🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹
❝ Me pregunto una sola cosa cada vez que te veo: ¿Iluminas mi vida, o caiste del cielo?... ¿Sabes por qué? Eres un ángel. ❞
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𝚅𝚒𝚎𝚛𝚗𝚎𝚜, 𝟾:𝟶𝟶 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎
─ ¿Me estás diciendo qué? ─ Cuestionaba el cobalto quien me acompañaba a esa fiesta a la que vamos.
─ Lo que oíste. La chica de la cafetería, cuando me dijiste que "me enamoré a primera vista", pues ¿Qué crees? Si pasó.
─ Así que... ¿Tuve razón? ─ Me hablaba en un tono burlón. Me irritaba que siempre quiera tener razón cuando se trata de mí.
─ Agh... sí. ─ "¡Lo sabía! Silver me debe cincuenta rings" Lo oí hablar con victoria. Era obvio que haría una apuesta con alguno de nuestros amigos sobre este tema.
Soportaba sus patéticas bromas hasta que llegamos al local. Tenía en letras fosforescentes el nombre del lugar: "Sapphire moonlight".
Entramos y el lugar tenía un ambiente divertido por la forma en la que bailaban y cantaban las personas que yacían en el lugar. A lo lejos habíamos visto a nuestros amigos sentados en una mesa.
Nos acercamos entre la multitud hasta llegar a nuestro destino.
─ Me parece que convenciste al vetado a venir, ¿No? ─ Bromeaba el pelirrojo hacia Sonic, quien rodó los ojos con una sonrisa.
─ En realidad... se convenció solo.
─ Eso me sorprende. ─ Amy había dicho ese comentario, ganando la atención del cobalto. Él se sentó a su lado brindándole un beso en la mejilla, oyendo como ella se reía.
─ ¿Y eso que vinieron ustedes? ─ Había cuestionado refiriéndome a la coneja de color crema, la gata lila y la murciélago albina.
─ ¿Esperas que me pierda una gran fiesta? ¡No, señor! Y por supuesto que ellas no se salvarían. ─ Me respondió mi amiga de toda la vida, Rouge The Bat. Las otras dos, una desvió su mirada algo molesta y la otra sonrió nerviosa.
Me encogí de hombros al recibir esa respuesta, diciendo que iría a la barra a ver qué podía pedir.
Me dirigí a dicho lugar y me senté en una silla, sacando de mi bolsillo la nota que escribí para esa eriza que hace mis días más alegres.
─ Hola, y bienvenido a... ¿Shadow
─ ¿Mm? ─ Alcé la cabeza confundido por ver que alguien sabía mi nombre, hasta abrir mis ojos por ver un rostro conocido.─ ¿Jet?
─ Sí, justo el mismo. ─ Estrechó su mano con la mía, dejando ver en su rostro una sonrisa de lado. Fuimos compañeros en la universidad, por si las dudas.
─ ¿Y cómo te ha ido? ¿Trabajas aquí desde hace mucho? ─ Comencé un tema de conversación fácil, viendo que él acomodaba las mangas de su camisa beige.
─ Sí. He estado aquí hace dos años. La razón es... algo estúpida. ─ Me respondió dándome una cerveza, teniendo en su otra mano una para él.
─ ¿Qué pasó?
─ Bueno... Hace dos años que había hecho una fiesta aquí por el cumpleaños de mi novia. ¿La recuerdas, Wave The Swallow? ─ Asentí a su pregunta, por lo que tomó un poco de su bebida. ─ En fin, ese día todo estaba bien, hasta que a Storm se le ocurrió hacer una locura.
─ ¿Qué clase de locura? ─ Cuestioné curioso tomando de la cerveza, viendo que el verdoso halcón se rascaba la nuca nervioso.
─ ¿Beber quince cervezas y jugar verdad o reto ebrio te es suficiente? ─ Mi rostro se tornó confuso al no entender a qué se refería, por lo que Jet suspiró. ─ Parece inofensivo, pero eso es hasta que empiezas a hacer cosas de las que no cuenta te das.
─ ¿Y qué reto te puso Storm? ─ Pregunté expectante.
─ Me retó a que hiciera trucos con mi aerodeslizador, pero eso fue hasta que ví que destruí varias mesas, rompí cincuenta botellas de vino de la barra, lastimé a los miembros de la banda del local y... entre otras cosas.
─ Vaya... ¿Y luego que pasó?.
─ El jefe del lugar me dijo que si trabajaba aquí, pagaría los daños que hice.
─ ¿Y cuánto tienes que pagar? ─ Le pregunté antes de beber de la cerveza, esperando su respuesta.
─ Veinte mil rings. ─ Por la cantidad de dinero, escupí el líquido que tenía en mi boca justamente en la cara del halcón. ─ Eww...
─ ¡¿Veinte mil?! ─ Repetí en voz alta, viendo que algunas personas nos miraban con expresiones raras.
─ Eh... no lo conozco. ─ Habló Jet tratando de que no nos vieran, lo cual funcionó. Volvió a verme molesto, limpiándose la cara con un pañuelo que tenía en su hombro. ─ ¿Te importaría no volver a gritar?
─ Sí, sí, perdón pero... ¿Veinte mil? ¿Todo eso, en serio?
─ Sí, ¿Te calmas? ─ Me habló regañando me, volviendo a beber de su cerveza.
─ ¿Y cuánto tiempo debes trabajar para pagar la deuda?
─ No lo sé. Sólo sé que cuando mi deuda este pagada, el jefe me avisa. Hasta entonces... estaré aquí.
─ De acuerdo. ─ Le dije volviendo a beber de mi bebida, hasta detenerme por recordar algo de pronto.─ Oye, ¿Te puedo preguntar algo?
─ Ya lo hiciste, amigo. ─ Me hablaba burlón, tensandose por ver mi expresión de pocos amigos. ─ Está bien, dime.
─ ¿Conoces a una eriza amarilla llamada María Robotnik?
─ ¿Robotnik? ¡Claro! Ella siempre viene en sus días libres junto con su amiga Tikal The Equidna. De vez en cuando los tres nos quedamos hablando cuando estoy en mi turno de descanso. ¿Por?
─ Pues... ─ De mi chaqueta verde musgo saqué con cuidado el girasol con dicha nota amarrada con un hilo rojo. El halcón me veía con expresión confusa e incómoda.
─ Ah... no es para mí, ¿O sí? Porque de ser así, sabes que tengo novia.
─ ¿Qué? ¡No! ─ Expresé molesto por el malentendido del contrario, sobando mi frente aún con la flor en mi mano.
─ ¿Entonces?
─ Escucha, María vendrá hoy a esta discoteca, y te voy a dejar la flor para que cuando la veas, se la entregues, ¿Entiendes? ─ Él me asintió, tomando la flor y dejándola sobre la barra con cuidado.
Estaba dispuesto a irme hasta que lo escuché hablar: "Así que le entrego la flor diciendo 'Es de parte de Shadow The Hedgehog' , ¿No?". Me regresé viéndolo con expresión de pánico, y él no entendía eso.
─ Veo que no me entiendes. El asunto es que quiero que le entregues la flor, sin decir que es de parte mía.
─ Espera, ¿Sin decir que es de tu parte? ─ Asentí a eso, viendo que Jet de sobaba el mentón tratando de comprender. ─ Una flor, una chica, una nota anónima... no me digas que estás en el viejo cliché del admirador secreto.
Mi intención había Sido descubierta, haciendo que desvíe mi mirada algo avergonzado internamente. Las risas del contrario no faltaron al ver mi reacción.
─ ¿Qué es tan gracioso?
─ E-Es que... ¡El gran Shadow The Hedgehog, siendo admirador secreto de una chica! ─ Volvió a reír, pero lo detuve callándolo con la palma de mi mano.
─ Sí, sí, ya te burlaste lo suficiente. ─ Le dije a regañadientes, alejando mi mano de su boca.
─ Está bien, te dejo tranquilo... ¿Y María te gusta en serio o es una fachada para llevarla a la cama? ─ Preguntó, logrando sorprenderme por lo que cuestionaba.
─ ¿Quién crees que soy? Claro que me gusta en serio. ─ "Lo dije porque recuerda que tuviste un gran historial en la universidad" Ese comentario suyo hizo que cruzara los brazos. Es cierto que era así en la universidad, pero esa etapa ya pasó.
─ ¡Ok, amargado! Dejo ese tema atrás.
─ Como sea. Hablamos luego, y recuerda lo que te dije. ─ Él levantó el pulgar en señal de que sabía que hacer, por lo que decidí volver a la mesa con mis amigos.
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La noche se hacía larga, la fiesta se hacía eterna, y las bebidas alcohólicas no paraban de entrar en los cuerpos de quien las tomara. Algunos bailaban, otros hablaban entre sonoras carcajadas por el alcohol, y algunos se habían ido.
Entre mis amigos pues, estoy seguro que el alcohol es que toma el control de sus mentes ahora. ¿ Por qué lo digo ? Vamos a enumerar los. Sonic hacia el ridículo junto con Knuckles, quienes cantaban en el escenario con la banda del lugar. Algunos serían de ellos y otros les seguían el ritmo.
Blaze trataría de que Silver no se desmayara por beber demasiado, teniendo ayuda de Cream para lograr dicha cosa. Amy y Rouge estaban sentadas en la mesa, y creo que aún siguen algo sobrias... tal vez.
Y si se preguntan dónde está Tails, pues lo llamé para que viniera porque estaba haciendo algo de la universidad.
¿Y qué pasa conmigo? Apenas puedo alcanzar a ver las cosas por haber bebido de más, pasé un rato con los demás y terminamos tomando de más de la cuenta. Ahora me encuentro nuevamente en la barra.
─ Hola, guapo. ¿Qué haces aquí solo? ─ Logré escuchar una voz femenina a mi lado, pude ver qué era una eriza... ¿Rosa?
─ ¿Amy? ─ Pregunté confundido, oyendo una risa de su parte.
─ Me llamo Rosy. Rosy Rascal. Y vine hasta acá a buscar algo de beber, pero me encuentro con un erizo bastante apuesto. ─ Me hablaba coqueta, por lo que decidí ignorarla.
Antes de que volviera a sumergirme en el sabor de la bebida en mis manos, la misma chica se había acercado más a mí, llegando a sentarse en mis piernas.
─ ¿Por qué tan serio, cariño? ~ ─ Me hablaba coqueta, paseando sus manos por mis púas, yo por otro lado me molestaba por la forma en la actuaba.
─ Yo no soy un bastardo que se deja dominar por una chica como tú. ─ Ella abrió sus ojos por lo que dije, pero volvió a sonreír de todas formas.
Ella al tener sus manos en mis púas, lograría rodear sus brazos en mi cuello. Yo trataba de apartarla pero Rascal hacia que fuera difícil. Fue cuando de pronto una calidez se posó en mis labios; un beso.
Rápidamente logré separarme y alejar a esa eriza de mí, viendo que ella se reía con emoción. Seguramente estaría ebria.
─ Búscate a otro. ─ Le dije antes de dejarla en el lugar donde fue mi sitio, cambiándome a otro lugar.
Para mí sorpresa, pude ver a la chica que con sus ojos azules me veía contenta.
─ Hola, Shadow. No pensé verte aquí. ─ Hablaba ella viéndome, y pude notar que tenía en su cabello el girasol que le había dejado a Jet. Eso me hizo sonreír.
─ Sí, es que... había venido con mis amigos.
─ No me digas que son los que están cantando karaoke. ─ Decía viendo hacia el escenario, por lo que voltee y pude ver qué aún el equidna y el erizo estaban ahí.
─ Te mentiría sino fuera así. ─ Escuché su risa. Me quedé sonríendo por lo linda que se veía de esa forma.
Con sus púas amarillas sueltas, un lindo vestido blanco, un girasol de accesorio. Para los demás puede que sea simple, para mí es hermosa.
─ ¿Quieres bailar? ─ Pregunté, viendo que ella posaba sus en mi confundida y algo nerviosa. ─ ¿Quieres?
─ Am... es que... no sé bailar. ─ Se había sonrojado por la vergüenza, pero eso no era obstáculo para mí.
─ Eso no importa. Todos aquí están tan borrachos que ni siquiera te verán. ─ Solté con confianza, haciendo que ella asintiera.
La tome de la mano y la llevé hasta la pista de baile, le indiqué que colocara sus manos en mis hombros; así lo hizo. Yo colocaba mis manos en su cintura, y por esa acción ví que se sonrojaba.
─ Te ves linda así, ¿Sabías? ─ Había dicho eso sin darme cuenta, observando que sus ojos azules brillaban por sus nervios.
Baila como le indicaba, y ella algo nerviosa trataba de seguir los pasos. Mis ojos viajaron hasta donde tenía mis manos, su cintura, hasta ahora que me doy cuenta su cuerpo encaja en mis manos.
En un momento, ella había dado una vuelta pero según creo hizo un mal movimiento y hubiera caído al suelo sino fuera porque la atrapé, notando que quedamos en la típica pose de comedia romántica.
─ A-Ah... L-Lo siento... ─ Se disculpaba, pero yo no estaba enojado; todo lo opuesto.
─ Tranquila, no pasa nada.
La acerqué a mi y pude ver qué habíamos quedado muy cerca del otro. Me quedé viendo sus labios y ella hacía lo mismo.
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