Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🐾 XVI


Previamente...

— Llevame contigo. —dijo muy serio. 

— Pero, ¿no ibas a quedarte con tus padres hasta fin de año? —pregunté. Él pareció dudar un momento.

— Lo haría. Pero no estaba en mis planes lo que pasó. Papá no lo demuestra mucho pero sé que sigue molesto. Me duele dejar a mi madre también, pero no quiero separarme de ti ahora. —confesó.

Me sentí famoso, como una celebridad ira...

¿Había duda de que era un bebé manipulador? ¿Cómo negarme cuando ponía esa carita tan hermosa? 

Lo atrapé en mis brazos y besé su frente. Teniendo el mar como testigo, de que haría cualquier cosa por que esos ojos no volvieran a derramar una lágrima que no sea de felicidad, y esos hermosos ojos mantuvieran esa sonrisa, tal y como se encontraba sonriendo ahora. 

_________________________________

Ahora...

— Lo haré... Sí... Lo haré mamá... Está bien, te quiero. —decía mi oxigenadito favorito, hablando por el teléfono.

Las cosas fueron así, mis suegritos pegaron el grito en el cielo cuando regresamos esa tarde y Jimin les dejó caer la bomba de que regresaríamos a Seúl. Obviamente y como era de esperarse, sus padres se opusieron al principio. Mi suegrita se puso triste de no poder compartir el año nuevo con él, y su padre, desde luego se molestó conmigo por robarle a su manzanita. Pero venga señor, venid a por mí, venid a por mi pero con la cara destapada... Su manzanita, es mi manzanita ahora. (Sonrisa victoriosa de emoji de diablito morado) El caso es que después de una dramática negociación acordaron que permitirían que volviéramos siempre y cuando la boda se hiciera allá... Algo, que a decir verdad... Me asustó un poco. 

No, no me malinterpreten... No es que no me quiera casar con mi manzanita, para este momento es más que obvio que me trae de un ala volando bajo y con nuestro lazo no hay marcha atrás, mi soltería se fue a lo más profundo del atlántico a descansar junto al titanic. Pero seamos sinceros, hace menos de un mes jamás habría cabido la posibilidad de tener una pareja, considerar tener hijos y menos casarme. ¿Se entiende? Uno no va por ahí pensando en eso, hasta que apareció mi chico apple-pay todo precioso, tomó mi vida entre sus gorditos dedos y la sacudió cual batido. 

¡¿QUIEN TE CREES PARK JIMIN?! 

— ¿Qué? —preguntó luego de cortar la llamada con su madre. Hasta parecía que me escuchaba. — Mamá te manda saludos. —dijo.

Sus bonitas mejillas estaban rosadas por el frío, o tal vez porque llevaba más de cinco minutos mirándole embobado mientras hablaba. Llevamos tanto tiempo esperando un transporte. Salir de Busan en vísperas de año nuevo no fue para nada fácil, considerando que estaba a reventar la estación y que alcanzar un lugar fue una batalla digna de Avengers Endgame. Con decir que una señora me fue pisando todo el trayecto a pesar de ir desparramada en su asiento. Yo, desde luego cedí el mío a mi manzanita y tuve que ir de pie un largo rato hasta que algunas personas bajaron en la estación siguiente. ¡Fue una verdadera mie...!

— ¿Te arrepentiste? —dijo al mirarme. No entendí.

— ¿Arrepentirme de qué? —quise saber. 

— De traerme.. D-de nosotros. —susurró algo triste. 

— No claro que no, ¿por qué piensas eso? —lo abracé y besé su cabello. 

— Te siento algo preocupado. 

— No es nada malo... Solo estoy cansado por el viaje. Eso es todo, no te preocupes. —le dije tranquilizándole. Él se abrazó a mi cintura cual gatito mimoso. 

Quieto Agust, quieto. 

Nota mental: comprar supresores extra antes de llegar a casa o no saldremos de allí en un buen tiempo. 

Esperamos un largo rato hasta que por fin llegaron por nosotros y nos llevaron a mi... No, no, corrección, nuestro apartamento. Por que sí, lo quería tener junto, muy juntito a mi. Después de pasar a una tienda de conveniencia y comprar algunos víveres, ya que en mi departamento no había nada de comer, el taxi nos dejó fuera del edificio. Debía recordar llamar pronto a Seokjin para avisar que había vuelto a la ciudad. Realmente me preocupaba toda esa situación por la que estaba pasando. Tomé las maletas de ambos y subimos al ascensor. 

— No era necesario que me hospedaras, en serio, mi departamento está cerca. —dijo nuevamente. Algo que ya habíamos hablado en el tren. 

— ¿No querías quedarte conmigo? —me hice el ofendido. 

— No, no, no... No es eso... —recompuso apresurado. — Es solo que...

— Es solo que nada. —resolví, mirándole intensamente. 

Me encantaba su rico aroma encerrado entre esas cuatro paredes tan pequeñas. No pude evitar sonreír al verlo mirar mis labios y humedecer los suyos, tan hermosos y rellenitos. ¿Era mi imaginación o el aire acondicionado era más cálido sólo dentro? Sujete ambos lados de su bonita bufanda roja y lo acerqué a mi suavemente. Sonrió de esa forma tierna que tanto me gustaba. Subí mis manos hasta su carita y me apropié sin la menor duda o remordimiento de ese par de labios que me encantaba besar. 

— Te quedarás conmigo en mi casa, porque ahora es tuya manzanita, igual que yo. —susurré, mirándole directo a sus bonitos ojos.

— ¿Mío? —preguntó pícaramente su instinto, su voz deliciosamente suave como un ronroneo.

— Tuyo. Completito. —murmuré, dándole otros piquitos.

Justo en ese momento el ascensor se detuvo y la puerta se abrió, haciéndonos salir a rastras de nuestra pequeña burbuja melosa. Reventándola como chicle bubbaloo. Una pareja de chicos estaban por entrar, pero mi maldito aroma estaba por todos lados marcando el lugar. El chico alto y bastante fornido que por supuesto era un alfa, frunció el ceño desagradablemente mosqueado. A su lado, un muchacho omega más bajito y finito de cabello castaño resaltaba... Y, no precisamente porque fuera delicado, sino porque parecía una de esas aceitunas con palillo de los martinis. Su pansita cargada sobresalía bastante de su cuerpo delgado. Se veía muy tierno. Mis ojos viajaron hacia Jimin, imaginándolo igual, pero, al ver el rostro de mi manzanita todo se fue a la mierda. Él también miraba la barriga del muchacho con añoranza. Debía actuar rápido. Tomé las maletas y la mano de Jimin para salir de allí. 

— Disculpen. —me disculpé con ellos con un asentimiento de cabeza. 

Pasando de largo a la pareja y andando por el pasillo rumbo a mi apartamento. Si mal no recordaba, esa pareja vivía en el último departamento de éste piso. Eran muy tranquilos, pero nunca socialice con ningún vecino. Dejé las maletas abajo mientras abría la puerta para él. 

— Pasa. —le dije, pero él no escuchó. Estaba distraído, mirando atrás por el pasillo. La pareja decidió usar las escaleras en lugar del ascensor. Jimin miró al muchacho hasta que desapareció de su alcance. — ¿Jimin? —le llamé de nuevo.

— Uh... Si, perdón. —balbuceó. Parpadeando y entrando al apartamento.

Metí las maletas y las dejé a un lado de la puerta antes de cerrar. Jimin estaba a mitad de mi sala, mirando todo con curiosidad. Mi departamento no era muy grande, tampoco tan lujoso, puesto que nunca me agradó ser ostentoso. Sólo lo necesario, siempre me habían gustado las pequeñas comodidades. Mi hogar era mi refugio, mi esencia. Callado y apacible. Todo lo que necesitaba, estaba justo donde debería estar. 

— ¿Te gusta? —le pregunté, dejando las llaves en la mesita de centro de la sala. 

— Es bonito. Muy bonito. —pronunció sonriente. 

— No es muy grande. —le dije, encogiéndome de hombros como disculpa. Me quité el abrigo y caminé hacia él, tomándole de la cintura, él arrojó sus brazos alrededor de mi cuello. 

— Es perfecto. 

...

Luego de unos ricos besos de los que tuve que huir, o terminaría conmigo saltándole encima, tuve que ir a darme un baño de agua fría y tomar los supresores que compré, salí más tranquilo a la pequeña cocina de mi departamento, secándome el cabello con una toalla en una mano y el teléfono en la otra. Quería llamar pronto a mi amigo, pero intuí que tal vez estaría demasiado mortificado, de forma que le marqué primero a Namjoon para saber cómo estaba la situación. No tardó ni el segundo tono cuando contestó: 

¿Yoon? 

— Hey, ¿que hay hermano? ¿Han sabido algo? —pregunté. 

Llegando a la cocina, me encontré a Jimin preparándose un sándwich de jalea, banana y nutella. Se me revolvió un poco el estómago. Me ofreció hacerme uno igual, pero negué amablemente. 

No mucho. Seokjin estaba devastado hermano... No entiendo como ese muchacho le hizo eso a su padre. —dijo serio.

— ¿A qué te refieres? —inquiri. 

¿No lo sabes?

— ¿Saber qué? —me acerqué al banquillo de la barra para sentarme. 

Jungkook... Jungkook le robó todo el dinero de la caja fuerte antes de irse. —dijo. Casi caigo del banquillo. ¿Que?

— ¿Pero qué? Seokjin no me dijo nada de eso... —le comenté. Pero que rayos.

Es su hijo, Yoon. Pero eso no fue todo... También le robó varias tarjetas. Seokjin a cerrado temporalmente la empresa. Fue una gran cantidad la que se llevó. —contó.

Ya lo creo. Seokjin es de esos tipos que no cree mucho en los bancos y tiene la mayor parte de sus ganancias en casa. ¡¿Pero en qué diablos estaba pensando ese chiquillo?! Esto es más grave de lo que creí. 

— ¿Qué harán? ¿Qué hará Seokjin? —pregunté. Tratando de no alterarme frente a Jimin. Él me miraba atento. No quería preocuparlo. 

La policía dice que tal vez deban esperar un poco hasta que use alguna de las tarjetas para ubicarlo. Lo cual puede tardar, ya que se llevó mucho efectivo. Dijeron que muchos chicos rebeldes de su edad huyen por su propia cuenta y regresan cuando se quedan sin dinero. Pero no saben a cuánto asciende el monto robado. Seokjin solo declaró sus tarjetas. Podrían meterlo a una correccional si lo saben. —siguió contándome. 

Mierda. Seokjin estaría en la ruina, su empresa podía irse al caño y su único hijo ser encerrado. Esto era mil veces peor de lo que imaginaba. Suspire profundo, apretando mi frente. 

— Por favor dile que, que ya estoy en la ciudad, iré a verlo pronto, ¿de acuerdo? —le pedí.

Lo haré hermano.

Me despedí y corté la llamada antes de ir hasta la sala y dejarme caer en el sofá. Esto realmente se había salido de contexto. ¿Cómo podía ser así?

— ¿Estás bien? —preguntó, Jimin.

Él vino hasta mí y se arrodilló de frente, notando mi preocupación. Sus bonitos ojos mirándome desde abajo y su pacífica voz me hicieron pensar un poco mejor. Acune su mejilla y acaricié su cabello. No quería preocuparlo con asuntos con los que no estaba familiarizado. Pero, ahora era mi pareja, podía contarle. Tenía a alguien ahora a quien contarle mis dudas e incertidumbres. 

— ¿Recuerdas, a mi amigo el que te conté? —le pregunté. Él asintió. 

— Sí, por él viniste. ¿Qué sucede con él para que estés tan preocupado? —quiso saber. 

— Bueno, las cosas son así... —respiré profundo antes de comenzar. — Al parecer, su hijo, no solo desapareció sin dejar rastro, también... Se fue con todo el dinero de su padre. Le robó casi todo lo que tenía por alguna razón. Mi amigo está sufriendo demasiado por esto. De verdad, no entiendo lo que pasó para que ese muchacho hiciera lo que hizo. Lo conozco desde que era pequeño... Era tímido y algo soñador, ¿en qué momento cambió? —murmuré. Bajé mi cabeza y Jimin acarició mi espalda reconfortandome. 

— ¿Y si... ? —musitó. Levanté la mirada. — ¿Y si lo obligaron? —mencionó.

— ¿Qué?

— ¿Que tal si lo obligaron? No lo estoy disculpando, no lo conozco, pero... Tal vez alguien lo obligó a robar. —me dijo. 

Esperen, Jimin tenía razón... ¿Que tal que sí? Seokjin mencionó algo sobre esas aparentes malas compañías. ¿Y si Jungkook no huyó? ¿Y si Jungkook no robó? ¿Y si Jungkook está secuestrado? 

— ¡Jimin te amo! —exclamé. Tomándole del rostro y besándole su bella boca. — ¡Eres un genio! 

— ¿Qué... Por qué? —balbuceó el tontin. 

— Te cuento en el camino, ponte tu abrigo, saldremos. —le dije, mientras corría a la habitación para cambiarme. 

El tiempo corría, y Jungkook, podría estar en peligro.

😱 ¿creen que jk robara a su propio padre?

¿Ustedes le han robado a sus padre?

Tranquilxs, lo que comenten se queda aquí... 👀

Ahora picale a la estrellita o le digo a tu mamá :v
👇

MIN∆BRIL

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro