Los cinco pares de ojos estaban fijos en la silueta del pequeño director de teatro. Kihyun había dispuesto las cartas y los diarios sobre la mesa de su sala y ahora mostraba una sonrisa triunfal.

—Bien, saben que soy bastante impaciente y que también prometimos que lo haríamos todos, pero esta última semana no he podido dormir bien y mis desvelos eran bastante frecuentes. En fin, creo que ya resolví la historia de HyungWon.

Todos cruzaron miradas ansiosas y finalmente volvieron la mirada hacia Kihyun.

—Bien, habla por favor que me está comiendo la ansiedad —dijo MinHyuk jugando con los sobres de las cartas.

—Bien. HyungWon fue envenenado.

JeonWoo y Chang se llevaron las manos a la boca, anonadados con la noticia.

—Si... bueno, nosotros ya sosprechábamos eso —acotó Min.

Hoseok asintió.

—Según mi abuelita, cuando ella era joven, se corrían rumores de que en el teatro había muerto un chico, envenenado. Luego me contó que poco tiempo después, el hijo de Jung Do, o sea Jooheon, se había suicidado.

—¡El té! —Chang golpeó la mesa con el puño. Kihyun asintió.

—Entonces sí fueron ellos —murmuró HyungWon por lo bajo.

—Si. KwangSoo y Taehyung lo habían empezado a envenenar de a poco. Incluso en una de las cartas que HyungWon le escribió a Jooheon lo menciona. Que habían tenido que ponerle maquillaje porque lucía demacrado y que el tal Taehyung le había dado un té... —dijo Min revolviendo las cartas buscando la que necesitaba.

Kihyun suspiró.

—Exacto. Aunque no podremos saber el motivo, podemos imaginar ciertas hipótesis. Que a ellos no les agradaba HyungWon por su cercanía con Jooheon, que envidiaran que él tuviera un protagónico o que tuviera que ver con los japoneses.

—Joo incluso le había dicho a su padre que KwangSoo tenía tratos con los guardias japoneses... —acotó Hoseok.

—¿Pero qué motivos podían tener los japoneses para sacar a HyungWon del medio? No era peligroso, eso salta a la vista.

Kihyun agarró el diario de JongIn.

—HyungWon murió la noche del estreno.

Todos en la sala guardaron silencio.

Kihyun hojeó el diario y abrió la hoja que había marcado antes.

Viernes 20 de Abril de 1917

Hoy es un día triste. Un día que me gustaría borrar para siempre. Wonnie ha muerto. Todos están conmocionados. Yo aún no puedo creerlo. Si cierro los ojos las imágenes de la noche pasada desfilan como si fueran secuencias de una pesadilla. HyungWon desplomándose sobre el escenario, el hilo de sangre escurriéndose de sus labios, los gritos de Mina, las corridas de los otros actores, la gente pensando que era parte de la obra y luego el aullido desgarrador de Jooheon corriendo hacia el escenario y lanzándose sobre el cuerpo de Wonnie... Hoy es un día gris. El día en que debo decirle adiós a mi amigo y verlo marchar hacia el descanso eterno. Su familia ha asistido al funeral. Su abuelita estaba desolada y solo gritaba el nombre de su nieto. Fue una escena horrible. Pero lo peor fue ver a Jooheon desplomado de rodillas sobre el cajón y gritando que no se fuera sin él. Mi corazón duele con todo lo acontecido y sangra por mis amigos. Jooheon me ha dicho que desea haberse ido con él y ha llorado en mis brazos antes de que su padre se lo llevara casi a la rastra del cementerio. El dolor ha caído sobre nosotros como un manto oscuro y me temo que pasará mucho tiempo antes de que la luz toque nuestros corazones de nuevo.

HyungWon se limpió una lágrima solitaria y Hoseok se inclinó hacia él pasándole un brazo por los hombros.

—Vaya —murmuró Min con los ojos colorados y la voz ronca— esto es...

—Horrible —sentenció Chang con la mirada perdida—. Pobre HyungWon. Esos malditos...

—Hay más —dijo Kihyun pasando dos páginas más del diario.

Jooheon ha perdido la razón. Me ha confesado que ha movido el cuerpo de HyungWon —todos abrieron los ojos, horrorizados— y lo ha llevado al lugar donde según él fueron más felices. Ahora Wonnie descansa en un lugar lleno de paz, rodeado de un bosque que lo había encantado en vida. No soy quién para juzgar a un corazón atormentado. Jooheon ya no es el mismo y me temo que nunca volverá a serlo. Temo por él y sufro por no poder ayudarlo en su dolor. Sólo puedo acompañarlo en un duelo que también siento como propio.

—Dios mío —JeonWoo estaba impresionado— mover un cuerpo...

—Suena desquiciado... y romántico —acotó Kihyun con aire pensativo.

—¿Romántico? —Chang lo miró confundido.

—Bueno, sí. Es retorcido, pero puedo entender los actos de Jooheon. Estaba desesperado. El amor de su vida es asesinado. Le arrancaron la razón de su felicidad... es trágico sí, pero entiendo que haya actuado así.

—¿Creen que Jooheon lo haya llevado a...?

Hoseok asintió.

—La finca. Donde ellos habían ido unos días antes. HyungWon descansa en Ghostly Kisses.

Kihyun asintió.

—Jooheon le escribió una última carta a HyungWon antes de suicidarse —sacó uno de los sobres amarillentos y se la pasó a Hoseok. Este la tomó y miró a los demás.

—Vamos, léela —lo apremió Minhyuk. Este asintió y HyungWon recostó la cabeza en su hombro.

Jagi. Mi jagi.

Siento como si hubieran crecido enredaderas en todo mi cuerpo. Enredaderas que me sofocan y no me dejan respirar. No puedo expresar lo que estoy sintiendo. Ya no me interesa lo que me rodea, solo quiero volver el tiempo atrás y despertar aquella mañana en Ghostly Kisses, contigo en mis brazos. Con el sonido de tus risas en mis oídos y tus manos en las mías. Nuestras manos encajaban perfectamente juntas. ¿Lo recuerdas?
Me siento perdido sin ti, Jagi. Mis días están vacíos y no puedo imaginarme un futuro donde no estés a mi lado. El tiempo te arrebató de mis brazos demasiado pronto y sólo puedo recordarte a través de tus palabras y el olor de tu perfume que quedó grabado a fuego en mi memoria, así como aquellos hermosos ojos que me miraban con tanto amor. Ya nadie más me mirará de aquella manera, amor mío. Mi alma está atravesada por la agonía de no poder verte de nuevo, con tu boina de abuelo y tus camisas que bailaban en tu cuerpo como si hubieras sido abrazado por el viento. El único consuelo que tengo es que ahora yaces en aquel lugar donde tú y yo nos amamos lejos del mundo, de las miradas juzgatorias y las palabras de odio. Descansa mi amor.  Espérame junto al estanque, bajo aquel árbol de glicina que tanto te gustó, donde aquella tarde me juraste amor eterno. Planté tus flores favoritas para que su aroma te acompañe para siempre. Pronto estaremos juntos de nuevo, mi jagi. Te amo. Tuyo siempre.

Nadie dijo nada cuando Hoseok dobló la carta a la mitad. HyungWon, Kihyun y Min lloraban en silencio mientras los otros tres tenían la mirada perdida en los papeles de la mesa.

—¿Ghostly Kisses? —la anciana miró a su nieto a través de sus anteojos dorados. Su rostro arrugado se contrajo en una mueca concentrada—. Oh, sí. Bueno, creo que he ido algunas veces cuando recién nos casamos con tu abuelo. Un lugar precioso aunque a tu abuelo no le gustaba ir. No recuerdo las excusas que me daba para no ir. Recuerdo que había un estanque y tenía unos terrenos maravillosos repletos de flores y árboles. La propiedad cambió de nombre cuando nació tu padre y tu abuelo pensó que Ghostly Kisses era un nombre demasiado cursi para una estancia. Déjame pensar... Ah, sí. Wisteria Garden. Así se llama ahora.

—¿Wisteria Garden?

La anciana sonrió.

—La propiedad tenía varios árboles de glicina y ese es el nombre de esos árboles. ¿Por qué tanto interés en ese lugar? Hace mucho tiempo que nadie va a allí. ¿Piensas restaurar la casa también?

Hoseok asintió.

—Podría ser. Me gustaría tener un lugar tranquilo al cual poder ir de vacaciones o simplemente a descansar.

La anciana asintió con pesadez.

—Pues me parece muy bien. Era un lugar muy hermoso para que quedara abandonado. Es tuyo ahora, querido. Dale vida.

Hoseok salió de la casa de su abuela y llamó a Wonnie para que lo acompañara a un lugar.

Una hora después, HyungWon se apeó del auto de Hoseok y miró las puertas de hierro negras.

—¿Un cementerio?

Hoseok se paró a su lado.

—Sí, tenemos un amigo que visitar.

HyungWon lo siguió sin entender a qué se refería su novio, pero se dejó llevar de la mano por el lugar. El recinto espacioso de pisos de mármol negro estaba desolado a aquella hora del día. Hoseok llegó al pasillo que pertenecía a su familia y buscó el número de la urna que necesitaba.

HyungWon abrió la boca y apoyó la mano en el vidrio.

—¿Es...?

Hoseok juntó los labios y asintió.

—Jooheon.

—Oh, dios mío... es... es increíble.

—Llevaremos a Jooheon con HyungWon. Le debemos eso. Darle un cierre a su historia de amor.

Una semana después los seis se embarcaron en un viaje hacia Wisteria Garden. Hoseok había heredado varias propiedades al ser hijo único y la finca era una de ellas. Hoseok, HyungWon y MinHyuk iban en el auto de Hoseok y Kihyun iba con Chang en el auto de JeonWoo. Min llevaba la vasija negra que contenían las cenizas de JooHeon sobre el regazo. Cuando se adentraron al camino que llevaba a la entrada de la finca, HyungWon no pudo evitar sonreír y sacar la cabeza por la ventana dejando que el viento fresco de la primavera le pegara en la cara.

'El camino a su casa de campo es muy hermoso, lleno de árboles altos y frondosos. El día era estupendo. Sin nubes y el clima agradable. Joo me contó que solía visitar la casa cuando era niño y sus abuelos aún vivían. El camino de entrada parecía un bosque encantado. El olor de las flores nos dio la bienvenida a Ghostly Kisses.'

Las palabras de HyungWon cobraron vida cuando los árboles se movieron llenando todo con su aroma. HyungWon cerró los ojos y sonrió.

El lugar parecía golpeado por el tiempo, pero aún era un lugar muy hermoso. Un cartel de madera tallado a manos con el nombre de la finca se movía de la cerca de madera que daba entrada a la casa.

—¡Wow —dijo Kihyun tocando el cartel— me encanta todo esto! Pero honestamente me gusta más Ghostly Kisses. Podrías volver a cambiarlo, Ho.

Hoseok estuvo de acuerdo con su amigo y sacó las llaves que su abogado le había dado. La casa estaba algo despintada, pero aún conservaba la imponencia de sus mejores años. Una casa de dos pisos rodeada de galerías estilo colonial y parque. Al haber estado abandonada por varios años, la vegetación había crecido descontrolada y los seis amigos tuvieron que abrirse paso por el camino. La puerta cedió enseguida y se adentraron a la casa. Había algo de polvo que hizo estornudar a HyungWon, pero no había mucho más que lamentar en el interior. Los muebles antiguos estaban cubiertos por sábanas amarillentas que en otra época habían sido blancas y los pisos estaban cubiertos por una fina capa de polvo.

—Bueno, pensé que íbamos a encontrarnos con algo peor —admitió Hoseok levantando apenas las sábanas para echarle un vistazo a los muebles.

—Este lugar es enorme —dijo Min subiendo las escaleras—. Iré a echar un vistazo a la planta alta.

Luego de revisar las habitaciones y limpiar los pisos, los seis decidieron ir a visitar los alrededores. HyungWon agarró la urna de Jooheon y se dirigió a la puerta.

—Bien, vayamos a ver a HyungWon.

El terreno era grande, pero luego de caminar por quince minutos entre los árboles y plantas, divisaron el estanque y el árbol de flores lilas a lo lejos.

—¡Es ahí! ¡Ahí está el árbol! —gritó entusiasmado Chang antes de echarse a correr hacia el lugar.

Todos rieron y también se echaron a correr tras su amigo. El estanque estaba salpicado de musgo verde y hojas que le daban un aspecto de fantasía. Unos escalones de piedra cercados de flores los conducían al árbol.

—Es un lugar hermoso —dijo HyungWon mirando el árbol majestuoso—. Aquí podrán descansar juntos.

Al pie del árbol crecían unas flores semejantes a las alas de las mariposas de distintos colores que despedían un delicioso olor a naranja y miel. HyungWon se arrodilló y acercó la nariz aspirando con fuerza. Soltó un suspiro de satisfacción y sonrió.

Luego de cavar un hoyo lo bastante grande como para que cupiera la urna y enterrarla, los seis presentaron sus respetos a la pareja que los había acompañado por tantos meses. Se postraron de rodillas e hicieron las reverencias propias del ritual de Seomgyo* a los espíritus de sus ancestros.

—Ahora están juntos de nuevo —dijo Hoseok apoyando la mano en las tumbas de flores.

[Wisteria Tree o arbol de glicina]

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Hoseok esa noche a Wonnie mientras daban un paseo por el parque de la casa.

—No lo sé. Es extraño que todo haya terminado —dijo abrazándolo por la cintura y juntándolo a su cuerpo—. Extrañaré su historia. ¿Tú?

Hoseok dejó un beso sobre la cabeza de su novio.

—Lo mismo. Ambos fueron una compañía durante todos esos meses. De alguna manera me siento responsable por todo lo que sucedió.

—Si. Puedo entenderlo. Sin embargo pienso que todo lo que sucedió, el que hubiéramos encontrado los diarios y las cartas, fue una treta del destino para que continúaramos con su historia.

Hoseok lo miró y lo besó.

—Es cierto. Nos conocimos en el mismo teatro donde ellos vivieron gran parte de su amor y nos enamoramos. Como si la historia nos hubiera dado una segunda oportunidad. A los cuatro.

HyungWon asintió y hundió la cara en el hueco del cuello de Hoseok.

—Ahora que están juntos de nuevo podrán continuar con su amor en otra vida. Mientras tanto nosotros viviremos nuestra propia historia.

—Te amo, Wonnie.

—Y yo a ti, Jagi.

Fin.

*Seongmyo es una ceremonia de respeto a los ancestros.