Parte 2
Gruño mientras sobaba los costados de su cabeza, claramente fastidiado por lo recién escuchado.
Nada de nada, ni siquiera alguna pista de algo, planos, secretos, pasadizos, el refugio parecía mas una casa multifamiliar que un refugio, había de todo menos lo que en verdad necesitaba, pero por lo menos, debe admitir estar agradecido de que el mismo consiguiera lo mas valioso. Aun le cuesta un poco aceptar que fue demasiado fácil atraer al niño Shane, juraba que seria un problema constante durante el camino, pero para su sorpresa, resulto ser calmado y callado, aunque debe ser porque es muy pequeño o que aun no tiene confianza... Aun.
Hablando del pequeño, aun le fastidia las miradas de sorpresa y confusión por parte de sus empleados, incluso de su ayudante, a el no le gusta llamar la atención, pero era inevitable si de la nada apareció con un niño entre sus brazos.
Alzo la vista hacia el pelirrojo presente a su lado:— ¿Cómo esta el niño?.
— Justo ahora los de enfermería acabaron de atenderlo. —mirando con indiferencia la tableta en sus manos:— Dicen que ya tienen los análisis. Esta saludable, perfectamente bien.
— Por lo menos... ¿Cuándo lo traerán?. —la pregunta hizo ladear la cabeza del otro, no le gusto la expresión de confusión:— ¿Dónde esta el niño?.
— Lo llevaron a las celda de detención, jefe.
Escuchar aquello solo lo hizo enfurecer, levantándose de su silla y con un ligero golpe en la mesa hizo resaltar al presente.
— ¡¿Que?. ¡Ordene que me lo trajeran terminado de revisarlo!.
El castaño no espero respuesta alguna por parte de su ayudante, a pasos rápidos salió de su oficina y tomo el ascensor al final del pasillo hasta el sótano donde la zona de detención estaba. Un gruñido irritante lo hizo molestar mas, jura que hará pagar a los enfermeros de turno, les dejo muy en claro que quería al pequeño consigo de inmediato. Se esforzó para que el niño Shane le tomara confianza, era de esperar, tenia que mantenerlo lo mas calmado posible y evitar alguna pizca de miedo y confusión, mantenerlo cerca era lo esencial, por lo que no se vería nada bien que el menor este aislado y encerrado, lo hará entrar en pánico.
Tan pronto las puertas del ascensor fueron abiertas se adentro en el pasillo, pasando por las puertas que daban a los almacenes de refacciones y maquinaria de sus trenes hasta la ultima puerta, siendo este el área de detención, paso celda por celda, hasta que vio el cuerpo dándole la espalda en la cama lisa y dura.
Desactivo las barras y entro de inmediato, percatándose de que el pequeño estaba dormido.
Debieron haberle sedado. Pensó, suspirando aliviado de que el menor no se ha percatado de su sitio actual. Se acerco y extendió sus brazos con la idea de cargarlo y sacarlo de aquel lugar, pero antes de siquiera tocarlo la infierno salto al hombro del pequeño, encendiendo su cabeza en llamas y gruñéndole al castaño.
— ¡Quítate!. —empujando con su palma no muy fuerte a la babosa, haciendo que esta retrocediera sobre el brazo del menor.
Que fastidio. La única razón por la que la infierno aun esta con el pequeño es para tranquilizarlo, tener algo con lo cual estas familiarizado siempre ayuda, por lo que, por ahora la infierno permanecerá en las manos del menor... Pero si por el fuera, la babosa ya estaría aplastada bajo su suelas o encerrada para experimentar con ella su reciente descubrimiento.
Burpy también lo sabia, por lo que tenia que ser mas cuidadosa a la hora de realizar sus movimientos frente al Blakk, a la vez que nunca de los nunca separarse de Eli. De mala gana la infierno dejo que el castaño rodeada con un brazo los hombros y con el otro por debajo de las rodillas al pequeño, cargándolo sin esfuerzo sobre su pecho, Burpy salto hacia el vientre del menor.
El movimiento hizo despertar levemente a Eli, bostezando y estrujando con una mano su ojo.
— ¿Señor Blakk?. —el pequeño aun se encontraba cansado y con sueño, se sentía cómodo así como lo cargaban, por lo que se recostó y acomodo mas sobre el pecho del adulto.
Hubo silencio en el camino de regreso a su oficina, se sintió extraño, aparte de ser la almohada humana de este niño, no se molesto por el aferro de este hacia su camisa, aunque después de todo, es un niño, no sabe sobre estos temas, aunque alguna vez estuvo por experimentarlo.
Al llegar a su oficina su ayudante lo esperaba, otra mirada sorpresiva ante la imagen que presenciaba, esto solo le gano una mirada filosa y penetrante departe del Blakk.
— ¿Qué quiere que haga con el Shane, jefe?. —desviando la mirada hacia el niño, claramente tratando de evitar la molestia de su jefe.
Blakk miro unos momentos al pequeño, ignorando los gruñidos y miradas asesinas de la infierno.
— .. Por ahora solo trae comida para ambos, después planearemos que hacer con el. —Maurice asintió y se marcho dejando a su superior con el pequeño.
A la infierno no le gusto nada de lo que escucho, sus quejas y gruñidos no cesaron, haciendo irritar mas al castaño.
— Seria una pena aplastarte ahora mismo. El pequeño aquí se pondría muy triste sin su babosa, pero podrías ser fácilmente reemplazada. —sonrió victorioso cuando la babosa anaranjada paro sus quejas.
Había pasado tres días desde que el niño Shane se instalo en su nuevo hogar temporal, y para sorpresa del Blakk fue... extremadamente adaptable.
El pequeño era demasiado obediente y respetuoso, tranquilo y callado, tal vez es demasiado pequeño, y sumado a que esta en un nuevo ambiente totalmente diferente a su habitual tranquilidad y soledad pueda que sea la causa. No se queja ni nada, simplemente estaba asombrado, no se lo esperaba, siendo que Will era un fastidio constante, supuso que su hijo lo seria.
— ¿Señor Blakk?. —el mayor despertó de su trance cuando fue llamado, mirando a su lado derecho en su escritorio, con su infierno en su hombro el pelinegro lo miro con tristeza, jalando de su manga:— ¿Se encuentra bien?.
— No te preocupes. —rodo los ojos ante la muestra de preocupación:— Ve y juega con tu babosa. —el pequeño no dijo nada mas, hizo lo indicado.
Gruño mientras se recostaba sobre su escritorio, estos tres días han sido un tanto incomodos por una simple razón, no sabia donde dejar al niño.
De mala gana a tenido que dejar al niño dormir en su cuarto, claro que en el piso, el pequeño no se queja, pero sabia que no era nada cómodo y mucho menos normal, por lo que se lo a pensado bastante. ¿Dejarlo en una celda?, haría asustar al pequeño, ¿hacerle un espacio en algún almacén?, lo a intentado, pero sus almacenes no son pequeños que digamos, ¿hacerle un espacio en la oficina?, lo intento, pero llevaría tiempo construir desde cero una habitación en especifico. Suspiro cansado mientras se recostaba en su silla, miro a su lado izquierdo donde la puerta de su habitación estaba cerrada, y después miro a la derecha donde la puerta de otro lugar en concreto estaba totalmente asegurada.
Miro la puerta en silencio unos momentos, era una habitación la cual sabe estaba lista para ser ocupada, incluye un panel de control con seguridad y alarma, era perfecta para mantener al pequeño...
¡No!. Esa habitación esta hecha para alguien mas.
Negó con brusquedad, desviando la mirada hacia el Shane que estaba entretenido con su babosa, tardo mucho, pero al final y de mala gana acepto para si mismo.
— Eli. —el niño alzo la vista, mirándolo con antelación y en espera:— Lo estuve pensando y... Como estarás un tiempo conmigo, es necesario que.. Tengas tu habitación. —el castaño se levanto, a pasos suaves se acerco a la puerta derecha, no sin antes teclear en el panel para quitarle el seguro.
— ¿De verdad?. —el pequeño, muy emocionado, se coloco al lado del castaño en un salto.
Al abrir la puerta una habitación arreglada y limpia lo esperaba, Eli entro con impaciencia, viendo la cama individual con una colcha de un azul oscuro con bordado negro, una mesita de noche con una gaveta junto a esta, con un único reloj electrónico apagado, al mirar a su lado derecho un escritorio con lampara aguardaba para ser usado, con una silla de escritorio giratoria, casi igual al de Blakk en su oficina, solo que mas pequeña, frente a la cama y pegado a la pared un armario de dos puertas, y al otro lado otra puerta la cual era el baño.
El niño entro ilusionado por la habitación:— Valla... ¡¿De verdad esta será mi nueva habitación señor Blakk?!.
— ... Por ahora, si.
Eli quedo encantado, esta habitación resulta ser mas grande que la suya en el refugio, se acerco al escritorio para percatarse que había una librería bajo el mismo, viendo los libros de diversos tamaños con fascinación. Por otro lado, a Burpy no le gustaba para nada esto, la habitación no le daba buena vibra, al verla de reojo, pasa y resulta que esta hecha a la medida precisamente para un niño... ¡Es imposible!, nadie sabia de la existencia de Eli hasta que Blakk lo encontró en el refugio, esto no tiene sentido; ¿por que Blakk tiene este tipo de habitación en su fortaleza?.
El adulto presente miro la habitación con recelo, caminando a la cama se sentó en el borde de la misma, cruzando sus dedos unos con otros reflexiono sobre esto. ¿Qué es lo que estaba haciendo?, ¿Traer a un Shane a esta habitación?, debería encerrarlo en una celda y aislarlo de todo, es su oportunidad de descifrar y descubrir los secretos que este debe poseer.
— ¿Señor Blakk?.
Otra vez, la voz del menor lo despertó de sus pensamientos, observo como este reposaba su mano sobre su pierna, con la misma mirada triste y preocupada:— ¿Se encuentra bien?.
Blakk lo miro unos momentos antes de levantarse con indiferencia:— Pronto será la cena, después te preparas para dormir... ¿Bien?.
— Entendido. —sonrió con muchos ánimos.
El Blakk no le presto atención, dejo al pequeño en la habitación para que se acostumbrara a ella mientras el camino hasta su silla. Recostó sus codos sobre su escritorio y gruño para si mismo. Aunque sea un Shane, también es un niño, no sabe lo que pasa, no sabe que lo esta usando, no sabe que en realidad esta en peligro... Es solo un niño.
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