Narra Anya.

Antes de caminar unos cuantos paso más para poder tocar la puerta, una niña de unos 6 años me tocó el pantalón.

- hola señorita - habló tímida
- hola pequeña - nunca fuí fan de los niños, pero no hacía mal intentar, me agaché a su altura - ¿Cuál es tu nombre?
- soy Lila Barton - me sonrió un poco.
- es un lindo nombre, yo soy Anya - le toqué la nariz a lo que ella rió - ¿Quieres ver algo genial? - asintió a lo que yo sonreí, mi mano derecha se llenó del aura azúl asiendo que el agua de un lago se transformara en diferentes animales, la pequeña reía y miraba como los animales hechos de agua se movían como un animal normal.

Hice que el agua saliera disparada al aire llenándola de muchas gotas de agua, reía sin parar, nunca creí que alguien estuviera feliz por lo que hacía, y por instinto sonreí, pero está sonrisa era verdadera.

- eres increíble - me abrazó las piernas, me quedé estática, casi nunca doy muestras de afecto a los demás, solo con Fedor, Boris, Wanda y Pietro - ¿Qué más puedes hacer? - se separó de mí.

Mis alas negras salieron haciendo que Lila las mirara impresionada, estiré una de ellas y la pequeña con cuidado, pasó sus manos.
Una pluma se calló, la miré por unos segundos y la recogí, miré a la niña que miraba la pluma, así que se la tendí.

- como recuerdo - ella me sonrió y se fue corriendo a la casa, empezé a caminar en su dirección mientras escuchaba como hablaba.
- ¡Mami, mirá lo que me dieron! - miré por una ventana, los demás la miraban con el ceño fruncido.
- ¿Quién te la dió? - el arquero tomó la pluma.
Antes de que Lila respondiera abrí la puerta.

- fuí yo - todas las miradas se posaron en mí, me miraban con asombro mientras preparaban sus armas. Pude ver que faltaban Banner, Natasha, Stark y Rogers - vengo en paz, no mataré a nadie - pensé un segundo - no mataré aún.

Escuché pasos provenientes del segundo piso, en mi campo de visión aparecieron el doctor Banner y la agente Romanoff.

- vine a hablar sobre Ultrón..

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Me quedé parada mirando por la ventana del segundo piso.
Hace 2 horas les había contado todo sobre Ultrón, Barton a regañadientes me ofreció una habitación, la cual tendría que compartir con no se quién.

La puerta se abrió dejando paso a una mujer castaña con un gran estómago, está embarazada.
- hola soy Laura, la esposa de Clint - se presentó.
- soy Anastasia, dime Anya - me sonrió dulcemente y me tendió ropa.
- es para que te cambies - asentí, pero antes de que se fuera me volvió a mirar - supe que eres hija de Nat.

- era, ya no lo soy - me quité la camisa quedando en brasier, no me importaba que me viera las marcas que adornaban mi cuerpo.
- ¿Esas son cicatrices? - sus ojos se humedecieron.
- sí, no quiero hablar de eso - me coloqué la camisa blanca.
- tal vez pienses que Nat te arruinó la vida, pero se siente mal por haberte abandonado - me sonrió y volvió a salir, me puse el pantalón negro y me puse a jugar con mis anillos.

Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
- adelante - volví mi mirada a los anillos.
- hola - so voz se escuchó dulce - tendremos que compartir habitación - MIERDA.
- que bien - no la miré, solo seguí mirando los 3 anillos que adornan mi mano.
- quería hablar contigo - la miré seriamente - te pido una disculpa por haber matado a Boris - bajé la vista - y también por no volver por tí. Tenía miedo.

Se fue acercando lentamente y se sentó a mi lado.
- quiero intentarlo - la miré confundida - quiero intentar ser la madre que nunca tuviste.

Sus ojos se humedecieron, ella quería intentar, ella me necesitaba.....y yo la necesito.....
Pero aún no estoy lista....

- aún no estoy lista Nat - asintió comprendiendo mis palabras - necesito tiempo - y sin siquiera mirarla, me fuí al piso de abajo y salí de la casa bajo la atenta mirada de todos.
Cerré mis ojos disfrutando del aire que chocaba con mi rostro cuando siento una pequeña presencia. Miro a mis pies para encontrarme con la pequeña Lila.

- mi mami dice que era hija de la tía Nat, entonces ¿Eres mi prima? - preguntó inocente, pensé unos segundos antes de responder.
- si, tal vez - me sonrió para después abrazar mis piernas pero se detuvo - ¿Por qué no abrazas?

Observo el porche de la casa para ver a Nat mirándonos.
- no sé cómo abrazar - me sonrrojé por la vergüenza.
- yo te enseñaré - me puse a su altura - solo tienes que abrir los brazos y apretar no tan fuerte a la persona - hice lo que me dijo y la abrazé, creo. Solo se dar muestras de afecto en las personas que realmente las necesito. La volví a mirar.

- ¿Quieres ver otra cosa genial? - asintió a lo que yo me transformé en mi lobo de 2 metros blanco y la empezé a perseguir mientras ella reía sin parar.