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FOUR

GIЯL STAЯK

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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒𝐀𝐋

Peter agarró a su chica de la cintura y la mantuvo firme contra él. Aria no sabía cómo sentirse; tenía una mezcla entre enfado y curiosidad.

-Cierra los ojos- le pidió Peter en susurro.

-Peter...

-Por favor.

Aria lo observó dubitativa, pero al final terminó cediendo. Spider-Man se dejó caer, pero enganchó una telaraña en el edificio de enfrente. Cuando se acercaron a este lanzo otra a la cornisa del edificio en el que vivían y se elevó hacia ahí.

Aria se sorprendió de volver a tocar tierra en menos de diez segundos, pero no abrió los ojos. Peter saltó a la azotea y ayudó a Aria a bajar.

-¿Puedo abrir los ojos?- preguntó la chica impaciente. Peter la colocó de manera que quedara recta antes de contestar.

-Sí.

Al abrir los ojos, Aria, se quedó estupefacta. Se sorprendió tanto que no pudo mantener la boca cerrada y esta se abrió asombrada. Peter la observaba nervioso a su lado.

Aria recorrió la mirada por cada uno de los detalles. La azotea estaba decorada. Había una pequeña mesa de madera cubierta por un fino mantel blanco sobre el que descansaban dos platos tapados con unas campanas; junto a ella dos sillas también de madera; ambas cosas sobre una fina alfombra blanca a juego con el mantel.

Todo estaba iluminado por las guirnaldas de bolas luminosas que iban rectas desde un muro alto hasta la cornisa pasando por encima de la mesa. Eran cinco hileras preciosas. Y, por último, una tienda tipi, en una de las esquinas, también blanca y con guirnaldas de luces decorándola. Se podía ver que en el interior había unas mantas y unos cojines.

-¿Tú... tú has hecho esto?- le preguntó al chico sin apartar la mirada.

-Sí- murmuró nervioso. Aria se giró a verlo.

-¿Cuándo?

-Pensado desde hace días, pero hoy he terminado de patrullar antes para ir a comprarlo todo- respondió.

Aria se acordó de Peter esa tarde siendo Spider-Man y diciéndole a Iron-Girl que se tenía que ir antes. Recuerda haber llegado a casa antes por no tener a su compañero y pensó en que durante ese tiempo en el que ella estaba en su habitación él estaba preparando todo esto.

-¿Y... y esto por qué?- le preguntó Aria confundida.

-Hoy hacemos seis meses.

Aria abrió los ojos, sorprendida, antes de llevarse las manos a la boca. Había estado tan ensimismada en su comportamiento que no se había acordado de que ese día hacía medio año desde aquel día en el que Peter entró a su habitación después de jugarse la vida y le confesó sus sentimientos.

-Dios, Peter- comentó acercándose a él y apoyando una mano en su pecho, el cual seguía cubierto por el traje.- No me acordaba. Lo siento, lo siento, lo siento.

-No pasa nada- le restó importancia.

-No, sí que pasa. Se me ha olvidado el único aniversario de meses que celebramos.

La pareja había acordado en el día que hicieron un mes que el único aniversario que celebrarían antes del año sería el de los seis meses. Y ahora, esos seis meses después, a la chica se le había olvidado.

-Aria...

-Lo siento de verdad- lo miró apenado.

-No me tienes que pedir perdón. Llevaba unos días comportándome distante contigo es normal que no le prestaras atención a eso- comentó el chico.

-¿Por esto te comportabas así?- preguntó Aria observando el lugar. Peter asintió antes de hablar.

-Comencé a planearlo el martes junto con Ned y no quería que supieras nada. Me conoces demasiado y pensé que si te tenía cerca mucho tiempo, antes conseguirías averiguar todo.

-¿Y decidiste tratarme mal?

-Sí, no- agitó la cabeza.- No. Solo pretendía no estar tanto tiempo juntos porque así tendrías más oportunidad de descubrirlo. Pero se me fue un poco de las manos.

-Me has dado una semana muy estresante, pero...- observó el lugar.- Creo que ha merecido la pena. Esto es precioso, Pete.

-Me alegro de que te guste- dijo con una sonrisa, pero la chica no la vio, ya que tenía la máscara puesta.

Peter se acercó a la mesa y deslizó la silla hacia atrás para ofrecerle el lugar a su chica. Aria se encaminó a dicha silla con una sonrisa y tomó asiento, encantada. Una vez sentada Peter rodeó la mesa y se sentó en la otra.

-¿Piensas cenar así?- preguntó Aria con diversión mientras observaba el traje de su novio. Este imitó su acción.

-¿Me permites, nada, dos minutos?

-Sí- respondió con una risa.

Spider-Man se lanzó de la cornisa y se enganchó a la fachada del edificio. Reptó hasta la ventana de su habitación y una vez allí se cambió por ropa normal. Agarró el portátil antes de salir de su habitación. En la sala se encontró a tía May.

-¿Qué ha dicho?- preguntó su tía.

Peter le había llamado esa tarde mientras compraba la tienda tipi y le explicó todo lo que tenía preparado. Le pidió consejo sobre algunas cosas y le informó de que sería esa misma noche, así que no cenarían con ella.

-Le ha gustado- respondió el chico.

-Me alegro mucho, Pete- se puso en pie para abrazar a su sobrino.- Pero la próxima vez no la trates mal una semana antes.

-Lo sé, he hecho mal- hizo una mueca.

-Anda, ves. Por cierto, en un rato iré a cenar al tailandés con una amiga, ya que vosotros cenáis solos.

-Está bien, diviértete- dijo mientras se dirigía a la ventana.

-Espera, tengo algo para ti.

Peter volvió sobre sus pasos mientras vio cómo su tía se iba a su habitación y volvía con las manos en la espalda. En su cara mantenía formada una sonrisa divertida que no le causaba buenas vibraciones a Peter.

-Para ti- le extendió la caja que escondía.

El chico abrió los ojos, sorprendido, en cuanto tuvo la caja entre sus manos. May soltó una sonora carcajada antes la reacción de su sobrino.

-¿Pre... preservativos?- preguntó avergonzado.- ¿Por... por qué...?

-Era broma Peter- respondió su tía entre risas.

Este soltó un suspiro aliviado. Dejó la caja en la mesa auxiliar y la observó con una mueca de desagrado. Se despidió de tía May con un beso en la mejilla antes de subir por las escaleras de emergencia. Quería borrar ese momento de su cabeza cuanto antes. Una vez arriba Aria volvió a posar la vista en su chico y se le formó una amplia sonrisa.

-¿Y ese portátil?- preguntó la chica.

-Para después ver una película o serie dentro de la tienda.

-Me encanta el plan- su comentario hizo sonreír a su novio.

Este dejó el portátil entre los cojines y volvió a posicionarse en la silla en frente de su chica. Aria observaba las campanas con curiosidad e impaciencia. Peter la observó con una amplia sonrisa.

-Levántala- le dio permiso.

Debajo de esta se encontraba la comida favorita de la chica. Aria sonrió ampliamente y elevó la vista a Peter quien la miraba con diversión. La chica se levantó y se acercó a él para darle un beso.

-Gracias, gracias, gracias- comentó Aria volviendo a su lugar.

-Veo que escoger Cheeseburger como cena ha sido buena idea- comentó con una sonrisa.

-Y tanto.

-Pues adelante, a comer.

Aria no tardó ni dos segundos en agarrar su hamburguesa y llevársela a la boca. Peter también comenzó a degustar la suya. Aún se mantenían calientes gracias a que había sido lo último que fue a comparar. Peter recordó la cara de las personas al verlo como Spider-Man comprando las hamburguesas.

-Esto te ha tenido que costar mucho- comentó Aria después de tragarse media hamburguesa.

-Eso da igual si es por ti- digo Peter causándole ternura a su chica.

-Eres el mejor- aseguró.

Durante el resto de la cena mantuvieron una conversación sobre temas triviales y alguna anécdota sobre Peter de pequeño y sobre Aria durante sus nueve años viviendo con Tony.

-Era horrible- añadió la chica.- No tenía libertad.

-¿Tan malo era?

-Tenía que decir que iba a la biblioteca y una vez me dejaban ahí me escapaba por la puerta de atrás para tener un poco de libertad a solas por las calles.

-Oh.

-Solo me funcionó dos veces. A la tercera me pillaron y mi tío me puso vigilancia.

-Joder, pues qué mala suerte.

-Mala suerte no, putada. Con todas sus letras: p u t a d a. Putada- comentó causando una risa en Peter.

Una vez terminadas las Cheseeburgers se mantuvieron charlando durante un rato más en la mesa. Así hasta que Peter hizo el ofrecimiento.

-¿Quieres que veamos algo en la tienda tipi?- preguntó el chico. Aria asintió con una amplia sonrisa.

Ambos chicos se pusieron de pie y, con las manos entrelazadas, se dirigieron hacia la tienda tipi. Se recostaron sobre los cojines quedando muy cerca el uno del otro debido al estrecho espacio.

Peter posicionó el portátil sobre sus piernas y su chica se acomodó en su pecho. Juntos buscaron alguna película con la que entretenerse. Terminaron poniendo la que el martes anterior no llegaron a ver, Independece Day.

El chico la miraba embobado a diferencia de la chica quien se comenzaba a aburrir. Elevó la vista hacia Peter, pero este ni se percató de ello. Observó las facciones de su chico y no pudo evitar sonreír. Estaba teniendo una increíble noche.

-Peter- lo llamó.

-Dime- comentó este sin apartar la mirada de la pantalla.

-Me aburro- fue entonces cuando el chico la observó.

-¿Quieres ver otra cosa?- negó.- ¿Entonces?

Aria cerró la pantalla del portátil y lo apartó de las piernas de Peter. Abrazó su torso y se acurrucó más en él mientras entrelazaba sus piernas con las suyas.

-¿Podemos hablar? No me apetece ver nada.

-Pues si no quieres ver una película pasamos a la última sorpresa- Aria volvió a elevar la vista.

-¿Otra sorpresa?- Peter asintió.- Pete todo esto es más que suficiente.

-No digas tonterías. Vamos.

Peter salió de la tienda tipi y le ofreció la mano a Aria, quien la aceptó gustosa. Una vez fuera Peter, con el portátil en la otra mano, se encargó de dirigirla hacia la escalera antes de apagar las luces de las guirnaldas.

Bajaron las escaleras y se adentraron a su departamento. Este se encontraba en total silencio y oscuridad. El chico supo que su tía ya se había ido. Encendió la luz de la sala antes de dirigirse a su habitación.

-Espera un momento- le pidió a Aria desde su puerta.

Aria se encontraba con una mezcla de sentimientos. Se sentía feliz por la velada que estaban compartiendo; triste y culpable por haberse olvidado del aniversario; emocionada por la última sorpresa de Pete, y un poco enfadada por el comportamiento de su chico durante la semana.

La chica se fijó en una caja que descansaba sobre la mesa auxiliar y que juraría que no estaba ahí al mediodía. La agarró con cuidado y se sentó en el sofá para observarla. Abrió los ojos, sorprendida, al ver que se trataban de condones.

¿Condones? ¿Son de Peter? ¿Se los habrá pedido a tía May? Si es así, ¿significa que él quiere...? ¿Peter quiere que nos acostemos?- pensó Aria sin quitar la vista de los preservativos. Volvió a dejar la caja sobre la mesa.

La chica fijó la mirada en Peter una vez este salió de su habitación. Ahora no lo podía ver con otra mirada que no estuviera inundada de preguntas sin respuesta y un poco de nerviosismo.

Peter no se dio ni cuenta de que la caja que May le ofreció en broma seguía sobre la mesa. Se sentó al lado de su chica y le sonrío con sinceridad. A sus espaldas mantenía una pequeña caja con un último detalle para ella. Este lo tenía ya desde hace días.

-No es gran cosa, pero espero que te guste- comentó Peter sacando la caja de sus espaldas.

Aria observó la caja sobre sus manos e intentó centrarse en esa y no en la que reposaba en la mesa a escasos centímetros de ellos. La cogió entre sus manos y la abrió con lentitud.

Lo que contenía hizo que la chica se mordiera el labio inferior mientras una sonrisa quería aparecer. El regalo consistía en una fina pulsera de plata con una pieza circular donde se encontraba grabada una pequeña araña.

-Peter- dijo en un murmuro.- Es... es...

-¿Te gusta?- preguntó el chico preocupado.

-Me encanta- aseguró.- Es preciosa.

Peter le ayudó a ponérsela en la muñeca izquierda. Ambos la observaron cuando esta reposaba en ella. No pudieron evitar sonreír. Fue entonces cuando a la chica se le pasó de nuevo un pensamiento.

Su mirada se dirigió de nuevo a la mesa auxiliar y la mantuvo unos segundos ahí antes de volver a mirar a su novio. La chica posó una mano en la mejilla de Peter y se acercó hasta unir los labios de ambos.

Lo besó con ternura y lentitud. Él le correspondió al instante y ambos disfrutaron del tacto de los labios del otro. Peter perfiló su labio inferior con delicadeza pidiéndole permiso, el cual ella le concedió. Sus lenguas se encontraron dos segundos después comenzando a acariciarse entre ellas.

En un ágil movimiento Aria se subió sobre Peter quedando a horcajadas sobre él y profundizó el beso. Este sorprendido rompió el beso y la observó atónito. Aria lo miró un poco avergonzada, pero se mantenía firme.

-¿Qué... qué haces?- preguntó el chico nervioso.

-Yo...- tragó seco.- He visto los preservativos y...- el chico miró la mesa donde se encontraban estos.

-No, no, no. Eso... eso ha sido May- la chica lo observó confundida.- Era una broma suya. Yo no...

-Oh...

Aria se bajó de sus piernas volviendo a su posición anterior. Se sentía muy avergonzada y también decepcionada. Había llegado a desear que eso ocurriera, se había sentido lista para ello.

-Lo siento- comentó sin mirarlo.

-¿Tú...- hizo una pausa haciendo que Aria lo mirase- querías hacerlo?

-Em... pues...- soltó un suspiro pesado.- Ver los preservativos me ha pillado por sorpresa, pero... pero después he pensado que no sería tan loco- Peter la observaba atento.- Pete eres una de las personas a las que más amo en mi vida y...- se encogió de hombros.- No sé, llevamos seis meses.

Aria se sentía un tanto nerviosa ante la mirada intensa que le estaba dedicando su chico. Pero todo eso se esfumó en cuanto Peter se acercó y volvió a capturar sus labios. La besó con ternura y con algo más que no sabía bien que era.

-Hagámoslo- murmuró Peter sobre sus labios. La chica se separó para verlo con el ceño fruncido.

-¿Qué?

-Te amo, Aria- confesó.- Y no me veo haciéndolo con alguien que no seas tú.

-¿No crees que es demasiado pronto?

-Tú misma lo has dicho, llevamos seis meses y nos amamos. No es tan loco.

Peter se sentía muy nervioso, pero intentó disimularlo para no volver la situación más incómoda de lo que ya era. Hablar y ofrecer hacerlo por primera vez nunca es algo fácil.

-¿Seguro?- preguntó en susurro.

-¿Tú estás segura?

-Sí- respondió y se mordió el labio inferior.

-Si tú estás segura, yo también.

Ambos sonrieron antes de volver a unir sus labios. Aria volvió a realizar la acción de hace un par de minutos y se subió de nuevo sobre las piernas de Peter. El beso comenzó a tornarse más profundo e intenso.

⚠️Debido a las nuevas reglas de esta app, la escena ha tenido que ser censurada para que la historia completa no fuera eliminada. Para poder continuar leyendo debes saber que se han trasladado a la habitación de Aria y que han hecho el acto sexual, siendo la primera vez de ambos⚠️

Una vez tumbado de nuevo, la chica se acercó y posó la cabeza en su pecho. Peter la rodeó con el brazo mientras que con la otra mano los tapaba a ambos con la sábana.

-¿Estás bien?- preguntó Peter en susurro. Aria alzó la vista.

-Sí, genial- respondió con una sonrisa que le contagió.

Aria se alzó hasta envolver los labios de su chico con los suyos. Se besaron lenta y tiernamente. Al separarse ninguno de los dos pudo reprimir una sonrisa.

-Te amo, Aria.

-Te amo, Spidey.

Se besaron una última vez antes de volverse a abrazar. Aria cerró los ojos y se centró en escuchar el latido del corazón de Peter. Este se dedicó a deleitarse con el magnífico olor que desprendía el pelo de Aria. Y ambos se quedaron dormidos junto al otro.

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