La verdad es que no pensó que tardaría tanto en que se notara la ausencia de Will Shane. Pasado casi los 7 meses Bajoterra se percato de la ausencia del Shane, las llamadas de auxilio no eran respondidas, la gente no lo veía patrullar como usualmente lo hacia, y no se veía algunas de sus acciones heroicas como detener a bandidos o sus típicas aventuras. Al saberse la noticia, fue la gran oportunidad de los delincuente de poca monta para realizar sus mañas, las cavernas mas hostiles de la noche a la mañana eran saqueadas o como en los viejos tiempo, siendo controladas por bandidos que quieren subir poco a poco de rango.

Lo que predijo aquella vez estaba sucediendo, y al igual que esos bandidos esta era su oportunidad para ir ganando terreno; la gente desesperada optaran por aceptar sin importar que sus términos a ofrecer, todo con tal de mantener a raya a esos bandidos, básicamente recibiría beneficios sin limites de dichos terreros y cavernas de forma gratuita, evitando perdidas.

— ¡¡Papa!!.

Blakk salió de su mente en la que estaba divagando para mirar al niño a su lado de la mesa del restaurante:— ¿Qué pasa Eli?. —el niño alzo el menú hacia el. Gruño a lo bajo al darse cuenta que estaba tan metido en su mente que no se percato que el mesero les trajo las tablas de menú, seguramente no le presto atención y debido a ello el mesero para no interrumpir se las dio al niño.

Estaban en uno de sus restaurantes favoritos, la razón del porque el menor estaba aquí era por una tonta promesa; después de que lo llevara en tren a caverna Rustica, el niño a tenido demasiada curiosidad por explorar Bajoterra, por lo tanto cada vez que tenia una reunión fuera de la fortaleza suplicaba que lo llevara, aunque sea para estar encerrado en el tren, el solo quería salir mas del edificio. Obviamente no lo quería dejar salir, lo de aquella vez fue mas un capricho por no dejarlo sin nadie que le eche el ojo, pero aunque suene extraño comprendía al niño; incluso el necesitaba salir de su empresa, a diferencia de lo que piensa la gente que lo tienen tachado de encerrado en aquel edificio, el no soporta estar encerrado tal como si fuera una babosa en su jaula, el necesitaba salir de vez en cuando.

Así que, le hizo un... ¿Podría decirse que un trato con el niño?, lastimosamente fue mas una promesa, promesa que consistía en que si Eli hacia TODO lo que el decía sin quejas, si se portaba bien o realizaba ciertas tareas, al final de la semana lo sacaría de la fortaleza. Valla su sorpresa cuando este si cumplió, en toda esa semana el niño no le había causado ningún problema, era tal cual como las primeras semanas que estaba en la fortaleza, tranquilo; cuando el niño exigió que cumpliera con su promesa, al ver que hizo lo prometido, pues no tenia de otra mas que cumplir, aparte de eso que sentía que el menor si se lo había ganado, le hizo pensar que tal vez debería hacer este tipo de cosas mas seguido para mantenerlo quieto.

Ya sabía lo que pediría desde antes de llegar, por lo que dejo el menú a un lado de la mesa y miro al niño mirando su menú pensativo. Al recordar la emoción que expreso cuando dijo que lo traería, la misma sensación de comodidad que sintió aquella vez que le regalo el peluche volvió, supuso que es lo que dicen algunos con respecto a tener a un niño cerca, su curiosidad y emociones pueden hacer variadas la de uno mismo. 

— ¿Ya sabes que pedirás?. —reposando sus codos sobre la mesa, el niño se estaba tardando.

— .. Creo que sí. —rodo los ojos ante la respuesta del menor, le arrebato el menú de las manos, alzando la mano para que el mesero de su mesa venga para tomar sus pedidos, no sin antes entregar los menú. El mesero miro al niño con una sonrisa, dejando entender que tomaría su orden:— Quiero un helado como el que esta en la imagen, un trozo de pastel de chocolate, jugo de naranja, de esos mini pasteles de colores, y esa cosa amarilla que parece gelatina.. Por favor.

El mesero con una sonrisa que delataba que aguantaba la risa miro a Blakk que frunció las cejas a Eli:— Tráigale al niño aquí un bistec al horno con salsa de ajo y un jugo de naranja, y a mi el plato de siempre. —el mesero asintió para marcharse.

— ¡P-pero yo quería todo eso!.

— Vas a comer Comida, no dulce. —el niño se cruzó de brazos, recostándose en la silla inflo las mejillas haciendo un puchero y frunció las cejas.

— Que aburrido eres papa.

— Si aburrido es asegurarme que comas bien pues aburrido sere. —fruncio los labios al darce cuenta de lo que dijo, eso fue extraño incluso para el. 

Eli acepto de mala gana, no le gustaba la forma en la que estaba sentado pero por esta vez lo dejaba pasar; miro la vestimenta del niño, obviamente no traería al menor con los harapos que en su mayoría anda en la fortaleza, lo vistió de forma casual, igual trato de que el peinado fuera más formal, así como el suyo que siempre estaba peinado hacia atrás, pero el flequillo del niño siempre ha sido así, y así lo dejo, rio para sí mismo cuando Eli se quejaba de que le dejara el cabello como estaba, odiaba tenerlo hacia atrás porque hacia ver su gran frente.

Eli se dio cuenta de que se estaba riendo:— ¿De qué te ríes papa?.

— ¡Ja!.. Ajam, de nada. —tocio para tratar de calmar su risa, Eli no le creyó.

— ¡¿De que te ries papa?!.

— Hmm.. Te dije que nada. —frunciendo los labios:— ... Frente de Carnero.

— ¡¡Papa!!. —el niño se enojó, señalándolo:— ¡¡No es justo, dijiste que no te burlarías!!.

— Lo siento Eli.. Pero dimelo de Frente, JA JA.

Si, era divertido molestar al niño de vez en cuando; estuvo asi por un rato mas hasta que la comida llego, entregando a Eli su platillo el cual el niño quedo boquiabierto por el gran trozo de carne. El ambiente era... Agradable, ¿sera porque es la primera vez que comia con un niño?, tal vez; las conversaciones no tenian sentido alguno a diferencia de sus tipicas charlas de negocios, era ridiculo pero si mucho mas entretenido que los encuentros aburridos, era un poco fastidioso ver al niño forcejear con la carne, obligandolo a partirla en trozos para que lo coma comodo, y las constantes burlar haciendo enojar al niño, sin duda era adictivo.

Ya habían terminado de comer, percatándose de que había pasado el tiempo demasiado rápido, lo prometido era una salida, y ya la cumplió, pero se sentía tan pronto, era como si no estaba cumpliendo con su promesa, eso jamás le molesto hasta ahora.

— Traiganos pastel de chocolate. —ordeno al mesero que venia por los platos, este asintio y se marcho dejando la mesa limpia.

— ¡¿En serio papa?!. —el niño se inclino en la mesa contento.

— Me bajas la emocion. —miro fulminante al menor, este ya estaba acostumbrado pero asintio acomodandose en la silla:— Solo por esta vez, terminamos y regresamos, ¿quedo claro?. —mirando fijamente, el niño asintio con una sonrisa.

No paso mucho cuando el mesero regreso con el pastel, al ver al niño comer el dulce con desden se pregunto si fue buena idea, mas le vale no arrepentirse. Al terminar se percato que aun era de tarde, tomando el mismo camino para ir a la estacion y esperar el tren; sin embargo, Eli se safo del agarre de su mano para ir a la fuente de la caverna, le a dicho al niño que nunca haga eso, pero al estar cerca no dijo nada. Eli se puso de puntillas para tratar de mirar al interior pero aun asi no alcanzaba a ver.

Cargo al niño por debajo de los brazo, reposándolo como siempre en su pecho, sentándose sobre el borde de la fuente para mirar el agua cristalina, el fondo lleno de piedras con una que otras plantas de mar y algunos peces pequeños. Dejo que Eli tocara el agua fría, no es nada pero servía para distraerlo un poco; al ver lo feliz que estaba el niño por algo tan simple una duda surgió, de hecho tenía la duda desde el accidente pero ahora es que sentía mucha curiosidad.

— Quisiera preguntarte algo Eli. —el niño no dijo nada pero asintió sin dejar de tocar el agua:— .. ¿Hemos tenido... Momentos felices?. —la pregunta venia más por lo dicho por el doctor aquella vez, que la razón de que Eli lo estuviera confundiendo con su padre era que ha tenido momentos felices con él, pero sabe muy bien que no es así.

— Sip. —respondió sin dudar el niño.

La respuesta hizo fruncir las cejas:— Que yo recuerde nunca los hemos tenido Eli, jamás.

— Pues yo estoy feliz ahora. —la respuesta hizo mudar al castaño:— .. Siempre has estado conmigo papa, tú me cuidas mucho, me dejas trabajar contigo, incluso me dejas entrar a tu laboratorio. —contando con sus dedos:— Me dejas tener babosas, me compras cosas, me das de comer; hoy me llevaste a pasear y me compraste comida muy rica, ¡comimos pastel!, y ahora estamos en una linda fuente... ¿Qué niño no estaría feliz de estar con su papa a cada rato?.

Blakk no supo que decir, por primera vez alguien lo hizo cuestionar y hacerlo dudar y para colmo, un niño. ¿Eso quiere decir que lo estaba haciendo bien?, ¿que si hubiera sido con otro niño las cosas serian igual?, ¿que no sería un mal padre?.

— ¿Estas bien papa?. —se preocupó Eli al ver como el castaño lo soltó por un momento, por poco se cae al agua de no ser porque el adulto reacciono rápido, sujetándolo con cierta fuerza de la cintura:— ¡Auch, papa!.

— Si, lo siento, a veces olvido que eres tan frágil como papel.

— ¡¡Papa!!.

Pasaron un rato más sentados en la fuente, el tiempo volvió a pasar volando y ya estaba oscureciendo, tenían que volver a la fortaleza. Bajo al niño que se quejó en voz baja, tomando su mano con firmeza para que no haga lo mismo de soltarse, caminando en dirección a la estación que ya debe estar cerrada pero con un tren esperándolo. Había poca gente en el centro de la caverna, pero la suficiente para hacer ruido fuerte, esto le preocupo a pesar de que sostenía con firmeza la mano del menor.

No se sentía cómodo con esto, así que para más seguridad volvió a cargar a Eli sobre su pecho y acelero el paso, algo no está bien, siente una especie de ardor tras la nuca, además de ello se sentía observado. Es claro que estaba nervioso por la simple razón de que no tenía su lanzadora encima, tenía a Eli desprotegido y aún quedaban un par de calles antes de llegar a la estación; y ni siquiera sabe porque estaba nervioso si nadie sabe de Eli y la única persona que podría tratar de arrebatárselo está en alguna parte de las cavernas profundas, entonces, ¿por qué siente temor de que le quiten a Eli?.

Buscará respuestas luego, primero la seguridad de ambos. Suspiro aliviado al tener a pocos metros la estación, justamente su tren personal esperaba con los motores encendidos, miro por el rabillo del ojo al niño que solo se recostó en su pecho y reposo su cabeza sobre su hombro, poco a poco durmiendo.

— ¡¡Oye, miserable!!. —Blakk volteo de inmediato para ver quien se atrevio a gritarle, pero al ver al anciano apreto con fuerza a Eli por la repentina imagen, haciendo que el niño derpertara por completo y mirara a ambos. El anciano miro al niño y con solo verlo dejo caer la lanzadora por la sorpresa, los ojos casi saliendo de sus cuencas:— N-no.. no puede... —el anciano canoso señalo al niño:— ¿Eres tu.. Eli?.

— ¡¡GUARDIAS!!. —abrazo con fuerza a Eli y tan rapido como pudo corrio hacia la estacion a la vez que a todo pulmon llamaba a los guardias. Los guardias socorrieron a los segundos, disparando todo lo que tenian para auyentar al anciano que logro alejarse a tiempo de que lo rodearan.

Tan pronto entro al tren se encerró en la oficina, respirando por fin y recuperando el aire por el esfuerzo. Tenía el corazón retumbando con furia en su pecho y las piernas débiles, dejándose caer al piso y recostando su espalda a la puerta, soltando por fin a Eli, dándose cuenta que el niño no lloro.

— ¡¡Papa, ¿estas bien?!!. —preocupado se coloco a su lado.

— Si solo... Cansado.. Me estas poniendo viejo, eso pasa. —llevando una mano al cabello del niño para tratar de calmarlo un poco.

— Papa. —sujetando su brazo:— ¿Quién era ese señor, porque te quiso lastimas... como es que me conoce y yo no a el?.

Blakk cerró los ojos mientras suspiraba cansado, frunció los labios al pensar lo que dirá para calmar al niño. Reposando una mano sobre el hombro del menor:— .. Un hombre malo Eli, uno del cual cuando lo veas debes huir porque hará todo lo posible para separarte de mí, y te lastimara para lastimarme a mí... Porque eres lo más importante para mí. —Eli mostro temor pero también una sonrisa por lo escuchado:— ¿Me prometes que no te acercaras a ese hombre Eli?.

— ¡Nunca!. —Blakk sonrió complacido, dejando que el menor se aferrara a su pecho en un abrazo.

— ... Ese es mi hijo.

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