•Voces del pasado
HyungWon, Min y Hoseok estaban en silencio en la sala del apartamento de Wonnie. Los tres con la cabeza en la conversación que habían tenido en la cafetería. Min entonces se incorporó sentándose derecho.
—Hoseok, cuando limpiaron el teatro para refaccionar, ¿no encontraron archivos? Si ese tal Taehyung y el KwangSoo ese estaban en la obra, quizás hubiera algún dato sobre ellos, ¿no?
Hoseok entonces saltó del sofá, asustando a ambos amigos.
—¡Sí! —exclamó de golpe—. Ahora que lo pienso, el día que llegamos y abrimos el teatro, en mi oficina encontré algunas carpetas viejas. Había nombres y algunas cosas. Kihyun se encargó de guardarlos.
HyungWon aplaudió entusiasmado.
—¿Crees que puedas llamarlo ahora?
Hoseok asintió inmediatamente y marcó a su amigo.
—Ki, necesito tu ayuda. ¿Recuerdas las carpetas negras que encontramos en mi oficina el día que llegamos al teatro? Tú las guardaste, ¿no es así?
Min y Wonnie se pararon a su lado y cuando Hoseok levantó el puño en señal de triunfo, ambos amigos chocaron las manos. Pocos minutos después, Hoseok guardó su celular.
—Dijo que pasemos por su casa, que iba a cenar con Chang y que si queríamos ir.
Media hora después Kihyun abrió la puerta de su apartamento y se encontró con tres caras que le sonreían tontamente.
—Bueno, ¿y esas caras de idiotas? ¿Estaban en oferta? —dijo haciéndose a un lado para dejarlos pasar.
—Si, nosotros también te extrañamos —saludó Hoseok pasándole una bolsa que olía a pollo frito. Kihyun olisqueó la bolsa y sonrió.
—Tú sí que sabes hacerme feliz —dijo caminando hacia la cocina.
Chang saludó a los recién llegados y todos tomaron asiento.
—¿Para qué quieres esas carpetas? —preguntó Kihyun mientras acomodaba la comida en la mesa.
Hoseok miró a HyungWon y este le hizo una pequeña señal con la cabeza.
—Bien, es una larga historia...
Los ojos de Kihyun se abrieron de par en par a medida que los tres le iban contando la historia. Su cara reflejaba todas las emociones juntas y entonces casi se cae de la silla cuando Wonnie le enseñó las fotos de HyungWon.
—¡Madonna Santa! Pero si eres tú... con mejor gusto para vestir.
Min levantó las manos y miró a su amigo.
—Qué conste que esta vez no lo dije yo.
Wonnie frunció el ceño y Hoseok le acarició la pierna bajo la mesa.
—¿Piensas que en esas carpetas puede haber algo? —preguntó llevándose un pedazo de pollo a la boca.
—Bueno —Hoseok jugueteaba con un hueso de pollo haciéndolo girar entre sus dedos—, recuerdo que había nombres... quizás nos diga algo más sobre esos dos tipos que le pegaron a HyungWon.
—¿Cómo se llamaban?
—Taehyung y KwangSoo. Pero no sabemos sus apellidos ni nada sobre ellos.
Kihyun arrugó la nariz y finalmente suspiró.
—KwangSoo... ¿será Lim KwangSoo?
—¿Y ese quién es? —Min se acodó sobre la mesa y lo miró.
Kihyun se puso de pie y caminó hasta su biblioteca. Repasó los estantes y sacó un libro. Pasó rápidamente las páginas y se detuvó en una.
—Fue un traidor.
Todos ahogaron una exclamación.
—¿Un traidor? —Wonnie apretó la mano de Hoseok inconscientemente. Kihyun asintió.
—Igual podríamos estar hablando de otro KwangSoo, pero es curioso... —dijo pasando el dedo por la página—. Ah, aquí está. Lim KwangSoo empezó su incursión en el teatro a sus cortos dieciséis años...
Chang se levantó y corrió a la sala en busca de las cajas con las carpetas y se puso a revisarlas. Min lo imitó.
—¿Entonces? ¿Cómo fue que traicionó a... a quién traicionó? —preguntó Hoseok confundido. Kihyun rodó los ojos.
—¿Cómo es que estudiaste teatro y no sabes de él? —lo retó—. Bien, KwangSoo era un actor de poca popularidad. Nunca tuvo demasiada notoriedad y se pasó al bando contrario —cuatro pares de ojos lo miraron—. ¿Es en serio? ¿Siquiera fueron al colegio? Como les iba diciendo, Corea estaba bajo el dominio colonial japonés —hubo un 'Ah' generalizado y Kihyun suspiró resignado—, entonces en 1919 hubo una serie de manifestaciones donde varios líderes culturales y religiosos se alzaron para reclamar la independencia. Bueno, este hijo de su madre le vendió información a los japoneses. Gracias a él muchos actores, dramaturgos e historiadores fueron apresados y asesinados.
Todos estaban estupefactos. Chang golpeó la mano sobre la carpeta.
—Lo encontré. Es el mismo KwangSoo.
Los otros cuatro rodearon a Chang y miraron la hoja amarilla.
—Es increíble —susurró Wonnie aún tomado de la mano de Hoseok—. ¿Creen que él... Bueno que ese KwangSoo le haya hecho algo a HyungWon?
—Bueno... —Kihyun re rascó la barbilla— teniendo en cuenta de lo que fue capaz luego, no me sorprendería que también le hubiera hecho algo a tu pariente —dijo mirando a Wonnie y luego bajó la mirada hacia las manos entrelazadas de sus amigos. Levantó un ceja y ladeó la cabeza—. Ahora, ustedes dos —Hoseok y Wonnie se apresuraron a soltarse las manos— al fin decidieron hacer algo con todo esa tensión sexual que había en el ambiente.
Wonnie abrió muchos los ojos y se ruborizó violentamente mientras Hoseok se rascaba la nuca y Min se echaba a reír.
—¿Te... tensión sexual? —balbuceó Hoseok aunque luego sonrió.
Chang sacudió la cabeza, riendo.
—En serio, ninguno de los dos va a ganar un premio a la discreción. Son bastante evidentes.
La pareja se miró sin saber muy bien qué decir con respecto al tema.
—Bueno, lo que hagan entre cuatro paredes no es problema nuestro, ahora pasemos a lo importante —sentenció Kihyun tomando notas de lo que pudieron sacar en limpio— ¿dicen que este JongIn también tenía un diario?
Wonnie asintió.
—Bien, ¿lo tienen aquí?
—No, el muchacho de la casa de antigüedades lo tiene... —respondió Hoseok.
Kihyun frunció los labios.
—Bueno... llámalo. Ahora no tendré paz hasta cerrar esta historia —de pronto se le iluminaron los ojos y una sonrisa que Hoseok y Chang conocían muy bien, cruzó su cara.
—¿En qué piensas ahora? —preguntó Chang mirando a Kihyun y luego a Hoseok.
—¡Podríamos escribir una obra sobre esto!
Todos rodaron los ojos y Wonnie se alejó para llamar a JeonWoo.
Para cuando llegó JeonWoo ya habían avanzado un poco en la historia y los seis muchachos volvieron a armar la historia.
—Estuve leyendo el diario de JongIn —dijo JeonWoo abriéndolo sobre la mesa—, habla de cosas de la familia, de un trabajo que había conseguido en una imprenta, de los japoneses y del teatro. Escuchen esto:
'Estamos todos muy entusiasmados con la obra. Mina y HyungWon hacen una pareja increíble y tienen una química especial en el escenario. Sé que va a ser un éxito. Estos días han sido un poco agitados en el teatro. El señor Lee ha estado de un humor terrible y su hijo, Jooheon lo ha reemplazado en los ensayos algunas veces. Es un muchacho muy entusiasta y apasionado. El teatro corre por sus venas, se puede notar eso. Aún no podemos acostumbrarnos a los guardias japoneses que supervisan todo lo que hacemos, aunque por suerte HyungWon domina el idioma muy bien y nos saca de apuros muchas veces.'
—Wow, tu antepasado era increíble —dijo Min admirado. Tomó una sobre que había a un costado y lo abrió. Soltó un silbido admirado–—. ¿Este es JongIn? Era un muñeco.
Todos asintieron mientras se pasaban las fotos.
—Luego encontré esto —JeonWoo estiró una carta y se la pasó a Hoseok.
' 03 de Enero de 1917.
HyungWon se ha quedado en mi casa. Su aspecto se ha deteriorado mucho y he llamado al médico de la familia ya que él insiste en no avisar a sus padres. El médico lo ha examinado y no pudo determinar las causas de su malestar. Teme que pueda tener anemia perniciosa. HyungWon se ha asustado con el diagnóstico y ha prometido poner más cuidado a su salud. Sé que le ha dicho a Jooheon que ya había ido a ver a un doctor antes, pero sólo lo hizo para no preocuparlo más...'
Todos cruzaron miradas entre sí y entonces JeonWoo siguió buscando las páginas marcadas en el diario.
—Esta es una entrada de Abril de 1917.
'Jooheon y HyungWon se han ido a un viaje de fin de semana. Solo deseo que mi amigo se recupere. Por supuesto que los idiotas de Taehyung y KwangSoo han estado haciendo comentarios al respecto, pero se han cuidado de cesar en sus calumnias cuando me he acercado para interpelarlos...'
Min rebuscó en las fotos del cofre y sacó las de la pareja en la playa. La foto tenía fecha de 1917.
—¿Será este viaje del que habla JongIn en el diario?
Kihyun asintió.
—Tiene que ser. HyungWon murió poco tiempo después.
—¿No hay información sobre este Taehyung? —preguntó Wonnie a Chang que sostenía los registros del teatro.
—Hay dos TaeHyung en los registros. Un Kim y un Choi —dijo Chang leyendo los registros.
—Bueno, no me suenan ninguno de esos dos nombres —dijo Kihyun pensativo.
Los seis se quedaron una hora más conversando hasta que Min anunció que debía irse porque tenía que ir a ver a alguien. Todos los demás decidieron dar por terminada la reunión y acordaron verse por la tarde del día siguiente. Dejaron todo en la casa de Kihyun y luego se retiraron.
—Te llevaré a tu casa —dijo Hoseok a Wonnie que aceptó de inmediato.
—Aún no puedo salir del asombro con todo esto —dijo Wonnie mirando por la ventanilla del auto—. Hace unos meses no tenía nada y mira ahora...
—Es una historia increíble. Triste pero increíble. Pensar por todo lo que ellos dos tuvieron que pasar.
—¿Crees que nuestras familias saben algo de todo esto?
Hoseok lo pensó un momento.
—Mi abuela sabía muy poco. Aunque estoy seguro que nadie sabe los pormenores de la relación de Jooheon y HyungWon.
HyungWon asintió de acuerdo con sus palabras.
—Si. Por supuesto que la mía tampoco creo que supiera algo. No tengo una relación muy buena con mis padres... Curioso cómo todo da vueltas, ¿no crees? HyungWon tampoco tenía una buena relación con los suyos. Ha de ser algo de familia —bromeó, pero Hoseok pudo notar el tono triste en su voz.
Hoseok lo miró y se le ocurrió una idea.
—¿Quieres acompañarme a un lugar?
Wonnie lo miró con la curiosidad en sus ojos grandes.
—Claro...
Hoseok sonrió y condujo hasta una heladería. Luego siguió conduciendo unos kilómetros más. Cuando aparcó el auto, Wonnie bajó y miró alrededor. El musgo y la maleza habían cubierto todo hasta adquirir el aspecto de un bosque algo siniestro.
—¿Dónde estamos? —preguntó un poco asustado.
Hoseok se acercó y le pasó un brazo por la cintura acercándolo a su cuerpo.
—Es mi lugar secreto. De día se ve sensacional —dijo viendo la cara de susto que tenía el otro—. Es donde vengo cuando quiero alejarme un poco de todo el mundo —le tomó la mano y la apretó con suavidad. Luego sacó su teléfono y encendió la linterna—. Ven. Te mostraré...
Wonnie lo siguió en silencio, el canto de los grillos se alzaban en la noche y había pequeños destellos de luz aquí y allá.
—¡Luciérnagas! —musitó Wonnie encantado—. No suelen verse mucho estos días.
—Este lugar está abandonado, así que supongo que por eso hay muchas. No hay amenaza para ellas.
Wonnie sonrió y se pegó más al costado de Hoseok. Este empujó las rejas de hierro oxidado y se adentraron al terreno.
—Esto solía ser una estancia, allá por fines del 1800. Cuenta la leyenda que este lugar iba a ser la casa de una muchacha y su marido. Sus padres mandaron a contruírla como regalo de bodas. Aquí se ofició la boda —Wonnie abrió la boca admirado cuando vio la vieja casona abandonada por el tiempo. En su época de esplendor habría sido un lugar muy hermoso—. Cuentan que ella era muy bonita y tenía muchos pretendientes. El día de su boda, uno de ellos, se presentó furioso y la mató en medio de la sala.
Wonnie se llevó ambas manos a la boca.
—Oh, dios... Eso es terrible, Hoseok.
—Lo es. De niño mi abuela solía contarme esa historia y cómo ella venía con sus amigas a explorar. También se contaba que el espítitu de la muchacha vagaba por el lugar.
Wonnie le apretó el brazo cuando Hoseok abrió la puerta y el interior que alguna vez había sido majestuoso apareció iluminado por la luz de la luna. El techo estaba parcialmente destruído y se podía ver el cielo abierto ante ellos.
—Wow... —Wonnie soltó la mano de Hoseok y caminó hasta que la luz lo iluminó por completo.
Hoseok se acercó embobado por la visión que tenía ante sus ojos y le rodeó la cintura con ambos brazos.
—Me gustas mucho, Wonnie —le dijo a la par que HyungWon le echaba los brazos al cuello.
—Y tú a mí...
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