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Extra uno

Nayeon estaba cómodamente sentada en los fuertes y rellenitos muslos de Mina, meciendo sus pies de atrás hacia adelante mientras sentía besitos siendo dejados en su hombro por parte de Mina. Estaban en una plaza hace aproximadamente una hora, en una banca color verde.

—Te amo —besito en el hombro—, te amo —besito en el cuello—, te amo mucho —besito en la mejilla, escuchando la suave risa de Nay —, eres lo más lindo que tengo en mi vida. —susurró en su oído, dejándole otro beso debajo de este.

—Mimi, te a-

—Iugh —una chica apareció repentinamente, sentándose al lado del par de novias. Ambas la conocían como una de las muchachas del salón contrario en su institución—. Minari —llamó de forma dulce, y Nayeon frunció el ceño ante el tono—, venía a invitarte a salir hoy por la noche. Podemos ir al cine, tengo descuentos y quería ir contigo, por fis. —revoleteó sus pestañas de manera encantadora.

Nayeon infló sus mofletes, dándose media vuelta en el regazo de Mina, ahora sentándose a horcajadas. Pasó sus manos alrededor del cuello contrario, este aún mantenía sus manos en su cintura.

—Um... —Mina estaba pensado una manera de rechazarla amablemente, pues obvio prefería mil veces acompañar a su novia a su casa y quedarse allí con ella el resto del día y la noche.

—Vamos, te divertirás —dijo de forma sugerente, y Mina sabía que ya no hacía falta ser demasiado amable para rechazarla, ¿qué no tenía respeto por ellas, por su Nayeonnie y su noviazgo?—, y apuesto a que ella no tendrá problema con eso. —dijo sabiendo la inocencia que la menor portaba.

Pero Nayeon era inocente, no tonta.

Sus ojos se clavaron como dagas en la chica, pero no lo demostró, porque sabía que Mina igualmente no iba a aceptar aquella oferta tan patética.

—No, iugh —Mina dijo, repitiendo lo que la muchacha había dicho cuando se acercó—. Para eso tengo a mi novia. —bufó.

—Mimi Unnie —Nayeon hizo un puchero adorable, besando castamente los labios de Mina repetidas veces—. Quiero helado. —pidió, meciendo sus pies otra vez, acercándose más a la anatomía contraria, hasta que Mina la abrazó completamente con sus brazos desde la cintura. Descansó su cabeza en el pecho de la otra.

—Iremos en un momento, amor. —asintió Mina, apoyando su mentón en la cabecita de Nayeon. 

—Nayeon —la voz de la chica volvió a sonar en sus oídos como una alarma; irritante. La menor le miró desinteresadamente—. ¿No te molestaría dejar a tu novia ir conmigo al cine? Tengo descuentos, habría que aprovecharlos. —sonrió con sorna.

Nayeon frunció los labios e infló sus mofletes otra vez, enderezándose. Mina besó sus dos mejillas.

—Te respondo yo —Mina intervino, mirando a la fémina con molestia—. No, gracias, estoy ocupada con mi novia. 

Nayeon giró su cabeza hacia la chica, quien al parecer quería seguir intentando llevarse a su novia.

—Es mía. —sentenció, tratando de dejar en claro aquello—. Mía y solo mía, vaya a buscar a otra persona.

Mina asintió, abrazando con más fuerza el pequeño cuerpo de su novia entre sus brazos.

—¿Quién lo-

—¡Ya! No voy a ir contigo, lo siento, estoy con mi novia y con mi novia me quedo. —dijo de forma brusca, no queriendo seguir escuchando a la chica. Le estaba irritando, quería estar a solas con Nayeon.

—Mimi Unnie. —susurró Nayeon, sus mejillas pintadas de un suave y adorable carmesí.

La muchacha bufó, levantándose del banco, pisando con algo de fuerza para hacer notar el sonido de sus tacones altos al irse.

—Al fin. —suspiró Mina.

—Minari —Nayeon llamó—. Lo que ella quería era hacer cositas contigo, ¿cierto? —preguntó con un deje de vergüenza, escondiendo su rostro en el cuello de su novia.

—Sí —susurró la mayor—, pero yo sólo quiero hacer esas cositas contigo, mi amor.

—¿En serio? —preguntó con asombro la castañita, separándose un poco de la mayor y mirándole con ojitos grandes y brillantes.

—Sí —volvió a repetir, dándole un besito en la frente a la menor—. Quiero hacer todo contigo, bebé, no olvides eso jamás. 

Las mejillas de Nayeon se colorearon de un suave rojo.

Quizás era momento de animarse a llegar al siguiente nivel con su preciosa novia.

Y aunque Mina no lo dijera, tenía unas terribles ganas de hacer eso con Nayeon. Le prendía en demasía, incluso si no se daba cuenta.

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