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❝ Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos puede cambiar el mundo ❞
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Carry Potter era considerada como la persona más abierta, inteligente y desastrosa que podían llegar a conocer. Ambos padres muertos, un hermano con tendencias suicidas, familiares insoportables y todo el estrés que acumulaba la chica, eran solo unas cuantas cosas que la caracterizaban. La cosa es la siguiente: Carry tiene un grupo de seis amigas contándola a ella, Mileven Singleton era la que le seguía en la lista de su séquito, eran amigas desde que se conocieron en los vagones del tren de camino a Hogwarts; Singleton era una nacida de muggles que en sus tiempos fuera de la escuela de magia, asistía sin falta a clases de defensa personal alegando que era mejor prevenir antes que sus seres queridos se lamentaran; porque nunca sabes los peligros que te puedes encontrar y eso que la niña tenía once años cuando inició.

── ¡Somos como Jesús y sus apóstoles!

── Carry, en primer lugar, no sé qué tiene que ver eso con nuestra amistad; además, solamente somos dos y los apóstoles eran como doce ── aclaró Milly ──. Y no te compares con ellos, es una ofensa a mi religión.

Con el tiempo, el par se volvió un grupo con la llegada de Debora Malfoy en su segunda semana en Hogwarts.

── ¿No sabían que Lina es un año mayor que Draco y yo? Solamente deben fijarse en que, literalmente, nunca la vemos en nuestras clases. Y así estás en Ravenclaw, Carry.

── Me ofendes, babosa ── le hizo saber con una mano en el pecho fingiendo estar indignada.

Y, fue entonces allí, cuando la entrada triunfal de Robin Black y Flor Tonks ocurrió, justamente después de conocer a la linda y amable Debora.

── ¡Deja de cambiar tu maldito cabello! ── se quejó una niña de doce años de cabellos igualmente rubios que la otra.

── Pero, es lindo. A las personas les parece fascinante ── y sus cabellos se tornaron morados ──. De todos modos, es mi cabello. Que no se te olvide, Robin.

La que tardó en ser parte de aquel desastroso grupo de amigas fue Shellyn Higgs, era un poco tímida y cohibida. No parecía querer agarrar confianza, se tardó unos meses en lograr adaptarse y dejar salir sus verdaderos colores, porque Shellyn no era tan normal como aparentaba.

── Robin, no sé qué pasa, pero tu hermano no ha dejado de mirarme. Así que, ¿le dijiste que me burlé de que llora cómo niña?

── No, Shellyn ── negó con una sonrisa cálida ──: a Serpens le gustas.

── ¡¿Qué?!

── Estaba bromeando, sí se lo dije ── aclaró Robin.

Sí, ese era el grupo desastroso que Carry había formado en su primer año en Hogwarts y ya estaban en cuarto. Había pasado mucho tiempo ya, y su amistad era tan sólida como los chicos petrificados en segundo año, donde Mileven había salido afectada.

── A veces mi hermano me cuenta alguna cosa que le ha pasado desde que nos enteramos que éramos brujos y me doy cuenta que también tiene una vida y que no es solo un personaje secundario de la mía ── dijo de pronto Carry.

Robin y Flora compartieron miradas, y como la menor de los Tonks era una gran admiradora de Harry, no dudó en hablar.

── Carry, todas las personas tenemos una vida que colinda con las vidas de otros, incluso tu hermano.

── Ay, pero si no lo decía en mala, si quieres prepárale un postre a mi hermano ahora ── contestó bromeando, pero parecía que Flor no estaba de humor ese día.

── Ella es capaz ── advirtió Debora.

── Siempre he creído que eres muy injusta con Harry, es como si no lo quisieras.

── ¿Qué mierda Flora? No digas estupideces ¿Cómo no voy a quererlo si es mi hermano? A veces pienso que tu amor por él te ciega mucho.

Y tal vez habrían seguido discutiendo si tan solo Shellyn no hubiera hecho explotar algo.

── Ups...

── ¡Ahí viene Filch, corran!

Y solo era mitad de año para las chicas desastrosas.

N/A:
Este capítulo estaba medio escrito desde 2021 y recién lo retome, así que la narración es muy diferente, pero no quise descartar lo que ya tenía.