Hace tan solo cinco años atrás, mi vida era casi perfecta. Vivía junto a mi gemela y mis padres.

Tal vez no tenía una relación perfecta con ellos, pero muchas veces llegábamos a entendernos.

Nacer en una familia bañada en dinero, que siempre está en la boca de todos y es una de las familias más influyentes del país; muchas veces se vuelve una terrible pesadilla.

No tenía una vida totalmente perfecta, es cierto. Pero tenía a la mejor del mundo, mi todo y mi vida entera en ese entonces; Mi hermana gemela. Esa con la que una vez compartí vientre y placenta, con la que convivi toda mi niñez y adolescencia. Aquella con la que jugaba y sonreía, por la que lloraba si algo malo le sucedía.

No solamente compartíamos rostros en ese entonces, sino que también compartíamos secretos, verdades. Éramos una sola.

Pero dicen por ahí, que la mejor amistad y hermandad, muchas veces se corrompen por la llegada de una tercera persona, además de ese terrible y a la misma vez, hermoso sentimiento que te hace ser vulnerable ante muchas situaciones.

Mi hermana y yo éramos inseparables, nadie, pero absolutamente nadie, podía meterse con nosotros o intentar romper ese vínculo. Hasta que llegó él; Min Yoongi.

Ese hombre que rompió cualquier tipo de barrera, cualquier promesa hecha por mi hermana y por mí, se convirtió en la persona más importante de nuestras vidas. Esa sonrisa de gato, con mirada intimidante y atrayente, ese hombre que amaba y ama decir groserías, se ganó el corazón de las gemelas inseparables. Mi hermana y yo caímos prendadas a sus pies, la más mínima tontería que hiciera, para nosotras era lo más hermoso del mundo.

Ambas eramos conscientes de los sentimientos que sentíamos por el peli negro, de portada y apariencia ruda. Aún así, ambas decidimos acercarnos a ese peli negro, intentar volvernos cercanas a ese chico; algo que fué un poco difícil. El chico siempre fué y ha sido difícil de conseguir tanto como amigo, como de algo mucho más allá. Pero nunca imposible, nunca lo fué.

La amistad se entabló, el chico nos enamoró con su manera de ser, a mí hermana por su apariencia, a mí por su personalidad. Ambas caímos como tontas.

Min Yoongi, mi mejor amigo, mi segundo confidente, el único además de mi hermana, al que le permitía regañarme o reprocharme algo. El único que me podía dar afecto sin recibir una queja de mi parte.

Sin embargo, esos sentimientos crecieron cada vez más, entonces ya era difícil para ambas ocultarlo, pero sobre todo... compartirlo.

__ ¡Estuviste coqueteando con el ante mí!- aún recuerdo la molestia de mi gemela en ese entonces. - ¿cómo puedes meterte con el cuando sabes que me gusta?

Las peleas comenzaron a surgir, eran casi todos los días, no había un día en el que mi gemela y yo no discutieramos por ese hombre.

Ahí entendí que ambas no solo compartíamos rostro, sino que también compartíamos gustos iguales. Y la verdad, a mí gemela siempre le gustó lo que me gustaba a mí y viceversa.

Las gemelas no compartirán sentimientos, corazón o cerebro; pero si rostros idénticos y gustos muy similares, para no decir idénticos.

Desde ese entonces comenzó una lucha continua, ambas queríamos a Yoongi. Ya no era como antes, ahora luchabamos la una contra la otra. Hasta un día que me cansé de ese error, hasta que sentí que estábamos cometiendo el peor error de nuestras vidas.

Decidí dejar a Yoongi, alejarlo de mi vida por mi bien y el de mi hermana. No valía la pena arruinar una hermandad por un hombre que apenas llevábamos tres años de conocerlo, un hombre que conocimos en preparatoria. Mi hermana aceptó y decidió también dejarlo fuera de su vida, o eso pensé yo en ese entonces. Hasta que dos semanas después, ambos anuncian su relación ante mí. Ya que teníamos prohibido tener novios, nuestros padres jamás permitieron algo así; y ahora entiendo porque. Debíamos llegar virgen a la boda, para que nos comprara el mejor postor.

Había dejado atrás lo que sentía, para proteger mi relación con mi hermana. Pero resulta que ella aprovechó esa oportunidad para acercarse más a Yoongi, era la oportunidad perfecta. Me sentí traicionada, engañada, devastada; aún así... no podía hacer nada.

Los días comenzaron a pasar, seguido los meses, hasta llegar a ser seis meses de relación dónde fui la testigo de todo lo que ambos se amaban. Yoongi le demostraba una faceta que nunca pude ver, Yoongi con solo verla sonreía como un tonto enamorado. Ese hombre, me contaba siempre todo acerca de su relación con mi hermana, aún recuerdo la noche que me contó que mi hermana y el habían llegado a mucho más allá de un par de besos.

Yo no podía opinar, no podía hablar. Debía callarme y soportar todo, mi dolor no tenía valor en ese momento, era más importante la felicidad de mi hermana que la mía. Siempre lo fué.

Yo solo callaba y aguantaba, es lo mejor que sé hacer desde ese entonces. Pero dicen que todo es hasta un día ¿verdad?

Fué esa noche cuando padre pidió que nos arreglaramos, esa noche en medio de una cena de negocios que padre reveló su misteriosa amistad con el Señor Min. Fué estúpido de nuestra parte ¿qué nos hizo pensar que las cabezas de las familias más importantes e influyentes de Corea no se conocían?

Los tres estábamos sorprendidos.

Ambos tomaron una decisión sin ni siquiera preguntar nuestro consentimiento.

__ Hemos tomado una decisión- habló mi padre - Debido a nuestra reputación, nuestros intereses económicos y felicidad de nuestros hijos... hemos decidido casar a nuestros primogénitos otorgando la unión absoluta a nuestros negocios... - ese fué el peor día de nuestras vidas.

Nos trataron como títeres, como muñecos sin valor alguno  que manejaban sin compasión.

Ese día se convirtió en una pesadilla, las peleas entre mi hermana y yo se hicieron presentes.

__ ¡Hablarás con nuestros padres y dirás que no quieres este compromiso Suri! - me gritó, con sus ojos llenos de lágrimas- No puedes casarte con el, mi chico... -me prohibió.

De hecho, siempre me prohibía las cosas.

Creo que siempre fui una sumisa.

Pero no estaba en mis manos.

__ Yo no elegí ser la mayor de las dos Suni - le dije entre lágrimas- Mucho menos elegí que esto sucediera...

Esos días fueron una pesadilla, las peleas no cesaron. Al final, fui obligada a casarme. Esa noche, no pude evitar sentir una pequeña emoción en mi pecho, al final me estaba casando con el chico que robó mi corazón. Pero una parte de mí estaba rota.

La noche de bodas, fué un completo desastre. Mi gemela apareció en la habitación de hotel, en mi lugar ella pasó la noche con Yoongi, mientras yo la pasé en el Jacuzzi del baño, llorando por mi desgracia y desdicha.

Los días comenzaron a pasar, tuve que abandonar mi hogar para ir al de su familia. Tuve que adaptarme a un lugar que no conocía, mientras Yoongi se la pasaba con mi hermana. Al pasar de los meses, llegó la noticia de que mi hermana también fué comprometida, con el hijo de los Jeon, acompañada con la obsesión de un heredero para la familia Min.

Yoongi estaba devastado, no dejaba de llorar. Mi hermana también lo estaba, pero ella permanecía lejos de mí. En medio de una cosa y la otra, debido al dolor, la presión por causa de nuestros padres; decidimos darles lo que tanto ellos deseaban.

Un heredero...

Tres noches, tres noches de sexo crudo, sin amor, sin pasión, nada de afecto de su parte. Mi primera vez fue un fracaso. Desde esos días, dejamos de ser los mejores amigos que alguna vez fuimos.

Yo quería ser madre, pero mi vida estaría atada por completo a Min Yoongi, y aún sabiendo su amor por mi hermana, le entregué mi virginidad, mi cuerpo; para otorgar el heredero tan esperado por la familia Min, el hijo tan deseado por mí.

Cuando la familia Min, se enteró que estaba embarazada del heredero de los Min proporcionado por mí, todos estaban demasiado contentos, esa noticia fué llegada a mis padres y hermana, el mismo día de su boda.

Desde entonces, fué una discusión tras otra.

__ ¡ Eras mi hermana ! -me gritó enfadada- ¡Yo confiaba en ti! ¡¿ Como pudiste acostarte y embarazarte del hombre que amo?!

A pesar de haberse casado, a pesar de que padre nos había vendido por negocios, dinero y más influencia, ella solo pensaba en mi "traición".

Jamás nos volvimos a hablar, ni siquiera volvió a hablar con Yoongi. Ella se mudó a Busan junto a su esposo y jamás se supo de ella, solo que había tenido la dicha de ser madre tres meses después de mí.

A pesar de todo lo vivido, Yoongi nunca dejó de lado el hecho de que tiene un hijo conmigo, aunque conmigo se prive, con su hijo goza, es feliz.

Mi amor hacia el, nunca  fué una opción y mucho menos algo que confesar. Jamás le confesaré mis sentimientos hacia el, porque sé que el nunca podría tener ojos para nadie más, que no sea... mi gemela.

Así que en medio de mi desdicha, en medio de mi dolor, solo le pude pedir algo mientras dormía...

__ Min Yoongi...- llamé mientras el dormía plácidamente, me le quedé mirando con el corazón en mi mano- Devuelveme el corazón...