020.
Sunmi caminaba por el campus, el atardecer estaba manifestándose al igual que el cansancio en su cuerpo. Había tenido laboratorio y era una introducción y práctica para su próximo internado que estaba por comenzar el siguiente semestre. Era agotador. Aunque la emoción le ganaba al cansancio; después de cinco años metida en el campus, leyendo libros y realizando prácticas con muñecos de plástico, por fin haría su año de internado en el hospital, con personas de carne y hueso y situaciones reales. Estaba consciente que empezaría dando inyecciones o recibiendo pacientes con síntomas de tos solamente, pero iba a por todas. Era lo que siempre había deseado.
Pero justamente deseaba llegar a casa y dormir hasta que tuviera que volver a la escuela, o sea en diez horas. Sin embargo, antes de ir a casa, iría con su madre.
Estaba dispuesta a decirle todo lo de su padre.
— ¡Oye, Sunmi!
La pelinegra frenó sus pasos al escuchar la voz de Hwitaek tras de ella. Aún se sentía culpable por haberlos dejado temprano la noche del bar, aunque ellos parecían no estar molestos.
— Hwitaek.
— ¿Tienes los apuntes de esta mañana?— Preguntó esperanzado, Sunmi ladeó la cabeza confundida, entonces recordó que Hwi no asistió a la clase de Patología Avanzada por hacer su exposición de Inmunología.
— Para ti sí.— Le guiñó un ojo divertida y el rió, desde su mochila sacó su carpeta.— ¿Ya te vas a casa?
— Aún no.— Suspiró agotado.— Tengo que terminar la exposición y estos apuntes.— Agitó la carpeta.— Me supongo que tú ya te vas...— Dijo serio, viendo sobre el hombro de la chica.— ¿Vienes en auto?
— Uhm, no. No tengo.
— Entonces... ¿Te vas con ellos?— Hizo un ademán con la cabeza, señalando tras de ella. Sunmi miró en aquella dirección, confundida porque no conocía a los chicos de pie enseguida de unas máquinas expendedoras. Claramente la observaban. Negó con la cabeza lentamente.— Llevan viéndote todo este rato.
¿Qué demonios? Un escalofrío recorrió el cuerpo de Sunmi y sintió como comenzaba a sudar frío. Ahora que lo recordaba, desde que empezó la semana había estado sintiendo miradas sobre ella, pero decidió ignorarlo. ¿Quiénes son esos idiotas?
Sacó rápidamente el celular del bolsillo de su bata, entró al grupo de chat de todos sus amigos y envió un: ¿Quién está cerca de mi facu? Unos chicos me molestan. Quien sea podría ser de ayuda en este momento. Jimin replicó su mensaje al segundo: Llego en 5.
— Nunca los había visto.— Confesó. Se veían parte de una pandilla, no como los Marvel, algo mucho más serio, una pandilla de verdad. Parecían ser de su edad, vestidos de negro, uno con semblante serio y otro con sonrisa burlona.
Bueno, ahora tenía miedo y se sentía insegura. El hecho de haber sido observada desde el lunes era escalofriante y en parte estaba enojada con ella misma por no haberse dado cuenta antes. Aunque una cosa estaba clara, esos chicos no quisieron hacerse notar antes, hoy lo quisieron.
— Tengo que estar ya en la biblioteca con mi equipo.— Dijo Hwi.— Pero puedo pedirte un taxi y esperar hasta que lo tomes, no confío en ellos.
— No te preocupes, ve.— Sonrió.— Aún hay gente aquí.— Había bastante, personas en los pasillos, otros sentados bajo los árboles o en las mesas se estudio. No podían intentar nada.— Y Jimin viene en camino.
— ¿Segura?
— Muy segura. Anda, ve, esa exposición tiene que ser perfecta sino la Doctora Song los reprobará.
— De acuerdo, me llamas si pasa algo o necesitas ayuda.
Hwitaek se alejó y Sunmi lo despidió con la mano. Buscó una banca libre y cuando la encontró, se dirigió a ella, tomó asiento y fingió usar el celular. Los chicos no se habían movido y la seguían viendo sin descaro. Sunmi también los miró y necesitaba saber que mierda querían y porque estaban ahí.
Estoy entrando a la universidad. No te muevas. Decía el mensaje de Jimin y en ese momento entró una llamada de Jini pero Sunmi la rechazó, se puso de pie y los chicos se pusieron rígidos al ver que la flamante pelinegra se dirigía a ellos. De todas maneras Jimin llegaría en cualquier momento. Apretó las correas de su mochila y los miró con disgusto, entonces los dos sonrieron.
— ¿Anda algo mal?— Preguntó ya cerca de ellos y se plantó a un metro de distancia. Los chicos se cruzaron de brazos.
— Nos dijeron que tenías agallas, pelinegra.
No las tenía realmente, era buena actuando como una persona dura cuando había pasado sus mejores años al lado de una. Yoongi era su mentor.
— ¿Qué quieren?— Fue dura.
El chico de la sonrisa burlona, se recargó en una de las máquinas expendedoras mientras se cruzaba de brazos. Chasqueó la lengua y le dio un recorrido entero a Sunmi.
— Sinceramente sólo te queríamos conocer...
— ¡¡Sunmi!!— La voz de Jimin quebró el ambiente, Sunmi se giró y miró a su amigo literalmente correr a ella.
Él venía con su ropa deportiva, Jimin iba al gimnasio por las tardes y salía hasta las noches. Venía tan apurado que incluso venía con su maleta, donde adentro tenía sus guantes de box y vendas. Los chicos frente a ella se pusieron en estado de alerta; sí, parecían ser de una pandilla, sin embargo, eran flacos y altos, Jimin era fuerte, musculoso y tenía años entrenando box, fácil podía patearles el trasero.
— Así que tienes nuevo novio aparte de Suga...
Cuando Sunmi se giró de nuevo a aquellos dos individuos, ellos ya se estaban dando la vuelta para retirarse.
— ¡Oigan!— Jimin bramó, pero Sunmi actuó rápido y lo detuvo. No quería algún tipo de pelea.— ¿Te hicieron algo?
— No, no te preocupes. Dejalos ir.— Sunmi trataba de calmarlos, pero Jimin no dejaba de asomar la cabeza para intentar reconocerlos.
— ¿Quién mierda son?— Jimin paró de luchar y miró a Sunmi preocupado.
— No lo sé.
Pero conocen a Yoongi...
*
Hoseok seguía sin poder respirar bien y hacía 20 minutos que se había ido del studio y terminado su práctica. Lo único que quería hacer era llegar a casa y recostarse al lado de su novia para dormir como un bebé. Sin embargo sus planes fueron estropeados en el momento que entró a su casa y se encontró a Jungha y Sunmi sentadas en el comedor bebiendo vino tinto. Estaban muy entradas en su plática que lo notaron hasta que se paró frente a ellas.
— Bueno, y esta visita... ¿A qué se debe?
— ¡Hoseok!— Saludaron las dos, Hoseok se inclinó para darle un beso en los labios a Jungha y a Sunmi una leve palmada en la cabeza.
— Invité a Sun a que se quede a dormir.— Mencionó Jungha, Hoseok alargó la cara.— ¿Qué? Dormiremos aquí en el sofá de la sala si no es que nos quedamos toda la noche viendo películas.
— Pe-pero...— Hoseok suspiró.— Creí que íbamos a continuar intentando lo del bebé.
— ¡¿Qué?!— Sunmi se empezó a ahogar con el vino, tosiendo sin parar, Jungha se puso de pie de un salto y fue a ayudar a Sunmi mientras miraba a Hoseok como si lo iba a matar, él empezó a reír, satisfecho de su travesura.
— ¡Eso es mentira!— Jungha se estiró para golpearlo, sólo alcanzó a rozar su espalda pues él se estaba yendo a la cocina.— Ya te dije, tendremos niños hasta después que termine mi carrera ¡y nos casemos!
— Por mí podríamos casarnos mañana mismo y lo sabes.— Hoseok le guiñó un ojo, saliendo de la cocina con una cerveza.— Sunmi, ¿ya te recuperaste?
— Sí, Hoseok, gracias por la linda pero falsa sorpresa.
Hoseok fue a ducharse rápido, tan rápido que su cerveza no se calentó. Volvió con ellas, se sentó al lado de Jungha y se acurrucó en ella mientras escuchaba la charla que tenían, después le preguntaron cómo le había ido en su práctica; Hoseok iba ser parte de un show en un evento muy importante en una universidad, no salía del studio estos días, quería saber muy bien la coreografía para así dar un rendimiento perfecto en el escenario.
— ¿Volvieron los tipos que te estaban molestando?— Hoseok le preguntó a Sunmi.
— Afortunadamente no.
Eso había sido el lunes, hoy era jueves y no habían dado señales de vida. Sin embargo...
— Pero,— Sunmi suspiró, Hoseok y Jungha la miraron preocupado.— no me ha dejado de llamar un número, tal vez sea papá, pero no es con el que llama siempre.
— No contestes.— Advirtió Hoseok.— Y dime cuál es.
Sunmi asintió, aunque ahora su cabeza sólo podía pensar en su padre.
No había tenido la oportunidad de hablar con su madre; el día que fue a su casa para decirle todo lo que estaba pasando, que su padre había vuelto, se enteró que su tío, el papá de Songkyu, había salido del país y volvería en una semana, por lo que su madre tenía que encargarse del casino ella sola, eso significaba que tenía mucho trabajo. Además, quería decirle todo con su tío presente, él era como el hombre de la familia y sabría qué hacer.
Pasó una hora y Hoseok se retiró, diciendo que estaba muy cansado y que dormiría como por un siglo. Sunmi y Jungha hablaron un rato más hasta que decidieron moverse al sillón y reproducir una buena película romántica, se sirvieron más vino e incluso hicieron palomitas de maíz.
La noche pasó rápida y sólo alcanzaron a ver tres películas, durmieron en el sofá y despertaron casi al medio día. Hoseok ya no estaba en casa y ellas tenían clases por la tarde, así que despreocupadamente se hicieron un cargado brunsh.
— Así que tienes práctica hoy... ¿A qué hora terminas?— Sunmi le preguntó a Jungha antes de morder su pan tostado con mantequilla de maní.
— A las 9.— Jungha bufó.— ¡Pero es la última! ¿Y tú?
— Afortunadamente hoy sólo tengo un examen, el cual dura tres horas, pero es uno.
Jungha rió, aceptando todo lo que conllevaba estudiar medicina. No se arrepentía. Sunmi tampoco.
Vieron más televisión, Sunmi incluso estudió un poco, Jungha lavó su uniforme. Llegó la hora de irse, Jungha le daría un aventón a Sunmi a su universidad. Sunmi se topó con Hwitaek en la entrada y juntos fueron a la sala donde harían el examen. Habían llegado un poco antes, así que aprovecharon para hacerse posibles preguntas que vendrían en el examen. Por suerte, era sólo teórico. El Doctor Park llegó, les dio la bienvenida a todos y sin perder mucho tiempo comenzó con el examen.
Sunmi salió exhausta del examen, había aprovechado las tres horas y estaba satisfecha pues toda la semana que estuvo estudiando no fue en vano. Hwitaek fue de los primeros en terminar e irse, por eso no le sorprendía no verlo por el campus.
Su celular empezó a vibrar dentro de su mochila y ella pensó: no de nuevo. Pero aún así, lo sacó del bolsillo en el que estaba y suspiró al reconocer el número que había molestando toda la semana. Estaba tentada a presionar el botón verde, aunque sabía que tenía que presionar el rojo... La tentación le ganó. Se pegó el celular a la oreja después de haber atendido la llamada, no dijo nada, intentaba escuchar del otro lado de la línea.
Sólo respiraciones pesadas.
Estaba a punto de decir algo, cuando la voz raposa del otro lado la sorprendió.
— ¿Hablo con Park Sunmi?
Sunmi se paralizó al no reconocer aquella voz. ¿Qué diablos quieren? ¿Por qué me conocen?
— Oh mierda...
*
Genius Lab estaba muy tranquilo, como lo había estado los últimos meses, Yoongi acababa de terminar una canción y era la primera que había grabado con su voz. No sólo era rap, sino también cantaba un par de versos. No importaba si sonaba como ángeles cantando, a fin de cuentas, esa canción era de él y para él. Nadia más la escucharía.
O eso creyó.
Había estado caminando por todo el studio, con un refresco en mano y bebiendo cada rato de este mientras escuchaba la canción en repetición. Podía quedarse así todo el día. Estaba feliz por su trabajo y hace mucho tiempo que no lo había estado. Fue entonces que alguien apareció en la puerta y Yoongi no pude creer lo adentrado que estaba en la canción para no darse cuenta de que alguien había interrumpido su lugar.
Y ese alguien era Park Sunmi.
La lata de refresco se quedó a milímetros de sus labios, estática, al igual que todo el cuerpo de Yoongi. No podía creer que tenía a Sunmi justo enfrente de él, en su studio, en Genius Lab. Ella lo había ido a buscar.
Mierda... Yoongi pensó. ¿Por qué ahora? Se lamentó. ¿Por qué ahora que tanto la necesito?
Sunmi apretaba la correa de su bolsillo con bastante fuerza, para mantener un poco la adrenalina y no salir corriendo como niñita. No podía creer lo que su impulso la había hecho hacer y supo que era demasiado tarde cuando ya había introducido la clave de la puerta de Genius Lab. Pero ya estaba aquí, quería respuestas y estaba segura que Yoongi se las podría dar.
Lo miró cuidadosamente, él seguía como bobo con la lata de refresco en el aire, lucía tierno y por poco Sunmi sonreía y olvidaba todo lo que había pasado. Por poco cedía a lo que tanto deseaba y se tumbaba en el sofá como solía hacerlo cuando llegaba de la escuela y Yoongi la esperaba con cena. La cálida melodía de fondo llegó a los oídos de Sunmi, ella miró tras de Yoongi, a la pantalla del computador y en el escritorio alcanzó a ver la carpeta de la canción; casi se queda sin aire.
La canción se llamaba Her y la carátula de la carpeta era una foto de ella.
Lo sabía aunque estuviera de espaldas, Yoongi la había tomado una vez que fueron a la torre Namsan y el atardecer era hermoso con colores rosados y anaranjados. Siempre decía que era su foto favorita.
Entonces Sunmi reconoció la voz del intérprete de la canción y sintió un desmayo aproximarse. Era Yoongi, rapeando, cantando... Sí, cantando. Dios mío.
Tal vez eres mi verdad y la mentira...
Tal vez su tu amor y odio.
Tu cielo e infierno, tu orgullo y vergüenza...
¿Merezco ser amado por ti cuando soy de esta forma?
Siempre hago mi mejor esfuerzo para ser lo mejor para ti, espero no conozcas este lado de mí.
— Sunmi...— Yoongi fue capaz de hablar.
La pelinegra escuchó su voz, pero lo que tenía su atención ese momento era la letra de la canción y no podía creer que esa canción claramente Yoongi la había hecho pensando en ella. El chico se movió rápido y fue a cerrar el archivo, ella no podía escuchar más.
— ¿Por qué la quitas?
Yoongi presionó los labios.
— No está terminada aún.— Se excusó él, Sunmi ladeó la cabeza sin estar segura de eso.— ¿Se te ofrece algo?
Sunmi se sintió aliviada porque él estaba siendo amable, no un cabrón como las últimas semanas. Incluso se veía preocupado ahora, tal vez porque realmente era extraño que ella estuviera ahí. La pelinegra buscó su teléfono, cuando lo encontró desbloqueó la pantalla y se la mostró a Yoongi. Era su registro de llamadas, por lo menos los cinco primeros puestos eran del número desconocido.
— ¿Reconoces ese número?
— ¿Esto se debe a los chicos que fueron a molestarte?— Preguntó mientras tomaba el celular, Sunmi se sorprendió.— También estoy en el grupo de chat, Sun.
Ese día, llamó a Jimin cuando dijo que él iría y estuvo enviándole mensajes hasta que su amigo le confirmara que Sunmi estaba en un lugar seguro y lejos de esos tipos.
— Sí, es sobre ellos.— Confirmó.— Esa vez, te mencionaron y desde ese día este número no deja de llamar.
Yoongi leyó el número, los últimos cuatro dígitos le parecían familiares y empezó a preocuparse. No, no, no... Esos hijos de perra. Tomó su celular del escritorio y buscó al contacto que parecía tener los mismos dígitos que el número que estaba molestando a Sunmi. Cerró los ojos con fuerza al confirmarlo, Sunmi se preocupó.
— ¿Qué fue lo que te dijeron?
— Uhm, pues cuando Jimin llegó, se burlaron y dijeron que ahora tenía un nuevo novio aparte de ti.— Murmuró, insegura de insinuar que ella y Yoongi tenían un noviazgo.— Además, te llamaron Suga.
— Sun, cariño, bloquea ese número, ¿de acuerdo?— Habló tan rápido por su alteración que ni siquiera se dio cuenta de como la había llamado, ella estaba perpleja.
Sí, la había llamado "cariño" en sus últimos encuentros, pero lo hacía de manera sarcástica, esta vez lo había hecho como hace un año, lleno de amor, pero también preocupación. ¿Qué demonios? Parecía que Yoongi había visto un fantasma, estaba más blanco de lo normal, inquieto y buscaba algo por todo el studio, abriendo cajones y cerrándolos de golpe. se
Sunmi se puso nerviosa por su comportamiento. ¿Tan mala es esa gente?
— ¡¡Mierda!! ¡¿Qué es eso?!— Sunmi casi se lanza al sofá al ver a Yoongi con una arma, la cual lanzó dentro de una mochila y su mochila la cargó sobre el hombre.— No, no, no...— La chica corrió a él y lo detuvo.— ¿Qué diablos vas a hacer?
— Sunmi, déjame ir.
— ¡¡No!!— Cogió sus manos y las apretó, él miró el agarre y suspiró.— ¿Por qué rayos tienes una arma?
— Es de ellos, iré a devolverla, ni siquiera tiene balas, ¿okay?— Aclaró.— Es sólo para asustar y es justo lo que haré con ellos.
— ¿Estás loco?
— No, Sunmi, no. Pero tú estabas fuera de esto, ese era el jodido trato. Tengo que detenerlos.— Ahora hablaba para él mismo, Sunmi no sabía qué hacer, pero sin duda no estaba en sus planes dejarlo ir.— Tengo que dejar las cosas claras, es ahora o nunca.
Sunmi apretó una vez más sus manos y para conseguir la atención de Yoongi en ella, acarició sus manos como pudo. El chico cerró los ojos, tranquilizandose y dio un largo suspiro. Sunmi lo soltó lentamente y pasó a abrazarlo, más que todo para detenerlo, sin embargo, era bueno volverlo a tener en sus brazos.
Yoongi sintió la paz consumirlo en el momento que Sun lo abrazó, no quería moverse, no quería romper este momento. Pero tenía que hacerlo.
— ¿Quiénes son esas personas? ¿De qué trato hablas, Yoongi? ¿Por qué esas personas te dieron una arma?
La mano de Yoongi terminó en la cabeza de Sunmi y se fue deslizando por su cabello.
— No puedo responderte eso ahora, pero lo haré.— Pudo ver el dolor de Sunmi en sus ojos.— Lo juro, cariño. Tengo muchas cosas que decirte.
¿Por qué ahora cuando todo está más que jodido, Yoongi?
— Puedes hacerlo ahora, dejá esa jodida arma y hay que hablar.
Yoongi la miró.
— Lo haremos cuando vuelva.
Sunmi lo miró agobiada y negó con la cabeza. Él se separó de ella y fue directo a la puerta.
— Yoongi, no...
— Quédate aquí, vuelvo en una hora.
Y ahora el miedo de Sunmi era que él no volviera.
••••
HOLA MIS REINASSSSSSSS, ya por fin, YA SE VA A ACLARAR TODO Y PARECE QUE YOONGI PLANEA TIRAR toDAS SUS INSEGURIDADES POR SUNMI A LA BASURA
la nets ya me estaban cayendo gordos por enfadosos))):
NOW, acaso yoongi está en el cartel de sinaloa?????? MMmmMmam
ALGUIEN MÁS SE HIZO IG
su amado kook
BUT HYEJI TAMBIÉN LO HIZO
song:
BROCKHAMPTON – Star
foto:
ASH ACABO DE BORRAR TODO Y NO TENGO FOTOS, SÓLO REACTS Y MEMES PERDÓN
WAIT, i got this one...
ASH MIS AMORES SÓLO FALTA CHADWICK
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