—No es lo que parece.

Christian resopla con fuerza cuando cruza los brazos sobre su pecho, exigiendo una respuesta a la pregunta no formulada.

—Entonces dime qué es.

—Quiero dejar claro que mi única intención era tratar el asunto del bebé como una persona normal.

Ay, mierda. Presiona los labios con más fuerza.

—Claro, porque tener relaciones con un completo extraño y embarazarte es la cosa más normal del mundo.

—¡No te atrevas! —lo señalo con mi dedo—. No te atrevas a juzgarme por una desición que ambos tomamos. ¡Y yo no planeé embarazarme! ¿Crees que estaba lista para ser madre?

—No.

Chico idiota, quiero reventarle la cabeza de un golpe pero eso no va a solucionar nada. Respiro hondo antes de intentar de nuevo.

—Yo solo... Quiero ser normal por un momento y hacerme cargo de mi hijo sin tener cámaras sobre mi todo el tiempo.

Carajo, esto es más difícil de lo que pensé.

El cabello húmedo gotea sobre mi camiseta azúl, provocando que mi piel se erice por el frío. Me gusta el clima de Seattle, me recuerda a Nueva York.

—¿Ana? ¿Es ese tu nombre real? —sus palabras me sacan de mis pensamientos.

—No eres un fan, ¿cierto? —intento reír para aligerar el ambiente, pero Christian permanece inexpresivo—. Si, mi nombre es Anastasia Rose Steele y Wilks es el apellido de soltera de mi madre.

—¿Entonces registraste a Ray con el apellido Steele?

—Si.

—Bien. Lo cambiaré a Grey tan pronto como tenga los resultados de paternidad. —su mirada se desvía al bebé en mi cama—. Un amigo de mamá vendrá mañana a tomar las muestras y tendrá el resultado en un par de días, espero que no te importe esperar.

—No, está bien. Pero necesito traer mi ropa del Fairmont, o pedirle a Luke que la traiga aquí.

Su ceño se frunce ligeramente, dándome a entender que algo de lo que dije no le agrada.

—Yo te llevaré.

—¿Qué? —Pregunto.

—Te llevaré al hotel y traerás tus cosas aquí, a menos que quieras que tu amigo husmeé entre tus prendas.

—Es mi guardaespaldas. —¿No lo había aclarado ya?—. Y no le gusta husmear, pero hará lo que sea por mi.

—Si, claro.

—¿Tienes algún problema con Luke? —apoyo las manos en la cadera para lucir más molesta.

—¿Y si lo tengo, qué? —imita mi postura.

—Entonces Ray y yo tendremos qué irnos. Luke está aquí para cuidarnos y tiene que estar cerca, ¡Es su trabajo!

—¡Trabajo! —se burla. —Y se nota que lo toma muy en serio, ¿No?

Un momento... ¿Está celoso? Porque ahora me resulta adorable y no puedo evitar sonreír.

—Christian... —me acerco para apoyar mis manos en su pecho. —¿Quieres que Luke se vaya?

—Si, eso sería genial.

No se mueve, así que dejo que mis manos caigan sobre su torso tocándolo todo.

—Entonces le diré que vuelva al hotel y espere ahí, y ya que te ofreciste a llevarme por mi ropa, ¿Quién cuidará a nuestro hijo?

Mi vista se clava en sus labios porque tenerlo tan cerca me recuerda esa noche que pasamos juntos. Y quiero más.

—Mi mamá podría hacerlo.

—¿Ahora? —Susurro.

Siento el ligero temblor de sus músculos y sé que no le soy indiferente. Bien. Supongo que podríamos hablar de este asunto.

—No, mañana. Es tarde y seguramente estás cansada, así que deberías dormir. —retrocede para alejarse de mí y abre la puerta de la habitación.

Vuelvo a sonreír porque me resulta divertido que se sienta intimidado, ¿O son nervios?

—Hasta mañana entonces, Christian.

—Que descanses, Rose.

Comienza a cerrar lentamente pero otra mano lo detiene. Él voltea a ver y hace un gesto de fastidio.

—Lelliot, no...

—¡Mamita! ¡Hola!

El hombre rubio empuja más la puerta y se detiene ahí con una cerveza en la mano. Es mayor que Christian, y más despreocupado por lo que he visto.

—Hola. —saludo.

—Ella está cansada, Lelliot, vete.

—¿Lelliot? —chillo divertida. —¿Por qué te llama así?

—Porque aún tiene 6 años, —se ríe.— Sigo esperando que madure, ¿Crees que tú podrías hacerlo crecer?

—¿Yo? —siento el calor del rubor calentar mis mejillas. —¿Cómo podría hacer eso?

—Tú y mi sobrino pueden hacerlo madurar, eso es seguro. —me señala con su botella antes de tomar. —Perdona mis modales, ¿Quieres una cerveza?

—No. —le gruñe Christian y Elliot pone los ojos en blanco.

—Cambiando de tema, Rose Ana, ¿Tienes hermanas?

Eso me hace reír y es el turno de Christian de poner los ojos en blanco. ¿Tener hermanos es así de divertido?

—No.

—Pero seguro tienes un montón de mejores amigas super modelos, ¿No?

—Lamento decepcionarte, pero no. Solo tengo un mejor amigo y no creo que sea tu tipo.

El hombre rubio voltea a ver a su hermano, que encoge los hombros.

—Basta de interrogarla...

—¿Pero tienes el número de Scarlett? ¿O el de Jennifer? —Christian lo empuja para que salga. —¿O alguna supermodelo?

La puerta se entrecierra un momento, escucho la voz de Christian diciendo algo a su hermano y eso me hace reír más. Luego la puerta se abre de nuevo.

—Lo siento por eso, que descanses.

Finalmente cierra de nuevo y me acomodo en la cama junto a mi bebé.

—Esta también es tu familia, bebé. —acaricio su cabecita suave. —Ese es tu papá y tu tío Elliot, ¿Te gustaría vivir aquí? ¿Verlos todos los días?

Podría hacerlo.

¿Qué me lo impide?

Puedo retomar mi trabajo desde aquí, hacer trabajos rápidos dejando a Ray con Christian y volviendo tan rápido como me sea posible. ¿Funcionaría?

No sé si Christian tenga un empleo formal o si yo debería contratar a una niñera que cuide de Ray en donde sea que esté. Con esa idea en mente, tomo el móvil para llamar a Sawyer.

—Rose. —responde.

—Olvídalo, me descubrió.

—¿De verdad? —dice sorprendido. —¿Y cómo salió todo?

—Sorprendentemente bien.

—¿Y está de acuerdo con que seas famosa?

Carajo. Sabía que estaba olvidando algo cuando comenzamos a hablar de Luke.

—No lo discutimos a profundidad, pero creo que está bien por ahora.

—Excelente. ¿Ahora qué?

—Consígueme una niñera para Ray que pueda trabajar tiempo completo. Ah, y también necesito una casa en Seattle... Nos mudamos permanentemente.

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No puedo dejar de escuchar esta canción 😂 y Dynamite... Y Fake Love... Y Boy with Love... Y Fire 😪😪😪