"Tu no eres alguien que dejaré escapar y no importa lo que sea, tu siempre serás mi numero" — Favorite Girl.

06 de Enero 2007. 

Casa de Riley. 

— Vamos Riley, la gente merece conocer tu gran voz. — Vociferó  Justin sentado frente a la pantalla del computador mientras trataba de convencerme de abrir mi propio canal de Youtube para subir vídeos cantando.

— La respuesta es, mhh... ¡No! — Repetí por séptima vez, teniendo la esperanza de que se diera por vencido una vez por todas, ¿tanto le costaba aceptar un no como respuesta? Bueno sí, Justin era la persona mas terca que conocía. 

— ¡Ry! ¡Por favor! — Realizó un puchero como siempre cuando quería conseguir algo, lástima que ese truco ya no funcionaba conmigo. Negué con mi cabeza y él suspiró fuertemente, probablemente frustrado de no conseguir la respuesta que quería. Le vi dar en la 'x' a la página y giró sobre la silla para verme de frente. — ¿Feliz? 

— Síp. — Dije sonriente mientras me acercaba para rodear mis brazos por su delgado cuerpo y asegurarme que no estaba molesto.

— Eres muy talentosa Riley, deberías demostrarle a más gente tu talento no solo a tu mamá o a mí. — Lo escuché y sentí mis mejillas fundirse de rubí. Siempre me pasaba cuando el decía ese tipo de cosas. — Hablo enserio. 

— Me da vergüenza Justin. — Explique soltando el abrazo y miré sus ojos mieles que con la luz del sol que entraba por mi ventana estaban más claros de lo normal. — No creo que sea taaaaaaaaaaan talentosa, solo estás exagerando. 

— ¡No estoy exagerando! Lo digo enserio, estoy seguro que si te arriesgas puedes ser una futura Shakira, Fergie, incluso una ¡Beyoncé! — Musitó ilusionado. — Y siéntete alagada, por que no a cualquiera le digo eso, hablamos de Beyoncé, ella es una Diosa, ella es la mujer más caliente que hay en el mundo. — Lo golpee en la cabeza tratando de aguantar la risa. 

— Justin eres asqueroso ¡ella tiene veintiséis y tu apenas doce!

— Para el amor no hay edad Riley. —  Sacó su lengua infantilmente.  

 —  Créeme, a ella si le importa la edad. —  Reí caminando hacia mi cama y sentándome en el borde de ella, viendo los posters que tenía de High School Musical y Hannah Montana. — Además está con Jay- Z, ya superala. 

— Con una condición. — Alzó su ceja y me sonrió. Sabía perfectamente que cuando sucedía eso, no era nada bueno. — Al menos preséntate en el concurso de canto que habrá.   — Tomó mis manos entre las suyas y se arrodillo. — Por favor Riley, dame ese regalo de cumpleaños. 

— Estamos recién en Enero. — Fruncí el ceño. 

— Uno adelantado. — Sonrió. — Vamos, sólo será gente del pueblo la que irá a verte, por algo debes empezar a combatir la vergüenza, además de que el premio es bastante dinero, podrías ir a un concierto de la rubia que tanto te gusta. — Rodeo sus ojos y lo golpee en el hombro, aún siendo mi mano izquierda sostenida por la suya. 

— Su nombre es Hannah Montana. 

— Hannah Banana, lo sé. — Bromeó sabiendo que eso me haría enojar. — ¿Entonces? ¿Es un sí? — Pestañeo seguidamente y asentí dándome por vencida. Él emitió un grito de alegría y me abrazó con fuerza (a pesar de tener brazos débiles) al extremo de dejarme sin respiración. — Vas a ganar Riley, como tu primer fan, estoy seguro que sacaras el primer lugar.    

— Las cosas que me haces hacer. 

— Me amas, admítelo. — Alzó sus hombros con chulería. — Vamos ¿que esperas? Debemos ir a buscar el formulario para inscribirte. — Tiró de mi brazo guiándome hasta el jardín donde se encontraba mamá con Pattie viendo los tulipanes que estaban creciendo. — ¡Buenas noticias señoritas! — Justin fingió una voz más ronca de lo normal, haciendo que nuestras madres rieran. — ¡Riley ha decidido inscribirse para el concurso local de Stratford! 

— ¿Eso es cierto Ry? — Preguntó Pattie y asenti tímidamente. — ¡Eso es asombroso! ¡Te felicito! 

— Me alegro por ti Riley. — Se acercó mamá a abrazarme. — Eres una niña talentosa, llegarás lejos. — Me sonrió. 

— Es lo que yo le dije. — Interrumpió Justin el momento madre - hija. — ¡Pero debemos de ir a buscar el formulario para que se inscriba! 

 — Justin luce más emocionado que todas nosotras. —  Bromeo su mamá. Justin entreabrió sus labios quedándose sin palabras y pude ver como sus mejillas se tiñeron de color rojo. Era muy tierno. 

— Solo quiero que reconozcan el talento de Ry, mamá. — Su voz salió aguda, otro indició de que estaba avergonzado. Me acerqué a abrazarlo y fue mi turno de apretujarlo fuerte.

— Gracias Jay. — Besé su mejilla y escuchamos el "aw" de mamá y Pattie y está vez  acompañe a mi amigo en la nueva enfermedad llamada, mejillas rojas. 

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