•Besos
—Es... Es que yo nunca besé a nadie...
Hoseok se quedó estático sin saber qué responder a eso. ¿Cómo era posible que nunca hubiera besado a nadie? Esa boca, estaba seguro, había sido hecha para ser besada hasta el cansancio. Aunque, por otro lado debía admitir que la noticia lo puso contento. No quería imaginarse a nadie más que a él besando esos labios hermosos.
—Emm... —dijo aclarándose la garganta.
—Bueno, eso está bien...
HyungWon arrugó la nariz.
—¿Tú crees?
—Claro. Digo, es un poco difícil de creer con lo lindo que eres... —¿Qué diablos estaba diciendo? Tosió para disimular el bochorno. —Me refiero a que me parece bien que esperes hasta que estés seguro. Sí. Eso.
—Si... —dijo HyungWon—. De todas maneras me gustaría mantener esto en secreto —Hoseok lo miró intrigado—. ¿Puedo pedirte que no se lo cuentes a nadie, Hoseok? Me da mucha pena. JungWoo sería mi primer beso y tengo miedo de arruinarlo.
'JungWoo sería mi primer beso...'
No podía permitir eso.
—Wonnie, no tienes que hacer nada con lo que te sientas incómodo.
HyungWon sacudió las manos, impaciente.
—Lo sé. Pero también creo que es hora de dejar todas esas ideas ridículas atrás. Ya soy un adulto y, por Dios, Hoseok, ¿quién llega a los veintitrés sin haber besado a nadie? Sólo un perdedor como yo.
—No digas eso. Tú no eres ningún perdedor.
—Como sea, la cosa es que no quiero quedar como un tonto el día del estreno y, viendo la obra, creo que debería ser creíble.
Hoseok asintió.
—¿Le dirás a JungWoo?
HyungWon levantó la mirada y clavó sus ojos oscuros en los suyos.
—¿Crees que debería hacerlo? —preguntó—. Aunque supongo que eso tiene sentido...
—Mira, yo te ayudaré.
HyungWon abrió los ojos desorbitadamente.
—Hoseok, ¿qué...?
—No me refería a eso, no te asustes, por favor. Me refiero a que puedo ayudarte con ciertos consejos o... direcciones para que te sientas más cómodo.
Ahora HyungWon sonrió.
—¿En serio harías eso por mí? —Hoseok asintió con una sonrisa. HyungWon en un arrebato de alegría le echó los brazos al cuello—. Eres el mejor. Gracias.
Hoseok cerró los ojos y palmeó tímidamente la espalda del alto, aspirando su perfume en el camino.
—Entonces, ¿quieres ir a comer algo? —preguntó respirando entrecortadamente.
HyungWon sonrió.
—Me encantaría, pero yo invito.
Hoseok iba a protestar, pero HyungWon le apoyó un dedo sobre los labios.
—O aceptas o me iré...
Hoseok se dejó arrastrar por un Wonnie muy animado. ¿Qué estaba pasando con él?
Mi Joo.
Hace unas cuantas horas que nos separamos y ya extraño tus brazos. Siento mucho que hayas discutido con tu padre y me temo que yo seré muy poco consuelo ya que la relación con el mío nunca fue la mejor. ¿Cuándo se darán cuenta de que nos lastiman con sus palabras? Siento mucho que tengas que pasar por todo esas inquietudes tú solo, me gustaría ser el hombro en que descanses y el paño que limpie tus lágrimas. ¿Desde cuándo se nos prohibe soñar? Estaré a tu lado siempre, por favor no dejes que las palabras de quienes no entienden nada del corazón, te lastimen...
HyungWon terminó de leer y se secó una lágrima. Min, a su lado, se sonaba la nariz enrojecida.
—¡Esto es muy triste! —protestó HyungWon esa noche. Había pasado una velada estupenda con Hoseok y había vuelto a su apartamento como si estuviera flotando en una nube. Min estaba despierto mirando una película de terror cuando HyungWon llegó y decidió apagar la tele y dormir con su amigo. Ahora ambos estaban sentados en la cama de HyungWon con una caja de pañuelos descartables al lado.
—Pobre tu tatara... tío. O lo que sea
—sollozó Min—. Tu familia apestaba.
—Aún lo hace —dijo HyungWon con pesar. No le costaba ni un poco sentir empatía por el HyungWon del pasado ya que él, era un paria también en su propia familia—. Oye, ¿quién habrá sido este Joo al que HyungWon le escribía?
—No lo sé, pero se nota que mantenían un romance a escondidas... Wonnie —dijo Min de repente— ¿crees que HyungWon murió por algo relacionado a ese 'romance'?
HyungWon lo miró sin entender.
—¿Qué quieres decir?
Min se enderezó y agarró otras cartas.
—¿Recuerdas lo que decía el periódico?
'...el joven actor murió en misteriosas circunstancias a sus veintitrés años de edad. Su persona se ha visto envuelta en algunos escándalos que dieron mucho de qué hablar...' —dijo Min citando la noticia del periódico. HyungWon asintió—. Bueno, quizás ese noviazgo fue la causa.
HyungWon estaba horrorizado.
—Ay, no. Eso es terrible, Min...
Su amigo se sentó en pose india y lo miró.
—Piénsalo. Tiene bastante sentido. HyungWon se enamora de este tipo, Joo. Alguien se entera y le cuenta a todo el mundo... y ¡Zas, lo matan!
HyungWon miraba a su amigo con espanto.
—¡No seas tan fatalista, por el amor de dios! ¿Cómo crees que alguien lo asesinaría por un romance? Estás loco...
—Te recuerdo que en esa época era mucho peor que ahora. Si alguien se hubiera enterado que el actor del momento tenía un novio, no creo que se lo hubieran tomado muy bien que digamos. ¿No crees?
HyungWon tenía que admitir que su amigo tenía razón en cierta manera, pero en su cabecita romántica no entraba la posibilidad de que alguien decidiera acabar con la vida de otra persona sólo por estar enamorado alguien del mismo sexo. Era trágico y retorcido por donde se lo mirara.
Suspirando agarró otra carta. No estaban siguiendo un orden y estaban leyendo cartas al azar.
Jagi.
Me encanta cuando me llamas así. Jagi. Mi hermoso y dulce Jagi. Sabes, no creí que fueras a ir a verme al teatro. Estaba completamente nervioso antes de salir al escenario, pero el verte allí, con tu hermosa sonrisa hizo que todos mis nervios desaparecieran. Es increíble como en un teatro lleno de gente solo pueda distinguirte a ti. A ti y a esos hermosos e irresistibles hoyuelos que tienes... Anoche he soñado que
tomábamos el té en París y éramos muy felices. Solo los dos. Riendo y bailando.
Sé que no te veré en algunos días, pero de todas maneras estás presente en mi mente todo el tiempo. Mi abuelita también ha venido a verme. Estoy que no quepo en mí de felicidad. Las dos personas más importantes de mi vida me acompañaron hoy. Te amo, Joo. Y me temo que jamás me cansaré de decirlo.
—Me pregunto cómo es que nadie encontró estas cartas... —HyungWon estaba desolado.
—Creo que tu libro tiene que ser de misterio. ¿No? —Min estaba intentando acomodar las cartas por fecha, pero su naturaleza impaciente no se lo permitió por mucho tiempo y al final las juntó todas y las metió en un cajón—. Ahora cambiemos el tema y cuéntame cómo estuvo tu cita con el bombón musculoso.
HyungWon chasqueó la lengua.
—No fue una cita, Min. Fue una salida de amigos. Él es muy agradable. Fuimos a ver una obra muy linda, sobre un amor prohibido...
—Uhhhh, todo un jugador el Hoseok —se burló Min.
—Basta o no te contaré más nada —Min iba a empezar a protestar aunque luego desistió y cerró la boca—. Luego fuimos a cenar. Me llevó a un restaurant muy bonito. Tenía una terraza hermosa llena de flores...
—Bueno, bueno. ¡Ya dime que lo besaste!
—gritó Min pegándole con la almohada.
—¿Qué? Min, ¿cómo crees que yo haría algo así? ¿Qué crees que soy?
—¡Una tortuga eres! ¿Cómo puede ser que no haya pasado nada? ¡Ese hombretón te come con los ojos!
HyungWon sacudió la cabeza, resignado.
—¡Deja de inventar! Me parece que tienes demasiada imaginación. Además te dije que yo nunca besé a nadie. No sabría cómo empezar algo así... Y por otro lado, él no está interesado en mí, Min.
—¿Cómo lo sabes? ¿Te lo dijo? ¿Por qué te invitaría a una cita si no le gustas? No tiene sentido.
—Ya te dije que me llevó a ver una obra para que vea cómo se manejan en escena los actores.
—Pfff, sí, seguro. Y yo me chupo el dedo. Pero si no estás seguro de que el fortachón no está interesado en ti, habrá que averiguarlo —dijo Min con una sonrisa sospechosamente grande y que HyungWon conocía muy bien.
—Oh, no. No necesito que hagas nada.
—Seré discreto —Min puso una carita inocente y revoleó las pestañas.
—Tú eres todo menos discreto. Así que por el bien de tu integridad fisica, ¡no te metas!
Min prometió que iba a hacer todo lo posible por mantenerse al margen de la vida sentimental de su amigo, pero HyungWon sabía que eso era como pedirle peras a un olmo. Simplemente Min no conocía la palabra no.
Hoseok se desabotonó la camisa con una sonrisa en la cara. Todo había salido estupendamente bien. Pudo conocer un poco más a Wonnie y ahora podía afirmar con toda seguridad, que el chico le encantaba. No había nada que no le gustara de él. Sus ademanes delicados y suaves, el sonido de su risa desafinada, sus manos de dedos largos y elegantes, su cabello sedoso y oscuro, sus mejillas que se abultaban cuando sonreía, sus ojos grandes y soñadores, su nariz de rey y esa boca preciosa que lo dejaba en un estado patético. Wonnie era perfecto. Se llevó una mano al corazón al pensar en la pequeña confesión que le había hecho.
'...Es que yo nunca besé a nadie...'
Si alguien podía morir de amor, Hoseok estaba seguro de que era él. Se dio una ducha rápida, pensando en Wonnie y cuando salió seguía pensando en él. Estaba perdido.
Una vez listo para ir a la cama, abrió la caja y sacó el diario. Repasó las hojas sin prestarle especial atención a ninguna hasta que llegó una hoja donde había un corazón enorme y en el centro la palabra 'Joo'. Suspiró y se dispuso a leer las anotaciones.
'Joo me invitó a salir... Fuimos a ver una obra que dirigía un amigo de su padre. Fue algo maravilloso. ¿Algún día podré actuar de esa manera? Estoy muy feliz, Joo me tomó de la mano unos segundos... Ni siquiera puedo describir cómo me sentí... Cómo me siento...'
Pasó la página. 'JOO ME HA BESADO' —se leía en letras grandes.
Hoseok frunció el ceño y siguió leyendo.
'Fue tan inesperado como perfecto. Mi primer beso... Fue tan íntimo, tan romántico. Todos se habían ido ya del teatro y necesitaba repasar mis líneas en la paz de la soledad. Estaba parado en el escenario, repasando unas líneas y entonces él apareció. Y simplemente lo hizo. Me besó y fue tan dulce... Cada vez que cierro los ojos todo se repite una y otra vez...'
Hoseok cerró el diario y apagó la luz. Debía pensar en algo para los ensayos.
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