La despensa estaba totalmente llena de cosas, en algún momento tal vez se dedicaría a experimentar nuevas recetas con varias especias que se encontraban ahí, incluso, y no quería preguntar, habían conseguido un pequeño refrigerador en el cual, habían carnes. Muy pocas veces en su vida pudo consumir de esta, casi tres veces al mes, era un alimento costoso y su madre no podía pagarlo pues necesitaban comprar muchos otros víveres.

Quiso preparar un poco de carne con huevo y arroz, mientras hacía todo esto, veía de reojo a Heeseung sentado en uno de los mesones de la cocina, su compañía le era pesada, pues temía que este pudiera hacerle daño.

—Espero que te guste lo que vayas a preparar.—Dijo Heeseung mirando con una sonrisa a Sunoo

—Solo es un desayuno improvisado, supongo que he comido mejores cosas antes.—Sunoo comenzó a batir lo huevos en el tazón, estaba haciendo bastantes pues quería darle un poco a los entes

—¿Estás seguro qué puedes comer todo eso?, bueno, estás haciendo mucho.—Heeseung miró con preocupación a Sunoo, este sonrió

—Quiero darle un poco a todos ustedes, tal vez no coman como yo lo hago, pero es... Solo un gesto de gratitud.—Sunoo dejó de batir los huevos, echó un poco de sal y pimienta en estos y nuevamente batió un poco más

Heeseung sonrió ante las palabras de Sunoo, él humano se estaba preocupando indirectamente por ellos. La realidad era que, por más que Sunoo quisiera negarlo, quería ver el trasfondo de aquellas criaturas, a lenguas de notaba que en algún punto de su vida estos fueron humanos al igual que él.

Pero sabía que no iban a contarle, a menos de que se gane la confianza de los cuatro o de alguno de ellos.

—Me parece bien, ¡Pero las galletas son solo para mi!—Dijo con sus mejillas rojas, Sunoo soltó una risita tierna y asintió con la cabeza

El ambiente en ese lugar era tétrico y tierno, su vida estaba un constante vaivén en dónde si hacía algo indebido, estaba seguro que lo pagaría con su vida y con la de su madre.

Sunoo siguió en su labor de preparar la comida, una vez esparció sal y algunas especias en la carne la puso a freír, unos cinco pedazos de esta para él y sus nuevos dueños, mientras la carne se cocinaba lentamente lavó el arroz y unos minutos después colocó a cocinar de este.

Vacío los huevos en un perol y comenzó a revolver de estos hasta que se cocinaron, la carne ya estaba lista al igual que el arroz, sirvió la comida en platos y le daba vergüenza, pero debía llamar a los otros tres para que vinieran a degustar de la comida.

—Bueno yo...—

—¿Quieres que llame a los otros tres?, está bien... ¡NIÑOS TONTOS VENGAN YA!—Gritó Heeseung, los otros tres hombres llegaron en un parpadeó

—¿Para qué nos necesitas, Hee?—Preguntó Jake mirando a Sunoo, habían muchos platos de comida servidos

—Sunoo les preparo algo de comer, ¡Pero qué quede claro que para mí es el postre!—Hizo un puchero, los otros tres se miraron confundidos entre si

—¿Algo de comer?, ¿Hace rato no te estabas quejando por qué Sunoo nos estaba “malcriando”?—Preguntó con curiosidad Jongseong, pero aún así quería reírse gracias a la cara que puso el mayor de todos

—¡DEJA DE DECIR ESAS TONTADAS!, ADEMÁS, ¿QUÉ HACES ESCUCHANDO LAS CONVERSACIONES DE LOS DEMÁS?—Gritó con sus mejillas rojas, los otros tres comenzaron a reír pues, ¿Hace cuánto no ven a su mayor así de avergonzado?, era como un tierno retroceso en el tiempo

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—Woah, estaba muy rico ese platillo. Muchas gracias por la comida Sun.—Dijo Sunghoon relamiendo sus labios, el sabor de la carne, el arroz y el huevo aún seguía en ellos

—De nada...—Sunoo se levantó de la mesa y comenzó a recoger los platos vacíos

—No es necesario que los laves, de todas formas por aquí no llega el agua, así que en un momento iremos a traer algunos baldes con agua del río.—Jongseong miró a Sunoo asentir mientras llevaba los platos hacia la cocina nuevamente

También habían traído el pequeño comedor que había en la cabaña, juntos las sillas que habían en este, querían que Sunoo se sintiera como en su propio hogar pero solo lograban que este sintiera nostalgia con cada paso que da.

—Sunoo, ¿Quieres qué te haga compañía?, en un momento vas a comenzar a hacer las galletas y vas a necesitar estar concentrado.—Sunghoon rodeó sus brazos en la cadera de Sunoo, este se sonrojo por el extraño gesto del ente

—Bu-bueno... Acompáñame un poco.—Sus mejillas se encendieron en rojo, Sunghoon frotó su mejilla contra la suya, había tomado una extraña actitud cariñosa

—¡Ven, quiero enseñarte algo!—Sunghoon tomó el brazo de Sunoo y lo arrastró hacía un lugar que Sunoo desconocía totalmente

Caminaban por los pasillos del lugar, extrañamente Sunoo podía ver cuadros que hacían alusión a temas religiosos, cuadros de algunas monjas y de escenas religiosas. Todo ese aura le daba una mala vibra a Kim, quien sentía su corazón acelerarse con cada cuadro que veía, era como si estos le siguieran con la mirada.

Ambos pararon su caminar frente a una habitación, Sunghoon dudo por un momento si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero quería que Sunoo lo viera como lo que debía ser, el esposo del mal.

Sunghoon tragó en secó y sus manos se dirigieron a la perilla de la puerta, girando de esta y dejando ver el interior de la habitación, repleta de cosas que se encontraban debajo de mantas negras que ocultaban sus orígenes.

—Aquí hay muchas cosas que debes ver, con cada cuadro que veas podrás entender tu estadía en este lugar, el destino es quien no está uniendo, no debes tener miedo de nosotros.—Una oscuridad se hizo presente en la habitación

Los ojos de Sunoo solo vieron oscuridad y en unos segundos después, la luz comenzó a filtrarse por una ventana que se encontraba cubierta por una sábana blanca. Sunghoon había desaparecido del lugar, se encontraba solo en aquella misteriosa habitación.

Se acercó a la puerta con cierto temor y comenzó a intentar abrirla, pero se encontraba encerrado dentro de esta habitación.

—¡Por favor ayuda!, ¡No quiero estar aquí!, este lugar me está dando miedo...—Sunoo tocaba la puerta desde adentro, dando fuertes golpes con sus manos en la madera

Sunoo comenzó a hiperventilar, su espalda fue apoyada contra la puerta mientras intentaba regular su respiración.

—Sunoo...—Escuchó una voz llamándolo entre las sábanas negras

—Sunoo...—La voz no dejaba de resonar en su mente, el mencionado tapó sus oidos y negó con la cabeza, se encontraba bastante asustado

—Sunoo...—Aquella voz no dejaba de llamarlo

Sunoo sintió que perdió el control de su cuerpo, se incorporó y comenzó a caminar entre las cosas que se encontraban escondidas, miraba con miedo cada cosa que pasaba por su lado, teniendo vivo el miedo por su cuerpo, no esperaba encontrar cosas buenas en aquel lugar.

Se había dejado engañar por Sunghoon, lo había llevado a una extraña trampa de la cual no podía escapar.

—Sunoo...—La voz comenzó a intensificarse en un área

Sunoo caminó hasta donde la voz comenzaba a resonar con más fuerza. Está no dejaban de repetir su nombre a gran velocidad con cada paso que daba. Las lágrimas salían por sus ojos y brotaban por sus mejillas, cayendo en el suelo y dejando un pequeño rastro de estas.

Sus manos tocaron la manta negra, y rápidamente quitó de esta revelando así el cuadro que estaba pintando.

Sus ojos se abrieron sorprendidos y su respiración se vió cortada debido al fuerte shock.

Era un cuadro de él, se encontraba pintado en este, sentado en un trono y rodeado por los cuatro entes que lo tenían cautiverio en aquel lugar.

Con curiosidad miró detrás de la obra, el título de esta era "el esposo del mal", ¿Su autor?, Yang Jungwon.

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Se vienen cositas...

Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.