Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 32.

La ventaja de ser una superestrella, es que siempre estoy lista.

Abro mi clóset y elijo lo primero que veo, un sencillo vestido TOME floreado que me encanta y zapatillas brillantes Jimmy Choo para completar el estilo. También lentes oscuros aunque cubren el maquillaje de mis ojos.

Bajo a la sala donde Luke y Christian esperan por mi, el segundo haciéndose cargo de bebé Ray. Apenas me ve, frunce las cejas.

—¿A dónde dijiste que vamos? —me pregunta.

—De compras.

Mece un poco a Ray en sus brazos, pero mantiene su mirada en mi.

—¿Por qué?

Oh, chico.

—Porque estoy haciendo una declaración... —Luke levanta un pulgar en apoyo—. Ya sabes, que dejé de esconderme. Si, tengo un hijo, ¿Y qué? Aún luzco fabulosa.

Puedo decir que Sawyer está orgulloso de mi, Christian solo sigue confundido.

—¿Cómo es que ir de compras es una declaración?

Él definitivamente no entiende nada de ser una superestrella. Intento pensar en la forma de explicarlo, pero Luke se adelanta.

—Eso es porque tú y el bebé vienen —se ajusta el saco de su traje—. No se trata realmente de ir de compras, sino de ser vistos juntos y no avergonzarse por eso.

—Exacto. —sonrío.

Mi guardaespaldas abre la puerta, así que lo sigo con una gran sonrisa para los fotógrafos y Christian a mi lado. Debido a la sillita de bebé, ellos suben atrás mientras voy con Luke al frente.

—No lo entiendo, ¿Hacer esto no ocasiona que te sigan y te molesten?

—Novato —susurra Luke.

—Si —golpeo su brazo para que se calle—. Pero en cuestión de días seremos noticia vieja, siempre hay alguien más haciendo algo más llamativo, confía en mí.

Sé que no está de acuerdo, pero debo manejar esto a mi manera. Conozco esta vida lo suficiente como para saber que jamás te dejan y aprendes a vivir con ello. Por fortuna, bebé Ray está protegido gracias a la restricción.

—¿Dónde quieres comenzar, banana?

—No lo sé, ¿Pottery Barn Kids? —mis hombros se encogen un poco—. Me gustaría gastar algunos miles en Ray.

Christian hace un pequeño carraspeo, lo suficientemente alto para que nos demos cuenta. ¿Es la cifra? ¿Es la idea de comprar cosas para su hijo?

Los flashes nos encandilan tan pronto como alcanzamos la reja, algunos hombres se estrellan contra la ventana al tiempo que gritan mi nombre, otros se atraviesan al paso del auto.

—Agh, ¡jodidos paparazzis! —gruñe Luke—. ¿Puedo atropellar al menos uno?

—No, no, es muy pronto —echo un vistazo a Christian en el asiento trasero—. Cuando regresemos.

Sus cejas suben mucho más en su frente, tal vez creyendo que Sawyer habla en serio. Bueno, no ha atropellado a nadie en los últimos dos años, así que es una broma por el momento.

Algunos autos nos siguen por la carretera hasta el estacionamiento de la plaza comercial donde se ubica la tienda, atrayendo la atención de otras personas. Luke estaciona justo en la puerta para que bajemos.

—Christian, toma a Ray y sígueme por favor.

Me aseguro de que lo tiene bien sujeto antes de bajar del auto, con él caminando detrás de mí y Sawyer manteniendo lejos a los fotógrafos. Christian pone su mano en el rostro de bebé Ray como protección.

—Adelante —mi guardaespaldas abre la puerta de Pottery Barn Kids—. Yo vigilo desde aquí a las moscas.

Tengo qué poner los ojos en blanco por esa vieja costumbre suya de llamarles por nombres de insectos, seguro de que de esa forma está hablando en clave.

—¿Qué se supone que vas a comprar? —pregunta mi chico.

—Cualquier cosa que luzca bonita, ¿Qué tal una nueva cuna?

Con el nuevo bebé, necesitamos el doble de cosas para ellos, tomando en cuenta que Ray aún es pequeño. Incluso creo que debería comprar ahora la silla de bebé.

—¿Qué? —grita Christian sosteniendo una etiqueta en su mano libre—. ¿1500 dólares por una cuna?

—¡Uy! Déjame ver.

La madera es hermosa, en un color rosado muy lindo. Una cuna muy elegante para el bebé de una estrella.

—Es excesivo —vuelve a quejarse el chico de los ojos grises.

—Disculpe, pero es más que una cuna —nos interrumpe una mujer de la tienda que se acerca—. Es la cuna 3 en 1, que acompaña las etapas de crecimiento de su bebé, al final se convierte en una cama confortable.

Ella señala con la cabeza hacia Ray, luego baja el barandal para que observemos el colchón esponjoso puesto y cómo se despliega para formar la cama.

—Me gusta.

—Ana... —sus ojos grises pasan a blanco—. Al bebé no le importa qué tan lujosa sea la cuna.

—Pero a mi sí, la quiero —señalo, los flashes iluminando desde las ventanas de cristal—. ¿Tiene asientos para auto?

—Si, señorita —dice por cortesía, luego nos guía a los estantes del fondo—. Les recomiendo este de Nuna Rava que se ajusta al tamaño del bebé y es convertible.

—¿En qué? —gruñe Christian mirando la etiqueta—. ¿En una carriolita? Por $550 dólares debería venir incluida.

Su malhumor es adorable y me hace reír. Carajo, Ana, deja de enamorarte cada vez que lo miras.

—¿Sabes qué necesitas, Christian? Un canguro de bebé.

—¿Qué? —sus cejas se arrugan en confusión.

—Uno de esos sujetadores para bebé que te pones para que él esté cómodo, solamente lo atas a tu espalda.

La eficiente vendedora señala un pasillo y nos guía hasta ahí, mostrándonos la gran variedad de tamaño, formas y colores.

—¡Uy! ¡Este me encanta! —chillo mirando uno en rojo—. Creo que es el adecuado para Ray.

—¿Estás bromeando? —le lanza una mirada irritada a la pobre chica—. Por $330 podría conseguirte todo el maldito set en otra parte.

La vendedora disimula su asombro por las palabras de Christian mientras él sigue volteando etiquetas.

—Mi novio está jugando —lo excuso sabiendo que los paparazzis van a hablar más tarde con esta mujer—. Por supuesto que nos llevamos los artículos que ya vimos.

Antes de que Christian pueda hablar, atraigo la atención de la mujer hacia otro objeto.

—Voy a necesitar una de esas cajoneras tan bonitas —señalo la etiqueta de $1700 dólares y le entrego mi tarjeta de crédito, apurándola.

En el turno de Christian de acostumbrarse a esta nueva vida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro