Años después.

.

Termino de hacer los agujeros en la tierra, pongo un poco de la composta que hice y coloco las semillas de tulipán que compré en el vivero cercano.

Se supone que en un par de meses tendré tulipanes holandeses adornando el frente de mi casa en Broadview.

Y será hermoso.

Me siento un poco sobre mis piernas y me seco el sudor de la frente con el pañuelo porque, a pesar del aire fresco, el calor es intenso. Veo al vecino de siempre pasar por el frente de la casa con un perro muy grande.

¿Debería tener una mascota? Sé que Christian odia los gatos pero podríamos tener un pequeño cachorro, sé que a los niños les encantaría.

Como si los hubiera llamado, la mini van negra con vidrios polarizados se detiene en la cerca, el brazo se estira para presionar el código de seguridad  y sigue avanzando hasta la entrada.

Luego Luke baja para desabrochar los cinturones de los niños, que corren alegres cuando están libres hasta donde estoy sentada.

—¡Mamá! —chilla Teddy.

—¡Yo soy más rápido! —Ray toma la delantera.

—¡Pero tengo un dibujo!

Abro mis brazos para recibir a mis niños de 6 y 5 años.

—¡Hola mis bebés! ¿Cómo les fue en la escuela?

O el colegio para millonarios, debería decir.

Ray asiente.

—Les mostré a los demás mi lapicera de Spiderman. ¡Es genial! —chilla con su vocecita.

—Me alegro mucho, mi amor. ¿Y tú, Teddy? —mi hijo menor hace un pequeño puchero.

—Kenny pisó mi dibujo porque dijo que era feo. —su boca hace una mueca triste—. ¿Puedo hacer que el tío Luke lo asuste?

Mis cejas se fruncen en confusión, mirando hacia donde mi amigo y guardaespaldas se acerca cargando ambas mochilas idénticas con loncheras.

—Puedo hacerlo —asegura, empujando el saco con la lonchera que cuelga de su cuello—. ¿Quieres que lo haga?

—¡No! —es mi turno de chillar—. Niños, vayan adentro a lavarse las manos.

Los pequeños miran a Luke una última vez y corren dentro, sabiendo que necesito unos minutos a solas con su cuidador oficial y mala influencia.

—¿Qué? ¿Qué hice?

—No puedes asustar a un niño, no puedes mostrarle tu arma, y sobre todo, no puedes enseñarles que la violencia es la solución.

Luke se ríe.

—Fue idea de Ray, banana. Habla con él, seguro lo aprendió de Taylor... Yo solo soy la niñera.

—¡Agh! ¡Tú no eres la niñera! —me ignora—. ¡Y deja de arrastrar las mochilas!

Gira sobre si mismo para mirar la mochila de Ray sobre el caminillo de tierra.

—¿Por qué no hablamos de asuntos más urgentes?

—¿Cómo cuál? —mis cejas se arquean.

—Como la jodida mini van que conduzco, ¡Parezco una de esas madres que van a partidos de fútbol y prácticas de ballet!

Agh, es una reina del drama.

—En primer lugar, esa es la camioneta con la puntuación de seguridad más alta y es muy cómoda. En segundo lugar, ¿Qué te importa lo que piensen las otras madres?

Sawyer presiona sus labios juntos y yo tengo qué contener la risa. Bien, no lo hice a propósito pero la camioneta me pareció buena idea.

—¿Te mataría conseguirme una suv decente? Cristo, de verdad me convertí en la jodida niñera. —gruñe todo el camino hacia el interior de la casa.

Estando sola, me pongo de pie para sacudir la tierra de mi ropa y recoger mis herramientas porque es la hora de comer.

Otro auto se detiene en la reja, marca el código y entra en la propiedad estacionando detrás de Luke. Christian baja del auto antes de que Taylor pueda abrir la puerta.

—Hola amor —también lo saludo—. ¿Qué tal el trabajo?

Christian hace una mueca de fastidio.

—Tedioso —gruñe, aflojando la corbata—. La mudanza al nuevo edificio está tomando más tiempo del que debería.

—Oh. ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

Sus brazos pasan por mi cintura para acercarme lo suficiente para besarme. O al menos lo intenta.

—No con la mudanza, pero se acerca la gala de caridad, ¿Te gustaría administrarla?

Uy.

—Solo si haces una donación al refugio de animales.

Christian permanece en total silencio por unos segundo, luego asiente.

—Creí que seguías con el asilo de ancianos.

—No. —corrijo, pero entiendo su confusión.

Desde que me retiré del trabajo de actriz, decidí que debería usar mi fama para atraer la atención a asuntos importantes como la atención a los más necesitados y el cuidado ambiental.

Christian creó una sección especial en su empresa dedicada a apoyar estos proyectos y yo organizo las donaciones. Mi primer gran proyecto fue un refugio para mujeres con adicciones y sus hijos.

—Este mes los niños y yo estamos apoyando el refugio de mascotas.

Se inclina para tomar mis guantes y sombrero que olvidé en la tierra, luego me rodea con su brazo guiándome al interior de la casa.

—Estoy de acuerdo con que lo hagas nena, pero te lo advierto ahora, no puedes convertir nuestra casa en un refugio. No traer algunos de esos perros sin importar que lindos sean.

—¡Christian! —chillo con un puchero.

Pero tiene razón, no tengo tiempo para cuidar más que a los pequeños niños que ya tengo, y no más a los bebés sorpresa para nosotros. Después de dos, aprendimos la lección.

Y esta bebé fue totalmente planeada.

Pasamos la puerta principal, solo para darnos cuenta que los niños corren uno detrás del otro por la sala, el comedor y el vestíbulo mientras Luke se sienta en el comedor con una copa de vino.

—¡Luke! ¿No se supone que estás cuidando a Ray y a Teddy?

Cruza la pierna sobre la otra y toma otro sorbo de su copa.

—Les dije que se sentaran, pero son como tú. Nunca me escuchan.

Tonto.

Los chicos dejan de correr cuando observan a su padre, luego se deslizan en sus sillas y sonríen como si siempre hubieran estado allí.

Niños.

Aunque admito que son tan adorables como su padre, y estoy segura que esta pequeña niña vendrá a domarlos a todos.

No estoy haciendo más planes sobre ella o sus hermanos, dejaré que cada uno escriba su propia historia y cometa sus propios errores. Justo como yo lo hice algunos años atrás...