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024.

— ¿Esa es la última?— Yoongi le preguntó a Jimin al verlo bajar por las escaleras de su adorado edificio estudiantil.

— Así es.

El día no tan esperado había llegado, la mudanza. Después de casi cuatro años, Jimin y Jinyoung tenían que abandonar el lugar donde se conocieron y que por equivocación, terminaron siendo compañeros de cuarto; no sólo ellos le tenían cariño a la residencia y el dormitorio de Jini y Jimin, ese lugar era la segunda casa de Hoseok y siempre que se ponía muy borracho era donde terminaba acostado en el sofá (a veces intentando escabullirse a la habitación de Jini e incluso cuando ella y Jimin empezaron a dormir juntos).

Jiwoo pasaba mucho tiempo ahí también, siendo la mejor amiga de Jinyoung, sus reuniones eran muy seguidas y le encantaba el ambiente del lugar.

Incluso para Yoongi y Sunmi también era muy especial; él todavía recordaba la primera vez que lo visitó, Hoseok lo había mareado todo el camino porque no dejaba de decir que Jini era la chica más genial y bonita de todas, cuando ella les abrió la puerta, confundió el nombre de Hoseok y se hizo a un lado para que él no lograra abrazarla, supo que sí, definitivamente ella era genial y fue muy amable porque los dejo entrar, desde ese momento ellos fueron bienvenidos siempre.

Para Sunmi era especial por el simple hecho que ahí fue la primera vez que tuvo una pijamada con sus amigas, por ridículo que suene, había sido muy importante para ella. Toda su vida había estado muy metida en la escuela, cuando por fin logró socializar, consiguió entrar en su relación tóxica con Jun y las pocas amigas que tenía le dieron la espalda, siempre había sido muy insegura, hasta que conoció a Yoongi y gracias a su cercanía, ella logró hacerse amiga de Jiwoo y Jini, después de varios encuentros en el Ride, Jini las invitó a ambas y fue genial, lo más épico de la noche fue que Jimin se puso una peluca e insistió en entrar a la habitación donde ellas estaban. En ese dormitorio fue la primera vez que sintió que realmente tenía amigas y que eran de verdad.

— Oh, por favor bebé...— Jungha miró a Hoseok, él hacía como que iba a llorar.— ¿No estás llorando, cierto?

— Eres una nena.— Se burló Jimin, dejando la caja con el resto, listas para subirlas al camión de mudanza que había rentado.

— Jimin, tú has estado llorando toda la semana, amor.— Jini confesó ante todos, explotaron en risas y Jimin la miró como si la fuer a matar, Jinyoung le guiñó un ojo.

Yoongi sonrió burlón viendo a sus dos mejores amigos.— Los dos son un par de nenitas.

La familia, o bueno, sólo una pequeña parte de ella estaban con Jimin y Jini en ese momento, Hoseok sólo porque quería despedirse del dormitorio y Jungha lo acompañó, además de que podían ayudar en cualquier cosa. Yoongi sería el encargado de llevarse el Camaro al nuevo edificio, Sunmi lo acompañaba, mientras, claramente, Jimin y Jini se irían en al camión de mudanza.

— Creo que Bangji extrañará mucho su casa también.— Comentó Sunmi, ella lo tenía en sus brazos. También se lo llevarían ellos.

— Él estará bien.— Jimin sonrió, tomó la mano de Jini y la hizo caminar. Era hora de entregar sus llaves.

— Tan sólo mírense.— El chico de la recepción, el mismo que los había recibido hace años les sonreía tras el mostrador.— Llegaron aquí gritando que no querían vivir juntos y ahora se van tomados de la mano, siendo una linda pareja.

Jini sonrió feliz, apretó la mano de Jiminy se recargó en su hombro. Ahora ella quería llorar.

— Seremos los residentes más épicos.— Jimin le guiñó un ojo y puso el juego de llaves sobre el marmol.— Pero por mientras, no teman en cometer equivocaciones y poner a un chico y una chica en un mismo dormitorio.

— Hasta luego.— Jini sacudió su mano, ellos ya se estaban dando la vuelta para salir por la puerta e irse. El chico sonrió, orgulloso de ellos y también agitó su mano.

— Espero tengan éxito en sus vidas.

*

Los primeros en llegar fueron Yoongi y Sunmi, Jimin les indicó que tenían que estacionarse en el tercer bloque, ya que al piso donde vivirían les correspondía esa zona del estacionamiento. Bangji no había dejado de caminar por las piernas de Sun, recargándose en la ventana, a veces en el tablero, pero siempre viendo al exterior.

— Este bebé está muy emocionado.— Comentó la pelinegra mientras le ponía la correa.

Bajaron del auto, los demás estaban por llegar.

— Parece un bonito lugar.— Comentó Yoongi. Era un edificio alto y muy bonito.— ¿Esa no es la moto de Kook?

Sunmi miró dos cajones más allá, y sí, definitivamente era la Harley de Jungkook y enseguida pudo reconocer el auto de Namjoon.

— Y ese es el Optima de Namjoon.— Dijo con una sonrisa.— ¿Qué hacen aquí?

— ¿Namjoon?— Preguntó Yoongi, Sunmi lo fulminó con la mirada.— Como sea. Hoseok me dijo algo de una fiesta sorpresa de bienvenida.

Sunmi estaba segura que esa había sido idea de Jungha, sin duda.

— ¿Y cómo consiguieron entrar?

Los dos se miraron y lo supieron.

— Hoseok.

Un minuto después, el Mustang llegó y tras de él, el auto de mudanzas. Bangji empezó a ladrar emocionado cuando vio a Jini saltar fuera del camión y después a Jimin. Días antes habían estado viniendo para traer algunas pertenencias pequeñas y también para asegurarse que la cocina y drenaje estuvieran listos para usarse sin problema. Las personas a cargo de subir lo que estaba en el camión llegarían pronto, por lo que Hoseok sugirió que cada quien tomara una caja y subieran mientras esperaban.

A todos les pareció una gran idea.

— Jodidamente no voy a extrañar las escaleras de la residencia.— Soltó Hoseok, todos estaban adentro de la casa metálica.— Es lo único, lo demás fue genial.

Todos rieron, esperaron llegar al séptimo piso donde el departamento de Jini y Jimin estaba. Nada parecía raro, la pareja no sospechaba que el resto de sus amigos estaba esperándolos en su nuevo hogar con una pequeña fiesta preparada.

Jimin dejó la caja que cargaba en el piso para poder ingresar el código en la puerta. El recibidor estaba intacto, el mueble para dejar los zapatos vacíos y ellos procedieron a quitarse los suyos y dejarlos en su respectivo compartimiento. La casa olía a nuevo, Jimin y Jini se miraban el uno al otro mientras se adentraban por el pasillo que daba a la sala de estar; fue ahí donde fueron sorprendidos.

— ¡¡Sorpresa!!

Fue lo que gritaron los presentes, Jini y Jimin gritaron del susto, después los vieron sorprendidos a todos y pasaron a reírse. Había una gran pancarta y muy bonita que decía: "¡Bienvenidos!", colgada de largo a largo. Hyeji y Namjoon fueron los encargados de lanzar confeti, Jungkook, Taehyung y Seokjin hicieron bulla, mientras Hyukjo y Jiwoo que estaban sentados en el sofá, ambos con sus manos sobre el vientre de la chica, sonreían. Hoseok y los que tenían a sus espaldas también gritaron. El piso estaba lleno de globos de colores, como también había globos volando por la
casa.

Todos abrazaron a Jimin y Jini, como también los felicitaron. El festejo fue interrumpido por las personas que subirían los muebles que estaban en el camión, fueron rápidos, además todos ayudaron a bajar las cajas que faltaban. Jimin entregó las llaves del camión y cómo habían planeado, todos ayudarían a dejar el lugar listo, desempacarían y después tendrían una barbacoa. El nuevo departamento contaba con una terraza, no era gigante, pero era el tamaño suficiente para que todos estuvieran ahí.

Eran más de diez personas y en minutos Kangmin y Yookjo se habían unido; terminaron más rápido de lo esperado.

El atardecer se estaba llevando acabo, todos estaban en la terraza, algunos se encargaban de cocinar la carne, el resto estaba charlando y recordando todo lo que habían vivido en la residencia.

Sunmi había decidido entrar e ir a la cocina por una botella de agua, afuera todos bebían cerveza y ella no estaba de humor para ingerir alcohol. Cuando salió de la nueva cocina, dio un sobresalto al ver a Namjoon recargado en las puertas corredizas de cristal que te permitían salir a la terraza, donde claramente todos estaban. La sonrisa del moreno era divertida, sus brazos cruzados sobre su pecho.

— ¿Qué pasa?— Preguntó la pelinegra.

— Nada.— Contestó con la misma sonrisa juguetona. Sunmi entrecerró sus ojos, intentando buscar sus intenciones.— Así que, tú y Yoongi eh... No sabía que se estaba quedando en tu casa. ¿Ya solucionaron todo?

— No estamos ni cerca.— Suspiró.— Pero estamos bien, creo.

— Bueno, él se está quedando en tu departamento, Sunny.

— Lo hace porque necesita ayuda hasta que sane sus heridas.— Explicó.— Oye, ya le dije a mamá.

— ¿Que tu papá te está buscando?— Su expresión cambió rápido, Sunmi asintió.— ¿Y qué pasó?

— Ella se encontró con él hace un par de días... No fue un encuentro bonito. Pero lo puso en su lugar y le dejó más que claro que no tenía el derecho a buscarme.

— Estoy orgulloso de tu madre.— Namjoon sonrió de lo más sincero.— Y de ti. Ya verás que poco a poco todo estará de maravilla.

Sunmi le sonrió. Una vez más agradeciendo por haberse hecho amiga de Namjoon.

— Pero vamos hombre, te gradúas en menos de tres semanas, ¿ya tienes esmoquin? ¿Ya invitaste a una chica al baile? ¿O a un chico, tal vez?

— Iré con Seokjin.

— Lo sabía.

— ¿Sabías qué?

— Pues eso.

— ¿Qué?— Namjoon sonrió divertido y se cruzó de brazos, viéndola con ojos juguetones.— ¿Qué me gusta Seokjin y que tenemos una relación en secreto?

Sunmi se congeló. ¡¿Relación en secreto?!

— Oh por Dios...

— ¡Jesucristo, Park Sunmi!— Namjoon estalló en carcajadas.— ¿Lo creíste de verdad?

— Pues, ustedes, uhm...

— No me gusta Seokjin.— Afirmó.— Es mi mejor amigo y esa noche es para invitar a alguien especial, que no precisamente tiene que ser del sexo opuesto o mi pareja amorosa.— Le guiñó un ojo.— Jin es muy especial, además de una persona muy divertida. Será un espléndido acompañante.

— Estoy de acuerdo con eso.— Sunmi asintió con una sonrisa.— Pero de verdad, ¿no hay ninguna chica? ¿Algún amor?

— Claro que tengo un amor.— Sonrió, esta vez mostrando melancolía.— Pero esa chica, o chico, es un amor prohibido.— Suspiró.— Me retiré de una batalla que sabía muy bien que iba a perder.

Sunmi asintió, admirando la madurez que Namjoon tenía. Tenía mucho que aprender de él, por eso amaba tenerlo como amigo. Pero también quería ayudarlo, ser sus oídos cuando necesitaba hablar con alguien. Él la había apoyado demasiado las últimas semanas, Sunmi quería ser su apoyo también.

— Namjoon... ¿Eres bisexual?

El moreno sonrió y le guiñó un ojo antes de retirarse.

— Creo que todas las personas lo son.

*

Había pasado una semana desde la barbacoa familiar en la nueva casa de Jini y Jimin. El curso escolar estaba acabando y por suerte, la semana en la que Sunmi estaba como loca por todos sus proyectos a entregar, ya había terminado, ahora sólo asistía a la escuela por calificaciones y para arreglar el papeleo de su servicio en prácticas. Una semana más y por fin tendría sus vacaciones de verano, las cuales anhelaban como nunca.

Por parte de Yoongi, no había estado yendo al studio, pero, pronto tendría que hacerlo porque tenía cinco canciones para entregar a fin de mes. Sus heridas estaban casi sanadas por completo, ya no era necesario quedarse en la casa de Sunmi, de hecho nunca lo fue. Hoy había vuelto a su departamento, Sunmi le había ayudado a llevar todas sus pertenencias.

Habían estado por toda la ciudad y en metro o caminando, ya que el auto de Yoongi estaba en el taller. Había sido divertido.

Fueron a la universidad de Sunmi, aunque era sábado, necesitaba arreglar unos asuntos. Después fueron al departamento de Yoongi a dejar sus cosas, fue rápido, ya que, como él no había estado ahí en días, necesitaba comprar comida. En el supermercado tardaron más de lo esperado y fue muy difícil viajar con las bolsas en el metro, pero rieron mucho. Dejaron la despensa en la casa de Yoongi, guardaron todo y volvieron a irse.

Acababan de comprar comida pero les apetecía más ir a un restaurante y comer.

— Hongdae está cerca, podemos ir caminando.— Sugirió Sunmi y Yoongi bufó.— ¡¿Qué?! Tienes que hacer ejercicio, Yoongi.

— Hago ejercicio.

— Una vez al año, Gi.

— Antes me ejercitaba todas las noches y lo sabes.— Sonrió burlón, Sunmi se puso como tomate.

— ¡Cállate!

Caminaron unas cuantas calles, o bueno, corrieron, ya que el clima era lluvioso y si no se apuraban, lo más probable era que la lluvia los alcanzara. El cielo había estado extremadamente gris y ninguno de los dos había pensado en llevar consigo un paraguas. Sunmi iba a la delantera, Yoongi tras de ella con sus manos escondidas en el bolsillo de su hoodie, riendo de Sunmi, ella estaba muy preocupada por la lluvia. Estaban a una calle de llegar al restaurante que habían escogido cuando el cielo empezó a soltar agua, Sunmi gritó como si fuera fuego, Yoongi se carcajeó y las personas alrededor los miraron con rareza.

— Ya estamos aquí, tranquila.— Yoongi abrió la puerta del lugar, dándole el pase a Sunmi.

— ¿Por qué estuviste riendo todo el tiempo, eh?

Se sentaron en la primera mesa libre, uno frente al otro.

— Porque haces algo muy grande para un problema muy pequeño, cariño.

Sunmi infló sus mejillas y asintió. Era verdad, aunque Yoongi se refería a las pequeñas gotas que habían mojado sus ropas, ella sabía que a veces era muy exagerada o orgullosa y por eso mismo los problemas nunca acababan.

— Tengo mucha hambre, ni siquiera desayunamos.— Hizo un puchero mientras observaba lo que ofrecía el menú.

Yoongi la observaba a ella con una sonrisa ladina adornando sus labios.

— Despertamos a medio día.

— Tu culpa.

El mesero pronto llegó para brindarles su servicio. Era un restaurante de hamburguesas, Yoongi se pidió la que tenía más queso, literal era una bomba láctea y de grasa; Sunmi pidió una hamburguesa estilo Texas. Ambos ordenaron un gran tarro de cerveza muy helada. Las bebidas se las trajeron enseguida y ellos brindaron con el líquido amarillo, bebieron y saborearon la espuma que había quedado arriba de sus labios. Empezaron a charlar de lo más normal, justo como lo habían estado haciendo los últimos días...

Como si no hubiera pasado nada.

La comida llegó rápido también y sin esperar más, y sin detener su charla, ellos empezaron a comer.

— Sabes...— Yoongi habló después de 5 segundos de silencio.— Me encanta esto.

— ¿La hamburguesa?— Preguntó ella divertida.— Lo sé, has gemido cada que la muerdes.

— No, Sunmi, o sea sí pero no me refiero a la jodida hamburguesa.— Rió.— Me refiero a ti.

— Yoongi...

— ¿Te acuerdas de nuestras sesiones? Cuando me enseñabas los huesos del cuerpo.— Preguntó divertido, Sun asintió.— Cuando recién empezamos a ser amigos, ese tiempo fue genial y me recuerda a esto.

— Cuando no había drama de por medio.— Sunmi sonrió, ligeros recuerdos cruzaban por su cabeza.— Lo extraño también.

Yoongi la miró, una chispa en sus ojos que capturó la mirada de Sunmi.

Una vez más ella se sonrojó y sólo bastó una mirada por parte de él.

— No te preocupes...— Sonrió y le guiñó un ojo.— Vienen cosas mejores.

Sunmi no sabía a qué se refería, pero sonrió. Emocionada, feliz, entre más sentimientos; no había tocado con Yoongi el tema de su relación tóxica que tenían antes, que claramente en este momento no estaban llevando a cabo (aunque a veces él insinuaba que quería besarla y era muy coqueto, no hacía más que eso, ilusionarla para que quisiera más y el deseo naciera, aunque ya estaba ahí), sin embargo, notaba mucho en Yoongi las ganas de solucionar todo y empezar de nuevo, de una manera correcta. Esa no era la actitud del Yoongi que conoció hace tres años, pero la estaba amando.

El celular de Sunmi empezó a sonar.

— Hola, mamá.— La pelinegra atendió la llamada.— ¿Pasa algo?

— Nada malo.— Ella estaba feliz, Sunmi lo pudo notar.— Estoy en el supermercado.

— Oh, estuve ahí con Yoongi hace unas horas.— Comentó.

— ¿Yoongi está contigo?— Preguntó.— Fantástico.— Sunmi sonrió confundida.— Haré mi pasta especial para cenar, están invitados.

— Genial. Nos vemos en la noche.

Y colgó la llamada.

— ¿Sucedió algo?— Preguntó el atento de Yoongi.

— Sucedió que, está muy alegre y nos ha invitado a cenar en la noche.

— ¡Maldición, sí! Dime que es su deliciosa pasta especial.

Sunmi sonrió mientras asentía, Yoongi cerró su puño y dijo "YES", él amaba esa comida de la señora Park.

Realmente todo parecía como antes, cuando recién iniciaron con aquella divertida amistad, sólo que esta vez todo iba en mucho mejor rumbo.

*

Después de la comida, decidieron entrar a una tienda convencional y comprar bocadillos. El plan era ir a la casa de la mamá de Sunmi y ver películas mientras esperaban la hora de la cena. Después de comprar la comida chatarra, bajaron al metro, checaron las líneas que los llevaban al distrito donde vivía la señora Park y finalmente iniciaron su quinto viaje en metro en el día.

Cuando llegaron a la casa, tuvieron la dicha de encontrarse a Songkyu afuera de su casa, tuneando su carro porque era sábado de Ride.

— La próxima vez que grite que estás embarazada será porque realmente lo estás.— Comentó el primo de Sunmi al verlos caminar por el camino de hormigón que daba a la puerta.

— Cállate, idiota.— Bramaron los dos pelinegros.

— ¡¿Irán al Ride?!— Les preguntó gritando ya cuando estaban a punto de entrar, Sunmi estaba buscando las llaves.

— No sabemos.— Yoongi contestó.— ¿Nos darías un aventón?— Songkyu asintió, viéndolo ofendido porque eso no era necesario de pedir.— Cariño, ¿quieres ir al Ride? Hoy corre Hoseok.

Sunmi finalmente abrió la puerta, se giró a ver a Yoongi y suspiró.

No tenía ropa en casa de su madre y ya no podía volver a la suya, vestía con jeans negros, converse blancos y un hoodie crop top guinda, un outfit muy básico para ir al Ride, pero ¿y qué? Una vez, Yoongi y ella habían estado todo el día dormidos, era un sábado de Ride, Jimin iba a correr y fueron obligados a ir en último momento... Ellos literalmente fueron en pijama. Sunmi sonrió.

— Claro, por qué no.

Se despidieron de Songkyu y entraron a la casa. Sin esperar más, se tumbaron en el sofá de la estancia y buscaron algo en Netflix. Una hora después, la mamá de Sunmi llegó, saludó a ambos y les ordenó que no entraran a la cocina o al comedor hasta que la cena estuviera lista, ellos no tuvieron queja alguna. La primera película que optaron por ver fue 13 Going on 30, porque Sunmi amaba a Mark Ruffalo y Yoongi amaba a Jennifer Gamer.

— Yoongi...— Sunmi le habló, la película ya había acabado y él estaba buscando otra.— Ya hemos resuelto lo de mi padre, ¿qué pasó con Jigoku?

El chico suspiró y la miró.

— No lo sé.— Fue sincero.— No me han contactado y no sé cómo contactarlos, ni siquiera sé qué voy a hacer.— Apretó los labios.

— No es justo, ellos no son tus jodidos dueños.

— Pero son Jigoku y hacen lo que se les venga en gana.

Sunmi iba a decir algo, pero la risa de su madre los sorprendió a ambos, ella estaba en la entrada de la sala de estar, Yoongi y Sunmi se giraron a verla.

— ¿Qué pasa, mamá?

— Nada, sólo recordé los días de mi juventud al escuchar la palabra Jigoku.— Comentó, ambos la miraron confundidos y ella lo notó.— Jigoku era la pandilla más importante que rondaba por las calles, salí con un miembro y varias de mis amigas también.— Confesó.— Aunque los Jigoku son muy diferentes a las pandillas como los Marvel, ellos son de otro nivel. Las ligas mayores.

— Lo sabemos.— Respondieron los dos sin aliento, pasmados por lo que acababan de escuchar.

La señora Park lo notó y su sonrisa melancólica pasó a un rostro preocupado.

— ¿Por qué?— Se cruzó de brazos.— ¿Se metieron en problemas con ellos?— Entonces recordó los golpes del chico.— Yoongi...

— Mamá...— Sunmi se puso de pie.— ¿Cómo es que sabes tanto de esa pandilla?

— Porque tu tío, mi hermano, fue uno de los fundadores.

— ¡¿Qué?!

— ¡¿El papá de Songkyu?!

— Así es.

Sunmi y Yoongi estaban perplejos; ella sabía que su madre se había criado en uno de los barrios más rudos de la ciudad y que su tío era un busca problemas, pero nunca se llegó a imaginar lo que acababa de escuchar.

Iban a preguntar más, pero la señora Park los mandó a callar porque la cena estaba lista, igual eso no los salvó, pues mientras cenaban tuvieron que contarle todo a la mamá de Sunmi.

*

Estaban agradecidos que Songkyu les daría un aventón al Ride, sin embargo nunca esperaron que también le iba dar raite a cuatro chicas más. Iban todos apretados, Songkyu alardeando con sus conquistas, Sunmi y Yoongi sin poder respirar. Ella no tuvo más alternativa que sentarse en las piernas de Yoongi, iban sentados en el asiento trasero junto a dos rubias, la castaña bonita y sexy iba de copiloto.

— ¿Por qué sonríes?— Le preguntó Sun a Yoongi lo suficientemente alto para que sólo él escuchara, de todas maneras el bullicio de los demás no les prestaba atención.

— Porque a pesar de que vienes en jeans y hoodie, eres la más sexy.

— Oh por Dios, Min Yoongi.— Rió mientras negaba con la cabeza.— Gracias, supongo. Tú lo eres también, aunque todos le ganan a Songkyu, lo eres.

— Escuché eso, idiota.— Ladró su primo.

— Sigue hablando de tu amiguito grande que dices tener pero es mentira, Kyu.

Yoongi empezó a reír como loco y las chicas que hace un segundo estaban anonadas, guardaron silencio.

Llegaron al Ride, era tarde, todos ya estaban ahí. La música, el ruido, los motores... Todo se sentía genial. Se sentían en casa. Pero desde que hablaron con la señora Park, el motivo de su asistencia al Ride no fue por mera diversión, tenían que decirle a sus amigos de lo que se habían enterado.

Después de estirar sus piernas entumidas a consecuencia del incómodo viaje, Yoongi y Sunmi se dispusieron a buscar a la familia.

No estaban tan lejos y tampoco fue difícil encontrarlos, el Mustang de Hoseok y el Camaro de Jimin siempre eran los que tenían más gente alrededor. Sunmi y Yoongi se apresuraron, Jini, quien estaba colgada en la espalda de su novio, los señaló cuando los vio a lo lejos.

— ¿Qué hacen aquí?— Preguntó Hoseok, saliendo del capo del Mustang.

Sólo estaban ellos cuatro: Hoseok, Jungha, Jimin y Hoseok.

— Creo que tenemos esperanza contra Jigoku.

••••
LISTOOOOOO, AHÍ ESTÁ EL CAPÍTULO Y AHORA SÍ FUGA QUE YA VOY TARDE AL GYM

le falta poquito para que se acabe, prepárense... JAJSJSJS

song;
Shinee – Who Waits For Love?
ES UN ROLONNNNN

foto;

NO PUES VÁMONOS A LA PLAYITAAA

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