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diesiseis.

Junho cubrió con una manta a Jisung quien dormía hecho un ovillo en el piso del velatorio.

Era la primera vez que Jisung tomaba una larga siesta después de dos días, el pelinegro se quedó sin lágrimas y fue entonces que el sueño lo atacó para recuperar un poco de fuerzas.

Mucha gente asistió al velorio de Minho, Junho recibió a cada persona que conocía y apreciaba a su hijo, desde amigos y vecinos hasta nuevos clientes que habían solicitado de sus servicios.

Jisung se mantuvo alejado de todos los visitantes, su mente estaba en una especie de bucle, cada momento que pasó junto a Minho se repetía, cada momento feliz y triste que había vivido junto a su prometido.

Recordar esos momentos lo hacía pensar en que ya no podrán crear más memorias juntos, ya no podrían regresar a París como una pareja casada, no podrían vivir más experiencias de viaje, no podrían conocerse en la vejez.

El señor Lee le pedía a los cielos que su hijo esté en buenas manos y protegiera a Jisung de cualquier mal que se presente de ahora en adelante.

Después de un mes del fallecimiento de Minho, Jisung permanecía acostado en la comodidad de su cama todo el día mientras Junho iba a trabajabar.

El apetito de Jisung se había esfumado, apenas y comía algo de la comida que Junho dejaba en el mueble junto a su cama, a veces, cuando el señor Lee regresaba del trabajo por la noche la comida seguia como lo había dejado.

Para el segundo mes, Jisung se animó a salir de su habitación. El primer lugar al qué se dirigió fue el jardín. Al llegar al jardín tomaba la manguera y comenzaba a regar las plantas que Minho sembró y cuidó con tanto amor y esperanza.

Junho miraba a Jisung desde la cocina mientras preparaba la comida, el pelinegro aún no ingería alimentos sólidos, solo líquidos y muy pocos lo que hacía que se preocupara por la salud del chico.

Jisung se colocó de cuclillas frente a la hermosa flor que Minho plantó para él cuando comenzaron su relación, los recuerdos del momento en que empezó a florear aparecieron en su mente, él y Minho estaban muy emocionados de ver que la flor florecia conforme avanzaba su relación.

En el tercer mes, Jisung había perdido peso, su piel comenzaba a verse más pálida y su contacto con el mundo exterior era nula, Junho no podía entablar una conversación con el chico, Jisung sólo salía una vez al día  y era solamente en las noches para apreciar la luz de la luna y las estrellas que lo acompañan, observaba cada planta, cada flor y cada momento que Minho sembró en el jardín.

El jardín estaba lleno de tantos recuerdos de Minho, tantos recuerdos que duelen en lo más profundo del corazón de Jisung.

En el cuarto mes, Junho tampoco lo estaba pasando bien, era muy difícil acostumbrarse a vivir sin su hijo, su único hijo. Había perdido a su esposo, su mejor amigo y ahora a su hijo, sólo quedaban él y Jisung a quien le tomó un cariño enorme.

—Jisung, la comida está lista

Junho siempre motivaba al pelinegro a comer un poco aunque sea una fruta pero éste seguía sin comer algo.

—El postre es un pay de queso delicioso, lo aprendía hacer hace una semana—Junho miró a Jisung regar las plantas, aún vestía su pijama de estrellas—¡Se va a enfriar!—Gritó

El señor Lee acomodó el pay en una tabla sobre la mesa y colocó dos platos pequeños y un par de cubiertos junto a un vaso de jugo de naranja. Cuando la mesa estuvo lista soltó un suspiro y tomó asiento para esperar a Jisung.

El pelinegro solía sentarse a hacer compañía a Junho, pues, sentarse en la cocina le hacía recordar a cuando conoció a Minho.

—¡Jisung!—Junho gritó frustrado y bufó levantándose para hechar un vistazo a la ventana—¿Vendrás a hacerme compañía?

Junho frunció el ceño al no ver a Jisung en el jardín, sacó su celular y lo llamó pero lo enviaba a buzón. Jisung siempre respondía a sus llamadas pero sólo respondía con sentimientos, Junho decidió salir y hechar un vistazo hacia donde se supone que estaba el chico pero se encontró con una escena alarmante.

—¡Jisung!—Gritó corriendo hacia el pelinegro quien se había desmayado

La manguera que Jisung estaba utilizando ahora se encontraba en el pasto empapando al pelinegro y al señor Lee.

—¡Vamos Jisung despierta!—Lo tomó entre sus brazos y comenzó a dar leves palmadas en las mejillas para hacerlo reaccionar—¡Jisung!—La desesperación creció en el señor Lee al ver que había un pequeño charco de sangre bajo el cuerpo del pelinegro—Tu no Jisung, no me puedes dejar sólo

Junho tomó en sus brazos al pelinegro y lo llevó a su auto y con un poco de dificultades logró acostarlo en los asientos traseros y después entrar en el asiento del conductor para comenzar a conducir hacia el hospital.

—¡Ayuda!—Junho entró con Jisung sobre su espalda en el área de emergencias—¡Por favor ayuda!

Las enfermeras acudieron al señor Lee con una camilla al ver que el chico que estaba siendo cargado dejaba un camino de sangre.

—¿Qué sucedió?—Un médico comenzó a atender a Jisung en la camilla

—Tal vez fue por falta de alimentos, lleva varios meses sin probar algo sólido—Explicó Junho al borde de un colapso—Él estaba regando las flores y al siguiente momento se desmayó pero había un pequeño charco de sangre

El médico revisó el cuerpo de Jisung buscando alguna herida pero no había ninguna, notó que el vientre del pelinegro estaba un poco hinchado, con una mirada le indicó a las enfermeras que lo movieran.

—Señor, necesitamos que anote los datos del paciente ¿Es usted su familiar?—La enfermera le entregó una pluma y un par de hojas antes de que diera un paso y siguiera a los médicos

—Soy su tutor legal—Dijo sin despegar la mirada del grupo de médicos que comenzaban a atender a Jisung—¿Qué es lo que pasa con él? ¿Estará bien?

—Los médicos le darán esa información, por favor guarde la calma—La enfermera bloqueó la vista del Señor Lee haciendo que comenzará a llenar el formulario con datos del pelinegro

Al cabo de dos horas, un médico preguntó por familiares de Han Jisung, Junho se levantó con rapidez y apresuró el paso hacia el médico que atendía al pelinegro.

—¿Lee Junho?

—Si, soy su tutor legal—Su voz temblaba, ahora temía perder al chico

—El joven Han se encuentra estable, se quedará en observación por unas semanas hasta ver mejorías en su salud—Soltó un suspiro frustrado—Afortunadamente pudimos salvar al bebé, aunque su peso y tamaño no es el ideal para...

—Espere...—Junho interrumpió al médico y frunció el ceño—Creo que hay una confusión, mi Jisung no está embarazado—Negó mientras limpiaba su rostro con sus manos—Él fue ingresado por desnutrición y...

—¿Es éste chico?—El médico le mostró la fotografía del expediente a Junho dejándolo sin palabras

—Si... Ese es mi Jisung—Tartamudeó viendo como el médico guardaba la imagen en su carpeta

—El chico se encuentra en su quinto mes de gestación y su bebé se encuentra muy débil, si continua así podría perderlo—Junho soltó un suspiro, cubrió su rostro dejando que las lágrimas salieran—¿Sabe la razón por la que el joven Han llegó a éste punto?

La respuesta era clara, después de la muerte de su padre la depresión y ansiedad se hicieron presentes pero cuando Minho llegó a su vida todo fue cambiando. Ahora, con la muerte de Minho, su fuente de felicidad se esfumó pero aún tenía un rayo de luz que lo ayudaría a seguir floreciendo.

—¿En donde se encuentra?—Preguntó con la mirada baja

—Las visitas aun no son permitidas para el Joven Han, lo mejor que puede hacer ahora es regresar a su casa y descansar, el día de mañana podrá visitar al Joven Han—Hizo una reverencia y se retiró

Las lágrimas de Junho salían sin control, se sentía bastante mal por haber descuidado al pelinegro, se sentía una horrible persona, debió haber puesto un ojo en la salud de Jisung y si lo hubiera hecho la salud del bebé sería mejor.

Al llegar a casa le dió un vistazo recorriendo con la mirada todo a su al rededor desde la puerta principal, el silencio reinaba en aquella casa donde hace un par de meses estaba lleno de risas y gritos, ahora se sentía extraño estar sin aquellas personitas que le alegraban su día con sus ocurrencias.

Junho justificó su falta al trabajo y pidió algunos días de vacaciones para cuidar del pelinegro quien se encontraba tomando una siesta relajadora en el hospital.

Abrió los ojos lentamente tratando de acostumbrarse a la luz del sol que entraba por las cortina perfectamente recogidas y la luz que la habitación le brindaba.

Lo primero que pudo notar a su alrededor fue a él con varios cables conectados a su cuerpo, el sonido de las maquinas notificando su estado y al señor Lee dormido en el sillón de cuero a unos dos metros de él.

Bufó al sentir su cuerpo tan débil, no podía emplear tanta fuerza por más que lo intentaba y fueron sus quejidos al tratar de levantarse lo que hizo que Junho despertara.

—Jisung ¿Qué haces?—Junho se levantó y se acercó al pelinegro—No puedes levantarte

—Señor Lee ¿Qué hago aquí? No quiero estar aquí—Las lágrimas empezaron a recorrer el rostro de Jisung mientras negaba y animaba a su cuerpo a moverse

—Tranquilo Jisung, mantén la calma—Suspiró pesadamente y le brindó caricias en la cabeza—Te desmayaste mientras regabas las plantas...

—Señor Lee vámonos de aquí...—Jisung hacia bastante esfuerzo por moverse

—No nos iremos Jisung, no hasta que tú y el bebé mejoren—Los movimientos del pelinegro se detuvieron y dirigió su mirada al Señor Lee—Si continúas negándote a alimentarte podrías perder al bebé

—¿Cómo... cómo lo supo?—Sorbió su nariz y limpió sus lágrimas

—¿Por qué lo hiciste Jisung?—El semblante de Junho se mantenía serio tratando de no perder la calma—¿Minho... Minho lo sabia?

Jisung asintió comenzando a llorar y tapó su rostro con sus manos, limpiaba las lágrimas que caían por su rostro con rapidez. Jisung era consciente de que había hecho mal al no cuidar de su salud estando en una situación donde debía tener más atención.

—Minho y yo íbamos a darle la noticia cuando usted regresará del trabajo... Pero...—Tomó aire mientras continuaba llorando—El...

—Minho tuvo el accidente—Junho limpio las lágrimas del pelinegro y lo abrazó dando suaves palmadas en su espalda—Debes quedarte en el hospital por unas semanas, el médico dijo que el bebé no está del todo bien, debido a tu falta de alimento no está llevando un buen crecimiento... Si no te tomas en serio tu embarazo podrías perder al bebé

Jisung colocó sus manos en su vientre, se encontraba en su quinto mes de gestación pero no había rastro de un embarazo, observó sus manos y piernas, pálidas y muy delgadas cuando hace unos meses solían ser más rellenas y de un color vivo.

—No eres el único sufriendo por la partida de Minho, como su padre me dolió mucho perder a mi hijo pero tenemos que salir adelante. Éste pequeñín te hará seguir adelante y te hará feliz—Colocó sus manos sobre las del pelinegro—No te rindas Han Jisung

—Mi bebé es lo único que me queda de Minho—Suspiró cortadamente—Soy un idiota, no estoy cuidando de lo único importante que me dejó...

Jisung dejaba salir toda su tristeza y frustración a través de las lágrimas, el dolor de la pérdida de Minho nubló sus pensamientos durante las primeras desde su partida, la depresión se había hecho presente y debía ser tratada por un especialista.

¡Bienvenidxs a un nuevo capítulo!
¿Pañuelos?

¿Se esperaban que Jisung llegara a
éste nivel?

¿Creen que el bebé Minsung se salve?
No se pierdan el gran final de Gimpo
Muy pronto.

No olviden votar si les gustó, pueden
dejar un comentario haciéndome
saber que les agradó el capítulo.

¡Gracias por leer!

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