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1. El comienzo de todo

11 de agosto de 1995

James Potter

Harry lograba sacarme demasiadas canas verdes y en lo único que podía pensar era en la pobre Minnie y en mis pobres padres que tuvieron que sufrir conmigo. Porque Harry era un imán de problemas al igual que yo y era idéntico a mí, pero con una diferencia y es que él poseía los ojos de su madre. Algo que agradecía demasiado, porque ese color de ojos era mi favorito. 

Desde esa noche no había podido ser el mismo, ella me hacía demasiada falta y aunque un tiempo atrás lo intenté con Lily, solo podía recordarla a ella y me sentía mal porque parecía como si la estuviera traicionando. Así que decidí que lo mejor era seguir centrándome en Harry.

Sirius estuvo a punto de ir a Azkaban, pero pudimos lograr que no fuera, así que Remus, Sirius, Harry y yo vivíamos juntos, la verdad es que me ayudaba demasiado tenerlos a mi lado. Fueron una ayuda demasiado buena. 

Lastimosamente, Voldemort había regresado y con ello todos los recuerdos amargos de la Primera Guerra Mágica, donde perdimos a mucha gente importante, incluida a ella. Me seguía arrepintiendo de no haber estado ahí para salvarla. Los dos habíamos sospechado de Peter, era el traidor y ella me dijo que fuera a avisar a la Orden. No debí escucharla porque si no me hubiera ido tal vez los dos estuviéramos vivos o al menos yo estaría muerto salvándoles la vida.

A veces me ponía a pensar en como sería la vida con ella a nuestro lado, seguramente hubiera sido todo perfecto. Hacía lo que podía, pero sabía perfectamente que Harry necesitaba a su madre.

No era lo mismo y se notaba demasiado su ausencia, pero intentaba hacerlo lo mejor posible. 

Hacía unos días Harry y yo discutimos del porqué no le dejaba salir del cuartel, porque habíamos decidido quedarnos unos meses, por seguridad. 

Harry no estaba de acuerdo de quedarse en encerrado, así que peleamos y se encerró en su habitación, pero lo que no pensé que haría sería escaparse. Nunca pensé que haría algo así. Incluso se topó con dementores y gracias a que Harry estuvo ahí, el muggle no sufrió tanto, pero eso hizo que a Harry le hicieran una Audiencia y que lo expulsaran de Hogwarts. 

Recuerdo que cuando dejé a Harry sano y salvo en el cuartel fue enfadado a reclamar al Ministro por su maldita decisión, pero no me sirvió de mucho. Aunque estaba demasiado molesto con la gestión del Ministerio. Era demasiado evidente que Voldemort había regresado, mi hijo había sido testigo de eso, y por culpa de Peter había muerto un chico inocente.

Nunca le perdonaría a Peter por todo el daño que nos había causado y esperaba verlo en Azkaban lo más pronto posible. Era evidente que yo no sería capaz de matarlo, yo no era un asesino como él. Así que solo me quedaba encontrarlo y entregarlo de una vez por todas.

Ahora teníamos que esperar hasta mañana para que se celebrara la Audiencia y saber que sería de Harry. Esperaba que no fuera en serio lo de expulsarlo, porque lo vería demasiado estúpido de su parte.

Me encontraba en mi habitación, bueno en la habitación que me había asignado Sirius, estaba recogiendo un poco todo porque quería ir al cementerio. Así que aprovecharía, ya que Harry estaría con sus mejores amigos. 

Me alegraba demasiado saber que él tenía a Hermione y a Ron, ellos tres se parecían a Remus, Sirius y yo y eso era como traer muchos recuerdos a mi mente. No era nada malo, de alguna manera había aprendido a vivir con el dolor por así decirlo.

Salí de mi habitación y bajé para salir fuera del cuartel y caminar un rato, hasta que decidí aparecerme. Caminé un poco más hasta encontrar su lápida y con magia limpié todo y le dejé unas flores. 

Me senté enfrente para ver su nombre con una pequeña sonrisa.

—Perdona por no haber venido antes, nuestro hijo es un caos, tuviste demasiada razón. Es una copia mía, suele atraer los problemas y creo que ya me están saliendo canas por todo los líos en los que se ha metido. Aunque también tiene cosas tuyas, suele hacer tus mismas muecas cuando duerme, me gusta verlo dormir, parece un angelito y es cuando más tranquilo y en paz está. Nuestro hijo es mi mayor orgullo, a pesar de todo lo que está pasando, lo está haciendo lo mejor posible. Aunque desde que pasó lo del Torneo las cosas no están tan bien como él quiere hacernos ver y sé que no quiere contármelo para no preocuparme, pero preocupa que esté cargando con tanto amor. Solo es un niño, que tuvo que crecer demasiado rápido y a pesar de que intenté que tuviera una infancia normal, las cosas creo que no están funcionando. Tal vez no hice bien mi papel de padre, tal vez lo esté descuidando y no sé qué hacer. No sabes cuanta falta me haces, estoy seguro de que contigo a mi lado las cosas hubieran sido más fáciles. Estoy sintiendo que mi mundo se está cayendo y sé que ya ha pasado mucho tiempo, pero creo que por mucho que dijera que estaba bien, no era así. Siempre voy a culparme por lo que pasó esa noche, nunca podré perdóname el no haberte podido salvar. Aún se proyecta tu imagen tirada en el suelo sin ese brillo en tus hermosos ojos, aún puedo escuchar el llanto de Harry desde su cuna y como yo te tomé en mis brazos rogándote que volvieras conmigo. Estoy muy agradecido por tener a los chicos, pero Harry y yo te necesitamos demasiado. 

Noté las lágrimas correr por mis mejillas sin apartar la mirada de su lápida.

Era tan difícil sin ella, antes de todo siempre pensé que estaríamos hasta ancianos y veríamos a nuestros hijos y nietos crecer y ahora eso no pasaría, no lo haríamos juntos.

No era algo que quisiera, quería una vida entera con ella, teníamos tanto por hacer y Peter nos arrebató eso.

Solo quería tenerla a mi lado y disfrutar de todos los planes que teníamos previstos, ella merecía ver, crecer a Harry y estar con él en todos sus momentos, pero eso ya no podría ser posible.

Me levanté limpiándome las lágrimas y poner mi mano en su lápida.

—Te amo demasiado Maise, siempre voy a ser tuyo pase lo que pase. Prometo que haré mi mejor intento para seguir cuidando de Harry, no dejaré que nada malo le pase —susurré y me alejé de ahí.

No pensé que una guerra sería capaz de quitarme tanto. 

Había perdido a tanta gente en tan poco tiempo, y ahora solo tendría sus recuerdos, pero esperaba que las cosas mejoraran porque no estaba seguro de poder aguantar una Segunda Guerra y menos sabiendo que solo Harry podría destruirlo.







NOTA DE AUTORA

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