Nivel diecisiete: La historia se repite
Cuento toda la historia en completo silencio, mientras Arón continúa en la sala. Lo digo todo de una, no hay respuesta del otro lado del teléfono hasta que termino con los últimos detalles.
—Okay —es la respuesta de Sam. Lo dice con un tono que me dice que está de todo menos okay, y tuvo que contar hasta cien para abstenerse de soltar palabras mayores.
—Estamos camino a tu casa —me informa Jo.
—¿Qué? —grito. Escucho a Arón levantarse de un salto desde el puf de mi sala.
—No hay tráfico, llegamos en quince minutos —habla él muy tranquilo, como si esto fuera algo casual.
Sí, están a quince minutos de la casa, debieron salir desde que empecé la historia. ¡Por eso no se escuchaba ni un sonido al otro lado de la línea! Silenciaron la llamada.
—No, pero... ¿Por qué? —Ni yo entiendo lo que digo.
—Porque desde aquí no puedo jalarte las pinches orejas —regaña Sam dejando salir el tono que esperaba como respuesta.
Arón ya está en frente de mí intentando averiguar porque grité. Ya no hace falta que le explique nada, estoy bastante segura de que la voz de Sam le hubiera llegado, incluso si siguiera en la sala.
—Mejor hablamos ahorita, Sam va manejando.
Cuelgo porque alterar a mi amiga ahora podría ser mortal. Literalmente.
—Les contaste —adivina él.
—Creí que podrían ser de ayuda, tienen más tiempo en internet que yo y son la única parejita famosa que conozco.
—Tu amiga no sonaba.... Ya sabes, con ganas de dar consejos.
—Pues primero llegará a arrastrarme de las orejas por todo el departamento y luego estará lista para ayudar.
Decidimos que la mejor manera de usar nuestro tiempo antes de su llegada es preparando un café que nos calme los nervios y con suerte también los de ellos.
Aparecen en menos del tiempo esperado, muy seguramente porque Sam se la pasó gritando a los conductores para que salieran de su camino. Arón se coloca de nuevo el tapabocas. Los dos me saludan muy formalmente, pero temo por mi seguridad en cuanto cierre la puerta.
—¡Aaron! Un gusto conocerte, amigo —saluda Jo, le da un abrazo y una palmada en la espalda como si se conocieran de toda la vida—. Te vi el año pasado en el campeonato de LoL, la final fue...
—No es momento para ser fan, cariño —interrumpe Sam—. Hola Arón, un gusto también. —Ella lo saluda más formal dándole la mano, en parte creo que también está enojada con él.
—Fue increíble. Ya está, terminé el fangirleo —cierra Jo.
Espero que Sam empiece con los gritos y las regañinas, en cambio, me ve y me abraza con una fuerza y ternura que no esperaba en lo absoluto.
—¿Cómo estás? —murmura apenas pudiendo abrir la boca porque su cara se recarga en mi hombro.
—He tenido días mejores —replico mi respuesta más sincera.
—Ya, me imagino. Esto debe ser una mierda, ¿no? —Se separa de mí, me toma de los hombros y me mira a los ojos—. Se va a solucionar todo, no te preocupes, ¿sí?
Asiento mientras las lágrimas se juntan en mis ojos. Prefiero a la Sam que me regaña, así no me sentiría mal de tener una amiga tan buena a la que le mentí y a la que planeaba seguirle ocultando la verdad.
—¿¡Tienes idea de lo que es esto para Bri!? —Le sube la voz ahora a Arón y lo señala con su dedo acusador—. Ya tuvo que pasar por bastante mierda hace años con la gente criticando su relación por internet. Y no te hagas el que no sabías, porque sé que eras muy fan de Teo en esa época, tuviste que enterarte de la mierda de la ruptura y todo lo que la gente empezó a decir.
Sam camina hasta él paso a paso, muy lento. Mantiene su dedo señalándole. Sus ojos parecen querer comerse a su objetivo. Jo y yo hacemos señas para que se tranquilice, pero no sirve de nada. Arón se queda quieto, ¿estará paralizado?
—No me importa quién tuvo esta brillante idea, pero si aceptaste entrar en esto también es tu culpa. ¿Tanto te importa ganar ese maldito concurso?, ¿o haces esto por los números? ¿No pensaste que en algún momento esto tendría que acabar y harías pasar a Bri por otra ruptura pública? ¿¡Es que entre los dos no pudieron pensarse un poco mejor las consecuencias de esto!?
»¿Y ahora qué? Ahora que en teoría están saliendo, ¿eh? —lo reta, ya tiene prácticamente el dedo sobre su pecho— La vas a dejar allí votada, ella quedará como la tonta que arruinó la relación y la gente traerá de nuevo a la conversación lo de Teo. ¡Es que esta niña los escoge a todos iguales!
—Basta Sam —ordena Jo con una voz firme que contrasta con su voz de fanboy de hace unos minutos.
Sam baja la mano y toma un último respiro para contener toda su ira. Se va a lado de su esposo para terminar de calmarse. Yo hago todo por no ponerme a llorar otra vez.
—Yo no soy Teo —sentencia—. De ninguna manera pensaba dejar a Ginebra votada o permitir que las personas digan nada malo sobre ella.
Los tres nos quedamos mirándolo. Es raro verlo tan determinado, para ellos debe ser hasta raro escucharlo decir tantas palabras juntas.
—¿Y qué idea tienes, genio? —suelta Sam. La quiero mucho, pero cuando está molesta puede ser muy pesada e inflexible.
—Yo creo que lo mejor para los dos es seguir con esto.
—¿Cómo? —hablo yo.
—Hay que seguir haciéndole creer a la gente que salimos. No quiero que esto se vuelva un escándalo que te afecte.
—Yo no quiero ser pesimista —habla Jo—, pero... ¿Sabes lo que implica? Ya no va a bastarles con tomarse unas fotos en el mismo lugar o tomar un café de vez en cuando. Tendrían que convencer a las personas de que realmente son una pareja que se quiere.
—¿Ya vieron Twitter? —dice Sam—. El tema es tendencia.
—Otra vez no —chillo yo.
Tonta, tonta, tonta.
—Hay muchos a los que no les convence la situación, creen que es falso o que lo están haciendo precisamente como estrategia de marketing. Y si la gente empieza a creer que están intentando engañarlos, no solo pueden irse olvidando del apoyo en el concurso, sino que pueden irse olvidando de tener un público en general.
Y para nosotros, tener público es todo.
—Pues hay que convencerlos de que no es así —dicta muy determinado Arón. Si no estuviera tan estresada, me permitiría pensar en lo sexi que se ve así de decidido—. Si eso es lo que quieres tú también —dice para mí.
Siendo totalmente honesta conmigo misma, no tengo muchas opciones. Esto ya no solo es un: nos tomamos fotos, salimos, jugamos con las indirectas o lo que sea. Ya lo dijo Jo: tanto Arón como yo podríamos perder por completo la audiencia que llevamos años construyendo por una cosa como esta.
¿Por qué quise hacer esto desde en inicio? ¿Soy simplemente tonta o ese día tenía ganas de autodestruirme?
Vale Bria. La cagaste. Ya está. Tirarte piedras a ti misma no va a servir para nada.
¿Qué otra opción tenemos?
Fingir una ruptura justo en este momento no va a ayudar. En el mejor de los casos a la gente le gana el morbo y nos ven para saber cómo sigue nuestra dinámica de pareja después de eso. A lo mejor con la esperanza de que volvamos a juntarnos al tener que trabajar juntos. También podría ser una buena trama.
En el peor de los casos empiezan a acosarme de nuevo. Porque claro, si alguien rompe conmigo, yo soy la culpable. Traerán de nuevo el tema de Teo a la mesa, y bastante ya llevo trabajado para que la gente deje de relacionarme con él. Si yo soy la tonta, Arón puede convertirse en el villano. Lo hará quedar como un mal tipo.
Ignorar el tema lo hará más grande, porque cuando las personas no tienen nada seguro, se llenan de teorías la cabeza.
No hay mejores opciones.
—Pues... acepto —asiento despacio.
Fuerzo una pequeña sonrisa en mis labios y puedo notar por la forma en que el cubrebocas se le sube que él hace lo mismo.
—Qué tiernos —ironiza Sam—. Ahora, ¿qué?
—Ustedes son los expertos en eso de llevar una relación pública, por eso están aquí, ¿no?
—Gracias por darme mi lugar, Bri. —Jo hace una reverencia. Noto que Sam está más relajada porque se ríe con él.
—Yo digo que mañana es la oportunidad perfecta —señala Sam.
—¿Mañana?
—Los ESLAND —aclara ella—. Hay una alfombra azul por la que pasa todo el mundo, les toman fotos y todo. ¿tú crees que alguien como Baco va a desaprovechar la oportunidad de llevar a la alfombra a las dos personas de las que todo internet está hablando? Van a ser casi que el evento estelar.
—Es que no se suponía que apareciéramos juntos, planeábamos ir por separado con los outfits parecidos para que la gente hiciera más teorías y eso.
—Esta es su oportunidad para dejar bien en claro que están juntos, Bri —dice Jo.
—¿No puedo solo decirlo en stream y ya?
—No —responden los dos al unísono.
Les arrugo el ceño y enseño la lengua, como si tuviera cinco años.
—¿Qué opinas? —Miro arriba para encontrarme con los ojos de Arón.
—Creo que tienen razón. Puede ser un poco agobiante, pero... se verá raro si ninguno va, o si vamos por separado, o lo que sea. Es una buena forma de cortar los rumores pronto. Si esperamos más...
—Ya, ya. Bueno, hagámoslo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro