6 años después...

Cada 3 de diciembre iba a dejarle rosas blancas al amor de su vida. No solo se cumplía un año más de su muerte, sino que también, era un año más desde que se dieron su primer y último beso. Aquellos labios delicados que nunca olvidará, por más que tenga ya una esposa y una hija quién se llamaba Ben, a pedido de él.

Su esposa, Juliet Jhones, la mujer que estuvo un año después de la muerte de Ben, apoyándole y aconsejándole. Él se enamoró de ella, pero no tanto como su chica del Starbucks, y eso Juliet lo sabía y no le afectaba. Ella sabía que nunca podría llegar a reemplazar a aquella castaña que desgraciadamente sufría de glaucoma, la principal causa de su suicido.

Louis admiraba la Cruz que estaba encima del lugar donde estaban enterrados los restos de su amada.

Ben Wilson

Recuerdos de sus padres y amigos; por ser una luchadora.

✝03 de diciembre del 2012.

Y Louis lloró una vez más, como siempre lo había hecho desde que ella murió.

Ella lo había dejado justamente como su madre lo hizo en casi el mismo tiempo.

Él debería ya estar muerto pero cuando estaba planeando hacerlo, Juliet llegó y lo salvó. Porque ni el mismo Harry pudo ya que después de la muerte de Ben, él se fue de Londres. Se fue a rehacer su vida y dejar de pensar en su pequeña hermana de otra madre, quién se había suicidado porque no iba a soportar ser un estorbo -estorbo que nunca lo fue y nunca lo hubiera sido- pero ella no lo supo hasta después de fallecer.

“Te amo” susurró.

“Yo también te amo, Louis, como nunca lo he hecho” su voz lo dejó petrificado y con temor giró sobre sus talones levantándose del suelo.

“¿B-Ben?” pregunto con temor viendo su espíritu delante de él.

“Louis” sonrió. Estaba vestida con el mismo vestido con el que la enterraron. Su rostro era pálido y sus labios estaban rosados.

“¿Q-Qué haces aquí?” se atrevió a preguntar acercándose donde estaba ella.

“Quería verte más de cerca y que tú me veas, aunque sea por última vez” y lo abrazó con sus brazos fríos para luego separarse “Me tengo que ir. Se acabó mi tiempo”.

“Te amo, Ben” dijo por última vez a lo que la castaña de ojos grises le sonrió.

“Te amo, Louis, más que ayer y menos que mañana. Mi amor por ti es más grande que la muerte” la chica volteó nuevamente y siguió su camino hasta desaparecer.

Ese fue la última vez que la vio. Fue la última vez que sintió su cuerpo cerca del suyo, aunque sólo fuera su espíritu puro.

“¿Qué pasa, Lou?” pregunta su esposa llegando a dónde estaba el castaño.

“N-Nada” balbuceó aún un poco desconcertado “Vamos, que Harry nos espera”.

Su oji-verde amigo había llegado hace unos minutos y la familia Tomlinson Jhones tenía que recogerlo a él y a su esposa en el aeropuerto para ir al cementerio. Aunque claramente Louis se había adelantado, pero era como una rutina cada 3 de diciembre. Él era el primero en visitarla y dejarle flores.

“Vamos” y abandonaron el nuevo hogar de su amada.