Las próximas cuarenta y ocho horas fueron un verdadero infierno, incluso comparando con los días previos: la tensión entre Sunghoon y Riki llegó a niveles críticos, al punto de afectar el funcionamiento más general y cotidiano como grupo. Al parecer, el mayor no podía respirar correctamente en la misma habitación que el maknae, que por su parte alternaba entre estar irascible o comportarse como un niño malcriado (y, al menos en esta ocasión, la adolescencia no era una excusa válida). Los otros cinco chicos se sentían incómodos e impotentes porque, como los dos problemáticos negaban lo evidente, no había mucho que pudieran hacer.

Afortunadamente les tocó día libre, y para pasar tiempo de calidad como familia que eran, decidieron ver una película todos juntos (o casi). Luego de un rato, Jungwon estaba hecho un ovillo, sentado en el suelo, junto a Heeseung; Jake había fallecido en la alfombra; y Sunoo estaba más interesado en su móvil que en la tv. En el sofá más grande yacían Jay y Ni-ki, recostados y literalmente enlazados como serpientes. El menor había estado particularmente pegajoso con el estadounidense, y en ese momento parecía un gatito adormilado por las caricias distraídas que el mayor dejaba en su cabello.

Pareció espabilarse un poco cuando la puerta del cuarto de Sunghoon se abrió, por primera vez en todo el día. Había estado huyendo, para variar, pero tenía demasiado hambre para seguir escondido. Pero su estómago se cerró al ver a sus compañeros, abrazados, cosa que obviamente no preocupaba a nadie más, pero que él no podía ver como algo casual desde aquella vez. Jongseong alzó la cabeza para mirarle, llamándole con tono despreocupado.

—Hey, Hoon, únete a nosotros.

Cuando el mencionado le ignoró olímpicamente, pasando a la cocina, Riki decidió que había tenido suficiente. Le había dado tiempo para asimilar, fue más paciente con él de lo que era nunca... pero ya había superado el límite. Se levantó de un salto, haciendo resonar sus pies contra el suelo en su marcha tras el coreano (debió ser exagerado, lo bastante para traer a Jaeyoon desde el más allá).

—¡OYE TÚ! —gritó el japonés, olvidado de todo honorífico. Sunghoon se giró a verlo con expresión neutra, y Nishimura realmente quiso arruinar su perfecto rostro de un puñetazo—. ¡Creo que hablo por todos al decir que estoy harto de tu actitud de crío berrinchudo y---

Lo siguiente que se escuchó fue el intento de Ni-ki por seguir hablando con la mano de Sunghoon cubriendo su boca, y luego todo pasó muy rápido. El mayor cogió la muñeca del más alto y le arrastró hasta la puerta, tomando dos chaquetas al azar y dándole para calzarse los segundos que tardó en hacer lo propio, sin soltarle en ningún momento.

(Cabe decir que ninguno de sus compañeros intervino: vamos, era para problemas, y quizá si los dejaban solos se solucionaba lo-que-sea que estaba pasando).

*********************************

Hey heeeeeey!! Bueno, al final, esto no se terminó (?). Es que SABÍA que esta parte iba a quedar muchísimo más larga (creo que suma lo mismo que las tres restantes). Así que, teniendo en cuenta que hay un cambio de escena/espacio (que es lo que marcó el corte de las otras partes) y que incluso así la segunda parte queda con 700 palabras... pues eso, decidí cortarlo. Igual lo subiré el domingo, en horario decente para que lo lean mientras lloran porque todxs odiamos los lunes (??).

Fun fact: cuando Riki grita "oye tú" en mi mente era "OMAEEEEE" pero decidí prescindir de onomatopeyas japonesas porque sí~.

¡Agradecimientos! Se sumaron a nuestras estrellitas bellas de siempre <3 dos nuevas: iluvnriki y 123_Uz que además me agregó a su lista de lectura ><

A quienes siempre leen, ponen estrellita y comentan, mi amor eterno con ustedes~

Y antes que me hagas una escenita, TumishaSioSi, a ti te amo mucho más <3 <3 <3

¡Nos vemos en la última parteee!