007. Yo nunca pedí que vinieras.
"Dices que solo somos amigos, ¿pero que estás diciendo?"
— Baby.
— "Just a fraction of your love fills the air, and I fall in love with you all over again..." — Canté bajando el tonó de mi voz la última estrofa y los aplausos del público resonaron por todo el lugar. No podía dejar de sonreír. Agradecí a todos por haber estado atento a mi presentación y Mama Jan salió al escenario a dejar en claro que esa no sería la única vez que me verían porque mi carrera recién estaba empezando. Apenas baje del escenario, los brazos de Christian me rodearon en un abrazo apretado.
— Cantaste increíble. — Susurró. Iba a responderle con unas gracias, cuando levanto mi rostro y me encuentro con Justin mirándonos. No supe descifrar lo que sus ojos querían decir, pero la última de las opciones era que estuviera feliz. Me separé de Christian y le hice una seña de que iría con Justin.
— Ten. — Me ofreció una rosa que no me había dado cuenta antes que llevaba consigo. — No tengo dinero para tulipanes, es todo lo que me alcanzó con la mesada que me dio mamá.
— Gracias Justin, pero no debías molestarte, te juro que el mejor regalo que me has podido dar es que estés aquí para mí.
— Vale, por eso has ido a abrazar a Christian antes que a mí. — Hizo un gesto alzando las cejas y supe inmediatamente que estaba molesto. Quizás molesto no era siquiera la palabra, mi amigo estaba celoso.
— No me digas que estás celoso. — Reí y el rodeo sus ojos cruzándose de brazos. — ¡Lo estás! — Chillé y literalmente me colgué de su cuello. — Tu sabes que eres mi favorito.
— No, no lo sé.
— Si lo sabes, ¿es que acaso le he prometido a alguien más llevarlo a Disney? — Me separé de él levemente para que me viera subiendo y bajando mis cejas.
— No sé si se lo has ofrecido al niñato ese también.
— Justin, tiene tu misma edad. — Hice referencia al sobrenombre que le había puesto. — Y la respuesta es no. Ya te lo dije, tú eres el único favorito.
— Espero que eso siga así.
— Para siempre. — Besé su mejilla y pasé mis dedos por su cabello, que estaba por cubrir parte de su ojo. Para ese momento, mamá llegó a interrumpirnos junto con Scooter y Ryan, el último, era mi estilista. Era amigo de Scooter hace muchísimo tiempo y se había ganado mi confianza en minutos, era alguien muy gracioso y podía hacer hasta lo imposible por subirte el ánimo.
— ¿Es tu novio? — Apuntó a Justin moviendo la cabeza y mis mejillas se calentaron de pudor. ¡Además de que Christian estaba a mi lado! ¿Podía tragarme la tierra por favor?
— Solo soy su amigo. — Justin rio nervioso.
— Yo también tengo muchas amigas, así que comprendo el significado. — Le dio un leve golpe a Justin en el hombro riendo, a lo que mi amigo solo reacciono a reír de sobremanera.
Finalmente, Scooter ofreció comprar pizza como forma de celebración por la primera gran presentación que tenía y la buena recepción que había recibido. Por lo que fuimos de vuelta a casa sin antes hacer una parada en Pizza Hut. Christian lamentablemente no pudo ir ya que debía ir con su familia a casa de su abuela. Por un lado, me sentí mal pero también había un lado positivo y era que podía disfrutar cien por ciento de que Justin estuviera aquí, porque aunque Christian no se daba cuenta, podía sentir la tensión cada vez que ambos estaban juntos.
— Al fin el chicle rubio no esta con nosotros. — Pronuncio comiendo de su pizza con pepperoni.
— Justin, basta de decir cosas como esas. — Fruncí el ceño molesta. Había estado diciendo cosas sobre el todo el viaje.
— Pero es cierto Riley, llego sin invitación a tu casa, se unió al viaje sin ser invitado y gracias a Dios no lo dejaron venir aquí porque ya habría superado el límite.
— ¿Viajaste aquí para criticarlo todo el tiempo o para pasar tiempo conmigo? Porque siento que ni siquiera has tenido el tiempo suficiente para mí. — Vocifere más enojada que antes, llamando la atención de mamá, Scooter y Ryan.
— ¿Hablas enserio? ¡Pero si eres tu quien me deja de lado!
— Chicos, ya basta. — Interrumpió mi mamá.
— ¡No, mamá! ¡Justin quiere que todo sea a su manera!
— ¿Yo quiero que sea todo a mi manera? ¡Dios Riley! He viajado aquí porque tú has querido.
— Yo nunca pedí que vinieras. — Murmure y un silencio inundo el lugar. Inmediatamente me arrepentí de lo que dije una vez que salió de mis labios.
— ¿Entonces ese es el problema? No me quieres aquí. — Asintió y pude ver la decepción en sus ojos avellanas.
— Justin...
— Llamaré a mamá para que pueda adelantar mi viaje, de saberlo antes, ni siquiera me hubiera interesado por darte una sorpresa de cumpleaños. — Fue lo último que dijo antes de dirigirse hasta la habitación de invitados, azotando la puerta. Las miradas de las tres personas en la habitación se dirigieron a mí volviéndome a recordar el ser humano despreciable que estaba siendo ahora mismo.
— Riley, lo que le dijiste no fue agradable. — Me recriminó Scooter.
— Lo sé, solo se me ha salido... — E inevitablemente sollocé, ni siquiera me había dado cuenta cuando comencé a llorar. — Iré a hablar con él...
— Lo mejor será que esperes unos minutos, deja que se desahogue por su cuenta Ry, es lo mejor. — Me interrumpió mamá y me quedé en mi asiento dándole la razón. Ryan se sentó a mi lado acariciando mi espalda para tranquilizarme.
— Ya pequeña, todo se arreglará, ha sido cosa del momento. — Susurró y me sorprendí ver está parte más cálida de él. Normalmente solo era bromas las que salían de su boca. — El chico te quiere y se te ha pasado la mano con él, pero estoy seguro que apenas te disculpes te perdonará.
— Eso espero. — Limpie mi mejilla que tenía rastros de haber estado llorando.
— Vale, ahora dame una sonrisa. — Hizo cosquillas en mi cuello y reí, otorgándole la sonrisa que tanto quería. — Eso es. Ahora ve y discúlpate con el chico friendzoneado.
— Hey. — Entrecerré mis ojos a causa del sobrenombre que le había puesto.
— ¿Qué? Cualquiera me daría la razón.
— Solo somos amigos Ryan, Justin no me ve de esa forma. — Rodé los ojos.
— De acuerdo, como digas. — Alzo sus manos dando por terminado el tema. Fui hasta la habitación de Justin bajo la atenta mirada de los demás, haciéndole caso omiso al tono de voz con el que Ryan había pronunciado lo último.
Di cuatro golpeteos en la puerta y llamé a mi amigo, pero pasó aproximadamente un minuto donde Justin ni siquiera respondió, en consecuencia, entre a la habitación y lo encontré tumbado boca abajo sobre su cama.
— Justin... ¿Podemos hablar? — Nuevamente reinó el silencio. — Lo siento mucho, no quería decir lo que dije. — Jugué con mis manos sintiendo nuevamente las lágrimas asomándose en mis ojos. Por esta razón odiaba discutir con él y casi nunca lo hacíamos. A la cosa más mínima relacionada con él, mi estado de ánimo se transformaba en uno más sensible.
— ¿Por qué estás llorando? — Escuché su voz y elevé mi rostro para encontrarlo frente a mí. — Ry, no llores. — Sus brazos me rodearon y nos fundimos en un abrazo. Los sollozos se hicieron más fuertes y el abrazo de Justin también. — Ya, no llores que no me gusta verte así. — Susurró sobre mi cuello. — Oye... — Levanté mi rostro de su hombro y sus dedos pulgares limpiaron las gotas que había en mis mejillas. — Ya está, no llores mas ¿sí?
— No quiero que te vayas, lo que dije antes no es cierto... — Hipé hablando rápidamente.
— Sé que no lo quisiste decir, aun así me dolió.
— Lo sé y lo siento mucho. — Está vez fui yo quien se aferró a su cuerpo y no quise soltarlo más. — Por favor, no te vayas...
— ¿Quién dijo que me iba a ir? Riley, nunca te vas a deshacer de mí, ni por lo que más quieras en el mundo. Te dije que ricitos era un chicle y estaba llegando al límite ¿verdad? — Asentí. — Bueno, ese límite soy yo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro