Cuarta parte.
Quiéreme, quiéreme, quiéreme,
dame amor, dame amor, dame amor.
Oh Señor, Señor, oh, dame amor.
Oh Señor, Señor, oh, dame amor.
🎯
Hoseok seguía despierto, viendo como el pecho de Taehyung subía y bajaba al compás de la canción del vinilo de sus padres. Estaba acostado a su lado, apoyando la cabeza en su palma, mientras vigilaba su sueño.
Le dolía de forma horrorosa que Taehyung este así de golpeado; con la mejilla y el ojo morado, una ceja cortada y varios golpes en sus costillas, pero le alegraba el hecho de que sí le había podido patear el trasero a ese egocéntrico y maldito caído. Le gustó ver como lo hacía papilla entre golpes tan rápidos y certeros que Hoseok se emocionó echándole porras.
Su chico había crecido y podía protegerse solo.
Eso le povocaba una mezcla de sentimientos que no podía poner en orden, así que sólo los ignoró. Siguió observando las lindas facciones del menor con una ternura que brotaba de sus poros y no pudo evitar pasar su pulgar por el labio inferior del menor.
Taehyung se movió, entreabriendo los ojos y sonriendo al ver a Hoseok.
- Perdón por despertarte. -susurró Hoseok, empezando a acariciar la oreja de Taehyung, quien emitía pequeños gruñidos de satisfacción, tapándose con las sabanas.
- No me importa si eres tú quien me despierta. -murmuró, soñoliento.
Hoseok sonrió de oreja a oreja, soltando una pequeña risa. Tomó las sábanas y acurrucando a Taehyung contra su pecho los tapó completamente hasta la cabeza.
Taehyung, ya despierto, rió ante los cortos besos de Hoseok en su cuello. Le daba cosquillas.
- ¿Qué estás haciendo? -dijo Taehyung, pasando sus manos por la espalda desnuda de Hoseok.
Ambos se encontraban totalmente desnudos bajo las sabanas y Hoseok se posicionó entre las piernas de Taehyung, para luego besar con dulzura el lóbulo de su oreja.
- Shh, bebé. -le hizo callar, besando la comisura de sus labios-. ¿Sabes, Taehyung-ah? Aquí nadie nos va a encontrar.
🎯
Taehyung suspiró afligidamente, mientras tocaba el pomo de la puerta. La puerta era roja y todo estaba oscuro, iluminado solamente por la luz de la luna y los faroles.
Dio vuelta el pomo de la puerta y entró, encontrándose con más oscuridad. Un olor a azufre llegó a sus fosas nasales y siguió avanzando hasta llegar a unas escaleras, bajó por ellas tratando de no tropezar y llegó hasta una habitación iluminada, donde habían dos hombres en la puerta haciendo guardia. Al llegar frente a ellos, sus ojos se volvieron rojizos y los hombres le permitieron el paso. Podían ver que Taehyung era de los suyos con sólo ver sus ojos en llamas.
Dentro de la habitación había un escritorio de vidrio y detrás de éste una gran silla de cuero, siendo usada por un hombre esbelto, de piel pálida y ojos negros como cavernas, fumándose un puro mientras acariciaba el cabello de una joven con alas grises y una correa al cuello.
La oscuridad estaba empezando a envolver aquella chica ángel en el regazo del hombre. Taehyung sintió lástima por ella. Si Hoseok caía por él, si caía en su oscuridad, ¿También terminaría como la chica, con la mirada triste y sus alas de un feo color cenizo?
Pensar en esa posibilidad hizo que su estómago diera un vuelco, y tuvo que tragar saliva varias veces para quitar el mal sabor de boca. Hoseok era un ángel y así se quedaría.
El hombre, quien estaba pendiente de su presa en su regazo, volvió la vista hacia Taehyung y su semblante serio se convirtió en una sonrisa macabra, de oreja a oreja. Tan desquiciada como la de huasón de Batman. Taehyung sintió escalofríos.
- ¡Pero miren a quién tenemos aquí! Nuestro Taehyungie, tanto tiempo sin vernos. -exclamó el hombre, levantándose de su asiento y tomando a la chica de la correa-. ¿Por qué te quedas en la puerta?, ¡Pasa, hombre, esta es tu casa! Ah, pero sácate los zapatos, a saber qué mierda habrás pisado por ahí. Los humanos son tan asquerosos, ¿Has visto como escupen en las calles? Iuh.
Taehyung se sacó los zapatos y entró a la habitación, cerrando la puerta.
Va a matarme.
Pensó, al recordar lo que tenía que decirle.
Tal vez lo torturaría un poco, y luego le mataría. Ese hombre, su jefe, era esa clase de persona. Pero tampoco le importaba, después de ver a Hoseok, de sentirlo otra vez, piel con piel, alma con alma, su antiguo Taehyung estaba empezando a volver en sí, a tomar todo el control de su cuerpo.
Así que ahí estaba.
En el despacho del hombre que le había contratado.
Queriendo ser despedido.
- He venido a dar mi carta de renuncia. -confesó directamente Taehyung, sin esperar a que el hombre le preguntara más o siquiera se sentara.
El hombre le miró con los ojos abiertos, riendo a carcajadas que hacían que le diera escalofríos por todo el cuerpo. Era la risa de alguien que había perdido la cabeza hace tiempo.
- ¡Oh, que gracioso eres, Taehyungie! -siguió riéndose, pero Taehyung veía como apretaba el agarre en la correa de la chica-. Creo que no te he escuchado bien, tal vez no me lave bien los oídos esta mañana, así que repítelo para tu jefe, ¿Qué has dicho?
Taehyung tragó saliva-. He venido a dar mi renuncia.
En ese momento, el hombre desplegó sus alas, saltando encima del escritorio y lanzándose encima de Taehyung, agarrando su cuello entre sus manos, asfixiandolo.
- Escúchame bien, Taehyungie. -le susurró contra su rostro, el aliento a azufre estaba empezando a marearle-. Te he tenido mucha paciencia desde que te di las alas, no has querido asesinar a nadie y tampoco violar, ni siquiera torturar, sólo te conformas con robar energía inútil de los inútiles humanos. A mí no me sirve, a ninguno de nosotros nos sirve. Así que escúchame bien, haré como que no te oí, porque si llego a escuchar otra vez lo que has dicho, no dudaré en rasgar tus putas alas de la espalda para que te desangres de una maldita vez y te mueras como la peste que eres.
Taehyung empezó a ponerse morado, pero mirándolo con una rabia que empezaba a emerger desde el fondo de su estómago.
- Q-que lin...das pa-palabras, jefe. -dijo sarcásticamente, sonriendo como siempre, mientras luchaba por respirar. El hombre le soltó, con el rostro arrugado como si oliera basura y Taehyung dio un gran bocado de aire, tosiendo y masajeandose el cuello en el piso. Quedarían marcas, lo sabía.
- Vete de aquí. -le amenazó el hombre, dándole la espalda-. No quiero ver tu cara, me has dado jaqueca.
Taehyung siguió tosiendo, tratando de respirar normalmente.
- ¡¿P-por qué-e?! -graznó Taehyung, con la voz ronca, mientras se paraba sujetándose en la pared-. ¡Sácame éstas putas alas ahora!
El hombre volvió a mirarle como si fuera una basura, con una frialdad que te helaba, pero Taehyung ya no tenía miedo. Tenía más miedo seguir viviendo así, sin Hoseok. Sin poder abrazarlo, besarlo y hacer el amor con el todo el día, porque una maldita electricidad que les quemaba los separaba.
Prefería morir a seguir viviendo sin él de esa forma. Quería ser normal otra vez, para poder amarlo como se merece. Como se amaban antes.
El hombre analizó a Taehyung, mirándolo con los ojos entrecerrados, luego de un momento a otro la mirada del hombre era una de total consternación, para luego dar paso a una sonrisa y empezar a aplaudir como desquiciado, riéndose hasta las lágrimas.
Estás enamorado.
¡No!
Taehyung se paralizó, él no podía saberlo, no, definitivamente no. Trataba de ocultar la verdad en el fondo de su mente para que no accediera, pero aquel hombre era fuerte y rompía todas las barreras que él ponía. Taehyung empezó a sudar, nervioso y sintió como su cabeza empezaba doler, para luego sentir como le salia sangre por la nariz.
- ¡Ah, no puedes hablar en serio, Taehyungie! ¿Enamorarte del ángel cupido ese? -exclamó riéndose-. ¡Tan patético! De verdad no había visto nada igual. Eres un chico realmente estúpido. ¿Sabes por qué no te he matado aun? -el hombre se acercó más a Taehyung, casi chocando contra su pecho-. Porque tu sufrimiento es música para mis oídos, ¿Lo sabías?
Taehyung tragó saliva, sabía que salir de la oscuridad sería difícil. Pero tenía un propósito, tenía una razón para vivir y para que las cosas salieran bien.
Y el hombre se rió, tal vez porque volvía a leerle la mente. Taehyung quería matarlo con sus propias manos.
No tienes escapatoria.
🎯
- ¡Basta, basta ya!, ¡Lo vas a matar, Kim Namjoon! -chilló el castaño, encima del chico pelimorado, tirándolo de las ropas porque parecía un león rasgando a su presa al chico bajo de él, entre puñetazo y puñetazo.
Taehyung veía todo a unos pasos, sin querer entrometerse. Era la pareja que había flechado Hoseok y ahí estaba el chico alto, golpeando a un sujeto de nombre Ken, por solamente tomar de la cintura al chico castaño, Jin.
Jin tenía un aura exótica, por eso varias personas se sentían encantadas con él. Y el chico alto estaba loco de amor, además por el flechado de Hoseok, estaba frito.
Estaba empezando a volverse loco de verdad y lo que el ángel cupido no sabía es que tanto amor, puede llevar a grandes desastres.
Fue entonces cuando vio una flecha cruzar el corazón de Kim Namjoon, y supo que Hoseok estaba allí. Miró alrededor de la ciudad solamente iluminada por la luz de los escaparates y los faroles. No le vio por ninguna parte.
Hasta que vio dos cuerpos pelear sobre un tejado.
Y un dolor agudo se instauró en su pecho.
Arriba, en el cuarto piso de un edificio, Hoseok peleaba a golpes contra un caído que estaba devorando el alma de Kim Namjoon, para que hiciera lo que hacia; matar a alguien.
¿Cómo no lo había visto antes?
Corrió hasta llegar al edificio y voló hasta llegar al tejado. Entró en pánico cuando vio como la mejilla de Hoseok sangraba, y tenía un corte en el puente de su nariz. El caído estaba encima de él, ahorcándolo, sin pensarlo Taehyung corrió hasta él y de las ropas lo apartó de Hoseok, tirándolo contra la pared.
- ¡Hobi! -chilló, arrodillándose a su lado, agarrando su rostro entre sus manos sin importar que se manchara de sangre-. ¡¿Estás bien?! Ah, quedara una marca fea, bien fea. ¿Te duele mucho?
Hoseok abrió la boca para hablar, pero el caído se abalanzó contra Taehyung rápidamente, tirándolo al piso.
- ¡¿Qué crees que estás haciendo, traidor?! -gritó el caído, mientras le pegaba puñetazos a la mejilla de Taehyung.
- Deja a mi Tae en paz, maldita basura -rugió Hoseok, el caído había sido separado de él por éste con una brusquedad que no le había visto nunca.
Taehyung adolorido vio como los ojos de Hoseok se volvían negros, tan negros como el carbón, mientras se acercaba al caído, pegándole patadas tan fuertes que lo mandó a volar varios metros de él, casi a la orilla del edificio.
Podía ver la oscuridad cernirse encima de Hoseok.
Y le aterró.
- ¡Hyung, para! -gritó Taehyung, corriendo para abrazar a Hoseok y sostenerlo contra sí-. Basta, basta, hyung, vuelve a mí, vuelve a mí.
Vio como Hoseok se detenía, dándose la vuelta para mirarle. Sus ojos empezaban a volver a su color café normal al igual que su expresión, que era tan aterradora que por un momento Taehyung no le reconoció.
- ¿Estás bien, Tae tae? -le susurró Hoseok, mientras posaba su mano en la mejilla de Taehyung, acariciándola lentamente con la punta de los dedos. Hoseok veía cada milímetro del rostro de Taehyung buscando más heridas, y al no encontrarlas, se dio la vuelta para mirar al caído escupir un liquido negro de su boca en el piso. Como vio que no se movía, volvió a mirar a Taehyung, tocando su cabello, sus mejillas, su nuca, dentro de su boca, para ver si estaba bien.
- H-hyunw, ewtoy biewn. -dijo Taehyung, mientras Hoseok movía sus mejillas de un lado para otro, con la expresión preocupada.
Luego escuchó la voz del caído, tronar como un rayo en su mente.
Vas a pagar por esto, Kim Taehyung.
De repente, por el rabillo del ojo, vio como una sombra iba a lanzarse contra la espalda de Hoseok.
Taehyung sabía que era una ilusión por parte del caído, capturar a tus víctimas en base a la ilusión espejo rebote. El caído le estaba haciendo creer que era a Hoseok quien estaba atacando, cuando en verdad era a él; entonces, cuando Taehyung pusiera su cuerpo para salvar del ataque a Hoseok, en realidad el ataque haría un efecto rebote y Taehyung se atacaría así mismo.
Pero se dio cuenta demasiado tarde, cuando tenía su propia mano atravesando su estómago.
Fue entonces cuando vio el rostro lleno de terror en Hoseok, con unos ojos llenos de pánico que no les había visto nunca.
Luego se dio cuenta que en realidad él mismo no era tan malvado como pensaba, mientras caía en los brazos de Hoseok.
Hoseok le hacía ser una buena persona, pero era demasiado tarde.
Ahora se daba cuenta que le había rescatado de su oscuridad.
Y si tan solo tuviera una oportunidad más, estaba seguro que no la desperdiciaría.
🎯
Hoseok siempre se preguntó que dolería menos, perder a alguien para siempre o perderle y tenerle cerca.
Sabía que ambas eran igual de dolorosas, porque perder a alguien importante es como perder una parte de ti.
Y él ya no era capaz de soportar tanto vacío y silencio sin él.
Sentía como si hubiera perdido todo al ver el cuerpo de Taehyung volverse cenizas en sus manos.
Perdió tanto de sí que no le importó arrancarle las alas al caído de un tajo con su mejor flecha.
Y lo peor es que ni siquiera se sintió bien, ni sus gritos de dolor ni sus súplicas, porque ni eso volvería a traer a su Taehyung de vuelta.
Ya ni siquiera lloraba, se sentía seco por dentro y su pequeña habitación se había vuelto de acogedora a una fría y silenciosa.
Se sentía en otro mundo, en un mundo donde nada existía, donde no habían sentimientos, donde no había amor, donde no existía Kim Taehyung.
Así que limo, limo, y limo, sentado en su cama con el escritorio frente a él, creando su mejor flecha, su mejor obra de arte. Porque era una flecha especial, una flecha hecha sólo para él.
Así que la uso.
Porque si de algo estaba seguro, era que tal vez sólo así podrían volver a encontrarse.
🎯
Era de noche, una fría noche para ser enero, que era donde más calor hacía. Dentro de la habitación, en la pared, yacía colgado un calendario con varias hojas arrancadas. Todo estaba intacto; la máquina de vinilo había dejado de reproducir, el cuadro en blanco y negro seguía en su lugar, la pareja enamorada de madera seguía abrazada sobre el escritorio, el atrapa sueños colgado sobre el colchón balanceándose suavemente y el arco colgado en el perchero.
Había silencio en todas partes de la habitación, hasta que alguien tocó la puerta.
- ¿Jung Hoseok?, ¿Está allí, joven? -dijo una señora mayor, golpeando la puerta más fuerte-. No le he visto durante toda la semana y me he preocupado, ¿Está allí?, ¡Joven!
Y el silencio le respondió junto al chillido de los pájaros, hasta que la mujer dio vuelta el pomo de la puerta sin pestillo.
Y pegó un grito tan fuerte que espantó a todos los pájaros que estaban encima de los cables de electricidad.
🎯
Un joven alto y esbelto bajó del auto, vestido de uniforme, mientras las luces rojas y azules de los carros de policías y la de los faroles desfiguraban su rostro en colores. Vio como la ambulancia estaba estacionada justo al frente, bajando una camilla más varios utensilios, y cruzó la calle hacia la puerta que tenía cintas amarillas, cuando un hombre le interceptó.
- ¿Ya te dijeron? -habló el hombre a su lado, mientras le pasaba una carpeta-. Es una escena de suicidio típica, estábamos esperándote para que te hicieras cargo; es tu caso. Por lo que se ve, el chico estaba completamente solo. Huérfano desde los siete, revisamos su celular pero no tiene ningún contacto, ninguna foto. Aunque estuvimos examinándolo y si bien no tiene pulso, no hay tanta sangre como se espera. Creemos que tuvo una hemorragia interna.
El joven asintió, tomando la carpeta. La abrió, encontrándose con el rostro sonriente del susodicho.
Tiene una sonrisa preciosa.
¿Cómo pudo desperdiciarla así?
Se sintió triste, odiaba los casos de suicido y más si la persona era tan joven, aunque se sorprendió al ver que era mayor que él por dos años. Leyó el historial completo, en la puerta de la habitación donde se encontraba el cuerpo.
Jung Hoseok, Jung... Hoseok...Jung...
Repitió el nombre de la víctima en su cabeza, como si tratara de acordarse de algo que estuviera a punto de recordar. Sin pensarlo demasiado y tratando de sacarse el sentimiento de duda y angustia en su pecho, se agachó para pasar por debajo de las cintas amarillas y entró a la habitación. Habían otras personas limpiando la escena, pero él sólo pudo ver el cuerpo inerte del chico en el colchón.
Parecía más como si estuviera durmiendo.
En vez muerto, con una flecha negra incrustada en su pecho.
Pero no se veía como un muerto; no estaba pálido ni tieso, su piel relucía bronceada y sus mejillas estaban sonrosadas. Era como si estuviera a punto de despertar.
Se acercó más a él, acuclillándose a su lado y vio de cerca la flecha que cruzaba su pecho. Atravesaba justo su corazón y sólo había un poco de sangre seca manchando el colchón.
Siento que te conozco, Jung Hoseok. ¿Pero de dónde?
Siento...
mucho amor.
El joven acercó su mano, lentamente, tenía la sensación de que si le tocaba descuidadamente iba a asustarlo. Lo primero que tocó fue su nariz con la punta de sus dedos, para luego bajar hasta su boca y seguir un recorrido por su cuello hasta su nuca.
¿Por qué me siento... como si estuviera lleno de...?
Despierta.
- Oficial, no debería tocar al muchacho, van a hacerle una autopsia ahora. -escuchó que le decía una voz grave detrás de su espalda.
Él negó con la cabeza sutilmente, solamente prestando atención al movimiento de las pestañas del chico frente a él.
Estás despertando.
- Oye, aléjate del cuerpo, está muerto, no hace falta que lo toques. -oyó otra voz, pero ésta vez femenina-. O sólo ponte guantes, ¿Quieres?
No se inmutó. Esta vez puso toda su palma delicadamente en la mejilla del chico, apartando algunos cabellos de su frente.
El chico empezó a abrir los ojos lentamente, volviendo a reanudar los movimientos de su pecho.
La flecha había desaparecido, pero él ni siquiera lo pudo ver.
Sólo veía como el chico despertaba, para fijar sus ojos cansados en los de él.
El chico al verle sonrió, tan feliz que sus ojos brillaban como dos estrellas en un cielo sin constelaciones, moviendo su mano hasta la mano de él en su mejilla. Estaba vivo, tan vivo como él mismo.
- Hay algo que se me olvido decirte, Kim Taehyung. -susurró el chico con voz adormilada, tocando su mejilla.
Sabía que debería sentirse asustado o por lo menos aturdido, porque no tenía ni idea de quién era él, pero se sentía como si hubiera regresado a casa después de mucho, mucho tiempo. Y no supo porqué, pero las lágrimas empezaron a llenar sus ojos, cayendo lentamente por sus mejillas.
- Te amo.
💘
Mi playlist necesita actualizarse wn, busco y busco canciones para mis capítulos pero ninguna me inspira lo suficiente. O SON MUY FELICES O NO TAN TRISTES WEON Y YO NECESITO UNA SAD BIEN SAD PARA INSPIRARME YISUS.
Y bueno, espero que les haya gustado:c he abandonado Can't help falling in love y quiero volver a ella, estos pinches one shot que no son one shot y que si lo son me traen re lok.
Y tengo otro más en mente :w será Yoonmin kskdkkd
Bueno, me fui.
PD: SÍ. TÚ. LA QUE LEE Y ME DA ESTRELLITA; TE LOVEO INTENSAMENTE.
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