27
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Me fui a tomar asiento en una de las mesas cuando terminé mi conversación con el profesor y con mis demás compañeros. El problema aquí, era que Sirius no dejaba de hablar con Regulus y con Felicia. ¿Me molesta que hablé con su hermano por primera vez sin pelear? Absolutamente no, eso jamás. Puedo decir que estoy de lo mas feliz por el y de que pueda hacer algo que lleva tanto tiempo deseando sin que las cosas salgan mas. ¿Me molesta saber que es debido a Felicia y que no deje de sacarle sonrisas a Sirius? Quizás. Si. Un poco. Realmente estaba mas celosa que enojada realmente pero no había mucho que hacer.
Pero extrañamente, Felicia termina lo suyo y se acerca a la mesa en la que estoy sentada para estar a un lado mio.
- ¿no es hermoso? ver a la familia así de feliz. - se sienta en la silla de a lado y no deja de mirar a los hermanos platicar al fondo del lugar. - adoraba verlos juntos.
- ¿antes si eran muy unidos? - le pregunté.
- éramos los tres contra el mundo. - ella sonríe de recordar esos momentos. - sin que nadie nos molestara, todo era muy perfecto.
- pues, Sirius lo cuenta muy diferente. - al menos eso que dije captó su atención. - bueno es evidente, que odia a su familia.
- si, a su familia pero... no a mi. - wow, cuando ego en una persona. - es diferente Lily, no lo entenderías porque no lo viviste pero... en serio nos llevamos muy bien los tres.
- ¿quién te agrada mas?
- bueno, mientras Regulus es como un hermano para mi y jamás dejará de ser mi mejor amigo... Sirius en cambio es el hombre de mis sueños. - es extraño como se siente en la confianza de decirme eso pero ahora, ahora me siento mas incomoda cuando se que esta cerca de Sirius y peor, que lo hace feliz.
- oh. - rasqué de mi nuca. - estas enamorada de él.
- ¿tú no? - me sonrojé de inmediato ante esa pregunta, dejándome a la curiosidad de saber si ella sospechaba o sabía algo al respecto.
- hola. - Sirius se muestra y ambas volteamos a verlo. Mientras Felicia le sonreía con tanta emoción, yo por lo agüitada que estaba de esa conversación lo vi con plena seriedad. - ¿bailamos?
No me puse de pie de inmediato porque no quería dar por hecho el que me lo estuviera diciendo a mi. A decir verdad, yo no era la única con curiosidad de saber a quien se refería, Felicia por igual me mira confundida pero termina asintiendo con la cabeza. Solamente que Sirius toma de mi mano y me pone de pie para llevarme al centro donde estaba el salón sin mesas y apto para que los alumnos bailaran.
- ¿te referías a mi?
- ¿a mi novia? - dice en voz baja y con tono de sarcasmo. - si, supongo que quería pasar un rato con ella. Me suena a lo más lógico.
- ¿cómo te fue con Regulus? - coloqué mi mano sobre su cuello, mientras la otra el la tomaba para ir bailando al par. - ¿mejoraron las cosas?
- um... no se si mejoraron pero al menos tuvimos una platica como hace tanto tiempo no. - el empezaba a sonreír y eso me hizo feliz.
- es un alivio que todo saliera bien gracias a...
- a ti, Lils. - lo miré con confusión. - no sabes lo feliz que estoy de que me hayas invitado y que hayas pensando en mi y mi situación con mi hermano.
- pero... no hice nada. - reí nerviosa. - no pude ayudar, Felicia hizo básicamente todo.
- no estaría aquí en primer lugar si no fuera por ti. - sonreí. - debes dejar en serio de quitarte el crédito.
- bueno, me alegro de que todo haya salido bien entonces.
- que ganas tengo de besarte en estos momentos y no puedo hacerlo. - hace la cabeza hacia atrás, quejándose y no pude evitar reír. - mucho menos cuando el idiota de Quejicus no deja de voltear a vernos.
- ¿Severus? - pregunté con confusión, ya que no lo había visto en toda la noche y cuando volteo hacia atrás, veo que en efecto, nos estaba mirando. No dice nada mas y se retira. - oh.
- que dramático, ni siquiera pasó nada. Solo estamos bailando. - me solté del agarré de Sirius. - por favor dime que no vas a a ir detrás suyo.
- pues... - lo dudé, ya que en serio me sentía mal por causarle ese sentimiento. Deseaba hablar con el y arreglar las cosas pero eso no era algo que a mi me correspondía. Quiero decir, si, pero... el fue el que fue grosero conmigo y ahora solo me evita. - ¿debería?
- no. - hice una mueca. - pero quieres hacerlo y yo te apoyo así que.. adelante.
- ¿en serio?
- no soy nadie para prohibirte que hacer y que no. Descuida, yo puedo estar aquí con Regulus y Felicia un rato, por mi no hay problema.
- de acuerdo... iré. - asentí con mi cabeza varias veces. Y caminé hacia la salida, solo que me detuve. No terminé yendo y todo fue porque, creo que por primera vez no me importaba en lo absoluto si lo que hice lastimó a otros. La mayoría del tiempo estoy tratando de estar bien y con una sonrisa, de que mi familia esté a gusto aún y cuando yo no lo estoy y que mis amigas estén a gusto aún y cuando yo no como es el caso de que aún no me animo a decirles quién es mi pareja. Pero al diablo, no estoy para rogarle una amistad buena a Severus. Si el realmente no quiere o se siente mal cuando me ve con alguien más entonces... eso ya no está en mis manos. Por lo cual regresé y perfecto ya que Sirius aún seguía donde mismo, algo distraído pero en cuanto le sonreí, el voltea a verme.- Sirius.
- ¿si? - me acerqué a el y le di un beso en la mejilla, mientras me paraba de puntitas para alcanzarlo.
- te amo.
- ¿me perdí de algo acaso? ¿Deberías ir más en busca de Snape para recibir este tipo de comentarios o...?
- pasaron segundos, Sirius. Segundos. Obviamente no alcancé a ir detrás suyo.
- ¿por qué no fuiste?
- bueno... porque donde quiero estar es aquí. Más bien, no aquí, solo contigo. Este lugar realmente me es igual. Supuse que sería más entretenido el saber que me escogieron entre varios alumnos por mis calificaciones y todo eso pero se quita lo especial cuando ves que son unos diez alumnos más y...
- Lils. - me interrumpe. - ¿nos vamos?
- si, por favor. - suspiré aliviada y mueve la cabeza a un lado para apuntar a la puerta. Yo salí primero, obviamente. Se que era normal que estuviéramos juntos porque estábamos en la cena pero como no íbamos a la torre, tendría que ser por separado donde nos viéramos que es bueno, la réplica de su habitación. - te seré honesta, me da algo de miedo que alguien nos encuentre.
- ay vamos, estoy seguro de que a nadie le importa si nos ven juntos, obviamente van a pensar que es debido a esta cena de Slughorn y...
- no tonto, me refiero a un prefecto o un profesor que decida ir merodeando por los pasillos en busca de peligro y que nos regañen. Peor aun, que le bajen puntos a la casa por nuestra culpa.
- siento que te preocupas de mas, yo no veo porque... - y claramente, pareciera que invocamos el momento. Escuchamos pisadas y la luz de la vela se reflejaba desde el otro pasillo cuando Sirius toma de mi mano y ambos nos vamos corriendo antes de que alguien nos encontrara.
Estaba molesta, porque sabía perfectamente que esto pasaría y Sirius no me escuchó, estaba preocupada porque no deseaba que ningún maestro me viera fuera tan noche, mucho menos si no es para el permiso de la cena especial pero a la vez, no podía dejar de reír y de sonreír ante lo divertido que era por fin estar haciendo algo como romper las reglas y pasarla bien a un lado de la persona que tanto amo. Sirius me hacia una mala estudiante y ni siquiera me importaba eso, estaba mas emocionada de saber en que momento nos encontraríamos en la sala y todo se calmaría.
Dicho y hecho, la puerta se muestra y ambos entramos para por fin suspirar hondo y descansar sin que nadie mas pueda molestarnos. Me fui a recostar en la cama en lo que retomaba el aire y Sirius se retiraba su moño y saco, dejándose tan solo la camisa un poco mas desabrochada y se despeinó para dejar su cabello al natural.
- bueno, lo logramos. - le dije volteando a verlo y este se sienta a un lado mio en la cama.
- ¿sabes lo mucho que te amo?
- ¿por qué me dices aquello? - me enderecé, sentándome bien y con mi espalda en el respaldo para poder verlo bien. - estamos el día de hoy mas románticos de lo normal y eso es extraño. - reí.
- porque estaba recordando cuando me dijste que todo fue gracias a Felicia. - hice una mueca. - y luego que si la iba a invitar a ella a bailar en vez de a ti.
- esta enamorada de ti. - le dije la verdad, de lo que me había enterado hace un rato. - y es preciosa... es básicamente tu tipo.
- ¿crees que tengo un tipo?
- oh, claro que lo tienes. - puse mis manos en mis rodillas para abrazarlas. - te he conocido tres chicas y las tres han sido castañas.
- no tengo ni la mas mínima idea de a quienes te refieras. - si le creo eso, pero claro que recuerdo a sus ex parejas o al menos citas que fueron Astor, Olivia y... okay, tampoco recuerdo a la tercera.
- Felicia es por igual una chica castaña, hermosa, gran amiga de Regulus y creo que podría ser hasta tu alma gemela.
- Lily. Eres lo único que importa para mi. - mi sonrisa se borra cuando el dice eso, pero no porque no me hiciera feliz sino porque no estaba para nada lista de escuchar aquello. - quiero estar contigo lo mas que se pueda. ¿Sabes cómo funciona el amor?
- ¿tu si?
- no, pero supuse que empecé a descubrirlo una vez que empecé a sentir cosas por ti. - me toma de la mano. - se ahora que no se trata de almas gemelas sino de la persona que te hace bien, que te haga mejor. No importa en lo mas mínimo Felicia... me importas tu. - me empezaron a llorar los ojos en ese momento. - ¿estás llorando?
- no. - dije mientras trataba de recobrar la cordura. - solo estoy muy feliz de tenerte. - puse mis manos sobre sus mejillas. - eres, genuinamente lo mejor de mi vida.
- me alegro que sea mutuo. - acerca su rostro al mio y juntamos narices y frentes tan solo para estar cerca del otro. - aparte ¿qué no te lo he dicho?
- ¿decirme qué?
- soy mas un fanático de las pelirrojas. - le empujé el hombro riendo y por fin dejando de llorar y me besa. Empezamos a besarnos genuinamente bien y tomé de su cuello para abrazar de este.
Empezó con pequeños besos entrecortados y sus manos se aferraban a mi cintura, como si quisiera tenerme lo mas cerca posible.
- yo... - empecé a decir, pero no encontraba las palabras. Lo peor de todo es que mi voz empezaba a sonar como una súplica, pero eso fue algo que a el le gustó ya que sonríe.
- yo quiero esto. - asiente varias veces con la cabeza, sin dejar de ver a mis labios y mordiendo el suyo. - necesito saber si tu...
- si. - lo interrumpí de inmediato. Tomando de mi nuca, me atrae a si mismo y me da el segundo beso. Pero se sentía diferente, esta vez no era como otras. No estábamos siento atraídos por la tentación o la pasión, era tan solo un actor de amor tan precioso que nunca antes había presenciado.
No me sentía rechazada como las veces pasadas, el estaba deseando lo mismo en estos momentos. Me estaba besando y tocando como nunca antes, esta versión de Sirius estaba mas que decidida a lograr su objetivo sin importar que. En ese momento dejé de sentirme tímida o inclusive dulce y empecé a sentir toda clase de emociones que empezaban con tanta calentura en mi propio cuerpo, literalmente sentía que ardía y como mi corazón latía de lo mas rápido. Dejó de besarme los labios y empezó a besar de mi cuello, pero con mucha intensidad, aferrándose a mi piel.
- Sirius... - me sentía tan avergonzada de lo que hice, de escucharme decir su nombre con ese tono de que ya no podía mas pero pareciera que eso fue mas que perfecto para el porque empezó a hacerlo con mas intensidad. Empezó a acariciar de mi espalda y llegó al cierre de mi vestido, para después empezar a bajar de el y yo le ayudé a retirármelo.
- no te imaginas como me muero de ganas de verte, de tocar tu piel... - el vestido cae sobre mi regazo, ya que yo aun seguía sentada pero Sirius, en un acto desesperado, empieza a retirármelo por completo. - estás perfecta. - puedo notar como su rostro empezaba a enrojecerse. Al encontrarse con mis pechos, los acarició sobre la tela del brasier. Yo solamente podía encontrarme temblando, todo esto era demasiado. La adrenalina, el deseo, todo era una gran emoción y no había nada que pudiera mejorar esto que el sentirme deseada por el, y acaricida de esa forma. Me desabrocha el brasier y dejando este caer, comenzó a besar y lamer la sensible piel de mis senos. - maldita sea, me vuelves loco. - inevitablemente comencé a gemir, llevando la cabeza hacia atrás y los besos de Sirius cambiaron y empezó a succionar.
- Dios. - exclamé y olvidaba la risa que le causaba el que siempre usara esa expresión, por lo cual lo sentí sonreír a mitad del beso.
- como te deseo. - me recuesta sobre la cama y antes de acomodarse encima mio, le empiezo a desabrochar la camisa. Estaba de mas explicar lo perfecto que lucía, con su abdomen marcado y sus fuertes brazos acomodándose para empezar a acariciar de mis muslos. - no puedo parar, quizás esto me convierta en la peor persona del mundo pero esto es un sueño, tú eres un sueño.
- no pares. - le supliqué, jalando de su mano para tenerlo de nuevo encima mio. - te necesito.
No sin antes, hacer algo que jamás me imaginé que haría, que fue el yo ser quien desabrochaba de su pantalón, mientras nos besábamos. En lo que yo trataba de bajar de su ropa, este pone su mano encima de la mía y la coloca encima de su miembro, el cual estaba tan duro y se sentía grande. Aún el controlando de mi mano, empieza a subirla y bajarla encima de su miembro y eso me hizo sentir tan pero tan caliente que no supe como actuar y a mitad del beso empecé a gemir. Sus labios ahogaron mi jadeo, su lengua cálida buscó la mía e invadió mi boca.
Me suelta la mano y desesperadamente me retira la ropa interior. Nunca antes en mi vida había estado por completo desnuda frente a alguien pero en este momento no sentía pena, ni vergüenza. Estaba tan excitada que ni lo pensé, mucho menos cuando sus manos pasan por mi sexo y empieza a acariciarme. Con sus dedos sobre la zona mas delicada de mi cuerpo y dejando cierto hormigueo por todo mi cuerpo.
- necesito que me digas si te duele ¿de acuerdo? - asentí con la cabeza y se inclina para darme un beso. - te amo. - me da otro beso. - te amo tanto.
- hazlo. - y de su bolsillo saca un condón, lo cual me deja preguntándome si el tenía planeado en que pasara hoy, o si fue casualidad o si genuinamente siempre carga con uno. Pero no importaba mucho ahora.
- no te quiero lastimar ¿si? Por favor dime si no estás cómoda en algún momento.
- yo también te amo, Sirius. - el sonríe ante eso y mordiendo de su labio inferior, me abre las piernas delicadamente y apoya su miembro en la entrada de mi sexo.
Es cierto lo que dicen, si dolía. Vaya que dolía. No era lo que esperaba sentir en un principio pero Sirius fue tan gentil todo el tiempo. Sus manos estaban apoyadas a un lado mio sobre la cama, sin dejar de mirarme y se movía lentamente. Fue entrando de poco a poco y hasta ganas de gritar me dieron pero me contuve.
- ¿te duele? - negué con la cabeza, pero claro que si era así. Se introduce por completo en mi cuerpo y a pesar del dolor que sentía, estaba tan necesitada de esto. Quería tenerlo, y mientras mas lo pensaba y lo sentía, el dolor desaparecía. Pero Sirius era gentil, dulce, me besaba la punta de la nariz, mis labios y cuando quería sentirlo mas cerca al abrazar de su espalda, me acaricia la mejilla. - solo dime si quieres que me detenga ¿si?
- de acuerdo. - dije con dificultad pero todo se sintió mejor cuando empezó a besarme.
- mierda. - el gime y hace la cabeza hacia atrás. - ¿me dejas moverme?
- si. - Era indescriptible lo exquisito que era. Estaba viendo estrellas en ese momento. Estaba llegando a mi primer orgasmo mientras las paredes de mi vagina apretaban, se contraían en el. Empezaba a moverse, empujando hacia mi, y abracé de su espalda para sostenerme y de la sensación encajé mis uñas en su espalda pero el en ningún momento se quejó, tan solo lo escuchaba gemir y eso me volvía aun mas loca. Sus ruidos y sus gestos de placer lo eran todo para mi.
- eres hermosa. - me besa las mejillas y baja a mi cuello. - eres perfecta, tan perfecta para mi. Me vuelves loco, Lily, me tienes a tus pies. Soy todo tuyo, y solamente tuyo. - No esperaba todos esos comentarios pero recibirlos fueron mas que placenteros. Apreté mis ojos cerrados ante la sensación de venirme y el lo notó. - vamos hermosa, termina, termina conmigo. - Y así fue, como tuve la mejor sensación en mi vida y me corría, lo cual hizo que Sirius también terminara y saliera de mi para recostarse a mi lado. Se retira el condón y lo tira en el contenedor.
- ¿te lastimé? - negué con la cabeza y este me cubre con las sabanas y me acomodé de lado para poder verlo. - ¿estás bien?
- estoy bien. - le sonreí. - fue tan... perfecto. - tomé de su mejilla y me acerqué para darle un beso. - pero.. ¿para ti se que quizás no lo fue, lidiar con una virgen y...
- no digas eso, fue lo mejor, fue... la mejor noche de mi vida. - lo miré como si no le creyera. - Lily, preciosa, esta es la primera vez qué paso la noche con una mujer a la cual amo, no entiendes lo importante y hermoso que es este momento para mi.
- bueno, se podría decir lo mismo sobre mi. - me sonríe y me roba un beso. - te amo.
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