobre cómo Ward Cameron salió a matar y Virginia Thornton... 

─No lo estamos intentando, Shoupe ─interrumpió JJ.

─No salió a matar al azar, Gavin era su piloto ─hablá Pope─ Él le pagó para callarse, porque estuvo en la pista ese día.

─Gavin chantajeaba a Ward, porque tenía el arma que usó Rafe, para matar a Peterkin ─añadió Kiara.

─Ambos internaron darle dinero, pero no fue suficiente y entonces Virginia disparó con el arma homicida ─aseguró JJ.

─¿Cómo lo saben? ─cuestiona Shoupe, escéptico.

─Pope hizo una cosa con su teléfono, lo puso en su auto y... ─comienza a decir la morena.

─Yo oí su conversación ─señaló el Heyward.

─¿Le pusieron un micrófono? ─cuestiona el oficial, frunciendo el ceño.

─¿Eso está mal? ─pregunta Kiara, nerviosa.

─No, basta. Ya basta ─advierte él sheriff, visiblemente molesto.

Shoupe negó con la cabeza, convencido de que todo lo que salía de la boca de los adolescentes era un montón de mentiras. Su mirada se posó en Audrey, quien lucía al borde del llanto. Algo en su estado despertó su curiosidad.

─¿Lo que dicen tus amigos es cierto, Audrey? ─preguntó el sheriff. La rubia levantó la mirada, tratando de calmar sus nervios. 

─Sí, es cierto ─afirmó la Thornton con voz temblorosa.

─Vamos, Audrey. Dime lo que viste y sé honesta. Mentirle a la policía es un crimen ─la presiona el sheriff mientras cruza sus brazos.

─¿Por qué no la deja en paz? ─intervino JJ, molestó al ver que su novia claramente no se encuentra bien─ Es evidente que no nos cree

─¡Sí, ella no está bien, acaba ver a su madre asesinar a alguien! ─apoya Kiara, realmente enojada.

─Esa es su versión. Yo quiero escuchar la versión de Audrey ─replicó el Sheriff aún observando a la kook.

─Es verdad, yo... yo vi cómo ella le disparó a Gavin ─dijo Audrey con un nudo en la garganta─ Ward y Gavin discutían, y luego ella le disparó... y lo mató. 

JJ notó cómo las manos de Audrey temblaban incontrolablemente. La tomó de la mano y la apretó suavemente, intentando transmitirle calma. 

─Bien, Audrey, dime. ¿Cómo es que tú madre logró llevarse toda la evidencia en 45 minutos? ─cuestiona Shoupe incrédulo─ Porque, según recuerdo, tú madre es una mujer bastante delgada. Dudó que pudiera cargar el cuerpo de Gavin sola.

─Tiene contactos, mucha gente haría lo que fuera que ella les ordenará ─responde la rubia con obviedad.

─¿Cómo quiénes Audrey? ─cuestionó el sheriff.

─Como Ward Cameron. Trabajan juntos ─respondió ella, a lo que el oficial soltó una risa sarcástica. 

─¡Estoy diciendo la verdad! ¡Ellos encubrieron a Rafe cuando mató a Peterkin! ¡Y ahora se están cubriendo entre ellos! ─exclamó Audrey, perdiendo la paciencia. 

─Ya estoy harto de esta historia ─se quejó Shoupe. 

─¡Ward estaba aquí con ella! ¡Él la ayudó con el cuerpo! ─asegura la rubia─ ¡Yo sé lo que ví!

─Miren esto es cómo el cuento del lobo. Cuando digan la verdad, ya nadie les creerá ─advirtió Shoupe, señalando al grupo con el dedo.

─Y tú, Audrey, deberías ser más considerada con tu madre. Me dijo que estabas pasando por un mal momento. Ella se preocupa por ti, así que piensa bien antes de acusarla de algo tan grave ─añadió, mirando a la rubia con severidad.

─¿Sabe Sheriff? Es bastante triste que la única persona que alguna vez creyó en nosotros haya terminado muerta ─espeta la Thornton, sintiendo como el enojo comenzaba a apoderarse de ella.

─¿Disculpa? ─cuestiona el oficial ofendido.

─Tal vez esa es la razón por la que no hace su trabajo: le asusta terminar como Peterkin ─remató Audrey antes de pasar a su lado y salir de la construcción con pasos firmes.

La rubia sentía una mezcla de emociones, ninguna de ellas buena: impotencia, frustración, decepción, dolor y una pizca de negación. Le dolía aceptar que ya no reconocía a su madre. La mujer que había conocido jamás habría matado a alguien con sus propias manos. Sin embargo, lo que más la frustraba era que nadie parecía creer en sus palabras. 

Aunque, en ese momento, lo único en lo que Audrey podía pensar era en cómo podría vivir bajo el mismo techo que Virginia. ¿Cómo haría para contener las ganas de enfrentarla y decirle que sabía lo que había hecho? ¿Cómo podría evitar contárselo a su padre? Porque, aunque intentara ocultarlo, él la conocía demasiado bien. Notaría que algo estaba mal, notaría si le mentía. Pero, ¿cómo podría decirle la verdad? 

Si hablaba, sabía que destrozaría a su padre y rompería a su familia. Y eso era algo que no podía permitirse, no podía hacerle eso a sus hermanos ni a él. 

Así que solo le quedaba una opción: hacer lo que mejor había aprendido de su madre. Fingir. Fingir que todo estaba bien hasta que llegara el momento adecuado para hablar, para hacer pagar a los Cameron... y, lamentablemente, a su madre, quien había condenado su destino el día que se alió con Ward Cameron para robar el dinero. 

─¿No puede hacer su trabajo por un segundo? ─cuestionó Kiara, siguiendo al sheriff.

─Escuchen, sé que están mal y sé que creen que su amigo era inocente, pero no estuvieron ahí ─respondió Shoupe, suspirando─ Los únicos testigos que no están bajo tierra dicen lo opuesto, ¿entienden?

─Audrey estaba ahí ─asegura Kiara, cruzándose de brazos.

─Por favor dejen de mentir ─pidió el oficial cansado.

─No es mentira, yo estaba ahí y ví como Rafe asesinó a Peterkin ─intervino la rubia.

─¿Alguien puede corroborar eso? ─preguntó el sheriff, mirando a los amigos de Audrey. 

El silencio fue su única respuesta. 

─Perfecto ─se burló el oficial─ Saben, mis dos testigos tienen mucha más credibilidad que todos ustedes juntos. 

─Y ví su proyecto de arte en la pared de Ward, no vuelvan a hacerlo ─advierte él subiendo a su auto─ O las cosas serán más difíciles para todos.

─Por favor, vuelvan a su casa ─añadió Shoupe antes de arrancar su auto.

─¡Al menos busquelo, alguien murió hoy! ─exclamó Audrey, visiblemente frustrada.

─Les dije que pasaría esto ─bufó JJ, dirigiendo una mirada molesta hacia el moreno─ Se te tenía que caer la cámara.

─Fué tú culpa ─acusa Kiara, girándose hacía él.

─¿Mí culpa? ¿porque siempre estás de su lado? ─reclamó el rubio, molestó.

─¡Basta, los dos! ─interrumpió Audrey, levantando la voz. Ambos se quedaron en silencio─ Fue mi culpa, ¿sí? 

─No tienes que echarte la culpa ─dijo Kiara con suavidad, intentando consolarla. 

─Gracias. Es bueno saber que alguien está de mi lado en este grupo ─respondió JJ, lanzando una mirada a sus amigos.

─¡Cállate! ─espetó la morena, perdiendo la paciencia. 

─Chicos... ─intervino Pope, tratando de calmar los ánimos─ Esto no ha terminado. 

─Podemos buscar el arma ─añadió, señalando el desagüe donde había caído.

Minutos más tarde, todos estaban de vuelta en el Chateau. El ambiente era tenso; la situación que habían presenciado hacía apenas una hora no era fácil de olvidar. Cada uno estaba molesto por diferentes razones, pero todos compartían la frustración de estar sin evidencia. No había forma de que Shoupe creyera sus palabras sin una prueba concreta. Sin embargo, aún quedaba algo de esperanza: el teléfono de Audrey.

─¿Ya debería encenderse, no? ─preguntó Kiara, impaciente, mirando el teléfono de su amiga.

La rubia tomó su celular, que seguía conectado al cargador, y presionó el botón de encendido. El dispositivo intentó encender, se apagó y finalmente la pantalla volvió a iluminarse.

─Eso no se ve bien ─comentó JJ, provocando que Kiara le lanzara una mirada de reproche.

Audrey desbloqueó rápidamente el teléfono y fue directo a la galería de fotos, solo para descubrir que no había rastro alguno de los videos que había grabado.

─Desaparecieron ─informó la Thornton, mostrando la pantalla vacía a los demás.

─Demonios ─bufó Kiara, visiblemente estresada.

─Entonces el desagüe es nuestra única opción ─aseguró Pope, y los demás asintieron en silencio.

─¿Mañana por la mañana? ─sugirió Audrey.

─Sí, mañana por la mañana ─confirmó el moreno, levantándose del sofá─ Yo ya me voy.

Pope salió del Chateau sin decir una palabra más. Su molestia era evidente; estaba frustrado por la pérdida de su cámara y, en el fondo, se sentía culpable por haberla dejado caer. Audrey, observándolo irse, decidió no interferir. Sabía que no era un buen momento para intentar consolarlo.

El teléfono de la rubia comenzó a vibrar, y varios mensajes de su madre llegaron rápidamente. Audrey decidió ignorarlos, pero el sonido insistente de una llamada interrumpió su tranquilidad.

Kiara observó a Audrey con cierta incomodidad. Después de todo, había sido algo dura con ella hacía un momento. No era justo culparla por las acciones de Virginia; acusarla sin más no debía ser fácil para ella.

─Hola, cariño ─escuchó Audrey con extrañeza al contestar. La voz suave de su madre sonaba inusualmente afectuosa, y ella no supo qué responder.

─¿Dónde estás? ─preguntó Virginia, esforzándose por ocultar la preocupación en su tono.

─Con Kiara, en su casa ─mintió, rápidamente.

─¿A qué hora piensas regresar? ─cuestionó la abogada mientras miraba el reloj.

─¿Puedo quedarme con ella esta noche? ─respondió Audrey con voz dulce─ Nos estamos divirtiendo mucho.

─Está bien, pero, por favor, vuelve temprano ─pidió Virginia con un suspiro.

─Claro, mamá... ─dudó por un instante antes de añadir─ ¿Por qué sigues despierta si ya es tan tarde?

Virginia soltó una leve risa cargada de falsedad: ─Estaba leyendo unos documentos. ¿Porque preguntas? ─

─Solo curiosidad ─contestó Audrey, fingiendo no saber nada.

─Tú diviértete, ¿sí? ─dijo Virginia con naturalidad forzada antes de colgar.

─Bien, yo también me voy ─aseguró Kiara, poniéndose de pie y mirando a su amiga─ ¿De verdad te quedarás conmigo?

─No, no quiero molestar a tus padres. Estaré bien aquí ─respondió la Thornton, forzando una leve sonrisa.

Kiara la observó por un momento, como si quisiera insistir, pero al final decidió no hacerlo.

─De acuerdo. Entonces nos vemos mañana ─dijo la morena antes de salir del chateau.

JJ observó a su novia en silencio. Era evidente que lo ocurrido esa noche la había afectado más que a nadie. Ver a su madre cometer un asesinato no era algo fácil de procesar, y lo peor era que no era la primera vez que Audrey veía a Virginia involucrada en crímenes, lo que lo hacía aún peor.

─¿Estás bien? ─preguntó JJ, acercándose con cautela. 

─No, pero lo estaré ─asegura Audrey esforzando por mostrar una sonrisa.

─De alguna manera siempre logro estar bien nuevamente ─añadió, mientras jugaba con sus manos nerviosa.

“O finjo muy bien estarlo” pensó ella con amargura.

─Todo estará bien ─promete el ojiazul, tomando las manos de su novia.

─Siento que todas las personas que solía conocer se han vuelto unos extraños para mí ─admitió Audrey, mirando a su novio─ Los Cameron, ellos eran como una familia para mí y míralos ahora...

─Mi madre, a pesar de nuestras discusiones era alguien que solía admirar. Solía inspirarme confianza y me enseñó a nunca rendirme ─agrega ella con una sonrisa triste─ ¿Y ahora? Es una persona distinta.

─Soberbia, egoísta… asesina ─continua Audrey, pronunciando la última palabra con dolor─ Ya no la conozco, y me asusta lo que puede ser capaz de hacer.

─Me tienes a mí ─le recordó JJ, colocando una de sus manos suavemente en el rostro de la rubia.

─Y yo nunca dejaré que nadie ni nada te haga daño, princesa ─prometió él. Los ojos de la rubia se cristalizaron levemente.

─Lo sé y en este momento solo te necesito a tí ─aseguró ella, depositando un pequeño beso en sus labios.

JJ llevó su mano hasta el cuello de Audrey, acercándola nuevamente a él para besarla suavemente. El beso comenzó a volverse poco a poco más intenso. La rubia recargó su espalda en el sofá, mientras el pogue se inclinaba sobre ella.

El sonido de la lluvia interrumpió  su romántico momento, haciendo que ambos separarán sus labios. Audrey sonrió levemente mientras él la miraba atentamente.

─¿Qué? ─preguntó JJ sonriendo al verla sonreír.

─De tanto tiempo que hemos pasado aquí, creo que ya me acostumbré al olor a humedad de esta casa ─admite la rubia con una sonrisa burlona.

JJ rió levemente y negó con la cabeza.
─Bueno, te dije que eventualmente lo harías. No mentí ─

Audrey lo miró durante unos segundos, sintiéndose realmente agradecida de tenerlo a su lado. Se había convertido en alguien tan importante para ella, capaz de sacarle una sonrisa incluso en los peores momentos.

─Y ahora, ¿dónde quedamos? ─preguntó JJ con una sonrisa astuta, mientras deslizaba una mano por la cintura de la kook.

─Creo que aquí ─respondió Audrey, agarrando su polera para atraerlo hacia ella nuevamente.

La rubia comenzó a besarlo, y él rápidamente siguió su ritmo.

Puede que, en este momento, todo fuera un caos en sus vidas, pero lograban hacer que los problemas del otro desaparecieran con su sola presencia. Y eso era todo lo que necesitaban.

━━━━ ❪🌙🐚⭐❫ ━━━━

A la mañana siguiente, Audrey entró silenciosamente a su casa para recoger algo de ropa, pero unas voces provenientes del comedor la distrajeron.

─¿Estás así por mi hermana, verdad? ─preguntó Abigail, con evidente preocupación en su voz.

─No, es solo algo de trabajo. Estoy demasiado estresada ─respondió su madre.

─Podrías quedarte esta tarde en casa y pasamos el rato juntas ─sugirió la menor, haciendo sonreír a la abogada.

─Eres tan dulce, pequeña ─dijo Virginia, levantándose para abrazarla─ A veces desearía que Audrey fuera así conmigo.

Audrey no podía creer lo que escuchaba. Antes tenía una muy buena relación con Virginia, pero a medida que creció, sus intereses y puntos de vista comenzaron a ser diferentes, lo que provocó discusiones entre ellas. Pero nunca se había considerado una mala hija como para que su madre deseara que fuera diferente.

La rubia no soportaba escuchar otro momento de esa conversación, así que rápidamente subió a su habitación, dispuesta a cambiarse de ropa y salir de allí lo más rápido posible.

─¿Qué tal la pijamada en casa de Kiara? ─preguntó su padre al entrar a su habitación, y ella le lanzó una mirada molesta.

─Lo sé, olvidé tocar, perdón ─dijo James, levantando sus manos en señal de paz.

─Está bien ─aceptó Audrey, mientras abrochaba sus cordones─ Estuvo bien, nos divertimos viendo películas.

─Como en los viejos tiempos ─comentó James, con una leve sonrisa mientras observaba a su hija dirigirse al tocador─ Sabes, había algo de lo que quería hablar contigo. Es sobre tu madre.

Audrey soltó rápidamente el gloss que había tomado y se giró para mirar a su padre con atención.

─¿Qué pasa con mamá? ¿Está todo bien con ella? ─preguntó la rubia, disimulando sus nervios.

─Es solo que últimamente he notado que está muy estresada y algo triste ─respondió James, preocupado por su esposa─ Ayer estuvo con Rose hasta tarde, se veía muy preocupada.

“Una versión diferente para cada persona, típico de mamá”, pensó Audrey.

─Y sé que ustedes dos no han tenido la mejor convivencia últimamente, pero quería pedirte que fueras amable con ella ─le pidió su padre, con una leve sonrisa─ Puede que no pienses igual que ella, pero no seas tan dura con ella.

─Solo se preocupa por ti porque te quiere, ¿lo sabes? ─añadió James.

─Lo sé, papá, y entiendo ─respondió rápidamente Audrey, con una sonrisa falsa.

─Te lo agradezco, cariño. Yo ya me tengo que ir a la oficina ─dijo James, dándole un rápido beso en la cabeza antes de salir de la habitación, sonriente.

Audrey se aplicó gloss y algo de perfume, sin poder evitar mirarse en el espejo durante unos segundos. Su mente empezó a divagar: ¿por qué su madre estaba tan triste y preocupada luego de matar a Gavin? ¿Acaso sabía que ella la había visto? ¿O finalmente estaba sintiendo algo de culpa?

─Audrey, llegaste ─la voz de su madre rápidamente la sacó de sus pensamientos.

─Sí, pero saldré con JJ ─informó ella, y su madre hizo una pequeña mueca de desagrado─ Es mí novio y lo sabes, mamá.

─Lo sé, y está vez no dije nada ─aseguró Virginia fingiendo una sonrisa rápidamente.

─Te lo agradezco ─dijo la rubia, poniéndose de pie y desconectando su celular.

─¿Hay algo que pueda hacer por ti? ─preguntó Audrey, incómoda con la presencia de su madre.

─Me gustaría hablar contigo. ¿Podrías llegar temprano a casa? ─dijo la abogada, mirando a su hija atentamente.

─Claro, ahora me tengo que ir ─respondió la rubia, pasando por su lado. De repente, sintió cómo su madre la agarraba del brazo.

─Audrey ─la detuvo Virginia para mirarla fijamente, pero ella es incapaz de sostenerle la mirada.

─¿Sí? ─dice finalmente la nombrada tratando de mirarla a los ojos.

─Cuídate, por favor ─pide su progenitora, soltandola lentamente.

─¿Cuídate? ─cuestionó Audrey con sorpresa─ ¿No me dirás que no tengo permiso para salir de esta casa? ¿O que no puedo estar con JJ?

─Creo que finalmente lo entendí, mientras más trate de separarte de ellos, más querrás tenerlos cerca. Así que simplemente esperaré a que te des cuenta por ti misma ─explicó la abogada con una tranquilidad que inquietaba a la rubia.

─¿Darme cuenta de qué? ─cuestionó Audrey, confundida.

─Hablamos más tarde ─sentencia su madre sonriendo levemente.

La adolescente asiente y sale rápidamente de su habitación y de la casa. Todo se sentía demasiado extraño, especialmente la actitud de su madre, considerando lo que había hecho la noche anterior. 

━━━━ ❪🌙🐚⭐❫ ━━━━

─Creo que te debo una disculpa por lo de ayer ─dice Kiara mientras ambas siguen a los chicos.

─¿Una disculpa? ─pregunta Audrey, algo confundida.

─Me porté como una maniaca ayer. No debí gritarle a Ward y Virgina asesinos, no estuvo bien ─admite la morena─ Y tampoco debí juzgarte por no reaccionar.

─Después de todo, viste a tu madre asesinar a alguien. No debe ser fácil de procesar ─agrega Kiara, y Audrey no puede evitar hacer una pequeña mueca; era difícil escuchar esas palabras.

─Si yo fuera tú, probablemente me estaría volviendo loca ─continúa la morena─ Pero bueno, quiero decirte que lo siento…

─Y no lo digo solo porque eres mi amiga, sino porque realmente lo lamento ─finaliza ella.

─Está bien, te perdono ─asegura Audrey, con una leve sonrisa.

─Este es el desagüe norte, debe haber caído en el agua ─explica JJ─ Salió de aquí y...

─Debió ir a parar en algún lado de esa basura ─dice Pope, mirando los desechos en las orillas del agua.

─Dios mío, habría que matar a la gente que usa plástico ─se queja Kiara.

─Bien, personalmente amó el plástico ─comentó el rubio─ Lo uso todo los días.

─Bueno, espero que lo recicles y no dejes que caiga al océano ─dice la morena tomándose el asunto en serio.

─Pensé que dirías algo así, así que bolsas de basura ─dice Pope enseñándolas.

─¿Tuviste la idea de proteger el medio ambiente? ─pregunta Kiara con una leve sonrisa, y Pope la mira de la misma forma.

Audrey y JJ comparten una mirada y sonríen. Definitivamente, algo ocurría entre esos dos.

─Tal vez ─responde el Heyward, aún mirándola.

─¿Quieren que los dejemos solos? ─bromeó JJ, recibiendo un leve empujón de su amigo. 

─Podemos hacerlo, no hay problema, amigos ─apoyó Audrey, divertida. 

─Ay, por favor, los hemos visto besándose miles de veces. No son los indicados para hablar ─aseguró Kiara, mirando a Audrey con burla. 

─Solo recoge la basura ─le dijo Pope a JJ. 

─Realmente le importa el medio ambiente ─susurró Audrey con una sonrisa cómplice hacia Kiara. 

─Solo ayúdame a limpiar todo este plástico ─pidió Kiara, entregándole una bolsa a Audrey. 

Minutos después, toda la basura a las orillas del agua estaba completamente limpia y la pistola no aparecía en ninguna parte.

─Esto fue divertido ─admite Audrey con una leve sonrisa.

─Sí, si no está en la basura, tiene que estar en alguna parte del sumidero ─deduce Pope.

─Está en el sumidero ─asegura JJ, y el moreno se queja.

─Por supuesto ─bufa Kiara.

─Qué bueno que traje herramientas ─asegura el Maybank, tomando su mochila.

─¿Entonces haremos piedra, papel o tijera para ver quién irá allí? ─cuestiona Kiara, y los chicos niegan─ ¿Entonces alfabéticamente?

Ambos niegan nuevamente, y Audrey frunce el ceño confundida: ─¿Entonces qué? ¿Del mayor al menor? ─

─En el sumidero hay un gusano que se te mete en la sangre cuando estás allí ─explica JJ al abrir la puerta del sumidero─ Y luego te sale por el pene, así que yo prefiero pasar.

─Sí, yo tampoco ─niega Pope rápidamente─ Es un no de mi parte.

El dúo de chicas se cruza de brazos y se miran entre sí.

─Bien, lo entendemos ─asegura Kiara.

─Se asustaron, está bien, chicos ─dijo Audrey con una sonrisa burlona.

─¿Qué? No nos asustamos ─responden ellos al mismo tiempo, ofendidos.

─Es lindo, solo debieron decirlo antes ─asegura Kiara con una sonrisa falsa.

─No se asusten, nosotras lo haremos ─afirma Audrey, atando su cabello.

─Querrás decir tú ─corrige la morena con una mueca.

─¿Qué? ─dice la rubia, algo preocupada─ No entraré sola ahí, Kie. ¿Qué tal si hay algo adentro?

─Exacto, ¿cómo escaparemos las dos al mismo tiempo? ─responde Kiara, con obviedad.

─Lo haremos juntas, yo iré primero ─sentencia Audrey, y su amiga asiente nerviosa.

─Tengan cuidado ─dice Pope.

─Oh claro que lo haremos ─dice la rubia, comenzando a gatear dentro el sumidero.

─Princesa, solo grita si necesitas algo... ─dijo JJ, mientras Kiara entraba─ Nosotros también gritaremos, por si acaso. 

─Muy útil, J ─se burló Audrey mientras avanzaba entre el agua con una mueca de asco.

─Kie, ¿cómo vas? ─pregunta la rubia, avanzando.

─Solo veo tu trasero ─responde la morena, trás ella haciéndola reír.

─¿Encontraron algo? ─preguntó Pope desde afuera. 

─¿Aud, ves algo? ─pregunta JJ.

─Nada, solo agua y basura ─responde ella.

─El arma probablemente está en el fondo ─indica el Heyward.

─Estamos llegando al final ─dice Audrey, finalmente saliendo del tubo y viendo cómo el desagüe las ilumina desde arriba.

─¿Y ahora qué? ─pregunta Kiara.

─Nos sumergimos y buscamos ─dice Audrey, hundiéndose levemente y comenzando a buscar con las manos en el agua.

─La gente es un asco ─asegura Kiara al tocar más basura.

─Quiero vomitar ─se queja la rubia, asqueada.

─Por favor, aguántate ─suplica la morena.

─Creo que encontré algo ─dice Audrey al sentir algo duro.

─¿La encontraste? ¿Es el arma? ─preguntan los chicos desde el otro extremo.

─¡Dios mío, creo que es un cadáver! ─dice la rubia al ver unos huesos flotar en el agua, los cuales aleja rápidamente.

─Hay algo muerto ─dice Kiara, asustada, al ver lo que su amiga ha alejado.

─¿Es una persona? ─pregunta Pope.

─¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Definitivamente hay alguien muerto aquí! ─grita Audrey, entrando en pánico.

─Por favor, no lo toques ─pide JJ.

Lo que el grupo no sabía era que en la calle, sobre ellos, Barry y Rafe estaban escuchando cada una de sus palabras mientras buscaban exactamente lo mismo. 

─¡Chicas, por favor no toquen eso! ─pidió Pope, visiblemente alterado. 

─Así es como les entran los gusanos, se los digo en serio ─añadió JJ, tratando de mantener la calma. 

─Ya lo toqué ─confesó Audrey, respirando agitadamente mientras intentaba procesar la situación. 

─¿Tienen el arma? ─pregunta Pope, mientras se asoma al sumidero.

─¿Creen que el muerto podría ser Gavin? ─cuestiona Maybank─. ¡¿Aud, tienes el arma?!

─Está aquí ─asegura Kiara, sosteniendo la pistola con una expresión de disgusto. 
 
─Están ahí abajo ─dijo Rafe, sorprendido pero rápidamente formando un plan─ Envíales agua. 

─Si abres la tubería, matarás a las ratas ─le advirtió Barry.

─Sí, lo sé ─replicó Rafe, irritado por los comentarios de su acompañante.  

─No necesitas más cadáveres que aparezcan por aquí ─insistió el pelinegro─ ¿Te das cuenta de lo que puede pasar sí lo haces?

─Bueno, sí quieres ser un marica vete ─espeta Rafe con una sonrisa falsa.

─¿No te das cuenta de lo que quieres hacer? ─cuestiona Barry frente a él─ ¿Qué pasará con la rubia? Creí que te gustaba

─No vuelvas a decir eso ─advierte Rafe molesto─ ¡Ella no me importa en lo más mínimo! Ahora quítate de mi camino. 

─Está bien, chico rudo ─se burló Barry mientras se hacía a un lado. 

─Ve por el auto ─ordenó Rafe, lanzándole las llaves y comenzando a manipular la llave del agua.  

─Están en deuda con nosotras por siempre ─aseguró Kiara, mirando el arma.

─Buena suerte siendo una traidora, Audrey ─susurra Rafe una vez el agua corre rápidamente.

Rafe se quedó mirando el desagüe, con el rostro lleno de furia y algo de dolor. Parte de él se sentía profundamente herido, como si lo estuvieran apuñalando por la espalda. Después de todo, Audrey había sido muy cercana a él.

Pero al mismo tiempo, sentía una extraña satisfacción. Ella iba a pagar por lo que estaba haciendo. El Cameron creía que estaba haciendo lo correcto, que Audrey necesitaba entender las consecuencias de meterse en lo que no le correspondía. Para él, este era el momento de mostrarle que sus decisiones la llevarían a un mal lugar.

Era el momento de actuar y dejarle claro que había cruzado la línea. Estar en su contra no le traería nada bueno.

Voten y comenten que les pareció esté capítulo, ya que me motiva mucho a actualizar 🤍 ✨

¿Que creen que Virginia querrá decirle en el próximo capítulo? Leó sus teorías 🫢

No se olviden de seguirme en tiktok: petrovaswift.wp donde suelo estar bastante activa, adelantar escenas y responder sus preguntas respecto a la historias mías.

+agradecimiento especial a la preciosa de abby aka iluvvcliine por el bello gif, vayan a su shop<3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro