Autora: Milagros Moreno.

Personajes de Ansatsu Kyoushitsu, obra creada por Yusei Matsui.

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𝗣𝗢𝗩'𝗦  𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘

— ¿Tú crees que este viva? — Un chico de ojos rojos miraba a la chica rubia acostada en la cama de su papá.

— No, pos esta muerta por eso respira... Idiota. — El chico de ojos celeste le dio un zape en la nuca.

— Tsk. ¡Idiota no me pegues! — Gritó el menor de los dos.

— ¡Estúpido, no grites. La vas a despertar! — El de ojos celeste le miró fulminante.

— ¡Tú también estas gritando! — Le reclamó su hermano.

El mayor estaba por responder, ambos se miraban fulminantes, pero esas miradas cambiaron a una de terror cuando sintieron el aura oscura de su padre.

— Callense... — Esa simple palabra era más que suficiente para hacerles entender que estaban en peligro de extinción si no obedecían.

— ¡Él comenzó! — Ambos señalaron al otro, buscando zafarse de la regañina o... de su cercana muerte.

— Ne~ Una persona no puede dormir tranquila hoy en día. — La chica se sentó como indio en la cama y frotó uno de sus ojos como si aquello quitara el sueño.

Los dos seres humanos del sexo masculino se quedaron observandola, mientras que el padre los fulminaba con la mirada por haberla hecho despertar.

— Esperen. — Mika los escaneo a los tres y observó la habitación en la que estaba. — ¿Dónde carajos estoy? ¡¿Acaso me secuestraron?!

Los tres la miraron desconcertados y al mismo tiempo negaron con la cabeza.

— Entonces... — Hizo una seña con su mano para que uno de ellos le explicara la situación.

El mayor de los tres dio un paso al frente y Mika...

"Mastodonte, jirafa, farol andante... ¡Ese tipo es muy alto!"  No pudo evitar aquél pensamiento.

— Te explicaré. La noche que te encontré fue cuando salía de mi trabajo, había escuchado un quejido provenir de un callejón. Me acerqué para averiguar y me encontré contigo apoyada en una pared, con los brazos sangrando. — La mirada del hombre se volvió fría y escalofriante al recordar aquella imagen. Por un momento los tres menores sintieron cercana la muerte. — Te cargué en mis brazos, te lleve hasta aquí, sane tus heridas y... Estos estúpidos que tengo por hijos, te despertaron.

— Oh...

— ¡Oye! — Reclamaron los dos mencionados.

Un silencio reinó en la habitación y Mika había quedado con la mirada perdida en un punto fijo de la pared.

— Papá, creo que ella esta en...

— ¡Esta artimaña debe ser obra de esa bruja calva! — Gritó la oji-zarco con cólera. Los tres la miraron confundidos, ¿qué estaba diciendo esa chica? — ¡Esa pinché vieja pagará lo que me ha hecho!

— Oye...

— Me convertiré en su peor pesadilla... — Por un momento sintieron miedo, esa mirada llegó a asustarlos, pero eso no duró mucho porque los tres soltaron una fuerte carcajada. Mika los miró como si estuvieran locos, ¿de que se reían? — Me perdí, ¿cuál es el chiste? — Ladeo la cabeza confundida.

Con eso, la risa de los tres hombres aumentó, casi que se tiraron al piso por no soportar la risa.

— E-Es que tu c-cara... — Ninguno podía hablar por el ataque de risa.

La rubia guardó silencio  a la espera de que se calmaran o hasta que uno se quedara sin aire por su propia risa...

Eso no duró mucho, el de ojos rojos casi que se moría de la risa... Literal, se estaba ahogando con su saliva.

Los dos hombres mayores se acercaron para ayudarlo. Una vez que todo se calmó, Mika decidió tomar la palabra.

— Entonces... ¿Cómo haré para volver al orfanato? — Llevó su mano derecha a su barbilla en gesto pensativo. — Pensándolo bien, no quiero volver, ¿pero donde me alimentarían? ¿Debería fingir ser pobre y pedir limosna? Ñe~ ya soy pobre.

— Hablando sobre eso. — El peli-negro mayor tomó la palabra. — Tengo mis contactos y logré mover unos hilos para que quedaras registrada como mi hija adoptiva... Lo extraño es que no hay información sobre ti en el sistema.

— ¿Extraño? ¿No estoy en el sistema?

" Tengo el presentimiento de que algo está pasando aquí, es extraño. Siento que hay algo diferente."  Pensó Mika. Lejos de la realidad no estaba.

— Lo único que sabemos es tu nombre por el collar que llevas. — Mika llevó su mano al collar, ¿desde cuando tenía eso? — Pero, ¿tu apellido? ¿De dónde eres? ¿Quién eres? — Le interrogó el, ahora, ¿padre adoptivo?

— No tengo apellido, soy huérfana desde que tengo uso de razón. Soy de Japón... ¿Quién soy? La verdad... Ni siquiera yo sé quien soy. — La mirada azulina de ella se ensombrecio, un recuerdo abundó su mente, un recuerdo muy doloroso para ella.

Los tres hombres la miraron, tratando de descifrar su mirada, pero sólo Ikki sabía lo que esos ojos querían transmitir. En ese momento más que nunca deseo tenerla a su lado como hija. Esa mirada la conocía, porque él estuvo así en el pasado... Uno que casi lo llevó a la muerte.

— No es necesario que vuelvas a ese orfanato del que hablas. Puedes quedarte con nosotros... Aunque estés registrada en el sistema como mi hija, por el momento, es tú decisión si quieres quedarte con nosotros.

El padre adoptivo le miró con ojos tiernos y sonrisa cálida. Mika le devolvió la sonrisa y miró a los otros dos chicos que serían sus hermanos.

— Quiero... quedarme con ustedes. — Respondió tímida.

Los dos jóvenes se lanzaron sobre ella y la abrazaron con fuerza.

— ¡Tenemos una hermanita! — Gritaron al unísono.

— Agg... — Ryu y Kei se alejaron preocupados al escuchar el quejido de Mika. Se habían olvidado por completo las heridas que ella tenía, la prueba clara eran sus brazos vendados.

— Lo sentimos. — Se disculparon con tristeza, sin haberlo querido, la habían lastimado.

Mika no pudo evitar que una sonrisa tierna se posara en sus labios.

— ¿Puedo ser abrazada por mi nueva familia? — Preguntó tímida, un sonrojo se apoderó de sus mejillas.

Un silencio abundó en la habitación. Los tres hombres la miraban serios.

— ¿Que pasa? — Interrogó al verlos tan serios. Aunque eso no duró mucho tiempo.

— ¡Kyaaa! ¡Es muy tierna! — Los tres se lanzaron a abrazarla, pero con cuidado de no lastimarla.

Mika soltó una risa llena de gozo... Por fin podía tener una familia. Aunque ella pensara que no lo merecía, no de pues de aquel accidente que la perseguía cada noche.

— Bueno, es suficiente. Es momento de que vaya a preparar la cena. — La rubia al escuchar eso frunció el ceño.

— Esperen, ¿cuánto tiempo llevó inconsciente?

— Tres días. — Respondieron sus, ahora, hermanos.

— Oh... Menos que la última vez. — Dijo pensativa.

— ¡¿Como qué menos?! — El padre se alejó para ir a la cocina y así poder darles espacio para que sus dos hijos hablaran con la nueva integrante de la familia.

Ikki iba ensimismado en sus pensamientos hasta que su celular vibró en el bolsillo de su pantalón.

Lo tomó entre sus manos y vio el mensaje que su amigo Karasuma Tadaomi le envió.

Amargado:

Todo está listo. Tal como lo pediste.

Ikki:

Gracias, amigo.

¿Qué es lo que le esperaba a Mika en esta familia?

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— Mika, ¿como es eso de que esta vez fue menos? — Preguntó el chico de cabellos rosas.

— ¿Esa mujer que mencionaste te maltraba con frecuencia? — Interrogó el azabache.

Mika miró al frente, perdida en sus recuerdos. Todo lo que había sufrido en ese ofarnato... Pero también le debía mucho a ese lugar. Después de aquel incidente, ellos fueron los únicos que la alojaron, pero todo cambió cuando el puesto de encargada fue suplantado por esa vieja que la maltrataba cada que tenía oportunidad.

Los dos chicos que estaban sentados a sus lados, uno en cada uno, conocían esa mirada desolada... Ellos pensaban que Mika pertenecía a esa familia, donde entra rota, pero donde podría redimirse... Así como lo hicieron ellos.

— ¿Mika? — Le llamó el peli-rosa.

— Lo siento... Estaba muy metida en mis pensamientos. — Ryu y Kei se miraron, buscando ayuda del otro para animar a la nueva integrante de la familia. — Respondiendo a sus preguntas, si no hacía alguna de mis bromas no me hacían nada... Pero dejar de hacer esas bromas es, ¿cómo decirlo? — La oji-zarco rasco su nuca, avergonzada y con una sonrisa tímida. — Es casi imposible.

Los dos hermanos rieron como focas retrasadas.

— ¡Ey! ¿De qué se ríen? — Los miró rara sin poder entender el chiste de lo que dijo.

— ¡Ella es una Suzuki en toda la palabra! — Gritaron sus hermanos al unísono.

Ella los miró con una leve sonrisa en sus labios. Ryu y Kei reían sin parar y aquello llenaba de calidez si corazón.

" ¿Las cosas pueden cambiar de esta manera? ¿Meresco ser feliz después de lo que hice aquel día? ¿Mis manos manchadas en sangre son dignas de esta familia? "

La rubia sacudió la cabeza para alejar los pensamientos negativos y alejar los malos recuerdos.

No estaba mal disfrutar su nueva familia... Tenía que aprovechar el tiempo que le quedara al lado de ellos, porque pueden encontrarla y ella no quería que su familia adoptiva sufriera por sus acciones.

Mika estaba dispuesta a protegerlos con su vida, era una promesa para ella misma.

¡Ella no permitiría que alguien que pudiera dañar a su nueva familia salga vivo!

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Próximo capítulo: ¿Coincidencia?
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Mily: ¿Ustedes que dicen? ¿Están satisfecho?

Ikki, Ryu, Kei, Mika: ¡Por fin nos reunimos!

Karma: *¿Estos estúpidos se han olvidado en la situación que nos encontramos? *

Inspiracion: ¡Mmmm Mhm! * Trata de decir algo, pero la cinta adhesiva en su boca lo impide*

Mily: ¡Ups! Me olvide de ti, inspiración. *Me mata con la mirada y yo le devuelvo una sonrisa burlona*

Karma: Oye, ¿no sería más normal que nos desates de estas sillas? * Negué efusivamente, no estoy tan loca como para morir tan joven. * ¡ESTAS LOCA, MUJER!

Mily: Calmate, teñido.

Karma: *Un tic aparece en su ceja. Oh, oh. Se enojó. * ¡ES NATURAL!

Jejeje... Será mejor que me retire por esta puerta que lleva al siguiente capitulo... ¡Antes de morir en manos de un teñido!

Karma: ¡ES NATURAL!

* Corro tan rápido como el demonio de tasmaña.... Creo que era así ^ _ ^'  .