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21

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Para cuando terminaron las clases, en efecto no había tarea. Por lo tanto, ver a Sirius no era una opción. Pero claro estaba que querría pasar mi tarde en la biblioteca en vez de cualquier otro lado. Remus estaba por alguna razón con Mary y tan solo puedo pensar en que están saliendo, por lo cual no pude buscarlos. Marlene iba terminando si no me equivoco su entrenamiento pero iba a llegar a dormirse como de costumbre y no estaba par rogarle un poco de atención. 

En mi camino a la biblioteca, me encuentro a James corriendo con el cabello todo mojado, como si acabara de salir de las regaderas y con la camisa mojada por igual.

- Evans ¿has visto a alguno de los chicos? - negué con la cabeza y el busca por todos lados. - no he visto a ni a Peter ni a Sirius. Sé que Moony esta con Mary pero... - hace una pausa. - ¿qué no deberías estar ayudando a Sirius con su tarea?

- no hubo tarea hoy, James. - reí y abracé de mi libro. - no tengo idea de dónde están, lo siento. 

- bueno, entonces... ¿puedo pedirte a ti tu opinión? - me recargué en la pared para poder prestarle atención y no estorbar en la entrada. - buscaba en especial a Sirius porque, bueno, es mi mejor amigo y... - gracias por recordármelo. - pero creo que tu puedes ayudarme por igual.

- ¿en qué?

- san Valentin. - levanta ambos hombros. - esta a la vuelta de la esquina.

- no de hecho no, faltan unas cuatro semanas. - se acomoda las gafas y se acerca mas a mi para enseñarme su lista de cosas que había planeado. - ¿anotaste todo eso?

- son mis posibles salidas o posibles regalos. - fue inevitable no sonreír ante ello. ¿Cómo no hacerlo? James en estos momentos me ha recordado lo romántico que es. 

Hace tiempo que no lo tengo persiguiéndome o diciendo me cada dos minutos que quiere casarse conmigo. Hace tiempo que no tiene detalles o frases lindas para decirme y claro esta, tiene novia. Y no me da celos. Creo que eso es lo peor de todo... que no es que lo quiera en mi vida o algo por el estilo, pero creo que cada que más pasa el tiempo, mas me convierto en una persona de lo más insegura. 

Mientras aquí esta James pensando en cómo hacer feliz a la mujer que ama desde finales de enero, Sirius esta con su ex enamorada y posiblemente la mujer con la que sus padres mataran por quien terminara con. 

- flores. - lo interrumpí. Porque si, llevaba todo este tiempo hablando. - las chicas adoran recibir flores.

- ¿cuáles?

- eso ya depende de cada persona, estoy seguro de que puedes descifrarlo para antes de san Valentin. - le di una palmada en la espalda. - descuida James, la chica se muere de amor por ti. Le des lo que le des, ella estará feliz.

- flores, de acuerdo. Gracias Evans. - me acaricia la mejilla y se va corriendo a... realmente no se a dónde.

Pero mejor entro a la biblioteca y mientras no había ningún alma por ser el primer día de clases, mejor fui a mi cubículo y me asusté de inmediato al sentir varios globos en mi rostro. Los hice todos a un lado y me encuentro con Sirius acomodando varias decoraciones por todo el lugar. En el librero, se encontraban varios gorros de cumpleaños de esos de fiestas infantiles. Un pastel sobre el escritorio y varios platillos por igual.

- ¿tu cocinaste eso? - pregunté de lo mas sorprendida y una vez que me escucha entrar, sonríe.

- los elfos domésticos. - lo miré molesta. - hey, ellos aman ayudar a los otros... mas si se trata de un cumpleaños.

- pero no es mi cumpleaños. 

- pero no sabía que ese día ha pasado y que pude haber estado contigo. - no podía dejar de sonreírle. - no hay nadie aquí, es espeluznante este lugar sin gente tan matada en el estudio como tú o Moony.

- creí que estarías con Felicia. - no iba a entrar en detalles de lo que eso causaba en mí, al menos no ahora. Sirius no tiene porque saber lo insegura que soy desde este momento.

- hablamos un rato, pero fue rápido. Realmente no tengo mucho que hablar con ella y aparte ¿cómo iba a desperdiciar mi tiempo libre del día en estar con otra persona?

Me acerqué a dónde él estaba y me coloqué justamente enfrente suyo. No dejaba de verlo, estaba tan solo admirando de lo perfecto que era y eso lo dejaba tan confundido que no sabía qué hacer o qué decir. 

- eres lo mejor que tengo en la vida ¿lo sabías? - dije con cierta tristeza, no porque el me hiciera triste sino porque no dejaba de pensar en como el llegó a mi vida en el mejor momento.

En mi mente pasa esto, cuando algo no me hace sentir bien... una bola de manchas negras se muestra, como un garabato. Que son todos mis malos pensamientos o lo que me causa conflictos en mi persona o mi día. Sirius con tan solo ser el mismo puede llegar a borrar por completo la mancha negra. No la disminuye, no la hace a un lado momentáneamente. Hace que desaparezca y deja un enorme color amarillo remplazando al negro. Sirius Black era luz... era mi luz y no podía creerlo.

- ¿más qué Frankie? - dice volteando a verlo con desprecio y no entiendo porque odia tanto de mi gato pero le tomé del rostro para voltearlo hacia mí y que me viera. - solo bromeaba.

- yo no. - le sonreí y luego lo abracé. - ¿podemos cenar?

- claro que si. - me toma de la mano y me lleva a tomar asiento en el sofá. - les pedí que prepararan pasta pero... hubo un error.

- es Azul. - reí al ver el plato en mis manos. - ¿por qué?

- no lo sé... supongo que por un hechizo o se les cayó el colorante. - ambos nos empezamos a atacar de la risa. - espero y te guste el fideo azul. 

- de acuerdo, veamos. - el se sienta a un lado mío y empezamos a comer los dos. Al mismo tiempo. Mientras que el sigue saboreando de la comida y tratando de entender si le gusta o no, yo ya iba en mi tercera probada. - esta igual de sabrosa que siempre. Adoro que recuerdes que es mi comida favorita.

- lo que si no se es si te gusta el pastel. - negué con la cabeza. - eres bien rara.

- ¡lo siento! desearía que en serio me gustara porque ese pastel luce hermoso pero... no. - negué de nuevo. - odio los pasteles.

- Lily, estas loca ¿lo sabes, verdad? - reí y el también. - de acuerdo, no importa. Me lo puedo comer después con los chicos.

- pero muchas gracias.

- y... ¿un regalo de cumpleaños? - me entrega en manos una cajita y volteé a verlo de inmediato. - ni te atrevas a decirme que no lo quieres o que te molesta el que haya gastado en ti.

- pero no debiste.

- supuse que dirías eso pero realmente no me importa. - le puse los ojos en blanco, sin dejar de sonreír y me encuentro con una pulsera de lo mas bonita y con un solo dije. Uno de una estrella. - ¿qué piensas?

- pienso que debió haberte costado una fortuna. - era preciosa... en cualquier ángulo, o cualquier movimiento, esta brillaba como ninguna otra que haya visto en mi vida. - me encanta. La estrella es por... - sonreí y voltee a verlo. - es por ti ¿no?

- ¿lo sabes? - se ríe.

- claro que lo sé, es la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra, situada en la constelación del hemisferio celeste sur Canis Mayor.

- wow, si lo sabes. Bueno um... supongo que es una manera de que me tengas presente. No en el plan posesivo, para nada. Sabes que no soy así, solo...

- es perfecta. - me la puse y agité la muñeca para verla brillar. - es el mejor regalo del mundo. Bueno, después de mi tratamiento en el cabello.

- ¿puedo besarte? - amaba que sintiera la necesidad de preguntarlo. Asentí con la cabeza, toda sonrojada y nerviosa, como si fuera el primer beso y ni puedo entender el por qué. No es así. Pero en cambio aquí estaba, con el corazón latiendo de lo mas rapido por como me miraba. Por como me sonreía y me hacía sentir.

Toma de mi plato y del suyo y los deja sobre la mesa. Sirius huele de maravilla, puedo percibir de inmediato ese olor tan significativo de su loción y mas cuando se acerca cada vez mas a mi. Pasa una mano por mi mejilla, y sin apartar su mirada de mis labios, los une con los suyos. No sentía nervios como otras veces de que alguien nos viera. Es horario de casi cena y todos estaban en sus asuntos. Por ende, nadie estaba en la biblioteca, y mucho menos ahora que no hay nada que hacer aquí el día de hoy. 

Me recuesto lentamente sobre el sofá y le jalo de la corbata para acomodarlo justamente encima mío. Apoya las manos a un lado para estar a cierta altura y poder besarme. Pasa una mano por debajo de mi camisa y empieza acariciarme el abdomen. Sonreí ante ello y es que me causaba escalofríos su tacto tan lento y suave. Su cabello oscuro y largo caía sobre mi rostro y de repente hacía ciertas pausas para hacerlo hacia atrás en un movimiento de cabeza. 

Empecé yo misma a bajarme la falta y Sirius me detiene. Tomando de mis manos y pasándolas arriba para tenerlas alcance pero en serio quería que me tocara o algo. Pero nunca ha pasado. 

- ¿no quiseras...? - no puedo creer que este preguntando esto. - pues, tu sabes. 

- um...- levanta un poco el rostro para verme y me pasa el cabello por detrás de las orejas. - ¿ahora?

- solo... solo era una sugerencia. - realmente no deseaba que mi primera vez fuera en un cubiculo en la biblioteca, pero me preguntaba que tanto podría aguantar Sirius sin estar en sus múltiples salidas con chicas y acostándose con ellas. 

- luego ¿okay? - asentí con la cabeza y me da un ultimo beso, para ponerse de pie y me toma de las manos para levantarme. 

¿No quería que pasara conmigo? ¿no se le antojaba justo después de ver a Felicia? quizás estoy pensando de mas las cosas pero no pude evitar sentirme mal. Me han rechazado y no solo cualquier persona, sino que mi novio y... el hombre mas mujeriego del mundo. No entendía porque conmigo no le apetecía. Ahora esto se convirtió en algo tan incomodo. Al menos para mí. 

- ¿quieres más pasta? - el niega con la cabeza y estaba igual de serio que yo. En resumen, creo que he arruinado el momento. - bueno entonces supongo que podemos regresar cada quien a su habitación. 

- Lily...

- lo digo en serio, en cualquier momento Filch va a pasar a checar y no queremos problemas apenas empezando el semestre ¿o si?

- ¿estamos bien? - me toma de la mano para detenerme y voltearme hacia el.

- estamos bien. - solo voy a tener que vivir con el hecho de que no le gusto lo suficiente o que no le gusto al menos de esa manera a la persona con la que salgo. - supongo que tus amigos te están buscando y... ¡James te estaba buscando!

- ¿James? ¿cómo sabes eso?

- hablamos. - alza las cejas sorprendido. Supongo que no fue tan grato para el el escuchar que estuve con su mejor amigo. - de su novia, claro. - le aclaré. - me pidió consejos.

- ¿te pidió consejos a ti sobre su pareja? - me mira con el ceño fruncido. - de todas las personas, habló contigo de eso.

- bueno, no le veo nada de malo. - levanté ambos hombros. - somos amigos al final del día.

- cierto, cierto. - se rasca la ceja y toma su chaqueta y el pastel. - bueno Lils... te veo mañana. - me da un beso en la frente y esta por irse, pero se arrepiente y me da un beso bien en los labios. Inclusive, puedo llegar a decir que fue el primer beso largo y "apasionado" del día. No me lo esperaba. - te quiero ¿si?

- yo a ti. - lo miré confundida y este se sale del lugar. 

En ese momento lo entendí todo... yo no era la única insegura aquí. Sirius tenía su propia inseguridad.

Y era su mejor amigo. 

Era James maldita sea Potter. 

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