🐾XXXVI
Jimin giró un par de veces, observándose a sí mismo en el espejo. El traje era elegante, de un pulcro blanco, fresco e ideal para una boda en la playa. llevaba un pequeño adorno floral en el bolsillo frontal del saco que su madre se había encargado de colocar unos segundos antes. Bajo el saco, una camisa blanca y un chaleco color plata apretaba un poco su redondeada figura.
— Pero si te ves tan guapo mi cielo. —decía la señora Sana. Su rostro salpicado por ensoñación y adoración maternal al ver a su hijo menor portando el atuendo que usaría para su boda.
— Está un poco ajustado. —mencionó poco convencido hacia su madre, Baekhyun y la señorita sastre encargada de confeccionar su ajuar.
— Es normal, tu barriguita está creciendo cariño. ¿Cree que pueda soltar un poco el ajuste? —le dijo a la joven.
— Por supuesto, aunque... Creo que tengo por aquí una talla más amplia... —murmuró atenta. Ella caminó hacia un estante cercano, buscó y halló pronto una prenda similar. — Probemos este. —añadió volviendo donde el omega.
Para nadie era un secreto que estaba doblemente embarazado pero, un pequeño aire de inseguridad se coló en su pensamiento. Sí, se sintió algo apenado de tener que usar una talla más grande pero es que de verdad estaba apretándole el chaleco luego del desayuno que había dado por tres.
Jimin se quitó el saco y luego el chaleco que iba por debajo para probarse el que le estaba pasando la joven. Era un hecho que ese le quedó mil veces mejor y su respiración no estuvo comprometida. Giró observándose una vez más e inconscientemente una sonrisa curvó sus labios para volverse en una risita de incredulidad. ¡Se iba a casar realmente! Y a todo esto... ¿Y el novio?
— Quiero mostrarle a Yoonie... —musitó sonriente, mientras bajaba de la pequeña plataforma frente al espejo.
— Eh, eh, eh... Nada. —le detuvo su madre y él la miró confundido. — Los novios no deben verse con sus atuendos antes de la boda, o les traerá mala suerte. —le explicó.
— ¿Eso no es solo con los vestidos de novias? —indagó.
— No, aplica con todos. Así que nada de ver a Yoonie, él debe estar probándose él suyo y no deben vers...
— ¡¿Me veo galán o qué?! —interrumpió el pelinegro, repentinamente en la habitación con una amplía sonrisa. Los presentes miraron con diversión y pena a la señora Sana.
— Olvidalo. —murmuro a su hijo, dándose por vencida.
YoonGi quien con una esplendorosa sonrisa de encías rosas y girándose para que vieran su traje confeccionado y elegante quedó más enamorado de la vista al frente otorgada por su futuro esposo.
— Pero que ven mis ojos... Un ángel. —balbuceó parado desde el marco de la puerta y con cara de tonto enamorado. YoonGi caminó hasta Jimin y le tomó de la mano. — Luce usted muy bien futuro señor de Min. —comentó adulador y coqueto.
— También luce muy bien señor Min. —respondió subiendo sus manos al cuello del alfa y acercándose para robar un pico en sus labios.
— Me darán diabetes ustedes dos... —mencionó el alto alfa, entrando en la habitación con un par de churros que comía gracias a los antojos compartidos con su pareja. Chan llegó hasta Baek y cariñosamente le ofreció en la boca.
— Mira quién lo dice... —se burló el pálido observando la escena.
La señora Sana y la joven sastre miraban a ambas parejas derrochando miel por igual. Así que declarando un empate oficial, los instó a apresurarse.
— Bueno, bueno, suficiente chicos... No coman pan enfrente de los pobres. Ya tendrán tiempo para eso después. —les dijo. Sana miró el reloj en su muñeca. — Ahora es tiempo de que se cambien para llegar a tiempo al salón que rentamos para su despedida de solteros.
— ¿De verdad es esto necesario? —preguntó Chan, con aire quejumbroso a su madre.
— Por supuesto. Tu padre fue por sus amigos al aeropuerto así que no debe tardar. Ahora, fuera, shu... —les ordeno para que salieran.
Todos a excepción de Sana, Jimin y la modista salieron de la habitación para dejarlo cambiarse. Incluso YoonGi que no quería soltarle, le dio un pico en los labios antes de ir a cambiar su ropa también.
— ¿Entonces se quedarán con ese? —preguntó sonriente la modista.
— Me lo quedo. —respondió Jimin con una sonrisa que cerraba sus ojos por completo.
— Te vez tan feliz. —murmuró su madre sin dejar de mirarle.
— Lo estoy mamá. —le contestó a través del espejo. Su sonrisa bajó un poco y se mordió los labios.
Quizá no era el momento más oportuno pero, había algo que debía ser hablado y que justo ahora que estaban solos podrían. Tal vez debía esperar a que su padre también estuviera presente pero considerando lo difícil que aún era pensar en llegar a molestarse con él un poco antes de su boda, le resultaba innecesario.
— ¿Pasa algo cariño? —le habló su madre al mirar lo repentinamente pensativo que se había quedado. Jimin giró para verla de frente.
— Sé el secreto tuyo y de papá referente a mi. —le soltó sin rodeos. El rostro de Sana se volvió una extraña mezcla de sorpresa por aquella confesión repentina y preocupada por la misma.
— ¿Q-que? ¿A que te refieres? —balbuceó esquivándole la mirada y girando hacia otra parte que no fueran los ojos claros de su hijo que la miraban juiciosos. Jimin supuso que lo podría negar.
— Quiero decirte.... Que no importa. Los perdono. Son mis padres y los amo. Solo... Me gustaría haberlo sabido. Pero estoy seguro de que sus intenciones eran buenas. YoonGi me hizo ver que los padres muchas veces también se equivocan y hacen cosas que suponen mejores por nuestro bienestar. —dijo suave. Su madre le miró nuevamente, sus ojos lucían entre asustados y orgullosos al oír las palabras de su hijo. — Yo también haré lo que sea por mis bebés. —añadió sonriendo de nuevo y acariciando su pequeño vientre.
Sin poder evitar las lágrimas la señora Sana abrió sus brazos para atrapar a su hijo en un fuerte y emotivo abrazo. Sintiendo la sinceridad y el alivio de al fin no guardar más aquel secreto. Jimin sabía la verdad y le perdonaba. No podía sentirse más feliz y libre.
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Con la llegada del atardecer y la arribo de sus amigos, quienes después de pasar a hospedarse en un hotel cercano fueron llevados hasta el supuesto salón preparado para el evento organizado por la madre de Jimin, todos se reunieron dentro del lugar. Un amplio salón con mesas y sillas adornadas. Un bar podía verse con una gran cantidad de etiquetas, tamaños y colores de vinos, rones y licores. Al fondo un escenario no demasiado grande ni tan pequeño con un letrero de luces neones moradas y azules. El lugar bien parecía uno de esos bares familiares de stan up.
Con las luces bajas el lugar a media oscuridad lucía interesante. Sana les hizo pasar y tomar asiento.
— Muchas gracias. —dijo con una amable sonrisa Seokjin. Namjoon a su lado también tomó asiento en la misma mesa.
Taehyung y Hoseok se sentaron en una de las mesas más cercanas al escenario, justo a un lado de la mesa de los próximos esposos. YoonGi y Jimin estaban justo en el medio. Las invitadas de YoonGi, Jihyo y Sawol estaban una mesa atrás de ellos, Kihyun y su esposo Shownu se sentaron en otra mesa a su lado, Baekhyun y ChanYeol también ocuparon su lugar a su izquierda mientras que la mesa de sus padres se hallaba a la derecha. Un par de empleados contratados atendieron eficientemente, dejando bebidas y aperitivos ligeros en sus mesas. Tras la llegada de algunas amigas de la secundaria del omega, entre ellas la morena alfa de mirada fuerte que no le caía bien del todo al pálido, las luces bajaron aún más, dejando iluminado solamente el escenario frente a todos los presentes.
La morena quien con un entallado vestido negro relucía sus bellas curvas subió al escenario tomando un micrófono de su pedestal al centro.
— Es un gusto tenerles hoy aquí, mi nombre es Hwasa y seré su maestra de ceremonias esta noche. Una noche especial porque no es cualquier noche, sino la despedida de la soltería de uno mis mejores amigos. Jimin y... —la alfa sonrió tapando el micrófono con su mano de largas y confeccionadas uñas para preguntar el nombre del prometido. — ¿Cómo se llama tu prometido?
— YoonGi. —susurró el castaño dorado. Una ligera ola de risas bajas se escucharon por la cómica situación.
— ¡Jimin y YoonLi! —exclamó efusiva con una sonrisa y aplaudiendo. Todos los demás también aplaudieron.
YoonGi le miró con ojos entrecerrados. Sabía que la morena había escuchado bien su nombre pero lo había dicho mal a propósito.
— ¡Chicas suban! —le llamó a sus amigas quienes se levantaron de su mesa y pasaron cerca del omega para dejar un beso en su mejilla antes de subir al escenario con Hwasa.
Una peliroja y delgada alfa, vestida con pantalones blancos flojos, una blusa de brillantes lentejuelas y converse altas se acercó al segundo micrófono en otro pedestal, ya que en total eran cuatro, tomó la palabra.
— Jiminnie, ésta pudo ser nuestra despedida, pero no me aceptaste... Si este chico te descuida, estaré esperándote con mis brazos abiertos, ¿escuchas? —confesó con la mano en el pecho. Las mejillas del omega se sonrojaron con algo de pena pero sonriente.
— Lo tendré en cuenta Moon. —le respondió mandándole un beso volador que la pelirroja hizo ademán de atrapar.
Jimin miró a su derecha para encontrarse con la ceja levantada del pelinegro de brazos cruzados.
— ¿Y quien era el que me estaba juzgando por algo que no había hecho? —preguntó sarcástico.
— Moonbyul solo es mi amiga, nunca hubo nada, lo prometo. —le explicó risueño. YoonGi chasqueó con su lengua.
— Hola, mi nombre es Solar. —se presentó saludando una de ellas. Una rubia y más bajita omega. — Las chicas y yo, les tenemos preparada una pequeña presentación, esperamos les guste. —mencionó.
Fue así como una suave canción y las armónicas voces del cuarteto entonaron una encantadora canción para iniciar la velada familiar hasta que el momento de pequeñas dinámicas para la joven pareja comenzó. Juegos de "¿quién ama más al otro?" "¿qué cualidades amán el uno del otro?" "La historia de cómo se conocieron" en la que por cierto, fue la más difícil y los nervios les hizo vacilar puesto que además de ChanYeol, nadie debía saber la verdadera historia de como fue, pero la situación pasó a último termino con la siguiente dinámica que consistía en un divertido baile a su pareja.
Era momento del alfa demostrar su experiencia en seducción ofreciéndole un baile a su omega, que con una sonrisa avergonzada, orejas rojas miraba los movimientos alrededor de su silla donde estaba sentado. ¿Y es que como no apenarse y acalorarse teniendo a sus padres allí mismo? No negaría que le estaba encantando el baile pero vamos, ese podría ser solo para ellos, ¿no? Podría sentirse un poco receloso de que todos miraran a su alfa danzando. Aunque no pudo faltar una pequeña burla sarcástica de ChanYeol quién molestando un poco a su próximo cuñado gritó:
— ¡Eres una vergüenza para la naturaleza!
Provocando una ligera risa de los presentes. YoonGi sabía que Chan solo jugaba así que no le tomó mucha importancia a su comentario.
El baile terminó con un tierno pico en los labios y un omega abochornado que se abanicaba con su mano el calor provocado. Sin duda, entre risas, juegos y amigos, la noche fue maravillosa y con el pasó de las horas, nuestra pareja principal, nuestra protagonista y más empalagosa pareja de tórtolos no podían estar más felices y emocionados por compartir no solo un amor, o una próxima familia, sino el inicio de una larga vida juntos. La mejor decisión que había tomado Park Jimin era ir a Gigolo de omegas, y la mejor decisión de Min YoonGi, fue aceptar su loca petición. Es por ello que con la mirada más amorosa y decidida, YoonGi tomó el ramo de flores que su cuñado le pasó, dándoselo al omega que aún sentado en la silla y rodeado por algunos de sus amigos sonrió aceptándolos.
— Para mi querido chico apple-pay... —murmuró mirándole a los ojos. — Quien cambió mi vida al pedirme un hijo. —aquello lo susurró mas cerca, y solo para sus oídos, provocando una risa algo descontrolada del castaño dorado.
— ¡Que vivan los novios! —gritó de pronto Hoseok mientras aplaudía emocionado.
— Aún no se casan... —respingo Moonbyul airosa y recibiendo un codazo por parte de Hwasa.
— Mañana es su gran día chicos, de verdad les deseo toda la felicidad a ambos. A los cuatro. —sonrió Baekhyun, tocando el pequeño vientre del omega quién lo abrazó agradecido.
— Muchas gracias Baek.
También los padres de Jimin se acercaron a desearles lo mejor y felicitarlos. El padre del omega, aunque reacio, sonrió y abrazó a su próximo yerno.
— Sé que harás feliz a mi hijo... —comenzó diciendo. Él acercó a Jimin bajó su brazo, abrazándole como si fuera aún su pequeño hijo menor, y bueno, para él siempre lo sería. — Estaré muy honrado de entregarte a mi manzanita frente al altar, estoy seguro, de que serás un gran esposo, y protegerás a su nueva familia como yo mismo lo he hecho. Bienvenido a la familia hijo. —terminó de decirle. Atrayéndolo bajo su otro brazo.
Para el final de la noche y tras despedirse para ir a descansar puesto que al día siguiente seria uno muy importante, YoonGi y Jimin regresaron a la casa de sus padres pero justo antes de entrar, el omega echó una mirada al mar no muy lejano. La playa se veía iluminada por la luna justo en medio del alto cielo nocturno, despejado y lleno de estrellas. Aún no tenía sueño a pesar de que debería levantarse temprano, así que tomando la mano de YoonGi e indicándole con una mirada y una sonrisa que lo siguiera, ambos se alejaron de la casa corriendo por la arena y quitándose los zapatos para sentirla entre risas.
— ¿No deberíamos ir a dormir? —preguntó YoonGi.
— No, no tengo sueño. —confesó. YoonGi levantó una ceja mientras lo seguía.
— ¿Impaciente? —preguntó nuevamente.
Jimin, con sus zapatillas blancas en sus manos las llevó atrás de su espalda mientras iba adelante mirando al mar.
— Hmm... Ujum. ¿Tú no? —indagó sin voltear.
— ¿Siendo sincero? —preguntó retórico. — Jamás pensé decirlo, pero estoy emocionado por la boda. —confesó sonriendo.
Realmente no podía creer que se sintiera tan bien pensar en casarse. Jimin se detuvo justo frente al mar, con la suave espuma mojando sus pies y sus dedos enterrándose en la arena. YoonGi caminó los pasos que los separaban hasta colocarse tras de él y abrazarle por la espalda.
— Nuestra boda. —susurró Jimin.
— Nuestra familia. —susurró YoonGi, depositando un beso en su mejilla. Jimin automáticamente dejó caer sus zapatillas a un lado atendiendo el abrazo que bajó hasta entrelazarse entorno a su barriga.
— ¿Recuerdas lo que prometiste justo frente al mar? —musitó el omega. YoonGi respiró profundo del dulce aroma del cuello ajeno al colocar su cabeza recargada en el hombro de Jimin.
— Te dije, que haría lo que fuera necesario para darte un bebé. ¿Lo cumplí o no? —dijo con algo de orgullo. Jimin rió mientras sentía un beso ser puesto justo detrás de su oreja.
— Sí, lo cumpliste.
— Eso significa que me debes, ¿teníamos un trato recuerdas? —molestó. Jimin se alejó mirándole un poco ofendido.
— ¡Oye! —le reprochó con un leve golpe en el brazo. YoonGi rió mientras lo veía alejarse de él. Jimin reía pero quería hacerse el indignado un poco más.
— ¡Solo bromeaba! —gritó entre risas.
Jimin regresó playa arriba, hasta una pequeña banca de madera cerca del muelle al que su padre iba a pescar, sentándose y cruzando los brazos por encima de su barriga y apretando sus labios. YoonGi lo alcanzó, divertido al ver el puchero en los labios del castaño.
— ¿Aceptas tarjeta de crédito? No, mejor dame tu número de cuenta y te depositaré. —comentó sarcástico, su rostro era serio pero por dentro moría de risa. Su actuación era suprema.
— No tienes que pagarme ahora sabes, disfrute mucho el trabajo. Aunque bueno, fueron dos, podría pedir un extra ya que no estaba planeado en el contrato... —se hizo el desinteresado, sentándose a su lado y mirándose las uñas. Él también jugaba pero era buen actor del método. — Y si, bueno, tal vez merezca un bono por mi excelente servicio, podríamos discutirlo con nuestros abogados.
Jimin le miró actuando indignado pero la particular sonrisa de encías del alfa sin vergüenza le hizo sonreír también sin poder seguir fingiendo su enojo. Negó con la cabeza antes de susurrar una pequeña puntada pícara.
— Disfruté mucho sus servicios señor Min. —dijo con seguridad, tendiéndole la mano como los más profesionales negociantes.
— Fue un placer hacer... negocios, señor Park. —le respondió ladino, estrechando su mano. Jimin miró hacia arriba y frotó su rostro para tratar de quitar la sonrisa de ahí.
— Eres un tonto.
— Y te encanto. —respondió.
YoonGi se levantó de la banca, estirando sus brazos cual felino al despertar. Se sentía un poco cansado pero aún no lo suficiente.
— Sabes... Estuve pensando, que tal vez, no sé... Pudiéramos, ¿encargar otro bebé después? —mencionó vacilante. Jimin abrió un poco mucho sus ojos y boca al escuchar aquella propuesta. Su nerviosismo se disparó en una risa desordenada.
— ¿Pero que dices? ¿Otro? —preguntó sin poder creerlo. YoonGi se encogió de hombros con una sonrisa incómoda. — Creí que no te gustaban los niños. —susurró.
— Bueno, eso fue antes de conocerte.
— ¿Ah sí?
— Sip. —contestó, girando un poco alrededor de la banca hasta quedar tras del omega. — De hecho... Cuando te conocí, y me pediste un hijo... En mi mente estaba dispuesto a darte hasta once... —le contó cerca de su oído.
— ¡¿Once?! —farfulló estupefacto. — ¿Quieres hijos o un equipo de fútbol? —preguntó cáustico.
— No fuiste tú el que comenzó todo esto con, ¿ciinto mi cibriríi por imbirizirmi? —imitó con cierto tono infantil. Jimin rió y cruzándose de brazos lo miró con una ceja levantada.
— Bueno, sí... Pero obtuvimos un dos por uno, creo que eso sería suficiente. ¿Once no son muchos para ti? —quiso saber con humor. YoonGi hizo un sonidito parecido a un chasquido con su lengua, pareciendo indignado.
— Al menos, ¿uno más? —pidió esperanzado.
— Yoon... —sonrió el omega enternecido. Aún así, no estaba seguro si después de la llegada de los mellizos pudiera volver a embarzarse. Las posibilidades no eran tan estables. — Creo, que si se diera el caso y pudiéramos tener uno más, sería hermoso, pero, ahora lo importante es que nuestros bebés lleguen y que estén sanos. Después veremos, ¿si? —le dijo.
YoonGi comprendió su preocupación. Aún no había mucha información acerca de la salud de sus bebés, y sabía que lo que les había dicho la doctora de la clínica de fertilidad aún estaba muy presente en la mente del omega. Jimin tenía razón. Lo más importante ahora era que no hubieran estragos en ellos, que su crecimiento y salud sea normal y que llegaran a termino con todos sanos y salvos. YoonGi se acercó a Jimin en la banca nuevamente y extendió su brazo para que el omega entrara en su abrigo abrazándole.
— Tienes razón. Estaré aquí para ti, para Chaeryn y... —el pálido se quedó a medio decir recordando que aún no tenían nombre para su pequeño hijo. — ¿Cómo lo llamaremos?
— Hmm... —Jimin pensó mucho antes de que una idea iluminara su creatividad. — ¿Tae... Ho? —pronunció probándolo.
— ¿TaeHo? Mm, me gusta. ¿Por qué TaeHo? —indagó.
— Bueno, se me ocurrió que Namjoon y Seokjin podrían ser los padrinos de Chaeryn, y Taehyung y Hoseok los de TaeHo. Ambos me ayudaron, y si fuera por ellos, no sé que hubiera pasado fuera del hospital... —lo último lo susurró para si mismo puesto que nunca le contó a YoonGi lo sucedido. Aunque para su mala suerte, el pelinegro si escuchó.
— ¿Cual hospital? ¿Que pasó? —inquirió. Jimin salió de su abrazo y miró a otra parte con una pequeña maldición por lo bajo antes de mirar a su próximamente esposo con una sonrisa. YoonGi lo miró con ojos entrecerrados.
— Verás... Uh... Re-recuedas cuando pensamos que estaba en celo, y era tu primer día de trabajo, y me dejaste solo?
— Ajá...
— Bueno, me, me ofrecí a acompañar a Kihyun a una cita con su médico y a la salida del hospital tuvimos... un "pequeño" percance.
— ¿Que clase de percance?
— Pues... Unos tipos se nos acercaron en la calle y, me olvidé de usar los neutralizadores...
— Jimin... —murmuró serio.
— ¡P-pero no pasó nada! Hoseok y Taehyung aparecieron en el momento justo y nos ayudaron. Así que no debes preocuparte. El caso es que en honor a Tae y a Hoseok, nuestro bebé puede llamarse TaeHo. ¿Ajá, ajá? —explicó animoso, terminando su relato con una sonrisa complaciente.
— ¿Por qué no me habías contado? —quiso saber. Jimin bajó los hombros con un suspiro.
— No quería preocuparte. Suficiente era la situación de Seokjin hyung, el tratamiento y tu trabajo. —Jimin se encogió de hombros.
— Cualquiera que sea la situación, quiero saberla. Cualquier cosa referente a ti, me importa. Es bueno que no haya pasado a mayores pero, aún ahora me preocupa saberlo. No hay que guardar secretos, ¿de acuerdo? —le dijo serio.
Jimin asintió con la cabeza sintiendo la leve culpa, pero lo entendía. Él también sabía como se sentía la pequeña decepción cuando supo lo de las inyecciones. YoonGi se enteró antes y no se lo dijo. Definitivamente, no quería que volviera a ocurrir. De ahora en adelante, serían una pareja formalmente, los secretos debían contarse, los sentimientos transmitirse y el amor compartirse.
Sentados en la banca, con la luna y el mar nuevamente como sus testigos y cómplices, se comprometieron como alfa y omega, reafirmando su vinculo con un fuerte abrazo y el sonido de las olas de fondo.
— ¿Entonces en efectivo o te doy mi cuenta? —molestó nuevamente. Jimin salió de sus brazos y se levantó para caminar de regreso a la casa.
— ¡Tenemos una boda mañana, vamos a dormir! —le gritó mientras corría lejos.
YoonGi fue por sus zapatos antes de regresar. Pensando, en su madre al mirar al cielo, sonriendo al pensar en sus hijos, y mordiéndose los labios pensando en su chico apple-pay mientras volvía a la casa de sus suegros.
Sí, definitivamente había tomado una buena decisión.
¡Me volví a emocionar mientras editaba el cap! 😭😭
Esta historia fue cortita pero con mucho cariño de mi parte. Reelerla mientras la resubo me trae recuerdos.
¡Espero disfrutes el final!
Picale a la estrellita, te toma medio segundo y a mi me llena de felicidad ;u; 💕
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MIN∆BRIL
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