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•Descubrimiento

Kihyun asentía con cada diálogo, haciendo pequeñas correcciones aquí y allá.

—¿Tú qué opinas de Wonnie? —preguntó a Hoseok.

Este estaba embelesando mirando al hermoso muchacho alto que leía sus líneas mientras se movía por el escenario.

—¿Por qué me lo preguntas? —la respuesta había salido un tanto a la defensiva. Se sentía culpable por estar prendado del chico.

—Bueno, mejoró bastante. ¿No crees?

Hoseok se irguió en poco en su asiento, orgulloso. Las clases iban avanzando muy bien y, debía admitir que HyungWon había podido superar ciertos detalles que le generaban inseguridad y ya casi no tartamudeaba. Aunque Hoseok encontraba ese pequeño defecto, devastadoramente tierno. Sobre todo porque Wonnie solía sonrojarse y sus sonrisas se hacían más frecuentes. Y HyungWon tenía una sonrisa espectacular.

—Si, también lo creo —dijo aclarándose la garganta.

—Aunque —Kihyun se levantó buscando unos papeles en la mesa— tengo miedo con el tema del beso. El chico es demasiado tímido y me temo que eso le jugará en contra.

Hoseok lo miró.

—¿Por qué piensas eso?

—Bueno, aún no hemos podido practicarlo. Y es fundamental. Aunque él me aseguró que no tendría problemas, lo noté algo... nervioso. Creo que deberíamos ensayarlo.

—No. —Kihyun frunció el ceño y Hoseok temió haber sido demasiado evidente—. Me refiero a que no veo el por qué deberíamos practicarlo ya. Háblalo bien con él y con JungWoo. —Una sensación molesta lo hizo agitarse por dentro.

Kihyun pareció pensarlo un momento pero al final le dio la razón a su amigo. 

—Si, tienes razón. No quiero atosigarlo pero de todas maneras necesitamos ensayar la escena.

Un rato después, todos estaban descansando mientras caminaban por el lugar, algunos charlando, otros riendo. Hoseok se acercó a Wonnie que estaba ayudando a Chang con unas prendas de vestuario que sacaban de un arcón para luego colgarlas en perchas.

—Em, Wonnie —dijo haciendo que ambos muchachos giraran a mirarlo—. ¿Puedes venir un segundo? Necesito comentarte algo...

HyungWon asintió con una pequeña sonrisa y le pasó las prendas a Chang.

—Me preguntaba si para las prácticas de hoy quieres hacer algo diferente.

HyungWon levantó la cejas, animado.

—¿Algo diferente? —preguntó intrigado. HyungWon estaba contento. De hecho, estaba más que contento. Le gustaban mucho las 'clases' que tenía con Hoseok. Sentía que iba haciendo progresos notables y estaba cada día más entusiasmado con la obra. Cuando llegaba a su apartamento, pasaba horas pensando en lo que habían ensayado, practicando monólogos y gestos frente al espejo del baño. Pero por sobre todas las cosas, le gustaba estar cerca de Hoseok. Jamás lo admitiría, por supuesto. Si Min se enteraba le iba a hacer la vida a cuadritos y no podía arriesgarse a que Hoseok diera por terminada sus clases por un pequeño enamoramiento. Intentaba permanecer impasible a lo atractivo que era Hoseok aunque cada vez le costaba un poco más no sonrojarse o mirarlo con ansias. —Claro... ¿Qué tienes en mente?

—Pensé en que deberíamos salir.

HyungWon sintió que las orejas le ardían.

—Sa... ¿Salir? —Tragó con fuerza y juntó las manos en su espalda, nervioso.

—Si. Verás, hay una obra de teatro muy buena que estrenaron esta semana y pensé que sería una buena idea que fuéramos a verla. Te servirá de mucho el observar a otros actores en escena. ¿Qué dices? ¿Te gustaría?

HyungWon no tuvo que pensarlo mucho y aceptó de inmediato.

—Me encantaría —dijo risueño—. Nunca he ido a ver una obra.

—Perfecto —Hoseok le dio una palmadita cariñosa en el hombro—. Entonces, tenemos una cita—. Y diciendo esto, se dio la vuelta y desapareció escaleras arriba.

HyungWon se quedó mirando a la nada cuando MinHyuk se paró a su lado y lo golpeó con un rollo de papel.

—Hey, ¿qué es lo que tanto hablabas con el fortachón? —le preguntó riendo.

—Se llama Hoseok.

—Lo sé, galán, lo sé. Oye, ¿debo recordarte el motivo principal por el que estamos aquí?

HyungWon entrecerró los ojos.

—¿Mhh?

—¿Qué diablos sucede contigo? Hola, tierra llamando a HyungWon... ¡Tu libro! ¿O acaso ya lo olvidaste? Mira, Kihyun nos dio una hora de receso porque tiene que ir a no sé dónde, entonces propongo que vayamos a la habitación esa tras bambalinas y sigamos buscando cosas de tu pariente.

—Oh, tienes razón... Lo siento, he estado un poco distraído... —se excusó Wonnie, rascándose la nuca.

—¿Sólo distraído? —Min lo miró cruzándose de brazos y haciendo una mueca con los labios—. Ahora dime, ¿qué quería Hoseok?

—Ah, nada. Solo invitarme a salir.

MinHyuk pegó un salto y lo tomó por los brazos.

—¿Qué? ¿Estás hablando en serio? ¿Te invitó a salir? Vaya... con lo estirado que parece y ya te anda echando el ojo.

HungWon le dio un puñetazo en el hombro.

—¡Cállate! Además, no es lo que piensas. Como siempre, malinterpretas todo.

—¿Te invitó a salir o no?

HyungWon asintió encogiéndose de hombros.

—Bueno, sí. Pero no es lo que crees.

—Mira, deja de hacerte el santo que yo te conozco. Te recuerdo que prácticamente nacimos juntos. Así que a otro con ese cuento. Te gusta el grandote.

HyungWon miró hacia ambos lados antes de agarrar a su amigo del brazo y arrastrarlo fuera del anfiteatro.

—Deja de decir tonterías. Voy a matarte si sigues vociferando como loro moribundo. ¡Eres tan escandaloso!

Min rió y lo despeinó con una mano.

—Y tú el peor mentiroso del mundo. ¿Crees que no veo cómo te sonrojas cual virgen árabe cuando él está cerca? —HyungWon se tapó los oídos y empezó a caminar hacia la habitación depósito donde habían encontrado los programas de la obra donde había actuado HyungWon del pasado.

—No pienso hablar de nada más contigo.

—Si, si. Como digas, frutillita. Ahora, dime, ¿qué vas a ponerte para la "salida" con mister Olimpia?

HyungWon rodó los ojos.

—Basta. No sé qué es lo que insinúas. O sí, lo sé. Pero te equivocas. Hoseok muy amablemente me invitó a ver una obra de teatro para que vea cómo es una obra de cerca.

—De cerca te quiere ver él. ¡Dios mío, eres tan... !

—¡Ojo con lo que vas a decir o juro que te haré comer todo el guión hoja por hoja!

Entraron a la habitación cuidando de no llamar la atención de nadie, pero HyungWon empezó a estornudar de nuevo ante el polvo que se levantó cuando tropezó con una caja.

—Yo sólo digo que lo menos que puedes hacer es arreglarte para salir. Dime, ¿hace cuánto tiempo que no sales con nadie? ¿Veinte, veintiún años? Estás fuera de onda.

Min parloteaba mientras caminaba entre las cajas y muebles desvencijados.

—Bueno, lo siento señorito 'soy el alma de la fiesta', pero no todos podemos tener la vida de un rockstar de los '70s. Ya sabes que yo soy... tímido.

—Bueno, con más razón tienes que aceptar mis consejos. No querrás aparecer ante Hoseok luciendo como un Tom Sayer recién salido de la pubertad. En serio, amigo, no entiendo cómo no aprovechas esa belleza que Dios te dio.

HyungWon le echó una mirada molesta y quitó las mantas de unos escritorios que tenían toda la pinta de haber salido de algún museo victoriano.

—No sabes lo que dices...

—Eres alto como un rascacielos, tienes unos ojos enormes, una boca que es la envidia de cualquier esteticista, un cuerpo delgado y largo que mataría de la envidia a más de un modelo de pasarela y andas vistiéndote como si Dickens se hubiera apoderado de tu cuerpo y obligado a lucir como un personaje de sus novelas del siglo pasado.

—Exageras. Pero... ¿Tú crees que me veo muy mal para ir a una cita?

Min sonrió con picardía.

—¡Sabía que era una cita!

HyungWon le revoleó con una sábana y, al hacerlo, cayó con todo el cuerpo hacia un escritorio tipo Davenport volteándolo contra el piso.

El ruido los hizo callar de golpe y ambos se taparon la boca con las manos.

—¡Eres idiota! —susurró Wonnie a su amigo—. ¡Vas a hacer que nos agarren! Ven y ayúdame a levantar esta cosa...

Min se apresuró a ayudar a su amigo y miró el mueble. Los cajones laterales se habían abierto al caer.

—Bueno no hay nada interesante por aquí
—dijo desilusionado. Se inclinó y metió las manos en los cajones.

—Mira, creo que lo rompimos —dijo HyungWon señalando la tapa. Estiró la mano y la abrió, descubriendo algunos papeles viejos y un fajo de lo que parecían ser cartas—. Espera... Mira.

—¿Cartas? —Min agarró el pilón de sobres amarillentos y sopló el polvo. Y los ojos casi se le salen de sus órbitas—. Won...

Giró el fajo entre sus manos y HyungWon acercó la cara.

Para: Lee Jooheon.
Remitente: Chae HyungWon.

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