La ambulancia se iba acercando cada vez más, un rubio se encontraba con sangre escurriendo por su boca, su oído hacía un zumbido que le estaba provocando dolor de cabeza, la cual sentía que le iba a salir explotando. Cuando llegaron, los paramédicos miraron al joven, el cual parecía estar respirando, pero débilmente, los paramédicos se sorprendieron al ver al chico aún con vida, por lo que procedieron a liberarlo de ahí. Cuando fue sacado, él fue puesto en la camilla y llevado rápido a emergencia, él miraba como niños, mujeres y hombres con un aura luminosa lo miraban, cerró los ojos por la morfina que le habían puesto.

[...]

—¿Cómo está tu esposa? —preguntó un pelinegro.

—Está embarazada. —lo vio el hombre. —tendremos un hijo.

—¿Sabes que será? —hablo mientras miraba a las personas pasar.

—Un niño. —sonrió. —ella está feliz.

—Me lo he de imaginar. —habló el chico.

Los hombres se levantaron al escuchar el escándalo que había, ellos vieron como enfermeros y doctores se apresuraron con una camilla. El pelinegro vio que era un chico de cabellos rubios el cual estaba lleno de sangre e iba inconsciente, ambos se hicieron aún lado para que pasaran.

—Llamen al doctor Kim debemos operar al chico de inmediato. —habló la enfermera.

—¿Qué le pasó? —se acercó un doctor.

—Un auto impactó con el suyo. —dijo la enfermera. —el otro sujeto murió, pero él ha sobrevivido, aunque dudamos que sobreviva a la operación.

Los dos hombres vieron cómo corrían para atender al chico, el cual abrió medio los ojos para verlos y luego volver a cerrarlos.

—Yo ya me voy. —hablo el pelinegro.

—Yoongi. —lo llamó el hombre.

—Descuide hyung estaré bien. —sonrió.

El hombre vio como el chico se iba tirándole los papeles a una mujer, la cual se asustó ante lo hecho por el chico, el hombre dirigió su vista a la sala de operaciones y suspiro para sentarse y esperar a su esposa. En la sala de operaciones atendían lo más rápido que podían al chico, pues a cada minuto que pasaba perdía mucha sangre, las personas hablaban, pero él escuchaba las voces muy lejanas. Al despertar él se quejó por el dolor que sentía, miró a un lado y vio a un hombre el cual miraba su suero. Jimin hizo un sonido llamando la atención del hombre, el cual lo observó, el rubio supo que era aquel hombre con aquel chico cuando estaba algo consciente.

—¿Qué me pasó? —preguntó en tono bajo.

—Tú. —dijo para irse del lugar.

El rubio siguió quejándose hasta que vio como sus padres entraban, él por primera vez en el año pudo ver la preocupación de sus padres por él.

—Hijo. —habló la mujer. —¿Cómo te encuentras?

—¿Qué pasó? —pregunto. —el enfermero no me quiso decir nada.

—Tuviste un accidente. —contestó el hombre. —casi te perdimos.

El rubio no dijo nada, se sentía adolorido y confundido, luego de que sus padres se fueran él se quedó solo en la iluminada habitación. Él seguía sin moverse, además de sentir un fuerte dolor en el abdomen, el rubio llevó su vista a la puerta y vio al mismo enfermero hablando con ese otro chico. El pelinegro sintió la mirada del rubio y al verlo, él dio la vuelta y se marchó, Jimin comenzó a toser llamando la atención del hombre, el cual se acercó y lo observó.

—¿Cómo me encuentro? —le dijo. —¿Por qué no puedo moverme?

—Tuviste un accidente y todos tus huesos están rotos. —le dijo. —fue un milagro que sobrevivieras pese a la gravedad de tu accidente.