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~A la mañana siguiente~

Mina se estiró plenamente sobre su cama, aun estando más dormida que despierta, estirando sus brazos y tanteando el lado contrario de la cama, cuando lo sintió vacío y frío fue que abrió los ojos.

Bostezo, entreabriendo sus ojos todavía sensibles mientras se comenzaban a adaptar a la luz, pudo notar que Nayeon no estaba acostada a su lado. Se quedó quieta por varios segundos, procesando, mirando a la nada, terminando por despertarse, aún estaba cansada, le dolía un poco la cabeza y probablemente tuviera resaca.

Ayer Nayeon y ella habían regresado muy borrachas y muy tarde de su boda... boda, Mina aún sentía unas ligeras mariposas en el estómago cada que recordaba eso...

Y no es que las dos fueran grandes bebedoras de todas formas, Mina raramente salía a beber e igual Nayeon, realmente el alcohol no es que fuera su cosa favorita del mundo, pero obviamente, ayer era una ocasión especial, se habían casado y Mina aún no lo podía creer.

De todas formas, Mina seguía con esa flojera matutina, contemplando el lado vacío de su cama, y antes de que comenzara a entrar en pánico por despertar y no haber encontrado a su Unnie acostada a su lado, se giró y busco con la mirada alrededor de toda la habitación hasta que se tranquilizó cuando la vio parado cerca del pequeño habitad arriba del escritorio que había comprado para Lupito tiempo atrás.

Al parecer Nayeon estaba sosteniendo a Lupito y estaba "hablado" con el... usando esa melosa y aguda "voz de bebé", esa que solo usa cuando acariciaba a Kookeu (o a Mina algunas veces) y eso sorprendió un tanto a la menor porque no recuerda en todo el tiempo desde que trajo a Lupito a casa que Nayeon cargara o tan siquiera tocara al pequeño gecko, pero ahora incluso parecía mimarlo. Mina no lo podía creer.

Como pensó que esto probablemente no lo volvería a ver jamás en su vida y solo tendría esta oportunidad, Mina estiró su brazo para buscar su celular y capturar el momento, la cama crujió un poco por sus movimientos, pero de todas formas Nayeon no se volteó o se dio cuenta, rápidamente Mina entro a la aplicación de la cámara he hizo zoom un poco, desde ese ángulo casi no se podía apreciar del todo a Nayeon sosteniendo a esa pequeña lagartija, pero al menos seria algo, Mina necesitaba ese momento para la posteridad.

Pero igualmente como no todas las cosas que quiere Mina terminan saliendo bien, cuando había empezado a grabar, el celular hizo un ruido, avisando que había iniciado la grabación, cosa que obviamente Nayeon noto y se giró a verla medio aturdida, Mina apretó los labios y soltó un suspiro de frustración porque apenas si pudo capturar algo cuando vio que Nayeon negó con la cabeza ligeramente mientras le sonreía y rápidamente volvía a poner a Lupito en su pequeña "casita".

—Estabas mimando a Lupito. —la acuso de inmediato, apuntando a su Unnie con el dedo y después botando por ahí su celular, —Y tampoco le estabas mirando con asco. — Nayeon se rio por lo bajo y rodó los ojos.

—¿Y qué? ¿Te vas a poner celosa de tu propia lagartija, Myoui? —bromeo, volviéndose acercar hasta la cama.

—Pensé que no te agradaba Lupito... ¿Todo este tiempo has estado fingiendo odiarlo y lo mimabas a mis espaldas? —se deslizó al otro lado de la cama para que Nayeon pudiera acostarse con ella.

La mayor bufo.

—Me desperté para ir al baño hace como cinco minutos y me di cuenta de que no lo habías alimentado e intente darle de comer. Eres una mala madre para Lupito. —acuso mientras subía a la cama y se acomodaba junto a Mina, quien la esperaba con los brazos abiertos.

Mina sintió un pequeño pánico interno por unos segundos, intentando hacer memoria si realmente había sido tan mal "madre" como para olvidar alimentar a su pequeño lindo gecko Lupito, pero pronto recordó que si lo había alimentado ayer y muy bien, y tampoco es que los geckos necesitaran comer todos los días... Sobre todo desde que Lupito estaba por hibernar

—Mentirosa. —acuso a su Unnie abrazándola con fuerza cuando por fin la tuvo entre sus brazos, Nayeon estallo en risas de repente porque Mina había enterrado su rostro en su cuello y le estaba haciendo cosquillas ahora.

Fingió hacer un vago intento por empujar a Mina de los hombros, aunque realmente no estaba ejerciendo ninguna fuerza, Mina siguió soplando sobre su cuello y picando juguetonamente sus costillas, haciendo que se riera y se retorciera más fuerte, el sonido de sus risas inundó rápidamente la habitación, Mina se sorprendió de lo tan de buenas y con energías que estaba para ser tan posiblemente temprano en la mañana, y a pesar de que tenía resaca, posiblemente fuera porque estaba con Nayeon...

Siguieron haciéndose cosquillas y riéndose por un rato más, antes de que Mina volteara a Nayeon sobre su espalda y la aplastara con su peso, Nayeon realmente estaba por quejarse porque Mina era más pesada que ella, pero antes de que pudiera hablar Mina levantó el rostro de su cuello y tan pronto sus miradas se encontraron ambas sonrieron y se calmaron, la mayor estiró sus manos para poder sostener el rostro de Mina entre ellas, estando a punto de comenzar a apretar sus mejillas que ahora estaban un poco hinchadas, probablemente porque se acababa de despertar, no importaba, igual se veía muy linda.

—Unnie ¿sabes cuál es la diferencia entre un Ferrari y una erección? —pregunto de pronto la menor, sonriendo, haciendo que la mayor frunciera el ceño genuinamente confundida ante la pregunta rara. —Que no tengo un Ferrari...

A Nayeon le tomo dos segundos para procesar lo que acababa de decirle y rodó los ojos cuando lo entendió y escucho la risa suave de Mina comenzar a resonar.

—Oh, mi dios, —suspiro cansada y resoplo una risita. —realmente eres una idiota, ¿no es así?

Mina murmuró en aprobación y sonrió más ampliamente cuando sintió los labios de Nayeon besar su mejilla.

—Pero, estamos casadas ahora, ¿eso no me hace tu idiota?

La mayor volvió a negar con la cabeza y le sonrió ampliamente antes de juntar sus labios en un beso, Nayeon no sabía de dónde sacaba esta clase de cosas, aunque tenía una idea, probablemente, de Momo... De todas las cosas que podía aprender de Momo preferiría aprender estas...

Mientras tanto el beso siguió, el beso que Nayeon esperaba fuera breve comenzó a alargarse, Mina entonces comenzó a succionar el labio inferior de Nayeon, a enredar sus dedos en su despeinado cabello, deslizando lentamente una de sus manos debajo de la camiseta holgada de su pijama, trazando las líneas de su abdomen con sus dedos, Nayeon soltó un gemido, satisfecha, cuando uno de los muslos de Mina rozó su entre pierna y fue ahí que decidió que era suficiente por ahora y tenían que detenerse, no exactamente porque ella no quisiera, pero eran las once y media y tenían que tomar un vuelo en aproximadamente menos de una hora y media para poder ir a Hawaii donde pasarían su luna de miel.

Afortunadamente, desde días atrás tenían todo preparado, pero aún tenían que hacer algunas cosas y llegar con tiempo al aeropuerto, y si se detenían a tener sexo llegarían tarde y Nayeon odia llegar tarde y andar apresurada.

Así que esta vez volvió a empujar a Mina por los hombros, esta vez sí con algo de fuerza hasta que Mina a regañadientes se separó de sus labios mirándola con confusión en sus bonitos ojos.

—Por mucho que me encantaría continuar con lo que estábamos haciendo, bebé, tenemos que irnos pronto o el avión nos va a dejar. —le advertía mientras se limpiaba la comisura de los labios, Mina la miró medio embobada por unos segundos.

—Faltan como... Cuatro horas, tenemos tiempo... —hizo un vago intento por volver a besar a Nayeon de nuevo, antes de que la mayor entre risas volteara el rostro para poder evitarla.

—Faltan menos de una hora y media, —volvió a rodar los ojos cuando escucho a Mina comenzar a quejarse. —no me hagas pensar que me case con una completa mocosa y levántate, anda. —resoplo un gemido cuando Mina comenzó a morderle la oreja.

—Podemos hacerlo rápido... —susurro esperando ganar y conseguir lo que quería.

—Uh, ¿y cuál es el punto en eso? Nuestra primera vez estando casadas no va a ser un rapidin en nuestra cama de siempre, corriéndonos en diez minutos como si fuéramos unas adolescentes. Vamos a ir a Hawaii, vamos a descansar y relajarnos y después tendremos sexo increíble en la playa bajo la luz de la luna o una mierda similar, he planeado esto desde hace semanas y no vas a interferir, así que por favor bebé, quítate de encima.

Mina la miro con los ojos bien abiertos entendiendo perfectamente lo que su esposa intentaba decir, honestamente le gustaba cuando Nayeon se ponía "mandona" con ella, era en parte sexy, pero ahora que la tenía de bajo de ella y la mayor amenazaba con hacer un puchero era en parte linda también.

Así que al final se inclinó y beso las comisuras de los labios de Nayeon.

—Está bien, pero ¿al menos podemos tener sexo en el baño en el avión de regreso? No es que salgamos de viaje a menudo juntas y estaba pensando...

—Hecho.

La sonrisa en el rostro de Mina se amplió y entonces se le quitó de encima. Aún le esperaba un largo y cansado viaje todavía, pero valdría completamente la pena, Nayeon valía completamente la pena.